Saludos cordiales amable oyente, es un gozo saludarle y darle la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Proseguimos con el estudio de la primera epístola de Pablo a los Corintios en la serie que lleva por título: Un mensaje oportuno para una iglesia en crisis. En esta oportunidad, David Logacho nos hablará de las funestas consecuencias de la falta de auto control en la vida de los creyentes.
Para el apóstol Pablo, la vida cristiana es como una carrera que para ganarla es necesario dejar a un lado todo aquello que, aunque sea legítimo, no ayuda en llegar primero a la meta. La vida cristiana también es como un combate cuerpo a cuerpo entre dos luchadores. Para ganar el combate es necesario abstenerse de cosas que aunque son legítimas, sin embargo no contribuyen a ganar el combate. El premio es la corona incorruptible. Pablo compartió con sus lectores uno de sus tantos secretos, si se pueden llamar así, de su éxito en el servicio al Señor. Se trata de que Pablo no se dejaba dominar de los deseos naturales de su cuerpo. Pablo había aprendido a poner a su cuerpo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, él mismo venga a ser eliminado. No es que Pablo tenía miedo de perder su salvación porque la salvación no se puede perder. De lo que Pablo tenía miedo es de quedar descalificado para servir al Señor por haber sido indulgente con los deseos de su cuerpo. Esto abre la puerta para nuestro tema de hoy. El peligro de ser descalificados en el servicio al Señor a causa de dejarnos dominar de los deseos de nuestros cuerpos. Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en 1 Corintios 10: 1-13. Aquí encontramos la posición privilegiada del pueblo de Israel, el fracaso del pueblo de Israel, y la lección espiritual que podemos aprender de todo esto. Vayamos a lo primero. La posición privilegiada del pueblo de Israel. 1 Corintios 10:1-4 dice: «Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.» La salida de los hijos de Israel de Egipto fue motivo para que el pueblo de Israel tome conciencia del majestuoso Dios que tenían. Dios fue quien les guiaba, a esto se refiere el texto cuando habla de la nube. Dios fue quien les protegía, a esto se refiere el texto cuando habla de pasar el mar. Dios les dio un líder con quien el pueblo de Israel se identificó totalmente en una maravillosa unidad, a esto se refiere el texto cuando habla de que todos fueron bautizados en Moisés en la nube y en el mar. Dios les dio el maná, alimento que descendía del cielo, figura de Cristo Jesús, quien descendió del cielo para satisfacer la necesidad espiritual del pueblo. Dios les dio agua de una roca, figura de Cristo Jesús, quien es el agua que sacia la sed espiritual del pueblo. Esta posición privilegiada del pueblo de Israel es un cuadro de la posición espiritual de todo creyente. El creyente también es guiado y protegido por Dios. El creyente ha sido hecho uno con Cristo. El creyente ha comido el pan espiritual que es Cristo. El creyente ha bebido el agua espiritual que es Cristo. La posición espiritual del creyente es enormemente privilegiada. Pero volvamos nuestra mirada al pueblo de Israel. A pesar de tener una posición privilegiada, fracasaron miserablemente en agradar a Dios. 1 Corintios 10:5 dice: «Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto» El plan original de Dios fue que todos los que salieron de Egipto entren en la tierra prometida. Pero este plan se truncó cuando estando en la puerta misma de la tierra prometida, al escuchar el informe de diez de los doce espías en cuanto a que en la tierra prometida había gigantes, el pueblo se rebeló contra Dios y contra Moisés, y en una incomprensible manifestación de incredulidad, el pueblo intentó retornar a Egipto. Como resultado de esta rebeldía, Dios castigó al pueblo por medio de hacerles vagar en el desierto por cuarenta años, hasta que mueran todos los que tenían más de veinte años, de modo que entren a la tierra prometida solamente los que tenían menos de veinte años al momento de la rebelión contra Dios y contra Moisés. Los rebeldes pagaron caro su rebeldía. Dice el texto que quedaron postrados en el desierto. Algo comparable puede pasar a los creyentes, quienes a pesar de su posición privilegiada, sin embargo se dejan dominar de los deseos de su cuerpo y desprecian lo que Dios quiere hacer con ellos. Serán descalificados para el servicio al Señor. Note que no estamos hablando de perder la salvación, sino de perder el privilegio de servir al Señor. Luego Pablo prosigue a aplicar la experiencia del pueblo de Israel en el desierto a la vida cristiana de todo creyente. 1 Corintios 10:6 dice: «Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.» Los eventos que acontecieron en el tiempo del éxodo de Israel tienen una aplicación espiritual para cada creyente. Ilustra lo que puede pasar si los creyentes codician cosas malas. Los versículos que siguen a continuación muestran algunas de las cosas malas que los israelitas codiciaron y que les condujeron a quedar postrados en el desierto. En el versículo 7 tenemos la idolatría. 1 Corintios 10:7 dice: «Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar.» Este versículo hace referencia a la adoración del becerro de fundición y a la subsiguiente orgía, lo cual aparece en Éxodo 32. Cuando el texto habla de que el pueblo se sentó a comer y a beber y se levantó a jugar, está hablando de una fiesta en la cual había abundante comida y bebida, de modo que cuando todos estaban alegres por la bebida, se dedicaron a todo tipo de prácticas sexuales contrarias a la palabra de Dios. Interesante que la adoración a los ídolos siempre está asociada con la buena mesa, la buena bebida y el placer sexual desordenado. Si no me cree, sólo mire como terminan las fiestas en honor a tantos ídolos que la gente sin Cristo tiene en el mundo. Siempre terminan con comida, borrachera y debacle moral. En el versículo 8 tenemos las prácticas sexuales desordenadas. 1 Corintios 10:8 dice: «Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil.» Esto se refiere al tiempo cuando los hijos de Israel se apresuraron a tomar a las mujeres de Moab, cuyo relato aparece en Números 25. Seducidos por Balaam el profeta codicioso, el pueblo de Israel desobedeció la palabra de Dios y cayó en inmoralidad sexual. Dios se enojó tanto por este pecado, que en un solo día quitó la vida a veintitrés mil, y hasta que terminó el castigo de Dios murieron veinticuatro mil. Es altamente peligroso burlarse de Dios en el área de la pureza sexual. En el versículo 9 tenemos incredulidad en la bondad de Dios. 1 Corintios 10:9 dice: «Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.» Pablo hace alusión a la ocasión cuando los Israelitas se quejaron sobre el maná y expresaron dudas sobre la bondad del Señor. Como consecuencia, Dios envió serpientes venenosas y mucho murieron a causa de ello, según Números 21. Interesante que por la comida se atrevieron a dudar de la bondad de Dios. En el versículo 10 tenemos el pecado de añorar el estilo antiguo de vida. 1 Corintios 10:10 dice: «Ni murmuréis como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.» Esto hace referencia al pecado de los hijos de Coré, Datán y Abiram, quienes se quejaron contra Dios con relación a la comida. Los israelitas fallaron en poner sus cuerpos bajo control. En lugar de eso, hicieron provisión para los deseos de la carne y eso les condujo a su ruina. En los versículos 11 a 13, Pablo muestra la aplicación práctica de estos eventos. 1 Corintios 10:11 dice: «Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.» Las cosas que ha mencionado Pablo son ejemplos para mirar como actúa Dios en casos así, de modo que nosotros aprendamos de esos ejemplos para que Dios no nos trate de la misma manera. Nosotros somos aquellos a quienes han alcanzado los fines de los siglos, por cuanto estamos viviendo en la dispensación de la gracia. Esta advertencia es extremadamente importante. 1 Corintos 10:12 dice: «Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.» La advertencia sirve para tomar conciencia de nuestra propia fragilidad y del peligro que se cierne sobre nosotros si cedemos a los deseos de nuestro cuerpo. Quien está en mente es el creyente que sintiéndose maduro espiritualmente piensa que no hay problema con la auto gratificación. Un creyente así está en serio peligro de caer bajo la disciplina de Dios. Pablo termina con una maravillosa palabra de ánimo para todos los que somos tentados por los deseos de nuestro cuerpo. 1 Corintios 10:13 dice: «No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.» Las tentaciones que enfrentamos son comunes para todos. Sin embargo, Dios ha dicho que es fiel y que no permitirá que seamos tentados más allá de lo que podemos aguantar. No promete que jamás vamos a tener tentaciones, sino que él se va a encargar de poner un límite. Jamás más allá de lo que podemos soportar. Además Dios promete darnos una vía de escape para que podamos soportar la tentación. Gracias a Dios por esta provisión maravillosa. No hay por tanto necesidad de sucumbir ante la tentación. En su tiempo y a su manera, Dios mostrará la salida y una vez afuera, nuestra fe será más fuerte que nunca.
Antes de concluir nuestra edición de hoy, le invito a visitar nuestra página Web y conocer la respuesta a la PREGUNTA DEL ¿Es de vital importancia leer toda la Biblia? Pregunto esto, porque he oído que lo que se debe leer es solamente el Nuevo Testamento aunque sea una vez al año. Nuestra dirección es: labibliadice.org Además puede hacernos llegar sus consultas y sugerencias y por supuesto escuchar nuevamente el programa de hoy. Le recuerdo nuestra dirección: labibliadice.org Hasta la próxima y que Dios le bendiga grandemente.
Leave a comment