Mira, la templanza y el autocontrol guían las emociones. La impulsividad actúa en ráfagas de piel fina, destellos de temperamento y si no las sabemos controlar, es muy probable que tomemos decisiones precipitadas, no muy buenas para nuestra vida.
“Labios descuidados que arrojan palabras imprudentes”. ¿Cuántas personas conoces así? O ¿tal vez eres uno de ellos? Existen cientos de personas que no han hablado con su hermano, hermana, padre o amigo, durante años, porque hace mucho tiempo les dijeron algo que los lastimó y los hizo daño o, quizás fueron ellos mismos quienes lastimaron a sus seres queridos y cuando eso sucedió, eran muy jóvenes, pero, ahora han pasado años sin que hablen con esa persona. Bueno pues, déjame decirte que, el orgullo y el rencor son sustancias adictivas. En este tiempo Ron comparte cómo debemos controlar nuestra influencia cuidando nuestros labios
Conozco a algunas personas, que se han alejado de sus iglesias porque amaban tanto el dinero que estaban dispuestos a hacer cualquier cosa por ello, incluso a sacrificarse a sí mismos y a sus familias. Personas que han dado todo lo que tenían para obtener dinero y se han desviado de la fe. Se han atravesado con muchas penas.
Dejarnos llevar por una vida sin autocontrol puede causar muchas tristezas en nuestra vida, tristezas causadas por nuestras malas decisiones, tomadas precisamente en momentos de descontrol.
Déjame decirte algo, el orgullo y el rencor son sustancias adictivas. Y son justamente la templanza y el autocontrol quienes regulan cuidadosamente esas adicciones. Pero déjame decirte algo, la impulsividad no sólo encuentra comodidad o relajación en los sentimientos, también lo hace en determinadas sustancias como el alcohol o las drogas.
Leamos el capítulo 3 versículo 3 de 1 Timoteo, Pablo dice, pero es necesario que el obispo sea… y entre varias cualidades, dice: “no dado al vino” Esto significa que no puedes sentarte a beber tu vino cada semana y decir: “oh, lo tengo controlado. No soy un borracho, nunca estoy ebrio por las calles o parques” ok, tal vez sea cierto, pero pensemos en esto por un momento, y para eso quiero hacerte la siguiente pregunta, ¿Dónde está tú línea de control? ¿Acaso bebes con la excusa de relajarte?, ¿Es ese control el que quieres tener en tu vida? Sabemos que la embriaguez es un pecado, pero una vez más, no tienes que estar tartamudeando en el pasillo para perder el control con el alcohol.
Ahora la templanza y el autocontrol no usan la diversión como distracción. La impulsividad se vuelve obsesiva con la diversión. Se convierte en un pasatiempo compulsivo, una búsqueda fanática, un esfuerzo que preocupa tu mente y absorbe tu energía. Algunas personas nunca van a la iglesia porque tienen un hobby que lo deben realizar justo en el horario de la iglesia, y para ellos es mucho más importante eso que su crecimiento espiritual, así que siempre están en el lago, en las pistas o en la casa de fin de semana. Mira, la verdad es que no tengo nada en contra de ninguna de esas cosas. Es más, si me invitasen un tiempo, lo agradecería. Es sólo la obsesión con las cosas, lo que no es lo correcto ¿verdad?
Recuerda, estamos hablando de autocontrol y de templanza. Aquí hay algo más de lo que hablaré, “Doctrina” La templanza y el autocontrol se basan en la verdad bíblica. Toda la verdad bíblica, pero hay algunas personas que sacan un versículo de la Escritura y lo ordenan por completo, en busca de un beneficio personal, entonces olvidan todo lo demás que los mantienen en equilibrio.
Ahora, quiero aclarar esto, el legalismo está fuera del balance de la doctrina, y tal vez ustedes se pregunten ¿por qué? Pues porque excluye la gracia, pero, así mismo, la gracia sin la ley se llama “antinomianismo” y es una herejía. Ahora si tú entiendes que tu vida se trata totalmente de la gracia y entonces sólo enseñas gracia, sólo hablas de la gracia y todo tu mundo gira en torno a la gracia, olvidando la doctrina, estás teniendo una muy grande confusión.
Mira, si yo estoy viendo a un tipo que se está preparando para tener una aventura y solo digo, “oye, sabes que, no importa lo que hagas porque Dios te perdonará. Recuerda la gracia después de que termines de hacer eso, y vas a ver que Dios te perdonará” si yo digo solamente eso, estoy cometiendo un gran error. Ahora, yo sé que eso es cierto, pero, acaso ¿es esa la verdad que aquel hombre necesita escuchar en ese momento? Absolutamente no y entonces, algunas personas toman la doctrina y la impulsividad buscando una religión basada en el deseo. Y piensan cosas como: “Haré lo que es bueno para mí, acomodaré la palabra de Dios para mi propio beneficio”
Entonces debemos ser personas equilibradas en nuestro crecimiento espiritual. Si lo que hacemos o decimos no está en la Palabra de Dios, entonces estamos en problemas. Alguien dijo que una nueva enseñanza es una vieja herejía. No hay una nueva enseñanza que no haya sido derribada como una vieja herejía. Todo lo que hagas, digas y enseñes debe estar en la Palabra de Dios. 1 Timoteo capítulo 4 dice: «Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;» (1 Timoteo 4: 1). Ahora tenemos que ser bastante perspicaces para saber lo que se están enseñando por ahí y que, aunque suena bien, tiene sus bases es espíritus engañadores. «Tal enseñanza viene a través de mentirosos hipócritas, cuyas conciencias han sido cauterizadas con un hierro candente» y fuera de límites, sin duda.
Hubo un grupo de personas dando vueltas por el mundo diciendo que, si eres realmente espiritual, no puedes casarte. Ellos «prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.» (1 Timoteo 4: 3). Lo ves, incluso desde los tiempos de Pablo ya existían ejemplos específicos de lo que es una mala doctrina. Y la verdad es que, ahora en esta época también tenemos algunos ejemplos específicos. “Si no haces este estudio bíblico, entonces no eres cristiano, si no tienes este determinado don, realmente no has recibido a Cristo”
Bien, ahora mira el versículo 6, este dice: «Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad;» (1 Timoteo 4: 6 -7) «Ejercítate» proviene de la palabra “gumnazo”, ahora “gimnasio” y es allí donde sueles ir para trabajar duro ¿verdad? Mira, así como entrenas en tu área física, también hay cosas que debes poner en práctica para mantener el equilibrio en tu vida y hoy quiero comentarte cuatro cosas realmente rápidas que podemos hacer para mantener el equilibrio:
Número uno, “conocer”; basa tu vida en la fe. Repasa los elementos esenciales de la fe cristiana y conoce cuáles son, de modo que, si conocemos la verdad, podamos saber cuál es el error. No sabrás a qué se parece el pecado a menos que conozcas la verdad. Conoce la palabra de Dios
Número dos, “mantente alerta”. 1 Pedro 5: 8 dice: «Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;» No puedes permanecer firme a menos que seas qué? Equilibrado. «al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.» (1 Pedro 5: 9) Estén alertas.
Número tres, “sé eterno”; en el capítulo 21 de Lucas, Jesús está enseñando sobre el fin de los tiempos. Él está diciendo que, si vamos a tener una mentalidad de reino, debemos pensar que Jesús regresará. Va a haber una eternidad, hay algo más, esto no es todo. Y así lo dice en Lucas «De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán«(Lucas 21:32 y 33) Y luego dice esto: «Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.» (Lucas 21: 34) Jesús está diciendo que si no estás viviendo una vida equilibrada y estás dejando que todas las ansiedades de esta vida te agobien, vas a lamentarte no haberte preparado para la eternidad.
«Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.» (Lucas 21:35- 36). Podemos dejar que esta carrera de la vida cuesta abajo nos saque de balance y es precisamente por eso que debemos mantener una perspectiva eterna.
Necesitamos conocer la palabra de Dios, necesitamos estar atentos, necesitamos mantener una perspectiva eterna y, por último, número cuatro, necesitamos saber dónde está el poder. Esto es algo que no puedes hacer por tu cuenta. No podemos ser irreprensibles por nuestra propia cuenta. No podemos avivar el fuego del deseo por Dios, por nuestra propia cuenta. No podemos hacer las cosas que tenemos que hacer como esposo o esposa por nuestra cuenta. Ciertamente no podemos ser equilibrado o autocontrolados por nuestra cuenta.
No podemos cumplir con ninguna de estas características a menos que el Espíritu de Dios esté obrando a través de nosotros. A menos que nos sometamos al control del Espíritu sobre nuestra vida. No podemos hacerlo, pero Dios puede hacerlo a través de nosotros si nos entregamos a Él. ¿Lo ves? Debemos conocer dónde está el poder.
Entonces, no sé lo que está pasando en tu vida, pero sé que Dios está buscando que estemos equilibrados. Ahora, tú debes ser una persona templada, pero ¿qué significa eso? ¿Cómo aplica eso en tu vida? ¿Qué áreas de tu vida están fuera de control? Mira, si no has confiado en Jesucristo como tu Señor y Salvador personal, Él te está esperando hoy y desea que vengas a casa. Él desea ante todo salvarte de tu pecado y tu separación del Padre. Él desea poner ese equilibrio que necesitas desesperadamente en tu vida. Ahora, si ya eres creyente, es posible que hayas pierdas el equilibrio. Tal vez te centraste en algunas cosas que no tienen valor eterno y estás persiguiendo algunas cosas. Mira, los seres humanos tenemos la sensación de que nunca estamos satisfechos y perseguimos cosas materiales, pero debemos entender que si tenemos a Cristo lo tenemos todo.
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