27 Jesús como salvador (Haz click y descarga el texto)
Los líderes religiosos no estaban tan impresionados; en primer lugar, volvieron a escuchar este nombre “Jesús” y esto les tenía enfermos y cansados, querían librarse de Él, y en segundo lugar, ¿cuándo se hizo este milagro? Justamente en un día de reposo, así que, ahora tienen muchas cosas en contra de Jesús.
Seguir a la luz es sinónimo de recibir al Señor Jesús como Salvador. Todo pecador es confrontado a seguir a las tinieblas o a seguir a la luz. Si el hombre decide seguir a las tinieblas y sale de este mundo en esas condiciones, sufrirá eterna condenación en el infierno. Pero si el hombre decide seguir a la luz, en el sentido de recibir al Señor Jesús como Salvador, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida, esto es, vida eterna.
Recuerdas cuando Jesús dijo “Yo soy la luz del mundo”, pues Él no sólo lo dijo, también lo hizo práctico, Él fue la luz para aquel ciego que se encontraba fuera del Templo, y Él también es la luz para todos aquellos que aun viendo no pueden ver la luz de Dios. Este hombre al que Jesús devolvió la vista ahora es diferente, él había estado ciego toda su vida, pero ahora abrió sus ojos y esto, cambió completamente su rostro. Entonces lo llevaron a los líderes religiosos para informarles que él había sido sanado. La gente quería que los líderes religiosos vean el milagro que Dios había hecho. Sin embargo, ellos no estaban tan impresionados; en primer lugar, volvieron a escuchar este nombre “Jesús” y esto les tenía enfermos y cansados, querían librarse de Él, y en segundo lugar, ¿cuándo se hizo este milagro? Justamente en un día de reposo, así que, ahora tienen muchas cosas en contra de Jesús.
Entonces, ellos inician una serie de preguntas para descubrir que es lo que había sucedido. Vamos a considerar rápidamente esta “investigación”. En primer lugar, investigaron al hombre que antes había estado ciego y le preguntaron Entonces él les contó la historia, “este hombre escupió en el suelo, hizo barro y lo puso sobre mis ojos, me dijo que me lavara en el estanque y entonces pude ver” Mira los versos 16 y 17, “Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos. Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta. Y había disensión entre ellos”, Esta fue la primera ronda de preguntas.
En la segunda ronda de preguntas los líderes religiosos fueron a hablar con los padres de este hombre, y les hicieron las preguntas obvias ¿Este es su hijo? ¿Nació ciego? ¿Cómo ahora puede ver? Sus padres contestaron; ¡no lo sabemos, pregúntenselo a él, no a nosotros! Mira el verso 22, “Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que, si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él” (Juan 9:22 y 23). Que seas expulsado de la sinagoga era lo peor que te podía pasar, como judío, en esos días, eras socialmente rechazado y tu familia también te rechazaría y ellos no querían ese riesgo, “Por eso, dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él” Así que volvieron para hablar con el hombre.
Esta es la tercera ronda de preguntas, mira el verso 24, “Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador” ellos le dijeron “Da gloria a Dios” lo que significa deja de mentir, dinos la verdad “sabemos que ese hombre es pecador”, y entonces él dice en el verso 25, Yo no sé quién es él, simplemente apareció, puso el lodo en mis ojos y me dijo que me lavara en el estanque y pude ver, “Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo”
Es aquí donde las cosas se ponen interesantes, el ex ciego está cansado de tantas preguntas y empieza a ser un poco sarcástico, mira el verso 26, “Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? Verso 27, “Él les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oír; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?” (Juan 9:26 y 27)
Los judíos no estaban muy contentos con esto y comenzaron a insultarlo, “Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos. Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ése, no sabemos de dónde sea” (Juan 9:28 y 29). Me gusta mucho lo que hace este hombre y me gusta aún mas que no sabe cuándo detenerse, mira el verso 30, “Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros [los líderes religiosos] no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos” y ahora el verso 31, “Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye” y mira el remate, versos 32 al 34, “Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer. Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron”. (Juan 9:31-34)
Entonces los líderes religiosos lo expulsaron, lo excomulgaron, piensa en esto; este hombre ha tenido un día increíble. Comenzó siendo, un mendigo ciego, conoció a Jesús, fue sanado, lo abrumaron con un montón de preguntas, y fue expulsado de la sinagoga, ni siquiera es un creyente todavía, sólo sabe que hay un hombre llamado Jesús y que Él le dio la vista. Ahora, mira la compasión, la bondad y el cuidado de Jesús, leamos los versos 35 al 37, “Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, ¿Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es” (Juan 9:35-37). Ahora mira esto; el arrepentimiento, la confesión y la adoración, “Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró” (Juan 9:38).
Ahora voy a continuar con algunas aplicaciones prácticas, con la vida de este hombre ciego. En primer lugar; La obediencia inmediata; este hombre no conocía a Jesús, Él viene y pone barro en sus ojos, el ciego no tiene idea de quien es Jesús, pero tan pronto como Jesús le ordena que se vaya a lavar al estanque, este hombre obedece. Él no se detiene a preguntar ¿qué pasará si lo hago? ¿quién eres? ¿pruébame que puedes hacer milagros? Simplemente obedece, obediencia inmediata.
¿Te das cuenta? La obediencia inmediata le permitió ver. Dios tiene grandes cosas para ti, pero tienes que ser obediente, Dios puede poner delante de ti una gran prueba de fe y decirte ¿realmente confías en mí? ¿realmente crees en lo que Yo puedo hacer? ¿qué tal si no te gusta lo que pueda pasar al final? ¿crees que puedes seguirme aun si no te contesto como tú quieres? Dios es lo más grande que podamos imaginar, pero toda su bendición esta al final de cada prueba. ¿Qué estas esperando? Debes obedecer inmediatamente.
Este hombre fue sanado su curación transformó su rostro. Es una persona nueva, él está agradecido por su milagro, él quiso que todo el mundo lo supiera y nunca se retractó de lo sucedido, él dijo, no puedo responder a sus preguntas, no soy un estudioso de las Escrituras, como los líderes religiosos, pero esto es lo que sé, yo era ciego y ahora puedo ver.
Jesús dijo “Yo Soy la luz del mundo” Él murió en la cruz y resucitó de entre los muertos y ascendió al cielo y envió su Espíritu Santo que ahora habita en medio de nosotros. Aun sabiendo Jesús que todo esto sucedería dice; “Yo soy la luz del mundo” “Ustedes son la luz del mundo” “una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”.
Dietrich Bonhoeffer era un pastor y predicador alemán, durante el régimen nazi, él vivió en los Estados Unidos por un tiempo y estaba seguro allí. Sin embargo, él dijo que no podía quedarse tranquilo mientras sus hermanos judíos estaban sufriendo por la guerra, entonces regresó a Alemania, fue encerrado en una cárcel y fue enviado a un campo de concentración. Allí murió, tres semanas antes de que terminara la guerra, él fue un gran escritor, y un muy inteligente teólogo, y aquí esta lo que él dijo sobre los creyentes que son luz. No es que “debemos” ser la luz, “somos” la luz porque Cristo nos ha llamado, somos la luz que es vista por los hombres, no puede ser de otra manera, tampoco Jesús dice que “tenemos” la luz, la luz no es algo que han puesto en nuestras manos, Él es nuestra luz en todo su esplendor, la única condición es que permanezcamos fieles a nuestra vocación, recuerda, la luz no puede permanecer escondida, la característica principal de la luz es brillar.
Esta es la segunda aplicación; La curación física no es suficiente, el milagro hizo de este hombre alguien que sólo podía ver físicamente, pero él aún estaba ciego espiritualmente, por lo tanto, Jesús vino y le concedió un milagro aun mayor, mira los versos 35 al 38, “¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, ¿Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró”.
En el verso 39, “Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados” los que confían en Jesús pueden ver, pero los que creen, que no les falta nada, están ciegos. Aquellos que no confiesan su ceguera espiritual, porque creen que lo tienen todo, están ciegos. Los fariseos se perdieron de todo esto, ellos dijeron; “¿Acaso nosotros somos también ciegos?” Jesús les respondió: “Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, [porque dicen que no les falta nada, que lo saben todo, que están satisfechos] vuestro pecado permanece” (Juan 9:41).
Jesús puede devolverte la vista inmediatamente, pero no sólo la vista física. Es la mirada hacia la oscuridad de nuestros corazones lo que realmente importa, Él quiere ser la luz en nuestras vidas, y que nosotros seamos la luz que debemos ser. San Agustín dijo; “hay muchos que en su vida cotidiana se consideran buenas personas, inofensivos, respetuosos de sus padres, no adulteran ni roban, no levantan falsos testimonio y no quebrantan la ley, pero no son cristianos” suenan parecido a los fariseos preguntando “¿Acaso nosotros somos también ciegos?” ¡estamos haciendo cosas buenas! Deberías estar feliz de que estemos en la Iglesia, eres moral, pero la moral no puede hacer de ti un buen hombre o una buena mujer. Sólo Jesús puede cambiar tu corazón y convertirte en un hijo de Dios.
Aquí está la última aplicación, Verdadera Adoración, mira lo que hace este hombre, “Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró” (Juan 9:38). ¿Adoras a Jesús? Este hombre no sólo estaba de rodillas con su cuerpo, estaba de rodillas en su corazón también, honraba a Jesús, lo glorificaba agradecido por el milagro. Fue ahí, en Juan 9:38 que Jesús ganó a un nuevo seguidor, este hombre que teme regresar a su casa porque sus padres pueden rechazarlo, este hombre que ha sido expulsado de su comunidad judía, este hombre que ahora no tiene prestigio social, y que aun antes de ser curado no tenía nada que perder y nada por que luchar, ahora tiene a Jesús en su corazón, y eso es todo lo que necesita, “Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró”
Verdadera Adoración es lo que nos hace postrarnos delante de Cristo, y esto es lo que Él desea de nosotros.
Ese es su problema, no mi problema. ¿Qué es lo que está mal en esta declaración? Bueno, si tú tienes un problema entonces yo tengo un problema y si yo tengo un problema entonces, tú tienes un problema también, nuestros problemas nos son asuntos separados.
Esperamos que puedas acompañarnos en esta apasionante serie sobre la vida de Jesús y así poder conocer más sobre su perfecta obra de amor. Bendiciones
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