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¿En qué piensas cuando digo Mateo 28:18-20? En la gran comisión ¿cierto? Pues bien, hoy vamos a recordar la importancia de cumplir con el mandamiento que el Señor Jesús nos hizo; haced discípulos. Pero antes, Hola amigo, amiga, quiero empezar este día haciendo una pregunta ¿Qué significa hacer discípulos de todas las naciones? Una pregunta difícil ¿verdad? Pues bien, para responder esto, te invito que tomes tu Biblia y me acompañes a Mateo capítulo 28 versículo 16. La Biblia dice: » Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado.» versículo 17 «Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.»(Mateo 28: 17-20).
Podría hablar durante semanas de este texto, y es que es un pasaje tan lleno y cargado de significado, pero lo que quiero que hagamos, es que veamos este texto a través de la lente de un pacto con nosotros, un compromiso que quiero invitarte hagas con Dios. Entonces, quiero que pensemos en este texto, individual y colectivamente. Y quiero que desarrollemos tres facetas de ese pacto.
Primero, basados en este texto, estamos diciendo que confiamos en Su autoridad. «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.» Esa es la declaración clave en la Gran Comisión porque es la base sobre la cual todo lo demás está construido. Este es un tema que hemos visto a lo largo del libro de Mateo. Esta es realmente la décima vez que vemos la autoridad de Jesús referenciada. A lo largo de los Evangelios, vemos su autoridad enfatizada una y otra vez, pero esto no se refiere solo el poder de Jesús, esto habla sobre el derecho de usar ese poder. Mira, tú puedes tener poder y fuerza, pero si no tienes la autoridad para usarlo, entonces realmente no llegarás muy lejos, ¿cierto?
Bueno, Jesús viene a sus discípulos antes de que esté a punto de ascender al cielo y dice: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” Así que, piensa en la autoridad de Cristo en dos niveles diferentes. Número uno, su autoridad es universal. Toda autoridad en el cielo y en la tierra. Eso prácticamente lo resume todo. Él tiene toda la autoridad en la tierra, eso significa que no hay nada que no esté bajo Su autoridad. Él tiene dominio universal, completo y total, Él tiene derecho y poder para gobernar.
Ahora bien, esto no es algo completamente nuevo, de hecho, esto es algo que hemos visto a lo largo de los Evangelios. Si haces un recorrido por los Evangelios y miras los diferentes momentos en los que vemos la autoridad de Cristo representada o referenciada, encontrarás un sinnúmero de facetas diferentes; Él tiene autoridad sobre la enfermedad, vemos a Jesús cuando ve a un hombre ciego y de repente, Jesús permite que el ciego puede ver. Vemos a Jesús llegar a un hombre cojo y decir: levántate y camina. Él tiene la autoridad de decirle a aquellos que nunca han caminado que se levanten y lo hagan. Él tiene la autoridad para tomar a los leprosos y darles sanidad. Él tiene autoridad sobre todas las enfermedades. ¿No es bueno saber que Jesucristo tiene autoridad sobre el cáncer o sobre cualquier enfermedad que cualquiera de nosotros pueda enfrentar?
Segundo, Él tiene autoridad sobre los demonios. Los espíritus malignos huyen de Él. Él tiene autoridad sobre todos los demonios. Tercero, Él tiene autoridad sobre el pecado. En los Evangelios ves a Jesús hablar acerca de cómo Él tiene la autoridad para juzgar el pecado. Pero Él no solo tiene la autoridad para juzgar el pecado, de hecho, si su autoridad se detuviera allí, entonces realmente estaríamos en problemas, sino que Él tiene la autoridad para perdonar el pecado, Él tiene autoridad de vencer el pecado. Jesús conquistó la muerte. Él es Señor sobre el pecado. Él tiene autoridad sobre la enfermedad, los demonios y el pecado.
Cuarto, Él tiene autoridad sobre el sufrimiento. «Vengan a mí todos ustedes que son débiles, cargados, que yo les haré» ¿qué? «descansar«. Cuando estás acumulado con las cosas de este mundo, cuando nada tiene sentido, cuando estás confundido y ansioso, tienes un Salvador que tiene autoridad sobre cada una de las cargas para que no tengas que llevarlas, Él las carga por ti, Él les dice a aquellos que están hambrientos, a aquellos que no han sido satisfechos por las cosas de este mundo. Él dice: «Yo soy el pan de la vida. Yo soy el agua viva» Él tiene autoridad sobre el sufrimiento. Quinto, Él tiene autoridad sobre la naturaleza. ¿Recuerdas cuando Jesús estaba en un bote con Sus discípulos y llegó una gran tormenta? En ese momento los discípulos entraron en pánico y Jesús se levanta y calma los mares. En otro momento, cuando los discípulos están en medio del lago, Jesús decide dar un paseo por el agua y camina sobre ella, porque tiene autoridad sobre toda la naturaleza. ¿Lo ves? Jesús tiene autoridad sobre la enfermedad, los demonios, el pecado, el sufrimiento, la naturaleza, y tiene autoridad sobre todas las naciones. Jesús tiene autoridad total
Ahora bien, esto ya había sido profetizado en Daniel capítulo 7, versículo 13 y 14. Puedes regresar y mirarlo en algún momento; e un texto increíble que habla de cómo vendría el Hijo del Hombre que tendría la autoridad y el dominio soberano sobre cada nación y su dominio duraría para siempre. Ahora esa es la imagen de la autoridad de Jesús. Mateo 28 verso 18 dice: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” Él lo tiene todo y el Salmo 148 lo resume. Él tiene autoridad sobre las criaturas marinas y todas las profundidades del océano, relámpagos y granizo, vientos tormentosos que hacen su voluntad, montañas, colinas, árboles frutales, cedros, animales salvajes, todo ganado, pequeñas criaturas, aves voladoras, reyes de la tierra, todo, naciones, príncipes, gobernantes en la tierra, jóvenes y doncellas, ancianos y niños. Todos están bajo la autoridad de Jesucristo. Eso cambia la forma en que miras la vida porque sabes que Jesucristo está en control; tiene autoridad sobre todas las naciones. Eso cambia la manera en que vemos las cosas que suceden en la vida sabiendo que Él tiene autoridad sobre el pecado y el sufrimiento.
Entonces, su autoridad es universal, pero, en segundo lugar, su autoridad tiene un propósito. Ahora, aquí es donde vemos el vínculo entre la autoridad de Cristo y la Gran Comisión. Lo que Jesús está diciendo es que ÉL tiene toda la autoridad en el cielo y en la tierra para un propósito y esto alimenta la Gran Comisión. Básicamente está diciendo que tiene todas las cosas en el cielo y en la tierra a su disposición para cumplir esta misión. Jesucristo le ha dicho a Su iglesia, a Sus discípulos y a nosotros que Él tiene toda autoridad en el cielo y en la tierra, y los pone a nuestra disposición para que cumplamos con la misión que nos ha dado. Es por eso por lo que Él dijo en el capítulo 15 de Juan que, “si me pides cualquier cosa que necesites, cualquier cosa que desees para cumplir esta misión, te la daré.” Jesús dijo: “Verás mi Palabra cumplida.”
Mira, la autoridad de Jesús reside en todos y cada uno de nosotros. Su persona está morando en ti. Toda autoridad en el cielo y en la tierra nos es dada, es en este punto que nos damos cuenta de que nuestro éxito como iglesia y nuestro éxito en nuestras vidas no se basa en quiénes somos o qué podemos hacer, no se trata de lo inteligentes, creativos o talentosos que somos. Nuestro éxito se basa en quién es Jesús y qué es capaz de hacer en nuestras vidas. En eso se basa nuestro éxito. Debemos confiar en su autoridad, su persona y su Palabra.
Entonces, debemos ser nosotros quienes obedezcamos su estrategia. Ahora, basándonos en la autoridad, vamos al versículo 19 y comencemos a desentrañar de qué se trata la Gran Comisión. Quiero que pensemos en la imagen que hemos visto a lo largo de todos los Evangelios hasta este punto y notes el contraste entre la estrategia de Cristo en el mundo y la estrategia autodirigida de los discípulos. Ves que la estrategia de Cristo habla de cómo Él tuvo compasión de las multitudes y las compara como ovejas sin pastor, Jesús cuida de la multitud. Pero en numerosos puntos, Jesús comienza a hablar sobre el sufrimiento que experimentará y la muerte que sufrirá.
Constantemente existe la tensión entre la estrategia autodirigida de los discípulos y la estrategia de Cristo; morir en la cruz y levantarse de la tumba. Entonces estos hombres, sus discípulos, vienen a esta montaña con Cristo y se encuentran cara a cara con su estrategia: «Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones«, y ellos solos tienen dos opciones.
La primera opción es que puedan entregarse a una estrategia autodirigida que espera su bendición. Es decir, estos discípulos eran muchachos inteligentes, valientes y tenían grandes motivos. Ellos quieren ver al Rey Jesús glorificado. Y hoy en día 2.000 años más tarde, también tenemos la opción de idear algunas estrategias geniales, grandes planes y excelentes métodos con el único fin de glorificar a Dios, sin embargo, podemos adoptar esas estrategias, planes y métodos desechando la instrucción que Jesús nos ha dado, y es en este momento que tenemos que darnos cuenta de que en ninguna parte de las Escrituras Dios promete bendecirnos basado únicamente en nuestros motivos. De hecho, las Escrituras nos dan una advertencia muy clara sobre el hecho de que Dios siempre promete bendecir su plan, no los nuestros. Entonces tenemos dos opciones. La número uno, que podemos entregarnos a una estrategia autodirigida que espera su bendición. O la número dos, nos podemos entregar a una estrategia dirigida por Cristo que garantiza su bendición.
Mira, Dios no está buscando que elaboremos una nueva agenda. Nuestra principal responsabilidad es conocer Su voluntad a través de Su Palabra y obedecer de todo corazón la estrategia que Él ya nos ha dado. Podemos pasar el resto de nuestras vidas proponiendo nuevas estrategias, nuevos planes y nuevos métodos, pero si ignoramos la estrategia dirigida por Cristo, perderemos todo el punto. Es por eso, por lo que debemos enfocarnos en lo que significa hacer discípulos de todas las naciones.
Entonces, ¿cómo se ve una estrategia dirigida por Cristo? Número uno, Cristo es nuestra visión. Eso se remonta al capítulo 4 de Mateo, ahí vemos a Jesús decir: “Sígueme, mírame, entrégate a mí.” Cristo es nuestra visión, Cuando Él estuvo en la tierra no había una escuela formal, ni reglamentos ni procedimientos, ni seminarios, ni clases de membresía. Era sólo seguir a Cristo. Nuestra agenda, nuestra visión es ser como Cristo y eso no es negociable. Eso es lo que nos impulsa, vemos a Cristo y queremos ser como Cristo. Estamos siendo conformados a la imagen de Cristo. Estudiamos Su Palabra para que su imagen eche raíces en nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras vidas. Debemos anhelar diariamente ser como Cristo.
Segundo, nuestra misión es hacer discípulos. Cuando llegas a Mateo 28 hay un mandato, un verbo imperativo; hacer discípulos. Ese es el comando alrededor del cual gira todo. Ahora es en ese punto que decimos, bueno, ¿cómo hago discípulos? Y afortunadamente, según lo que hemos estado estudiando, sabemos la respuesta a eso, y es precisamente de eso de lo que hablaremos en el siguiente capítulo, así que espero que puedas acompañarnos para juntos conocer más sobre el propósito de Dios a través del discipulado. Que Dios te bendiga.
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