Cordiales saludos amigo oyente. Es un privilegio para nosotros el contar con su sintonía. Bienvenido al estudio bíblico de hoy. Nuestro gran tema de estudio bíblico es lo que la Biblia revela sobre el Espíritu Santo. Dentro de ello, estamos estudiando la obra del Espíritu Santo en los creyentes y específicamente, la obra del Espíritu Santo, repartiendo dones. En nuestro estudio bíblico último, tratamos de definir los dones espirituales. En esta ocasión, David Logacho nos hablará acerca de la distribución de los dones espirituales. Que el Señor bendiga la enseñanza, David.
CORTINA—————————————
Antes de ir al tema de la distribución de los dones, será muy útil para Ud. amigo oyente, recordar la definición de los dones espirituales. Los dones espirituales son capacidades dadas por Dios por medio del Espíritu Santo a todos los creyentes con la finalidad de que los creyentes puedan funcionar adecuadamente dentro del Cuerpo de Cristo que es la iglesia. Estas capacidades son dadas por Dios gratuitamente e inmerecidamente. Por eso los llamamos dones. La palabra don viene de una palabra griega que significa literalmente un regalo de gracia o un regalo inmerecido. También vimos que existe una diversidad de dones. 1ª Corintios 12:4 dice: “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo” Mas adelante en nuestro estudio bíblico de los dones vamos a ver cuántos y cuáles son. Dejamos establecido también que el Espíritu Santo tiene una parte muy activa en la entrega de dones espirituales a los creyentes. 1ª Corintios 12:7 dice: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho” Los dones entonces pueden ser considerados como manifestaciones del Espíritu Santo que mora en nosotros. En el texto que acabamos de leer es obvio también que cada creyente ha recibido esa manifestación del Espíritu o esos dones. Si Ud. es creyente, amigo oyente, Ud. ha recibido ciertos dones. El hecho que Ud. no sepa por ahora qué dones ha recibido no significa que Ud. no ha recibido dones espirituales, porque la palabra de Dios es muy clara al afirmar que no existe creyente que no haya recibido dones espirituales. Si Ud. no sabe cuáles son sus dones y está interesado en saberlo, le animamos a seguir con nosotros en esta serie de programas, porque uno de los temas será justamente cómo podemos saber los dones que hemos recibido de Dios por medio del Espíritu Santo. Observe además que los dones que hemos recibido de Dios por el Espíritu Santo son para provecho de la iglesia, no para provecho del que ha recibido los dones. Los dones que Ud. ha recibido amigo oyente, no son para que Ud. se sienta orgulloso de ellos y se jacte ante otros creyentes, o para que busque beneficios personales con ellos. Los dones que Ud. ha recibido son para que Ud. sea de provecho para otros creyentes. 1ª Pedro 4:10 dice: “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” La palabra minístrelo significa sirva. Lo que Pedro está diciendo es entonces: Cada uno, según la capacidad que ha recibido de Dios por medio del Espíritu Santo, sirva a los demás como buenos mayordomos del multiforme regalo inmerecido de Dios. Los dones son capacidades para servir amigo oyente, no capacidades para ser servidos. En cierto sentido, los dones son como las herramientas otorgadas a un esclavo para que el esclavo ejecute el trabajo ordenado por su amo. También es muy conveniente diferenciar entre dones y talentos naturales. Como ya hemos visto, los dones son capacidades dadas por Dios por medio del Espíritu Santo a todos los creyentes con la finalidad de que los creyentes puedan funcionar dentro del cuerpo de Cristo, en cambio los talentos naturales son capacidades que toda persona, no importa si es creyente o no, trae a este mundo cuando nace. Una persona puede tener talento natural para la música o para la poesía o para la escritura o para la pintura o para las matemáticas, etc. todas estas cosas son capacidades naturales innatas, resultado de la herencia genética y no deben confundirse con los dones que son capacidades nuevas que Dios otorga solo a los creyentes el momento que ellos han recibido a Cristo como Salvador, para que puedan funcionar de una forma adecuada dentro del cuerpo de Cristo. Muy bien se ha señalado que los talentos naturales son capacidades recibidas al momento de nacer físicamente y los dones son capacidades recibidas al momento de nacer espiritualmente. También es necesario hacer una distinción entre los dones espirituales y el fruto del Espíritu. Los dones espirituales, como hemos dicho hasta la saciedad, son capacidades dadas indiscriminadamente a todo creyente, en cambio el fruto del Espíritu son manifestaciones que solamente los creyentes llenos del Espíritu Santo pueden poseer. Dicho todo esto, podemos entrar con confianza a hablar de la distribución de los dones espirituales. Para ello debemos reconocer que Cristo tiene un cuerpo. 1ª Corintios 12:12 dice: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo” Además todos los creyentes somos miembros de ese cuerpo. Todos los creyentes hemos sido introducidos en ese cuerpo por Dios mediante el bautismo con el Espíritu Santo. La primera parte de 1ª Corintios 12:12 dice: “Porque por un solo Espíritu fuimos bautizados en un cuerpo” Esto implica entonces que el cuerpo tiene muchos miembros. 1ª Corintios 12:14 dice: “Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos” Estos muchos miembros que forman el cuerpo tienen distintas y variadas funciones dentro del cuerpo. No todo miembro del cuerpo tiene la misma función. ¿Qué seria del cuerpo si todos los miembros quisieran ser ojo? O qué seria del cuerpo si todos los miembros quisieran ser oreja. ¿Fuera un fenómeno, verdad? Pero cuando cada miembro del cuerpo cumple a cabalidad con su función, el cuerpo funciona armónicamente y no es un fenómeno. Muy bien, aquí entra una interrogante vital. ¿Quién decide qué función va a desempeñar cada miembro del Cuerpo de Cristo? Veamos qué es lo que dice Romanos 12:3: “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más algo concepto de si que el que debe tener, sino que piense de si con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” Observe que según este texto es Dios quien repartió esa medida de fe o esos dones espirituales. Con esta idea en mente, vayamos ahora a 1ª Corintios 12:11. Dice así: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” Observe que según este texto es el Espíritu Santo quien reparte los dones espirituales. ¿Cómo armonizar estas dos ideas? Pues reconociendo que los dones espirituales son dados por Dios por medio del Espíritu Santo. Note que el Espíritu Santo como Agente de Dios para la repartición de los dones, reparte como él quiere. En otras palabras, el Espíritu Santo decide qué don o qué dones va a tener cada creyente. Esto es importante saber amigo oyente. Los dones son dados en la voluntad del Espíritu Santo, mas no en nuestra propia voluntad. Ud. no puede arrodillarse y clamar a Dios: Dame el don de profecía o dame el don de exhortación o dame el don de enseñanza, etc. No se puede porque el texto dice claramente que los dones son dados como el Espíritu Santo quiere no como el creyente quiere. Lo que debemos hacer es agradecer a Dios por los dones que él nos ha dado por medio del Espíritu Santo, cualquiera que ellos sean. Por último, mire una vez más que cada creyente ha recibido algunos dones. Dice el texto leído que el Espíritu Santo reparte los dones a cada uno en particular. Ningún creyente ha quedado fuera de esa obra del Espíritu Santo de repartir dones. Si Ud. amigo oyente ha recibido a Cristo como su Salvador, Ud. ha recibido uno o más dones. Agradezca a Dios por ellos y trate de identificar cuáles son esos dones para que pueda usarlos con provecho para la iglesia.
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