Amado oyente, permíteme invitarte al capítulo 7 de Apocalipsis. Último libro de la Biblia. ¿Qué es el culto congregacional en el cielo? ¿Qué aspecto tiene? y ¿cómo nuestra adoración congregacional es un reflejo de lo que haremos por toda la eternidad? Son preguntas en la que quiero que nos zambullamos en el programa de hoy. Permíteme alentarte mientras vamos a Apocalipsis 7. Vamos a estar rodeados por la Escritura hoy, vamos a revisar algunos pasajes, Así que prepárate.
Este capítulo que estamos viendo en el Libro de Apocalipsis, es uno de los pasajes más importantes del libro de Apocalipsis, tal vez uno de los más difíciles en cuanto a la interpretación, pero toda la Biblia trata sobre esto, especialmente el Antiguo Testamento, por lo que vamos a movernos mucho en la Biblia.
Llegamos al último estudio de esta serie de programas que hemos estado transmitiendo. Comenzamos y vimos en Nehemías capítulo 12 la imagen de la comunidad en el culto congregacional. No solo somos una reunión de adoradores individuales, somos una comunidad de fe. Luego vimos Apocalipsis capítulo 19, la necesidad de la humildad. La adoración está extremadamente centrada en Dios. Luego fuimos a Juan capítulo 4 donde vimos la importancia de la honestidad; cómo debemos comparecer ante Dios auténticamente y no solo con Dios, sino también entre nosotros. Siendo honestos con Él sobre nuestro pecado y sobre nuestras luchas. Luego, analizamos el Salmo capítulo 19 y el Salmo 119 y observamos la claridad y la necesidad, de que tanto la revelación, como la respuesta formen parte de nuestra adoración. Ahora estamos viendo la diversidad y, está verdad bíblica va a ser la base de nuestro programa.
La adoración refleja dos elementos, la unidad y la diversidad del cielo. Y lo que quiero que hagamos es que veamos eso desarrollándose en este pasaje en Apocalipsis capítulo 7. Encuentras todo tipo de opiniones sobre este pasaje, puntos de vista y perspectivas diferentes. Mi objetivo, es que veamos lo que este pasaje tiene para enseñarnos sobre la adoración en este programa. Esta es una imagen increíble.
Mira el capítulo 7 de Apocalipsis, comenzaremos en el versículo 9. La Biblia Dice: “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén. Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.” (Apocalipsis 7:9-17)
Bien, lo que quiero que veas en este pasaje, es la unión y la diversidad. Tenemos diversidad, una multitud que nadie podría contar de cada tribu, cada pueblo, cada idioma, cada nación. Esa es una imagen extremadamente diversa. Al mismo tiempo, en medio de la diversidad, cantan una canción y todos están vestidos de la misma manera. Hay unidad y diversidad. Entonces, lo que quiero que hagamos es que pensemos en cómo se unen en el capítulo 7 de Apocalipsis y después de que hayamos visto eso, veremos, qué es lo que nos une, incluso a través de un Cuerpo de Cristo diverso. Luego, vamos a pensar en las implicaciones de este texto para nuestra adoración congregacional. Entonces, ¿cómo se unen la unidad y la diversidad en el capítulo 7 de Apocalipsis?
La primera imagen que quiero que veas, es que todos hemos sido comprados para alabarlo. Comprados para darle alabanza. Esta es la imagen unificadora en Apocalipsis capítulo 7. Cuando llegas al versículo 9, dice: «Después de esto» que es una referencia a lo que sucedió en los primeros ocho versículos de Apocalipsis.
Para tener una idea de lo que está sucediendo en los versículos del 9 al 17, necesitamos entender lo que sucedió en los versículos del 1 al 8. Entonces, si retrocedes, lo que ves es una imagen de Dios hablando de cómo Él ha sellado a Su gente, Israel; el pueblo de Dios en todo el Antiguo Testamento. Quiero que me acompañes al versículo 3 solo para obtener un contexto, obtener una imagen de lo que conduce a Apocalipsis capítulo 7 versículo 9. Dice en el versículo 3: » No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.» Y lo que ves en los versículos 5 hasta el versículo 8, es una lista de las diferentes tribus de Israel y cada una de ellas contribuye a 12,000 personas en esta imagen.
Entonces tienes 12 tribus, 12,000 personas cada una, un total de 144,000 personas. Ahora, la mayoría de la gente piensa que esto no es una referencia literal a exactamente 144,000 personas, sino que es una imagen de la perfección, de la plenitud del pueblo de Dios, Israel. Pero como dije, no vamos a pasar el tiempo debatiendo sobre esto o aquello. Sin embargo, lo que sí quiero que veas es que existe una conexión entre el pueblo de Israel, el pueblo elegido de Dios que vemos a lo largo del Antiguo Testamento. Y cuando llegas al versículo 9 en Apocalipsis capítulo 7, una multitud que nadie puede contar de cada pueblo y cada idioma y cada nación, cada tribu, así que de alguna manera en Apocalipsis capítulo 7 estos están conectados entre sí. El pueblo de Israel fluyendo hacia una multitud que nadie podía contar. Y lo que quiero mostrarte, es que esto no es solo una conexión accidental que simplemente aparece en el capítulo 7 de Apocalipsis. Estoy convencido, de que este ha sido el plan de Dios desde el comienzo de la Biblia.
Volvamos a Génesis, el primer libro en la Biblia. Quiero que regreses conmigo al capítulo 12 de Génesis. Apocalipsis capítulo 7, realmente todo el Libro de Apocalipsis, de muchas maneras, pero especialmente este capítulo, nos conecta con lo que sucedió al principio. Lo que tenemos en Génesis es la introducción, lo que tenemos en Apocalipsis es algo como una conclusión que envuelve todo. Quiero que veamos estos dos pasajes como el soporte de la Biblia.
¿Recuerdas el capítulo 11 de Génesis cuando trataron de construir la Torre de Babel y todas las naciones se dispersaron y dividieron? Pues cuando llegas a Génesis capítulo 12 versos del 1 al 3, leemos: «Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.» Lo que está sucediendo aquí, al principio de la Biblia, es que Dios está hablando con Abram, el padre del pueblo de Israel, y le está dando una promesa. Y necesitamos ver la promesa que Dios hizo y esta es una promesa que Dios empezó hace mucho tiempo atrás. Dios dijo: “Abram, te voy a bendecir, voy a convertirte en una gran nación. Voy a derramar mis bendiciones sobre ti.”
Ahora, quiero que veas lo que Dios prometió hacer a través de Abram. Abraham iba a ser el canal, por así decirlo, de la bendición de Dios para todos los pueblos del mundo. Eso es lo que Dios, le prometió a Abraham en Génesis capítulo 12 versículo 3. Ahora, quiero que veas Génesis capítulo 13 versículo 16. Dios le dice a Abraham, otra vez: «Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que, si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.»
Obviamente, nadie podría contar el polvo, por lo que la imagen es una multitud que nadie podría contar, que es exactamente lo que estamos viendo en Apocalipsis capítulo 7 versículo 9. Vamos al capítulo 15 de Génesis versículos 4 y 5, Dios le dice esto nuevamente a Abraham. «Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.» Y miles de años después, los científicos nos dicen que hay alrededor de 76 trillones de estrellas. Eso es un montón de estrellas y por eso, Dios le dice a Abraham: “salgamos, quiero que mires aquí y quiero que veas que haré de tu descendencia una multitud, que ni siquiera puedes contar.”
Ahora acompáñame a Génesis capítulo 17 versículo 3, la Biblia dice: “Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.” (Génesis 17: 3-6). ¿Estás viendo la conexión entre Israel y una multitud que nadie podría contar de todas las naciones en el capítulo 7 de Apocalipsis?
Bien, ahora vamos al capítulo 22 de Génesis. ¿Recuerdas cuando Dios le dijo a Abraham que sacrificara a su hijo y Abraham fue obediente? Él estaba sufriendo por eso hasta que Dios proveyó un cordero. Y cuando llegas a Génesis capítulo 22 versículo 17 y escuchas que Dios lo reitera. Es casi como si Dios estuviera tratando de resaltar un punto aquí. Él dice en el versículo 17 de Génesis 22: «de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.» (Génesis 22:17-18)
Abraham tuvo un hijo, su nombre era Isaac. Vamos al capítulo 26 de Génesis. Dios había hecho esta promesa una y otra vez a Abraham. Mira Génesis capítulo 26 versículo 4: “Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente,” Ahora Isaac tenía un hijo llamado Jacob. Cuando llegas a Génesis capítulo 28 versículo 14, Dios mantiene viva esta promesa. Dios le dice a Jacob, en Génesis capítulo 28 versículo 14, el cual está teniendo una visión, un sueño y dice a Jacob: «Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.» Esa es una promesa bastante fuerte teniendo en cuenta que Jacob era un hombre soltero en ese momento. Él está buscando una esposa y descubre que va a tener descendientes que serán como el polvo de la tierra. Esa es una buena noticia para un hombre soltero. Y así, la promesa ahora no es solo Abraham, no solo Isaac sino Jacob: “a través de ti, todas las naciones de la tierra serán bendecidas.”
Espero que puedas acompañarnos en nuestro siguiente programa y conocer más los planes maravillosos de Dios a través de cada uno de estos hombres, hasta llegar a cada uno de nosotros. Que Dios te bendiga.
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