No estamos hablando de diferencias irreconciliables, estamos hablando de estar involucrado en una situación en la que experimentas abusos y estás orando por tu marido y aún deseas que eso funcione porque quieres que las personas vean que Dios es un Dios de milagros, incluso con relaciones
Desde cualquier punto de vista, el divorcio es algo doloroso, afecta profundamente a ambos miembros de la pareja y aún más a sus hijos. Durante este tiempo, veremos un análisis de las dos partes de esta herida en una conversación con alguien que tiene las cicatrices del divorcio, en su relato encontrarás a un bondadoso Señor que venda nuestras heridas.
PABLO// El matrimonio es difícil, es verdad, el matrimonio es muy difícil, pero Dios los ha puesto juntos para que honren su nombre.
Hay un estudio muy interesante, el cual analizó la vida de 130 niños entre las edades de 13 y 18 años y los estudiaron durante 25 años. La conclusión principal a la que llegaron en este estudio es que el divorcio de los padres afecta negativamente a la capacidad para amar y ser amados dentro de una relación duradera y comprometida. Cuando estos jóvenes llegan a la edad adulta, cuando el amor, la intimidad sexual, el compromiso y el matrimonio toman el centro del escenario: los hijos de padres divorciados están atormentados con los fantasmas del divorcio de sus padres, y temen que les aguarde el mismo destino. Estos miedos, que alcanzan un clímax en su edad adulta temprana, impiden el progreso del desarrollo en la madurez de estos jóvenes. Muchos, eventualmente, superan sus temores, pero la lucha para hacerlo es dolorosa y puede costarles más de una década de sus vidas. Además de superar el temor al fracaso tienen mucho que aprender sobre el dar y recibir de la vida con otra persona: cómo tratar las diferencias entre ellos, cómo resolver los conflictos, porque ellos no aprendieron a hacer eso a través de sus padres, ellos vieron que cuando hay conflictos es mejor dejarlo todo y abandonar la carrera, y tú, cuándo en tu matrimonio tienes un conflicto, ¿en qué es en lo primero que piensas?
Algunos de ustedes saben esto de primera mano. El divorcio es muy difícil para los niños y esa es una de las razones por la que Dios aborrece el divorcio, pero recuerda: Él odia el divorcio, pero por sobre todo, Él nos ama.
Ahora permíteme leerte algo que nos escribió una chica que creció en nuestra Iglesia y ahora vive en otro país, ella nos dice: “Como es que a alguien que creció en los caminos del Señor le pudo pasar esto. Nunca pensé que el divorcio podría ser algo que me suceda a mí, pero así fue. Estoy consciente de que me sucedió porque llegué al matrimonio de manera apresurada, idolatrando una relación. Pero el abuso, un romance posterior, y un hombre que había abandonado la fe: puso fin a mi matrimonio. La cosa es que Dios es un Dios sanador, su misericordia y su amor son inmensos y van más allá de lo profundo de nuestra necesidad. Creo que cuando se habla de divorcio no tenemos ninguna opción para pensar en las concesiones, pero Incluso, si ambos cónyuges son creyentes, o incluso si uno de los dos no lo es y si el otro está dispuesto a trabajar por el matrimonio, hay algún tipo de esperanza. En mi caso no fue así, no estoy orgullosa de este capítulo de mi vida, pero ahora que miro hacia atrás estoy muy agradecida con Dios sabiendo que Él utilizó este tiempo para acercarme más a Él. He aprendido mucho a través de un grupo pequeño de estudio bíblico y aún sigo aprendiendo” Un testimonio realmente increíble.
Bueno, ahora me gustaría concentrarme en el aspecto de La redención. Muchas veces después de un divorcio, una mujer cristiana, y debería añadir, también hombres cristianos, se sienten inútiles, desorientados, avergonzados, especialmente si piensas que nunca te podría suceder a ti, pero Dios es capaz de convertir nuestras cenizas en victorias tal y como la historia que acabamos de escuchar.
Y en esa misma línea, quiero presentarles a una invitada muy especial que ha pasado por el reto del divorcio en su propia vida, quiero que veamos las cosas de las que hemos venido hablando en las escrituras aquí, en la vida real, así que Gretchen bienvenida a nuestro programa de hoy, realmente apreciamos que nos acompañes.
Gretchen// Muchas gracias.
PABLO// Bien Gretchen estás aquí, sentada con nosotros, tienes cuatro hermosos hijos, tienes nietos y Dios te está bendiciendo mucho, tienes retos como todos los demás ¿verdad? Dios te está bendiciendo de formas muy evidentes, aunque no siempre fue así.
Tienes una historia para compartir este día, y sé que algunas personas están escuchando y vas a identificarse con algunas cosas por las cuales Dios te hizo atravesar en tu vida.
Sé que te casaste cuando tenías 20 años y las cosas empezaron bien, pero después de un tiempo algunas cosas comenzaron a ponerse difíciles en la relación, hablamos un poco acerca de esas primeras cosas que tú observaste.
Gretchen// Tenía 21 años cuando me casé, desgraciadamente él había estado bebiendo en el colegio, lo cual es muy común y nos pareció que después del matrimonio esto iba a detenerse, pero no fue así, entonces todo se puso peor, él intentó dejarlo durante algún tiempo, pero después ya no lo hizo más. Entonces tuvimos un hijo y mi esposo se convirtió en alguien violento y siempre estaba muy enojado y esto se prolongó durante mucho tiempo. Yo me había convertido en una creyente después de que nos casamos y sólo esperaba que la situación mejorará, pero Dios no siempre lo hace de esa manera, Él nos conduce de una manera en la que algunas cosas pueden cambiar y otras cosas necesitan más atención de nuestra parte, así que, empecé a orar por él, ore por un buen tiempo, largo tiempo, y las cosas se pusieron peor, pero eso era lo único que podía hacer.
PABLO// Así es, y una de las cosas más importantes que dijiste, es que tú y tu esposo bebían cuando estaban en la universidad y se casaron esperando que esto se detuviera después de casados. Hay muchas personas que tienen malos hábitos durante el tiempo que están de novios y piensan que tan pronto se casen algo de esto va a cambiar. Pero hoy quiero decirles algo: tú necesitas ser capaz de mirarle a los ojos, a esa persona con la que piensas unir tu vida, y decirle: “si esto no cambia no me voy a casar contigo” Porque no hay garantía de que algunas cosas puedan cambiar mañana ¿verdad?
Gretchen// Así es, esto es algo que deberíamos aprender si somos creyentes. Yo no era creyente cuando me casé, pero, aun así, debí haber visto las luces de advertencia y no ignorarlas. Mi vida en la casa de mis padres no era buena y por eso quería casarme muy joven y salir de todo eso, así que me fui, como se dice, de la sartén al fuego. Hay cosas que se supone que deberían cambiar después de que te casas, pero no cambian y eso es muy grave.
PABLO// Bien, ahora cuando ya estabas casada te convertiste en cristiana y comenzaste a orar por él. Dios había había cambiado tu corazón, por lo que ciertamente, Dios tiene el poder de cambiar el de tu esposo. Tú estabas orando y esperando que Dios haga algunas cosas, pero sabemos que el tiempo de Dios no es nuestro tiempo, y a veces, los caminos de Dios no son nuestros caminos. Hay personas que hacen lo mismo, puede ser que ahora mismo alguien está orando y pidiendo al Señor que cambie el corazón de su esposo o esposa, ellos quieren permanecer en el matrimonio, quieren que su cónyuge cambie.
Pero ahora, Gretchen me gustaría, que nos hables un poco acerca de tu visión de Dios o tu desilusión con Él, tus retos con respecto a tu relación con el Señor, quisiéramos saber cómo estaban funcionando las cosas en este matrimonio que era extremadamente difícil.
Gretchen// Bueno yo tenía mucha ira desde antes que esto empezara, siempre tuve problemas de ira, pero la verdad es que estuve muy enojado con Dios, por un tiempo. Y a pesar del enojo, era increíble como las escrituras venían a mi mente, hubo un momento en especial cuando recordé un pasaje en el cual Pedro le dice a Jesús: “a quién iremos pues sólo tú tienes palabras de vida eterna” y entonces pensé que no había nadie en mi vida que podía solucionar esto, que pudiera desaparecer esta situación, que cambiara las cosas. Así que me acerque más y más a Dios y oraba con mucha devoción y le decía que si esto iba a durar mucho tiempo Él tenía que hacer algo, no sabía que iba a hacer, pero yo le decía: “Creo que vas a hacer algo. No sé lo que es, pero sé que actuaras”
PABLO// Muchas veces escuchamos estas historias. Gretchen, eres un reflejo de esas situaciones difíciles que llegan a nuestra vida, entonces oramos y de repente todo cambia, nuestro corazón experimenta una paz sobrenatural que sólo es producto de la comunión con Él. Estas historias son verdaderas y alabamos a Dios por ellos, pero también sabemos de personas qué oran y su situación no cambia, y esto puede ser bastante desalentador porque pueden empezar a pensar: “tal vez no estoy orando de la manera correcta” o “no estoy orando lo suficiente”
Ahora, tú eres un ejemplo de esto, pues tu historia no cambió y aún seguiste dependiendo de Dios ¿Qué es lo que los mantiene firmes en Dios aun cuando no reciben resultados visibles?
Gretchen// Tiene que ser su gracia.
Mira, yo solía,.. de hecho, mi marido me acusaba de esto, él decía que yo utilizaba la religión como una muleta, quizás era así, pero yo tenía las dos piernas rotas. Necesitaba esa muleta y esa es, creo, parte de la razón por la que presioné tan fuerte. Pero hay algo que me gustaría decir aquí sobre las iglesias, debemos estar muy conscientes de qué hay muchas personas que están pasando por esta misma situación, es decir, hay padres y madres solteros que atraviesan esta situación, y hay parejas bien intencionadas, pero que pueden ser muy hirientes con sus comentarios, y yo me di cuenta de esto con mis hijos, estas parejas nos ignoraban, a mí y a mis hijos, y eso fue muy doloroso, mis hijos estaban muy tristes y no querían ir a la iglesia. He conversado de esto en mi grupo de apoyo y muchos dicen lo mismo.
PABLO// Efectivamente, lo que nos acabas de decir es una triste realidad de muchas iglesias. Solemos volvernos tan legalistas que olvidamos la gracia y recuerda que si tenemos todo lo que tenemos es solamente por gracia, no somos nadie para juzgar a los demás
Sabes, creo que este es un gran recordatorio para aquellos que nos están escuchando y que están involucrados en una iglesia, todos debemos entender que somos parte de una gran comunidad de creyentes y hay muchas personas a nuestro alrededor que vienen a la iglesia, y debemos mostrarles nuestra mejor sonrisa. Esperamos que puedas acompañarnos en nuestro próximo programa y conocer más acera del divorcio y la iglesia. Bendiciones.
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