Reciba cordiales saludos amable oyente. Soy David Logacho dándole la bienvenida al estudio bíblico de hoy en el evangelio según Lucas. En el estudio bíblico de hoy, veremos el peligro que reviste el cerrar los ojos espirituales a la luz que irradia la gloriosa palabra de Dios.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Lucas 11:29-36. Si nos acompañó en nuestro último estudio bíblico, recordará que a raíz de que el Señor Jesús expulsó un demonio de un hombre mudo, algunos que fueron testigos de este milagro estaban maravillados, mientras otros atribuyeron a Satanás el poder que el Señor Jesús tenía para expulsar demonios, y otros, para tentarle, le pedían señal del cielo. Estos eran los típicos incrédulos quienes tenían bien metido en su cabeza que es necesario ver para creer. Es a estos a quienes el Señor Jesús dirige las palabras que vamos a estudiar el día de hoy. En primer lugar, tenemos la declaración del Señor Jesús. Lucas 11:29 dice: Y apiñándose las multitudes, comenzó a decir: Esta generación es mala; demanda señal,(D) pero señal no le será dada, sino la señal de Jonás.
Por ser Dios en forma humana, el Señor Jesús conoce lo que hay en lo profundo del corazón del hombre. El Señor Jesús por tanto sabía que en lo profundo del corazón de los que le pedían señal del cielo, había incredulidad. Aunque el Señor Jesús les hubiera concedido el pedido de hacer señal del cielo, estos hombres no hubieran reconocido que el Señor Jesús es el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios. Esto explica el fuerte reproche del Señor Jesús hacia ellos. Los calificó como una generación mala. La palabra generación significa un ciclo de vida; esto es, el periodo desde el nacimiento de una persona hasta el nacimiento de los hijos de esta persona. En su incredulidad, esta mala generación, tuvo el atrevimiento de demandar al Señor Jesús que haga algo espectacular. La respuesta del Señor Jesús fue: Señal lo le será dada. Lo único que esta generación mala iba a presenciar sería la señal de Jonás. Esto tiene que ver con lo que iba a pasar más tarde, una vez que el Señor Jesús muera, sea sepultado y resucite tres días después. Note lo que dice Lucas 11:30 Porque así como Jonás fue señal a los ninivitas,(E) también lo será el Hijo del Hombre a esta generación.
Jonás tuvo que permanecer tres días en el vientre de un gran pez antes de ser arrojado a tierra. Esto sirvió de señal a los Ninivitas para que sepan que Jonás fue enviado de Dios y su mensaje era la palabra de Dios. La generación mala también sabrá que Jesús es el Cristo, el Mesías, el Hijo de Dios, cuando lo vean resucitado de entre los muertos. Romanos 1:4 dice que el Señor Jesús fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de Santidad, por la resurrección de entre los muertos. En segundo lugar, tenemos los motivos por los cuales esa mala generación será condenada. El primero es porque despreciaron la sabiduría del Señor Jesús. Lucas 11:31 dice: La reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación, y los condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón,(F) y he aquí más que Salomón en este lugar.
Cuando Salomón el rey de Israel estaba en toda su plenitud, su sabiduría era reconocida en todo el mundo. Tanto es así, que la reina de Sur, hizo todo esfuerzo posible para hace un largo, cansado y costoso viaje a Jerusalén, con el único propósito de oír la sabiduría de Salomón. En el momento del juicio contra la mala generación, la reina del Sur se levantará como testigo para condenar a esa mala generación, porque teniendo a la mano alguien infinitamente más sabio que Salomón, al Señor Jesús, se resistieron a oírle. El segundo es porque despreciaron la autoridad del Señor Jesús. Lucas 11:32 dice: Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque a la predicación de Jonás se arrepintieron,(G) y he aquí más que Jonás en este lugar.
Cuando Jonás predicó el mensaje de arrepentimiento a los hombres de Nínive, todos se arrepintieron, desde el rey hacia abajo, porque reconocieron que quien les predicaba tenía la autoridad de Dios. En el momento del juicio contra la mala generación, estos hombres de Nínive se levantarán como testigos para condenar a esa mala generación, porque teniendo a alguien con mayor autoridad divina que Jonás, el Señor Jesús, quien también predicaba un mensaje de arrepentimiento, sin embargo se negaron a arrepentirse. El tercero porque despreciaron la luz espiritual que les estaba dando el Señor Jesús. Lucas 11:33-36 dice: Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero,(H) para que los que entran vean la luz.
Luk 11:34 La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas.
Luk 11:35 Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas.
Luk 11:36 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor.
El Señor comienza esta parte con una parábola. Nadie en su cabal juicio, encendería una lámpara, y la cubriría con un almud. El almud era un recipiente de madera que se utilizaba para medir áridos. Si lo hiciera, nadie podría beneficiarse de la luz que irradia la lámpara. Lo sensato es encender la lámpara y ponerla en un candelero, donde todos lo vean. De esta manera, la luz que irradia la lámpara beneficiará a todos los que estén cerca. ¿Cuál es la lección espiritual de esta parábola? Pues que el Señor Jesús como la luz espiritual que todo hombre necesita, no se ocultó, como cuando una lámpara se oculta debajo de un almud, sino que siempre estuvo en lugar muy visible, de modo que todo el mundo la pueda ver, inclusive esa generación mala. El problema de esta mala generación, era que a pesar de tener a su disposición esta maravillosa luz que irradia la persona del Señor Jesús, sin embargo, la estaban rechazando, impidiendo que les ilumine hacia adentro para detectar la maldad que había en su corazón. Se habían vuelto ciegos a la luz espiritual. Si un ciego enfoca su mirada hacia el sol, por más que el sol esté en su máxima incandescencia, no va a poder distinguir la luz. Esto justamente estaba pasando con la mala generación. Tenían la luz brillante de la persona del Señor Jesucristo, pero voluntariamente, por su incredulidad se habían vuelto ciegos a esa luz y por eso se negaban a reconocer que el Señor Jesús es el Cristo, el Mesías, el Rey de Israel. El Señor Jesús dijo respecto a esto. La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas. Esto justamente era el problema de la mala generación que demandaba señal del cielo al Señor Jesús. Sus ojos estaban cerrados a la luz que irradiaba la persona del Señor Jesús y como consecuencia, estaban sumidos en densas tinieblas espirituales. Por eso la exhortación del Señor Jesús: Mira pues, que la luz que en ti hay sea tinieblas. La generación mala estaba convencida que tenía luz, pero el hecho que estaban tentando al Señor Jesús, demostraba que estaban en tinieblas. La luz que ellos pensaban que tenían eran en realidad tinieblas. Por el contrario, si permitieran que entre la luz, siempre estarían llenos de luz, no teniendo parte alguna con las tinieblas, así como cuando una lámpara alumbra con su resplandor. Todo esto es otra razón para que en el juicio esta generación mala sea condenada. Interesante que cuando una persona confía en Cristo como Salvador, sus ojos son abiertos, por decirlo así, y llega a ser un hijo de la luz. Note lo que dice Efesios 5:8-14 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz
Eph 5:9 (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad),
Eph 5:10 comprobando lo que es agradable al Señor.
Eph 5:11 Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas;
Eph 5:12 porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.
Eph 5:13 Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo.
Eph 5:14 Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo.
Es algo muy peligroso cerrar voluntariamente los ojos a la luz de la verdad de la palabra de Dios, porque perfectamente nos podemos volver ciegos a la verdad de Dios y en esas condiciones pensar que estamos bien, cuando en realidad estamos totalmente mal. Que Dios en su gracia le permita tener sus ojos espirituales bien sensibles a la luz de la palabra de Dios.
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