Saludos cordiales amigo oyente. Nos sentimos muy complacidos por contar con su sintonía. Sea Ud. bienvenido al estudio bíblico de hoy sobre el Espíritu Santo. Dentro de este gran tema, nos hemos estado ocupando de la obra del Espíritu Santo en los creyentes. Hemos visto ya que el Espíritu Santo regenera o produce el nuevo nacimiento en el creyente. También hemos visto que el Espíritu Santo mora en el creyente. En nuestro estudio bíblico último vimos que Cristo bautiza con el Espíritu Santo al creyente. En el estudio bíblico de hoy, David Logacho nos hablará de otra obra del Espíritu Santo en el creyente.
Las computadoras se han vuelto elementos indispensables en nuestro diario vivir. Si Ud. tiene algo de contacto con las computadoras, estará de acuerdo conmigo en que las computadoras son inútiles si no tienen un programa que controle su sistema de memoria. Si Ud. borra de la memoria todos los programas de su computadora se torna prácticamente inservible. El verdadero poder de las computadoras radica en la efectividad de los programas que puede manejar. ¿Por qué estamos hablando de programas que controlan computadoras en un estudio bíblico? Pues, porque guardando las proporciones del caso, algo parecido ocurre entre el Espíritu Santo y el creyente. Permítanos hacer esta comparación: Así como el programa de computación hace efectiva a una computadora, el Espíritu Santo hace efectivo a un creyente. En otras palabras, un creyente que no tiene al Espíritu Santo controlando su vida es como un computador que no tiene un programa de computación que lo controle. Esta función del Espíritu Santo de controlar al creyente es lo que se llama la llenura del Espíritu Santo. Para explicar esta obra del Espíritu Santo, comencemos por señalar que como vimos en un estudio bíblico anterior, todo creyente tiene al Espíritu Santo morando en su vida, pero no todo creyente tiene al Espíritu Santo controlando su vida. Veamos por tanto qué es lo que dice Dios a un creyente que teniendo el Espíritu Santo en su vida no está siendo controlado por el Espíritu Santo. Efesio 5:18 dice: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu Santo” En este texto, el apóstol Pablo está enseñando por vía de contraste. ¿Cuál es el contraste? Pues entre el efecto que produce el alcohol en una persona que se ha embriagado con vino y el efecto que produce el Espíritu Santo en una persona llena del Espíritu Santo. ¿Ha visto Ud. a una persona ebria? ¿Se transforma totalmente, verdad? Piensa diferente, habla diferente, actúa diferente, etc. etc. El ebrio pierde el control de si mismo y automáticamente pasa a ser controlado por el alcohol. Igual debería ser con el creyente lleno del Espíritu Santo, debe perder el control de si mismo y automáticamente pasar a ser controlado por el Espíritu Santo. Esto es la llenura del Espíritu Santo. Si quisiéramos ponerlo a manera de definición diríamos que estar lleno del Espíritu Santo significa simplemente estar sometido al control absoluto de dicho Espíritu. Notemos algunas cosas importantes sobre la llenura del Espíritu Santo. Primero, es un mandato para todos los creyentes. El texto que leímos anteriormente dice: Sed llenos del Espíritu Santo. Esta es una orden, amigo oyente. No es una mera sugerencia. Ud. y yo tenemos la obligación de estar llenos del Espíritu Santo y si no lo hacemos estamos desobedeciendo a Dios y toda desobediencia es pecado. Segundo. Es un acto de la voluntad del creyente. Por eso justamente tenemos la orden. El creyente tiene la facultad de estar o no lleno del Espíritu Santo. Pero recuerde que Dios nos ordena que debemos estar llenos del Espíritu Santo. Nuestra voluntad debe reaccionar ante esta orden para cumplirla. Tercero, es una experiencia que se repite, porque es muy fácil dejar de ser llenos del Espíritu Santo. Los discípulos de Jesús fueron llenos del Espíritu Santo según el relato en Hechos 2:4, sin embargo de ello, esos mismos discípulos volvieron a ser llenos del Espíritu Santo según el relato en Hechos 4:31. Esto implica que en algún momento dejaron de ser llenos del Espíritu Santo y volvieron a estar llenos del Espíritu Santo más tarde. Esto nos conduce a lo siguiente. En cuarto lugar, la llenura del Espíritu Santo termina cuando el creyente peca. Efesios 4:30 dice: “Y no contristáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” Si observamos el contexto en el cuál aparece este texto vamos a ver que se trata de pecado que se comete con la lengua, amargura, enojo, ira, gritería, malicia, falta de benignidad, falta de misericordia, falta de perdón, etc. En general amigo oyente, todo pecado hace entristecer o apagar al Espíritu Santo y cuando ello ocurre, el creyente deja de ser lleno del Espíritu Santo. Muy bien, hemos dicho entonces que ser lleno del Espíritu Santo es una orden para el creyente. Si Ud. es un creyente que desea obedecer lo que Dios dice en su palabra, estará muy interesado en saber cómo se puede ser lleno del Espíritu Santo. Numero uno, Ud. debe ser un verdadero creyente, porque solo los verdaderos creyentes pueden ser llenos del Espíritu Santo, porque solamente ellos poseen el Espíritu Santo. Para ser un verdadero creyente, Ud. necesita haber recibido a Cristo como su Salvador personal. Número dos. Ud. necesita, dedicar o consagrar su vida a Dios. Esto es un acto voluntario en el creyente por el cual se compromete delante de Dios a obedecer lo que él ha dicho en su palabra. Romanos 12:1-2 dice: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentáis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conformáis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobáis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” El texto exhorta a una presentación voluntaria del creyente a Dios, como un sacrificio vivo, para que Dios haga lo que él quiera con el creyente. Este es un requisito para ser lleno del Espíritu Santo. Si Ud. amigo oyente, siendo creyente, nunca jamás ha dado este paso, le desafiamos a que lo haga lo antes posible. Número tres, Ud. necesita obedecer lo que ya sabe de la palabra de Dios y lo que vaya aprendiendo a medida que va estudiando la palabra de Dios. La obediencia a lo que dice la palabra de Dios resulta en llenura del Espíritu Santo y la desobediencia a lo que dice la palabra de Dios resulta en la falta de llenura del Espíritu Santo. Por último, quizá a Ud. amigo oyente le gustaría saber cómo actúa una persona llena del Espíritu Santo. A lo mejor, Ud. como muchos, piensa que el creyente lleno del Espíritu Santo tiene poderes sobrenaturales para hacer maravillas, señales y prodigios. No hay tal mi amigo. Una persona llena del Espíritu Santo, manifiesta primeramente un carácter semejante al de Cristo. Gálatas 5:22-23 dice: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” Todas estas cualidades pertenecen a Cristo y eso es justamente lo que produce el Espíritu Santo en alguien que está lleno de él. Además de un carácter semejante al de Cristo, la llenura del Espíritu Santo produce una actitud de adoración y alabanza en el creyente. Después de ordenar que seamos llenos del Espíritu Santo, note lo que dice Efesios 5:19: “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” Un creyente lleno del Espíritu Santo, vive adorando y alabando a Dios, tan contrario a lo que se ve en muchos creyentes, nos referimos a vivir quejándose, engañando, murmurando, chismeando, etc. Además de esto, un creyente lleno del Espíritu Santo lo manifiesta en una vida de sumisión a los demás. La arrogancia, el orgullo, el anhelo de estar sobre los demás no son propios de creyentes llenos del Espíritu Santo. Después del mandamiento a ser llenos del Espíritu Santo, note lo que dice Efesios 5:21: “Someteos uno a otros en el temor de Dios” Si Ud. tiene dificultades en someterse a los demás, no importa si es a su esposo, o a su jefe o a las autoridades civiles, Ud. no está lleno del Espíritu Santo. Finalmente, un creyente lleno del Espíritu Santo, lo manifiesta con una vida de servicio a los demás. Eso fue lo que hizo Cristo cuando dijo: Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Cerrando ya, si Ud. ha reconocido que no está lleno del Espíritu Santo, le invitamos a presentarse hoy mismo a Dios en sacrificio vivo, santo, agradable, y en prueba de la sinceridad de su decisión, le invitamos a obedecer todo lo que ya conoce de la Biblia. El Espíritu Santo llenará su vida y Ud. manifestará el carácter de Cristo, una vida de adoración y alabanza, una vida de sumisión a los demás y una vida de servicio.
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