Qué bendición es estar nuevamente juntos amigo oyente para proseguir con el estudio bíblico de la familia cristiana. En esta ocasión, David Logacho nos hablará acerca del liderazgo en la familia cristiana.
Hemos visto ya que la función o el rol principal de un esposo es amar a su esposa. Este amor no es un te quiero, y porque te quiero te golpeo. Mas bien es un amor sacrificial, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella. Los esposos debemos sacrificarnos por nuestras esposas. Es un amor santificador, así como Cristo santifica y purifica a la iglesia en el lavamiento del agua por la palabra. Los esposos debemos incentivar a nuestras esposas a una vida de santidad. Es un amor sustentador, así como Cristo satisface todas y cada una de las necesidades de la iglesia. Los esposos debemos satisfacer todas las necesidades de sus esposas. Finalmente es un amor sin retorno, así como Cristo jamás dejará de amar a la iglesia. Los esposos debemos entender que el amor a nuestras esposas es un amor inquebrantable. Del cumplimiento de esta función del esposo para con su esposa depende el éxito o el fracaso de cualquier otra función del esposo ya sea en el matrimonio o en la familia. Un esposo que no ama a su esposa como Dios ha ordenado, no podrá llevar a cabo ninguna otra función que Dios le ha delegado dentro del matrimonio y del hogar. Tomemos por ejemplo el liderazgo de la familia, la cual es otra función de un esposo. Liderazgo sin amor es tiranía. Un líder sin amor en un hogar se torna en un déspota, en un dictador, en un arrogante emisor de órdenes y más órdenes. En cambio, un esposo amoroso es un líder amoroso. Esto es lo que Dios demanda de un esposo. En una familia debe existir una forma de gobierno. ¿Cómo se gobierna la familia cristiana? Pues existen tres alternativas, de las cuales solamente una tiene apoyo bíblico. La primera, con la esposa como la cabeza, la segunda con el esposo como la cabeza, y la tercera, un gobierno que podríamos llamar democrático, en el cual el esposo y la esposa comparten el liderazgo en el hogar. Una sola de estas tres alternativas es la correcta. ¿Cuál será? Bueno, si Usted respondió la segunda, es decir aquella que afirma que el esposo es la cabeza de la familia cristiana, Usted está en lo correcto. Mire lo que dice la Biblia al respecto. Leo en Efesios 5:23-24 donde dice: “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo” No puede haber pasaje bíblico más claro que éste, para mostrar que el diseño de Dios para la familia cristiana es con el esposo como cabeza de la esposa y por ende también como cabeza de la familia en general. ¿Qué hay de malo con la idea que la esposa sea la cabeza del esposo y de la familia en general? ¿Acaso Usted no ha visto familias cristianas que marchan muy bien bajo el liderazgo de la esposa? Yo las he visto y quizá inclusive su hogar, amigo oyente, es un caso así. Conozco cantidad de esposas que son mucho más hábiles y capaces que sus maridos para liderar y administrar. Si la familia cristiana marcha muy bien bajo el liderazgo de la esposa, quien se ha constituido como cabeza, entonces ¿por qué cambiarlo? Estas son inquietudes de peso y deben enfrentarse con un criterio muy maduro. El hecho amigo oyente, es que en la vida cristiana, no se juzga que algo sea bueno o sea malo por el resultado que produce. La idea tan arraigada que el fin justifica los medios, no es en absoluto bíblica. Yo no puedo dar de comer a los necesitados, un buen fin, por medio de robar a alguien el dinero para hacerlo, un mal medio. Igualmente, ni Usted, ni yo podemos decir que porque una familia marcha muy bien bajo el liderazgo de la esposa como cabeza, está bien que la esposa sea la cabeza de la familia cristiana. El asunto, es que Dios ha determinado que el esposo sea la cabeza del hogar y cualquier violación de este mandato es algo condenado por Dios, así como Dios condena cualquier otra violación de cualquiera de sus mandatos. No es cuestión de hacer una evaluación para ver quien de los dos, esposo o esposa, está mejor capacitado para ejercer el liderazgo en la familia cristiana y según eso decidir quien va a ser la cabeza en la familia cristiana. Dios ha decidido ya, de antemano, quien va a ser la cabeza de la familia cristiana y ese privilegio y responsabilidad ha caído sobre los esposos. No me cabe la menor duda en cuanto a que muchas esposas están mejor dotadas que sus esposos para liderar la familia, pero una esposa madura en Cristo jamás encontrará en esto un justificativo para ser cabeza de su esposo y de la familia en general, porque simplemente Dios ha dicho que es el esposo quien debe ser el líder en la familia cristiana, y una esposa madura querrá hacer lo que Dios ha dicho en su palabra, aun cuando si esto va en contra de sus deseos o sus intereses o en contra de su humano razonamiento. Por otro lado, ¿cuál es el problema con un gobierno democrático en el hogar? Qué tal por ejemplo si el esposo piensa que se debería hacer algo en el hogar. Como esposo y esposa han optado por un gobierno democrático en la familia, esto significaría que el esposo debe primeramente conseguir la autorización de la esposa para emprender la obra. Si la esposa está de acuerdo, entonces se procede y todos quedan contentos. Pero lo que pasa es que no siempre las cosas son tan sencillas. Qué tal por ejemplo, si la esposa dice: Querido, a mí no me parece que deberíamos hacer esto, así que no lo vamos a hacer. La esposa habrá ejercido su poder en el gobierno democrático de la familia y el esposo no tendrá más remedio que recoger su proyecto y ponerlo en el olvido o esperar que la esposa cambie de opinión. En otras ocasiones puede ser la esposa quien inicie el proceso para hacer cierta cosa, solo para recibir el balde de agua fría de encontrarse con un esposo que no está de acuerdo y por tanto aquella cosa no se realiza. En este caso será el esposo quien ha hecho uso de su poder e el gobierno democrático de la familia. Tenemos entonces que algunas veces es la esposa, otras veces el esposo quien ejerce poder en la familia. El resultado es caos en la familia. Hace falta una cabeza. La familia llega a ser como un cuerpo sin cabeza. Un cuerpo sin cabeza es un fenómeno condenado a la destrucción. Ante este cuadro de crisis de liderazgo, es muy oportuno el mandato del Señor en Efesios 5:23-24. La Biblia enseña que el esposo ha de ocupar la posición de cabeza de la relación matrimonial y de la familia en general. ¿Qué significa esto de que el esposo es cabeza de la familia cristiana? Veamos primeramente lo que no significa. Ser cabeza de familia no significa que el esposo es dictador. Hay esposos que se agarran del principio que el esposo es la cabeza de la familia para justificar actitudes y conductas dictatoriales en la familia. Intentan hacer funcionar a la familia como un sargento lo haría con el escuadrón de soldados que está a su cargo. Ladran las órdenes, exigen obediencia inmediata e incondicional a cada capricho, y suprimen cualquier mínimo indicio de rebeldía con la fuerza, tanto psicológica como física. Así es como un mal esposo se atreve a levantar la mano contra su esposa. El ser cabeza de familia tampoco significa que el esposo automáticamente va a tener el respeto de los miembros de la familia. Es verdad que Dios ha dado al esposo la posición de cabeza de la familia, pero eso no garantiza que la esposa o los hijos le respeten y le honren de corazón de un modo automático. El respeto se gana. El respeto engendra respeto. Ser cabeza de la familia tampoco significa que el esposo debe tomar todas las decisiones en la familia. Aunque el concepto de cabeza de familia sin duda implica autoridad, esto no significa que la esposa es incapaz de tomar decisiones, tampoco significa que no debe tomar parte de un modo importante en el proceso de hacerlas. Una vez que hemos visto lo que no significa ser cabeza de la relación matrimonial y cabeza de la familia en general, en nuestro próximo estudio bíblico veremos lo que en realidad significa. Por lo pronto sabemos que la familia cristiana necesita de liderazgo. Necesita que alguien marche adelante como líder y los demás sigan atrás de él imitando su ejemplo. ¿Quién es el líder en su familia? ¿Es Usted como esposo? O a lo mejor es su esposa. O quizá ambos en un gobierno democrático. No olvide que Dios ha designado al esposo como líder de la relación matrimonial y de la familia. La observancia de la voluntad de Dios en este asunto traerá aparejada la bendición de Dios y la inobservancia de este asunto producirá resultados funestos.
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