Saludos amigos oyentes. Bienvenidos al estudio bíblico del día de hoy en la epístola de Judas. El tema general de esta epístola es la apostasía. La apostasía es la acción del apóstata. El apóstata es aquel que profesa ser un creyente, o finge ser un creyente, pero en realidad no es un verdadero creyente. El apóstata en algún momento se manifiesta como tal y se vuelve en contra de lo que aparentemente antes apoyaba. En la historia de la Iglesia se han dado innumerables casos así. En realidad todas las sectas falsas han nacido de esta manera. Si Ud hace una investigación de los orígenes de todas las sectas falsas, notará que sus fundadores o sus fundadoras, en alguna época de sus vidas parecían estar de acuerdo con la palabra de Dios, actuaban como creyentes sinceros, pero en algún momento, inexplicablemente se volvieron en contra de todo lo que antes apoyaban. Esto les hizo salir de en medio de creyentes, pero arrastraron a muchos en su error y con ellos iniciaron la secta falsa. En la misma Biblia encontramos casos de apostasía. Judas Iscariote fue uno de ellos, por más de tres años actuó como un verdadero discípulo de Cristo, pero al final del ministerio terrenal de Jesús, se manifestó tal como era, un apóstata, que con un beso entregó a quien antes había prometido fidelidad. Judas ha desafiado a los creyentes a mantenerse firmes ante el embate de los apóstatas. Mantenerse firme en la fe implica contender ardientemente por la fe que ha sido una vez y para, siempre dada a los santos. Luego Judas ha hablado sobre el peligro que se cierne sobre los apóstatas y los que les siguen en su error. Para ilustrar esto último, Judas nos da tres ejemplos históricos de la manera como Dios castiga la apostasía. El ejemplo de Israel en su marcha a la tierra prometida, lo cual fue el tema de nuestro último estudio bíblico, luego el ejemplo de los ángeles que pecaron, lo cual será el tema de nuestro estudio bíblico de hoy, y finalmente el ejemplo de las ciudades de Sodoma y Gomorra que será el tema de nuestro próximo estudio bíblico. Consideremos pues lo que podríamos llamar el ocaso de algunos ángeles.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en la carta de Judas, versículo 6. Dice así «Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad en prisiones eternas, para el juicio del gran día» Este texto nos habla de ángeles. Consideraremos el estado inicial de todos los ángeles, la insensatez de los ángeles que pecaron, el castigo de los ángeles que pecaron y el destino final de los ángeles que pecaron. En cuanto a lo primero, el estado inicial de todos los ángeles, comenzaremos diciendo que entre el pueblo judío los ángeles gozan de un especial aprecio, debido a la frecuente participación de ellos en su historia. La Biblia habla bastante sobre ellos. A manera de un breve resumen, permítame señalar lo siguiente. Los ángeles son seres creados por Dios, Colosenses 1:16 dice «Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él» Además de ser creados por Dios, los ángeles poseen personalidad. Tienen un intelecto mucho más privilegiado que el nuestro, tiene emociones, los ángeles que cantaron a Dios por el nacimiento de Jesús nos lo demuestran y tienen voluntad, son capaces de tomar decisiones por ellos mismos. Además de ser seres creados por Dios y que tienen personalidad, los ángeles tienen una naturaleza muy peculiar. Son seres espirituales, es decir que normalmente no poseen un cuerpo físico, aunque a veces han adoptado la forma humana para comunicarse con los humanos. Son seres que no pueden reproducirse, seres que nunca mueren y tienen gran poder, uno solo de ellos, mató a 185.000 asirios en solo una noche. Además de ser seres creados por Dios que poseen personalidad y tiene una naturaleza peculiar, los ángeles están muy bien organizados. Miguel el arcángel tiene una posición de excelencia sobre el resto de los ángeles y bajo él están los principados y potestades de lo cual nos habla Efesios 3:10. Dentro de las huestes de ángeles están los serafines que tienen la responsabilidad de adorar a Jehová y los querubines que guardan la santidad de Jehová. Pero algo que tiene especial interés para nuestro propósito es que en el momento que fueron creados, todos los ángeles eran perfectos. Esto es así porque fueron creados por un Dios perfecto y para estar ante El ciertamente que deben ser perfectos. Muy bien, prosigamos con nuestro tema. Una vez que hemos visto que el estado inicial de los ángeles es de perfección, consideremos la insensatez de loa ángeles que pecaron. Recuerde que los ángeles además de ser perfectos tienen voluntad propia. En algún momento en el pasado, un ángel se rebeló contra Dios, y tristemente algunos ángeles se unieron voluntariamente a esta rebelión. Como consecuencia de esta decisión, fueron arrojados de la presencia de Dios y todos ellos, con Satanás a la cabeza forman el mundo de maldad que se opone a los planes y propósitos de Dios. Judas dice que estos ángeles no guardaron su dignidad. Esto nos habla de que los ángeles que pecaron no apreciaron su posición de elevado privilegio ante Dios. Además dice que en lugar de guardar su dignidad abandonaron su propia morada. Los ángeles fueron creados para servir a Dios y a sus propósitos en el cielo, pero despreciaron su morada y la abandonaron. Qué cuadro tan vivido de lo que hace el apóstata. El también no ve la importancia o el privilegio de estar en la comunidad de creyentes fieles, y al ir tras el error no guarda su dignidad. El también mora en un ambiente especial en la comunidad de creyentes verdaderos, pero absurdamente abandona esa morada para ir tras su propia concupiscencia. Habiendo considerado el estado inicial de todos los ángeles y la insensatez de los ángeles que pecaron, consideremos el castigo a los ángeles que pecaron. Judas dice que Dios los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas. Todos sabemos que algunos ángeles que pecaron, están hoy por hoy en libertad para hacer la voluntad de su líder, Satanás. Son los que nosotros los llamamos demonios. Esto significa entonces que los ángeles a los que hace referencia Judas son de entre los ángeles que pecaron, algunos que por su maldad están guardados bajo oscuridad en prisiones eternas. El pecado especifico que cometieron no se lo declara abiertamente. Esto ha dado lugar a todo tipo de elucubraciones, pero lo importante no es saber qué es lo que hicieron estos ángeles, sino la manera severa como Dios los ha castigado. La apostasía mis amigos oyentes es severamente castigada por el Señor. No es cosa liviana conocer la verdad, actuar por un tiempo como que se está de acuerdo con esa verdad y en algún momento darse vuelta y negar esa verdad. Esto es algo serio y Dios lo condena con severidad. No guardar la posición de privilegio a la que es llevado el apóstata al estar en contacto con la verdad y abandonar su propia morada al negar esa verdad es castigado severamente por Dios. Habiendo considerado el estado inicial de todos los ángeles, la insensatez de los ángeles que pecaron y el castigo a los ángeles que pecaron, consideremos finalmente el destino final de los ángeles que pecaron. Judas dice que los ángeles que pecaron, están guardados en oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día. El juicio del gran día es el momento cuando Satanás y todos los ángeles que le siguieron en su rebelión serán juzgados. Esto tendrá lugar cronológicamente al final del reinado Milenial de Cristo. Jesús habló de esto en Mateo 25:41 diciendo «Entonces dirá también a los de la izquierda; apartaos de mi, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles» El destino final de los ángeles que pecaron es lo que en Apocalipsis 20:10 se llama el lago de fuego. Qué triste final, pero note la secuencia. Estuvieron en un estado de máximo privilegio. No apreciaron este estado, no guardaron su dignidad y abandonaron voluntariamente su morada. Dios les castiga como merecen, guardándolos bajo oscuridad en prisiones eternas, para ser juzgados en el momento designado y arrojados por la eternidad en el lago de fuego. Dios, amigo oyente, es severo con los que conocen la verdad, actúan por un tiempo como que aceptan esa verdad, pero Inexplicablemente en algún momento se vuelven en contra de esa verdad. SI Ud conoce la verdad, pero allí en lo profundo de su corazón Ud todavía no ha recibido a Cristo como su Salvador, aunque actúa como si lo hubiera hecho, no tarde más, hoy mismo deposite su fe en Cristo como su Salvador y de una vez por todas póngase de lado de la verdad. Conocer la verdad y rechazar la verdad es extremadamente peligroso para el bienestar eterno de su alma.
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