Es un gusto amiga, amigo oyente compartir este tiempo de estudio bíblico con Usted. Estamos estudiando el libro de Proverbios en la serie que lleva por título: Proverbios, sabiduría celestial para la vida terrenal. En instantes más estará junto a nosotros David Logacho para guiarnos en el estudio de la segunda parte del capítulo 15 de Proverbios.
Vamos a continuar nutriéndonos de la sabiduría celestial del capítulo 15 del libro de Proverbios.
El versículo 17 dice así: «Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que de buey engordado donde hay odio.»
Cuando este texto habla de la comida de legumbres, se está refiriendo al menú de una familia pobre. Por contraste, cuando habla de la comida de buey engordado, se está refiriendo al menú de una familia rica. En esencia entonces, el proverbio enseña que es preferible ser pobre, pero rodeado de amor, que rico, pero rodeado de odio.
Un pastor fue a visitar a una familia, acompañado de un diácono de la iglesia. La casa donde vivía esta familia era una mansión. Tenía pisos de mármol italiano, alfombras persas, pinturas de autores famosos y muebles de ensueño. Admirado por lo que veía, respirando profundo, el diácono dijo al pastor: Cuán felices deben ser las personas que viven en esta casa. El pastor le miró y le dijo: Ojalá lo fueran. Aunque son millonarios, los esposos no se pueden ni ver el uno al otro. Se odian a muerte. Qué triste. Mas vale comer verduras sazonadas con amor que un festín de carne sazonada con odio.
Proverbios 15:18 dice: «El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua rencilla.»
La ira es una emoción natural en el ser humano. La ira en sí mismo no es pecado. El pecado está en la forma equivocada de manejar la ira.
Efesios 4:26 dice: «Airaos, pero no pequéis»
Cuando el proverbio leído habla del hombre iracundo, se está refiriendo al hombre que reacciona violentamente tan pronto experimenta ira. Al hablar del hombre que tarda en airarse, está hablando del hombre que cuando está con ira, se toma su tiempo hasta lograr una relativa calma y entonces dice o hace lo que sea aconsejable hacer. El proverbio dice que lo único que conseguirá el hombre iracundo es arrojar más leña al fuego para avivar la llama de la contienda. En cambio el hombre que tarda en airarse arrojará una cubeta de agua fría al fuego de la contienda. Qué Dios nos ayude a todos a tener esta actitud de apaciguar contiendas, por medio de no reaccionar con violencia cuando experimentamos ira.
Proverbios 15:19 dice: «El camino del perezoso es como seto de espinos; mas la vereda de los rectos, como una calzada»
La vida de un hombre perezoso estará saturada de dificultades, es como un seto de espinas. Por otro lado, la vida de un hombre diligente, de un hombre recto, tendrá sus dificultades, pero este hombre tendrá la decisión y el poder para sortear esas dificultades y por tanto su vida será comparable a un camino llano.
Proverbios 15:20 dice: «El hijo sabio alegra al padre; mas el hombre necio menosprecia a su madre.»
Aquí tenemos a dos personajes. Ambos son jóvenes. Uno de ellos es sabio. El otro es necio. El joven sabio hace todo para buscar la felicidad de su padre. El joven necio hace todo para afligir a su madre. Una de las acciones típicas de un joven necio es el deprecio, el irrespeto, la rebeldía hacia su madre.
Proverbios 15:21 dice: «La necedad es alegría al falto de entendimiento; mas el hombre entendido endereza sus pasos.»
El hombre necio está tan inmerso en su necedad, que se divierte con las cosas necias que hace. En cambio, el hombre sabio o entendido, evalúa lo que hace, discierne el camino por donde ha estado andando y cuando ve que algo no está de acuerdo con la palabra de Dios, da los pasos necesarios para enderezar el camino.
Proverbios 15:22 dice: «Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman.»
Cuando este proverbio habla de los pensamientos se está refiriendo a los planes que hace una persona sobre determinado asunto. Estos planes fracasan cuando se desecha el consejo de otros, pero cuando se recibe el consejo de otros, los planes tienen mejores expectativas de éxito.
Proverbios 15:23 dice: «El hombre se alegra con la respuesta de su boca; y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!»
La enseñanza de este proverbio tiene que ver con la respuesta a determinado problema de la vida. Cuando alguien propone la respuesta, todos se alegran, pero más alegría se produce cuando la respuesta no sólo es buena sino oportuna.
Proverbios 15:24 dice: «El camino de la vida es hacia arriba al entendido, para apartarse del Seol abajo.»
Una persona entendida es aquella que ha sido trasformada como resultado del nuevo nacimiento al recibir a Cristo como Salvador. Una persona así, es una persona sabia. Por cuanto una persona así ha sido perdonada de su pecado, el destino eterno de su alma está sellado. Cuando esta persona salga de este mundo, irá al cielo. Esto implica además, que una persona nacida de nuevo, o un creyente, se libra de ir al lugar de tormento después de la muerte física.
Proverbios 15:25 dice: «Jehová asolará la casa de los soberbios; pero afirmará la heredad de la viuda.»
Al hablar de soberbios, este proverbio está refiriéndose a aquellos que atropellan a gente indefensa, como los pobres, los huérfanos y las viudas. Lo que este proverbio está diciendo es que Dios mismo se encargará de destruir todo lo que los soberbios han obtenido como resultado de su opresión a los indefensos. Dios no sólo castigará de esta manera a los soberbios, sino que también premiará a los indefensos permitiendo que se mantengan firmes en sus propiedades.
Proverbios 15:26 dice: «Abominación son a Jehová los pensamientos del malo; mas las expresiones de los limpios son limpias.»
Lo que los malos piensan o planifican es algo que ofende a Dios. Por eso es que Dios aborrece los pensamientos de los malos. En cambio, a Dios le agrada las expresiones o las palabras limpias de los que son limpios o rectos.
Proverbios 15:27 dice: «Alborota su casa el codicioso; mas el que aborrece el soborno vivirá.»
Este proverbio tiene que ver con el soborno. Quien soborna o quien es sobornado es un codicioso. El soborno es pecado. Peca el que soborna y peca de igual manera el que es sobornado. Este pecado tiene serias consecuencias. Aquel que soborna o es sobornado, está poniendo en serio peligro, no sólo su propia vida sino su casa, su descendencia, su familia. Alborota su casa el codicioso, dice el proverbio.
Por contraste aquel que aborrece sobornar o ser sobornado, está haciéndose un bien a sí mismo y a su casa o a su familia. Mas el que aborrece el soborno vivirá, dice el proverbio. Si este principio fuera atesorado en el corazón de los funcionarios públicos, la vida sería mucho más llevadera. En determinado país latinoamericano se hicieron cálculos, lo más realistas posible, acerca del dinero que se pierde en la corrupción burocrática y se llegó a la conclusión que ese país perdía la escalofriante cifra de la tercera parte de su presupuesto nacional. ¿Se puede imaginar? Aunque ciertamente este mundo jamás llegará a ser como el paraíso, pero podría estar mucho mejor de lo que está, si todos nos decidiéramos a aborrecer el soborno.
Proverbios 15:28 dice: «El corazón del justo piensa para responder; mas la boca de los impíos derrama malas cosas.»
Una de las muchas cualidades del justo es que antes de abrir su boca piensa bien en lo que está por decir. De esta manera, evita que de su boca salgan palabras que lastimen a otros y ofendan a Dios. En cambio el impío es todo lo contrario. Su lengua es como una metralla expulsando palabras. Jamás piensa en lo que va a decir. Por eso dice el proverbio que la boca de los impíos derrama cosas malas. ¡Cuán importante es pensar antes de hablar! No se imagina la cantidad de problemas que se ahorraría si tan sólo pusiera en práctica este sencillo y práctico consejo.
Proverbios 15:29 dice: «Jehová está lejos de los impíos; pero él oye la oración de los justos.»
Los impíos están impedidos de tener comunión íntima con Dios. La Biblia dice que los impíos están sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel, ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Así es amable oyente. Jehová está lejos de los impíos. Cuan diferente es el estado de los justos. Dice el proverbio que Jehová oye la oración de los justos. Esto significa que constantemente, por siempre, Jehová está tan cercano a los que son justos, que estos pueden hablarle al oído. No olvide que ser justo delante de Dios no resulta del mérito del hombre sino del hecho que el hombre recibe a Cristo como Salvador.
Proverbios 15:30 dice: «La luz de los ojos alegra el corazón, y la buena nueva conforta los huesos.»
La luz de los ojos, se refiere a una mirada radiante, vivaz, de satisfacción. Algo así trae alegría al corazón de los demás. La misma alegría se experimenta cuando se recibe una buena noticia.
Proverbios 15:31 dice: «El oído que escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios morará.»
La vida está llena de situaciones que nos enseñan. El oído que está presto a asimilar estas lecciones de la vida, es contado entre los sabios, pero el oído que desprecia las lecciones que da la vida, es contado entre los necios.
Proverbios 15:32 dice: «El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección tiene entendimiento.»
La disciplina siempre busca el bien de quien es disciplinado. Despreciar la disciplina es atentar contra la propia vida. Por contraste, quien aprecia la disciplina y escucha la corrección, es una persona inteligente.
Proverbios 15:33 dice: «El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; y a la honra precede la humildad.»
El respeto y la obediencia a lo que dice Dios en su palabra conduce o enseña el camino hacia la sabiduría. La humildad también abre su propio camino hacia el honor. Que por la gracia de Dios estemos dispuestos a aplicar los principios de la palabra de Dios a nuestras vidas.
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