«Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.» (Salmo 23: 1-3)
Es una obra maestra visual pintada con palabras con manos manchadas de suciedad y un corazón atemorizado. Es fácilmente el mejor arte del Rey David con una pasión segura que resuena profundamente en el alma humana. Y hoy Ron Moore comienza una mirada íntima al Salmo 23.
A medida que continuamos nuestro estudio a través de los Salmos, llegamos a lo que es quizás el salmo más conocido de todos; Salmo 23. Hoy vamos a ver que detrás de estas palabras están las manos sucias que trabajan con ovejas sucias, pero siempre en medio de las ovejas veremos a un pastor que ama y se preocupa por esas criaturas tercas e indefensas.
Ahora, si tomas tu Biblia y vas al Salmo 23, verás que este es un Salmo escrito por el gran rey de Israel. Pero mucho antes de que David fuera el gran rey de Israel, era un pastor sencillo y humilde siguiendo los pasos de su padre, Isaí.
Un hombre llamado Asaf escribe en el Salmo 78 la historia de Israel y llega al final de la historia justo antes de que David sea ungido y nos presenta estas palabras: «De tras las paridas lo trajo, Para que apacentase a Jacob su pueblo, Y a Israel su heredad. Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, Los pastoreó con la pericia de sus manos» (Salmo 78: 70-72). Entonces David, el rey pastor, puede escribir desde la experiencia de primera mano. Al atender al rebaño, David puede escribir: «El Señor, Él es mi Pastor». Esta primera línea del Salmo no es una declaración meditativa reflexiva que se susurra en voz baja. La primera línea de este Salmo es una proclamación jactanciosa de confianza. Fue proclamado para que todos lo oyeran.
La oveja dice: «Quiero decirte quién es mi pastor, déjame que te cuente sobre el que nos compró y el que me ama y el que se preocupa por mí y el que se sacrifica por mí, el que me nutre y me protege. Mi pastor, el que sigo, en el que confío, de quien dependo para mi existencia. Mi pastor no es otro que el Señor mismo, Jehová».
Para el cristiano, estas palabras adquieren un significado más profundo cuando pasamos del Antiguo Testamento al Nuevo Testamento y escuchamos a Jesús decir en Juan 10: «Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.» (Juan 10:14 y 15) es una relación tan íntima como la relación entre yo y el Padre. Jesús dice: es una relación tan íntima entre yo y mis ovejas y doy mi vida por las ovejas.
Y cuando David dice «El Señor es mi pastor», es una proclamación jactanciosa de confianza. Él está diciendo que el Señor, Dios el Padre, el Autor y el Originador de todo lo que existe, Él es mi Pastor, Él es quien me ama y se preocupa por mí. Y cuando llegamos a esa realización en nuestras vidas, sólo hay una conclusión; no estaré en falta, tengo todo lo que necesito, no hay nada que Él no pueda proveer. No existe un viaje en el que Él no pueda guiarme. No sé el futuro que tengo por delante, pero sí sé que Él estará conmigo, incluso cuando camino por el valle de la sombra de la muerte, o enfrento el mayor temor de la vida, incluso allí Él está conmigo, incluso allí Él me consuela, incluso allí Él me protege.
Ahora, cuando leemos «Jehová es mi pastor; nada me faltará.» tenemos que estar seguros de entender que este Salmo no dice que no tendremos desafíos y que no habrá luchas en esta vida, de hecho, hay muchos desafíos para las ovejas, ellas muchas veces se alejaron y se perdieron. A veces, tratando de llegar a la última hierba, se quedaban atrapados y no podían escapar, a veces los depredadores vendrían, algunas veces la enfermedad se propagaría entre el rebaño, a veces los atrapaban en tormentas y temblaban de frío, y la verdad es que las mismas cosas nos pasan a nosotros.
Jesús fue claro en Juan 16 verso 33 cuando dijo: «En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he venido al mundo.» En este mundo tendrás problemas, pero cuando el Señor es tu Pastor, Él te acompañará en cada desafío, Él te acompañará en cada dificultad, Él nunca se apartará de ti y, debido a su presencia, te proporcionará todo lo que necesites. El Señor, Dios el Padre, Dios el Hijo, Dios el Espíritu Santo es mi Pastor. Puedo confiar en Él con el manejo de mi vida.
Después de esta declaración de confianza, David comienza a explicar las acciones del pastor. Veamos qué hace el pastor. Mire el versículo 2: «Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.» Ahora, nunca he estado cerca de las ovejas, pero al investigar un poco sobre esto, aprendí que las ovejas no pueden acostarse y descansar a menos que se cumplan cuatro criterios:
Primero, las ovejas no se acostarán y descansarán a menos que estén libres de temor. Ahora, la única forma en que una oveja puede protegerse es correr. Esa es la buena noticia, la mala noticia es que no son muy rápidas. Y si hay algo de miedo en el rebaño, ellos estarán de pie listas para correr. Ellas no pueden descansar cuando tienen miedo. Tal vez ¿eso se asemeja a ti? ¿Alguien aquí está inquieto? ¿Sabes lo que calma el miedo en un rebaño de ovejas? Sólo hay una cosa y es la presencia del pastor, solamente cuando las ovejas ven al pastor, pueden relajarse, porque sólo ahí ellas saben que Él está allí para protegerlos. Ellas saben que Él va a cuidar de ellas y por eso pueden acostarse y descansar.
Dios nos dice esto a nosotros a través del profeta Isaías. Él dice en Isaías 41:10: «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia» Y así hoy estas pasado por grandes dificultades, déjame decirte que cualquiera que sea el temor al que te enfrentes, puedes estar tranquilo con la presencia del Pastor que está contigo y vive en ti.
Una segunda cosa que las ovejas tienen que marcar en su lista es que deben estar libres de tensión. Siempre hay algunas ovejas estresadas y bravuconas dentro del rebaño que causan tensión; ellas van con sus cabezas y golpean a las otras ovejas o con sus hombros y las empujan. Si hay una oveja pastando en alguna buena tierra, la oveja bravucona se va y empuja a la oveja. Entonces, si hay una oveja libre de miedo y tensión acostada, descansando en el pasto, la oveja bravucona va y la empuja suavemente, la golpea y la empuja hasta que se levanta y se aleja. Y cuando esto continúa en un rebaño, todo el rebaño tiene tensión. Ahora yo te pregunto, ¿Sabes qué hace que la tensión se detenga? ¿Sabes qué hace que las ovejas dejen de intimidar a las demás? Pues la presencia del pastor, solamente la presencia del pastor calma a las ovejas.
Mira, en nuestra vida, siempre hay posibilidades de que ocurran muchos enfrentamientos, que no los esperamos, pero la presencia del Pastor siempre alivia la tensión. Ahora una cosa más respecto a esto, el corazón de la persona que le gusta chocar con la cabeza a los demás, es decir de aquel bravucón que siempre busca conflicto con los demás, ese corazón simplemente esta demostrando una necesidad insatisfecha de reconocimiento, pero cuando el Pastor está presente en su vida, su autoestima no se deriva de golpear más duro, sino de la presencia del Pastor.
Hay una tercera cosa que causa problemas de ovejas, las plagas; las moscas nasales y las garrapatas pueden enloquecer a las ovejas. Así es con nosotros; pequeñas plagas como moscas zumbando alrededor de nuestra cabeza pueden volvernos locos. Podemos alejarlas por un tiempo, pero estas vuelven y entonces es el pastor el que entra y lidia con esas plagas; proporciona el aerosol para las ovejas y proporciona el refugio libre de plagas. Bueno pues, para nosotros, como creyentes, es el Espíritu Santo quien está con nosotros y quien vive en nosotros, es el Espíritu Santo el que viene y nos libera de la frustración, esto significa que la mosca intentará regresar de nuevo, pero cuando nos sometemos a Él y le decimos: «Señor, no puedo manejar esto. Esto parece ser muy pequeño, pero causa demasiada molestia y confusión en mi vida y solamente tú puedes encargarte de esto te pido que me ayudes, que alivies la tensión de las plagas que atormentan mi vida.
Aquí está lo último en la lista de verificación de las ovejas y eso es el hambre. Una oveja no puede descansar cuando hay miedo, una oveja no puede descansar cuando hay tensión, una oveja no puede descansar cuando hay plagas y una oveja no puede descansar cuando tiene hambre. Si las ovejas tienen hambre, ellas van a estar de pie en busca de comida y es por eso por lo que el buen pastor guía al rebaño a pastos verdes. Es Él quien proporciona el lugar para acostarse sin miedo, libre de tensiones, libre de plagas, en pastos verdes y libre de hambre.
Solamente bajo el cuidado del pastor podemos comer y estar satisfechos. Solamente cuando una oveja está en un pastizal rico y verde, podrá encontrar una calma interior y en torno a quienes lo rodean. Cuando el pastor los ha llevado a ese lugar, una oveja mastica sus mimos y se descansa ganando peso y fortaleza.
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