Gracias por estar nuevamente con nosotros, es un privilegio contar con su sintonía, hoy continuaremos con el interesante tema que está desarrollando nuestro hermano David Logacho, “La obra de Jesucristo después de su ascensión, por medio del Espíritu Santo”, tenga su Biblia a mano y acompáñenos a conocer que es lo que dios nos quiere decir acerca de esto.
I. Introducción. Estudio del libro de Hechos en la serie titulada: La obra de Jesucristo después de su ascensión, realizada por medio del Espíritu Santo. En nuestro último estudio bíblico, tratamos el tema de la conclusión del segundo viaje misionero de Pablo. Salió de la iglesia de Antioquía de Siria y como unos dos años más tarde, volvió a la iglesia de Antioquía. Sin embargo, la idea de Pablo no era quedarse en Antioquía para siempre y fue así como llegó el momento para iniciar su tercer viaje misionero. Esto será el tema de nuestro estudio bíblico de hoy. Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Hechos 18 a partir del versículo 23.
II. Lo primero que tenemos en esta ocasión es el inicio del tercer viaje misionero de Pablo. Hechos 18:23 dice: Y después de estar allí algún tiempo, salió, recorriendo por orden la región de Galacia y de Frigia, confirmando a todos los discípulos.
Lucas no precisa el tiempo que Pablo se quedó en Antioquía de Siria. Se estima que fue desde el verano del año 52 hasta la primavera del año 53. Durante este tiempo, Pablo no estaba de vacaciones, sino que estaba muy ocupado en la obra del Señor, en el evangelismo y en el discipulado. Cuando llegó el momento de iniciar su tercer viaje misionero, Pablo salió recorriendo por orden la región de Galacia y de Frigia, en donde estaban varias iglesias que Pablo había plantado en sus viajes misioneros anteriores. En cada ciudad, Pablo se dedicó a confirmar a todos los discípulos. Este ministerio de Pablo debe haber sido muy bien recibido, por cuanto muchas de las iglesias estaban enfrentando ataques espirituales y doctrinales. La falta de detalles en el relato de esta parte del tercer viaje misionero de Pablo se debe al afán que tenía Lucas por relatar el fructífero ministerio de Pablo en la gran ciudad de Efeso. En este punto, Lucas hace un paréntesis en su relato y quita el haz de luz de Pablo y lo pone sobre un personaje nuevo para nosotros los lectores. Se trata de Apolos. En relación con esto, lo que tenemos en primer lugar es la presentación de Apolos. Hechos 18:24-25 dice: Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan.
Mientras Pablo estaba visitando las iglesias en Galacia y Frigia, llegó a Efeso un varón llamado Apolos. Efeso era una ciudad muy grande, la capital de la provincia romana de Asia y su centro comercial más importante. Tenía una población de 300,000 habitantes. Gracias a su gran puerto, Efeso se enriqueció mucho con le comercio, y gracias al templo en honor de Diana o Artemisa, Efeso atraía multitudes de visitantes ansiosos de ver este templo que era considerado unas de las siete maravillas del mundo. El templo tenía como cuatro siglos de antigüedad en el tiempo de Pablo. Cubría un área de 128 por 73 metros y se jactaba de tener 100 columnas que se elevaban a los 15 metros de altura. Dentro de la estructura sagrada del templo se erigía la sagrada imagen de Diana o Artemisa, la diosa de la fertilidad, la cual se creía que había caído de Júpiter. Tal vez era un meteorito. Por el hecho de ser la diosa de la fertilidad, se practicaba la prostitución ritual como forma de adoración. Cientos de sacerdotisas, entre comillas, estaban a disposición de los adoradores dentro del templo. Pues en esta ciudad puso su pie este varón llamado Apolos. Dice el texto que Apolos era judío, natural de Alejandría. Alejandría era la segunda ciudad más importante en el imperio romano. Era un centro de educación y filosofía. La ciudad fue fundada por Alejandro el Grande y de aquí parte el nombre que se le dio. Se jactaba de tener una biblioteca con más de 700,000 volúmenes. La población era de 600,000 habitantes. Era una ciudad cosmopolita en donde moraban Egipcios, Romanos, Griegos y Judíos. Al menos la cuarta parte de la población era judía y además la comunidad judía era muy influyente. Apolos conocía al revés y al derecho las Escrituras del Antiguo Testamento y tenía la capacidad de enseñarlas con elocuencia y poder. Apolos había sido instruido en el camino del Señor. Esto no significa que era creyente. El texto dice que conocía solamente el bautismo de Juan. Apolos debe haber estado esperando que se manifieste aquel a quien Juan el Bautista preparaba el camino. Esto significa que no estaba al tanto del ministerio del Señor Jesús, ni de su muerte, ni de su resurrección, ni de su ascensión. Sin saber esto, Apolos no podía ser creyente. Sin embargo, lo poco que Apolos sabía acerca del camino del Señor, lo enseñaba diligentemente de acuerdo a su carácter, porque era de espíritu fervoroso. A continuación tenemos el ministerio de Apolos en Efeso y su encuentro con Priscila y Aquila. Hechos 18:26 dice: Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios.
Al llegar a Efeso, haciendo uso de su conocimiento de las Escrituras del Antiguo Testamento, y del espíritu fervoroso que lo caracterizaba, Apolos comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga judía. Lo que Apolos no sabía hasta ese momento era que entre la concurrencia en la sinagoga judía estaban presentes Priscila y Aquila, esta fiel pareja que dejó Pablo en Efeso cuando estaba de regreso a Antioquía de Siria al finalizar su segundo viaje misionero. Es digno de notar la actitud sabia y madura de Priscila y Aquila hacia Apolos. Dice el texto que tomaron aparte a Apolos y le expusieron más exactamente el camino de Dios. Recuerde que Apolos no tenía la historia completa, sino solamente una pequeña parte. Priscila y Aquila no reprocharon en público a Apolos en la sinagoga judía, esto hubiera causado mucha confusión a los judíos en la sinagoga, sino que tal vez lo invitaron a su hogar, y allí, en privado, comunicaron a Apolos la parte de la historia que le faltaba. Me imagino que le hablaron del ministerio público de Jesús, le hablaron de su pasión y su muerte, en cumplimiento de las Escrituras, le hablaron de su resurrección gloriosa, le hablaron de su ascensión a la gloria de su Padre y de la promesa de enviar al Espíritu Santo, le hablaron de la venida del Espíritu Santo, le hablaron del grandioso crecimiento de la iglesia y tantas otras cosas más. Cuán beneficioso debe haber sido este tiempo para Apolos. Lucas no lo dice textualmente, pero es de suponer que Apolos debe haber recibido a Cristo como su personal Salvador y en consecuencia debe haber recibido el Espíritu Santo para que more en su cuerpo. Apolos llegó a ser hijo de Dios. El siguiente día de reposo en la sinagoga judía, Apolos debe haber estado radiante. Ahora tenía la historia completa para comunicar con fervor a los judíos. Todo lo que Apolos sabía más lo que acababa de aprender hacían de él un poderoso instrumento en las manos del Señor. Acto seguido tenemos el ministerio de Apolos en Corinto. Hechos 18:27-28 dice: Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le recibiesen; y llegado él allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído; porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.
El ministerio de Apolos en Efeso fue efectivo. Muy pronto Apolos reconoció que debía cumplir con la gran comisión dada por Jesucristo. El Espíritu Santo estaba poniendo en la mente y el corazón de Apolos que debía abandonar Efeso y dirigirse a la provincia romana de Acaya, en donde estaba la gran ciudad de Corinto. Cuando Apolos compartió este deseo con los hermanos de Efeso, éstos le animaron. Qué maravilla. Pero hoy en día, cuando un hermano que es fiel al Señor, maduro en la fe y que está trabajando con mucho éxito en una iglesia, quiere ir a otro lugar como misionero, muchos hermanos, tal vez no todos, más bien le desaniman. ¿Cómo puede crecer la iglesia con actitudes así? Los hermanos de Efeso entonces escribieron una carta de recomendación dirigida a los ancianos de la iglesia en Corinto para que reciban a Apolos. La carta de recomendación es un instrumento indispensable para que un hermano vaya a otra iglesia. Sin este instrumento no se puede saber los antecedentes de una persona que viniendo de otra iglesia quiere congregarse en una iglesia diferente. Una vez recibido en la iglesia en Corinto, Apolos se puso inmediatamente a trabajar en el evangelismo y el discipulado. Lucas dice que la presencia de Apolos fue de gran provecho para los hermanos en Corinto, quienes por la gracia habían creído. Con el conocimiento de las Escrituras y la vehemencia para exponerlas, Apolos refutaba públicamente a los judíos incrédulos de Corinto, demostrando que Jesús era el Cristo. Así termina el paréntesis que abrió Lucas con la finalidad de presentar a Apolos. En nuestro próximo estudio bíblico, Lucas retomará el relato del tercer viaje misionero de Pablo. Espero que me acompañe.
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