Hola, permíteme invitarte a venir conmigo a Juan 17 mientras continuamos con lo que significa seguir a Cristo y hacer discípulos en todas las naciones. Hasta ahora, hemos hablado sobre dos componentes que están involucrados en la creación de discípulos. El primer componente, es compartir la Palabra y el segundo componente es mostrar la Palabra. Ahora, el tercer componente del que vamos a hablar es “enseñar la Palabra”
Antes de sumergirnos en este componente quiero mostrarte como la vida cristiana del siglo XXI, tristemente se asemeja a un chico en vacaciones permanentes, que no hace absolutamente nada productivo y creo que hay una tendencia peligrosa de vivir en vacaciones permanentes en la cultura de la iglesia; vamos a la adoración, participamos en la vida cristiana normal, hacemos lo que el cristiano normal hace, mientras que abandonamos la responsabilidad principal por la que hemos sido salvados; compartir, mostrar y enseñar la Palabra.
Compartir la Palabra, mostrar la Palabra y enseñar la Palabra, estos son elementos de la vida cristiana que, en algún momento, hemos tenido la idea de que están relegados a unas pocas personas. Y hoy vamos a ver cómo enseñar la Palabra, vamos a dejar de transmitir esta responsabilidad al súper mega cristiano, que realmente no existe, y vamos a empezar a cultivar esta responsabilidad, levantarnos como miembro de esta familia de fe y asumir la responsabilidad del mandamiento principal que Cristo nos ha dado antes de abandonar la tierra. Y en este proceso, vamos a impactar al mundo para la gloria de Cristo, vamos a impactar nuestras ciudades por la gloria de Cristo y su Palabra con base en su Palabra.
Mira, únicamente podemos impactar a las naciones para la gloria de Cristo cuando nos tomamos en serio la tarea de hacer discípulos. Es por eso que toda esta serie trata de que nos levantemos y asumamos la responsabilidad que Cristo nos ha dado.
Ahora, vamos a hablar acerca de enseñar la Palabra y debo decir que, cada vez que me oyen mencionar la enseñanza de la Palabra, tenemos que evitar que nuestras mentes tomen el control de nuestros pensamientos y veamos a Dios como un maestro más. Porque lo que vamos a ver en la vida de Jesús, es que Él no es sólo un maestro más de la época, y que, aunque sí enseño sobre muchas cosas, ese no fue su principal método de enseñanza. Entonces, dicho eso, vamos a sumergirnos en la Biblia. Juan capítulo 17 versículo 13, veamos como Jesús ora por sus discípulos, Él dice: «Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.»
Ante esto, yo te pregunto, ¿cómo enseñamos la Palabra a las personas que Dios nos ha dado? Y para poder enseñar la palabra, lo que primero debemos hacer es valorar la Palabra como el regalo de Dios para nosotros. Ahora bien, esto es algo que vemos a lo largo de toda la Biblia, solo por citar algunos ejemplos podemos ver Juan capitulo 17 versículo 14 cuando Jesús dice: «Les he dado tu palabra«. Es lo mismo que vimos en el versículo 8 cuando dijo: “les di las palabras que me disté” ¿Lo ves? Jesús siempre deja muy claro que la Palabra que recibimos de parte de Él, es un regalo de Dios para nosotros; el Padre da a Jesús y Jesús da a los discípulos. La Palabra del Padre ha venido a Jesús y Él lo ha dado a Sus discípulos, y la clave de todo esto es que los discípulos sabían de dónde venían las palabras de Jesús, es por ello que la obedecieron hasta el final, ellos creyeron que esas palabras eran de Dios. Los discípulos conocían al autor de esas palabras. Sabían que estas palabras eran un regalo del Padre. Todas las caminatas de estos muchachos con Jesús en esta tierra estaban saturadas de palabras del Padre. Hay al menos 66 diferentes momentos en los Evangelios donde Jesús dirigió citas del Antiguo Testamento y compartió la Palabra del Padre.
¿Qué significa esto para nosotros? Pues que estos muchachos estaban saturados con la Palabra. La Palabra de Dios fue un regalo que les fue dado. Ahora, quiero que pensemos sobre esto en un par de niveles diferentes. En primer lugar, cuando recibieron la Palabra de Dios, la valoraron, ellos sabían que era una revelación del Padre. Dios se reveló a Sí mismo. Entonces, lo primero que tenemos que darnos cuenta es que Dios nos ha revelado su voluntad. Esa es la imagen que estamos viendo a lo largo de la vida y el ministerio de Jesús con estos discípulos, era como si Jesús les hubiese dado un secreto. Dios se reveló a Sí mismo, Él dijo: “¿Quieres saber quién soy? ¿Quieres saber cómo pienso y cómo trabajo en tu vida? escucha mis Palabras, esta es mi revelación para ti.” ¡Wow! eso es algo maravilloso.
A lo largo de los Evangelios vemos que a Jesús enseñar a grandes multitudes que no entendían muy bien a lo qué se refería. Obviamente, sabemos que Jesús fue un maestro, pero esas parábolas que comparte en los Evangelios son un poco raras y difíciles de entender. Es decir, imagina que estás en la multitud y escuchas esta parábola: «Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.” (Marcos 4:2-8)
Estas personas no tenían idea de lo que Jesús estaba diciendo. Es por eso que Jesús mira a Sus discípulos, y dice: «Bueno, ustedes se están preguntando qué acabo de decir, déjenme explicarles.” Él comparte la parábola y pasa el triple de tiempo explicándola, Jesús les da la revelación del Padre y les muestra la voluntad del Padre para ellos. Él les estaba dando Sus palabras, Él nos revela Su voluntad y quiero que pensemos sobre eso. A la luz del rápido avance de 2.000 años hasta la actualidad, las preguntas más comunes en la iglesia son: ¿cómo puedo saber la voluntad de Dios para mi vida?
Y si alguna vez te preguntaste eso, quiero decirte que la mayoría de la voluntad de Dios para nuestras vidas ya nos ha sido revelada y está justo en Su Palabra, no estamos en una niebla con nuestro futuro. Tenemos 66 libros que sabemos que son la voluntad revelada de Dios. Estoy convencido de que el 95% de la voluntad de Dios para nuestras vidas ya nos ha sido revelada. Ahora, obviamente, este libro no nos dice exactamente qué decisión profesional tomar o qué decisión familiar tomar con este tema o esa circunstancia. Sin embargo, estoy convencido de que, si nos diéramos al 95% que Dios nos ha revelado, tal vez Él sea fiel a mostrarnos el 5% que aún no conocemos. Él nos reveló su voluntad, no tenemos que vagar por la niebla. ¿No es irónico que esa sea una de las preguntas más comunes en la iglesia mientras que ignoramos el mandato supremo de la Gran Comisión para hacer discípulos a todas las naciones? Él ya nos ha dado su deseo para nosotros y lo hemos ignorado.
Su voluntad para nuestras vidas es sacrificar nuestros recursos para los pobres y los necesitados, esa es Su voluntad, no tenemos que preguntar más por eso, tenemos que dejar de ignorar su voluntad, en nuestras vidas. Su voluntad, es que sirvamos a nuestras esposas, amarlas como Cristo amó a la Iglesia y se dio a sí mismo por ella, esa es su voluntad para nuestras vidas.
En las provincias del norte de China, con 595,000 personas; hay cientos y cientos de mezquitas, pero no hay ni una sola iglesia, ni un cristiano, ni un misionero, ni un evangelista, ni un solo testigo de Jesús, y nosotros estamos aquí preguntando a Dios ¿qué quieres que haga? cuando sabemos que su única respuesta es: “Dense a la voluntad que les he mostrado.”
Mira, en los últimos años vi a creyentes reunidos en pequeñas salas durante literalmente 12 horas al día, estudiando la Palabra. Y ante eso me pregunto ¿Por qué están arriesgando sus vidas para hacer eso? Y la única respuesta es ver el poder sobrenatural de la Palabra del Señor en y a través de sus vidas. Ese poder que ha sido capaz de restaurar por completo familias enteras, de liberar de ataduras y de filosofías extrañas, ese poder de Su Palabra los lleva a anhelar tan fervientemente el Evangelio que no reparan en las consecuencias, aun a costa de su propia vida. Ellos anhelan el Evangelio porque se han dan cuenta de que esta es la revelación de Dios para nosotros. Él nos reveló su voluntad y debemos valorar la Palabra de Dios como el máximo regalo que Él nos ha confiado.
Ahora, lo que vemos en este pasaje es que Jesús dice: “les he dado su Palabra y su Palabra es verdad” este es un tema que vemos a lo largo del Libro de Juan. En veinticinco veces diferentes Juan se refiere a la verdad. Este es un tema que se repite una y otra vez y Su Palabra se equipara constantemente con la verdad. Ahora, toma tu Biblia y acompáñame a Juan 8:32, la Biblia Dice: «Conocerán la verdad y la verdad los hará libres«.
¿Lo ves? Su Palabra es verdad. Únicamente cuando entendemos eso, entendemos que las implicaciones para hacer discípulos son enormes. Jesús dijo: “toda la verdad que me has confiado la he perfeccionado y transmitido por completo a ellos.” Él dijo: “Les he dado tu Palabra”. Es de eso de lo que se trata hacer discípulos. Entender que ha sido a nosotros a quienes se nos ha confiado la verdad, esa verdad eterna que proviene de las mismas palabras de Dios Todopoderoso. Hacer discípulos requiere que tanto tú como yo nos levantemos y seamos un pueblo que preserve y multiplique esa verdad a las generaciones que vienen detrás de nosotros.
Mira, el discipulado no se va a detener con nosotros, he ahí la necesidad de no quedarnos callados y de continuar aprendiendo y transmitiendo las maravillosas verdades de la Palabra de Dios a un mundo en crisis. Así que te invito a que nos acompañes en nuestro próximo tiempo juntos y conocer más sobre el maravilloso regalo del Evangelio y su rol dentro del discipulado. Que Dios te bendiga.
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