¿De verdad le has permitido a Jesús realizar un cambio radical en tu vida? Los creyentes somos administradores de los bienes que pertenecen a Dios. Esos bienes deben ser sabiamente invertidos en lo que el dueño de los bienes quiera, ya sea en la iglesia local, en los ministerios cristianos, en las misiones y ciertamente ayudando a los pobres. San Agustín dijo: El pan que guardas pertenece a los hambrientos, el abrigo que guardas pertenece a los desnudos, los zapatos que guardas pertenecen a los descalzos, el oro que guardas pertenece a los necesitados, de modo que cuando pudiendo ayudar no lo haces, les estás defraudando. Jesús dijo que siempre tendremos a los pobres con nosotros. Marcos 14:7 dice: Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. Quédate con nosotros y conoce qué es lo que Dios quiere que aprendas en esta oportunidad con respecto a este tema.
Si tienes una Biblia y espero que la tengas, te invito a que abras conmigo el capítulo 14 de Lucas. Es bueno tenerte de regreso. Quiero comenzar diciendo un par de cosas basadas en los programas anteriores. Una de las preguntas que he escuchado es: ¿qué está pensando David o qué va a decir David? Y quiero recordarles que realmente no importa lo que David esté pensando o lo que David diga. Mi responsabilidad ante ustedes, semana tras semana, no es exponer lo que estoy pensando o lo que quiero decir. Mi responsabilidad es exponer lo que Dios está pensando y lo que Dios nos está diciendo. Y en la medida en que lo hago con claridad y precisión, entonces tenemos algo que escuchar. Si en algún momento me desvío de esta palabra, entonces no tengo autoridad para pararme frente a ti. Por eso, la verdadera pregunta no es sobre lo que David está pensando o lo que tiene para decir. La verdadera pregunta es: ¿qué está pensando Dios y qué nos está diciendo Dios? La verdad es que no importa lo que yo diga, pero si Él lo dice, entonces lo obedecemos por el simple hecho de que somos su pueblo.
También he visto a algunas personas, especialmente después de muchos de los pasajes que vimos la semana pasada, hacerse preguntas como: ¿en serio, se supone que debo vender todo lo que tengo y dárselo a los pobres? y esa es una buena pregunta, es una pregunta que debemos hacernos cuando empezamos nuestro estudio de la palabra de Dios. Entonces tenemos que luchar con estas preguntas. Pero aquí es donde quiero ser muy cuidadoso. Como su pastor, quiero pastorearte, caminar contigo a través de ese tipo de preguntas, pero quiero ser muy cuidadoso en la forma en que lo hago por un par de razones.
Mira, yo mismo estoy haciéndome estas preguntas. Mi esposa y yo nos sumergimos en las implicaciones de lo que dice esta Palabra sobre los perdidos, sobre los pobres y sobre nuestras vidas, luchando con eso, y de ninguna manera pretendo tener esas respuestas para mi familia y mucho menos la familia de alguien más. Así que estoy en un viaje que es paralelo a ti.
Ahora, leamos Hebreos 13: 7 y a la luz de ello quiero decirles varias cosas. Hebreos 13: 7 dice: “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe”, sé que Dios ha puesto líderes en tú iglesia para mostrarte cómo es la Palabra en acción y por eso, como el pastor de estos tiempos de estudios bíblicos, quiero mostrarles en mi vida y en la vida de mi familia cómo es esta Palabra en acción. Pero hay algo más que debo decirte con respecto a esto, y es que, el hecho de ser su pastor no me hace perfecto, así que los invito a orar por mí mientras yo oro por ustedes.
Esto nos lleva a la imagen principal de todo esto, y es que cuando hacemos preguntas como: ¿qué aspecto tiene esto en nuestras vidas?, ¿se supone que debo vender todo lo que tengo?, ¿se supone que debo hacer esto o aquello? Es Jesús mismo quien nos habla, nos guía y nos enseña lo que debemos hacer. La verdad es que yo quiero evitar ser demasiado específico en las respuestas que yo podría darte. Y quiero evitar esto porque dentro del mundo del cristianismo, hemos distorsionado tanto esto que hemos creado un sistema que consiste en un grupo de hojas para marcar, en dónde otros te dicen que debes hacer sin necesidad de que vayas a la palabra de Dios y el peligro con todo esto es que no nos gusta acudir a la palabra de Dios para recibir de su consejo, buscamos respuestas automáticas, y ese no es el punto. El cristianismo de hoy en día se ha vuelto un cristianismo consejero, que consiste en regulaciones externas que pasan por alto el mandato del Señor.
Creo que el punto de buscar a Dios, es que Él tome su Palabra para mostrarnos lo que Él dice y luego para llevarnos al Espíritu de Dios. Para llevarte a ti y a mí a horas de lucha delante de Dios y oración sobre cómo esta Palabra se aplica a nuestras vidas. Si todo lo que hacemos es hablar entre nosotros sobre estas cosas y crear casillas de verificación que digan que así es como se debe hacer, entonces perderemos el diseño de Dios para nosotros en su Palabra. Él desea llevarnos a solas con Él, con su Palabra, con su Espíritu, sólo así transformar nuestros corazones y cambiarnos radicalmente de una manera que demos fruto.
Aquí en “La Biblia Dice” haremos todo lo que podamos para pasar el tiempo necesario con Dios para que tú experimentes el cambio interno que sólo Él puede causar en ti, y la verdad es que no quiero robar a nadie ese tiempo. Por lo tanto, quiero desafiarlos no sólo a escuchar la Palabra, y a hablar entre ustedes, sino a tomar esta Palabra y sumergirse en el armario de la oración y estar con Dios, no importa cuánto tiempo, pero que sean sólo Dios y tú. Si debes estar en su presencia 2, 3 o 5 horas hazlo, pero no pierdas esa comunión con tú creador. Ten un tiempo sólo con Dios y pregúntele todo lo que tengas que preguntarle, pídele que te permita entender cómo es que su Palabra se aplica a tú vida.
Bien, ahora déjame orar por nosotros:
Padre, estamos a punto de leer palabras duras, palabras difíciles, palabras dichas por Jesús; palabras que son extremadamente extrañas para nuestros oídos e incluso nuestra comprensión del cristianismo, y por eso oramos, para que Tú, Dios, expongas mentiras y falsedades en la forma en que nos acercamos al cristianismo. Que traigas la verdad a nuestras vidas y a nuestras Iglesias. Y oramos para que el resultado sea una transformación radical para la gloria de tu nombre en todas las naciones. Pero Padre, necesitamos tu Espíritu para hacer este trabajo en nosotros, necesitamos tu Espíritu incluso para comenzar a proclamarlo. Todos nosotros necesitamos que tu Espíritu nos permita escucharte y obedecerte. Y por eso ruego que derrames de ti sobre nosotros mientras estudiamos tu Santa Palabra y que nos transformarás a la imagen de Jesucristo. En el nombre de Jesús oramos. Amén.
Una pregunta principal que quiero hacerte este día es: ¿estás dispuesto a venir a Jesús en sus términos?, ¿de qué manera te estas preparando para la muerte? Sin Cristo, tu eternidad será una vida eterna separada de Dios.
Uno de los pasajes más famosos de las escrituras, y sé que no solamente lo has escuchado en la iglesia, es Juan 3:16 y dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Ahora permíteme preguntarte esto: ¿qué significa creer en Jesús?, volvamos a lo que habíamos descubierto antes, no podemos llegar a Dios por nuestra propia cuenta. Ahora hablemos de dos cosas muy importantes en este proceso, la primera es el conocimiento, tú puedes saber todo acerca de Cristo, puedes conocer su historia, pero esto es sólo el comienzo, esto no te convierte en un cristiano, la segunda es el acuerdo, tú puedes saber todo acerca de Jesús pero si no estás de acuerdo con lo que Él ha dicho, si no crees que todo lo que Él ha dicho es cierto, esto jamás te convertirá en un cristiano, y por ultimo está la fe, la fe es estar de acuerdo con lo que Jesús ha dicho. Sé que Él vino y murió en una cruz, estoy de acuerdo en que puedo confiar en Él, tengo la vida eterna.
¿Cómo podemos esperar que nuestros hijos adolescentes honren a Dios con sus cuerpos si los padres y los abuelos no lo hacen?
Hago esta pregunta de esa manera porque el tipo de cristianismo que hemos adoptado se basa en venir a Jesús en nuestros propios términos. Detente por un momento y mira cómo describimos el cristianismo, cómo alentamos a las personas a venir a Cristo y encontrarás términos que son ajenos al Nuevo Testamento.
Hemos hablado de algunas de estas cosas y dijimos que seguir a Cristo no es lo mismo que tener una vida religiosa; ir a la iglesia un fin de semana no te hace un cristiano, orar en la iglesia, levantar tu mano y declarar tu amor por Jesús, una vez a la semana, no te hace un seguidor de Cristo. Jesús nunca les dijo a sus seguidores que hicieran algo de eso.
Quiero que escuches lo que dijo Jesús a las multitudes que viajaban con él. Lucas 14, versículo 25 al 34 dice: » Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Cuando la sal pierde su sabor. Buena es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará?». ¿Te imaginas parado en esa multitud? Muy probablemente pensarías: ¿Quién se cree que es este tipo?
Entonces, ¿se supone que debo aborrecer a mi mamá, papá, hermano, hermana, a mi esposa y a mis hijos? ¿Se supone que debo levantar un instrumento de tortura y renunciar a todo lo que tengo por seguir a ese tal Jesús? Para la mayoría de nosotros, esa petición es algo absurdo. Y la verdad es que Jesús perdió a varios de sus seguidores con este pasaje. Es casi aterrador para mí pensar cómo respondería en el primer siglo a estas palabras. Y algunos podrían pensar que tales palabras son muy difíciles de analizar hoy en día. Algunos podrían decir que no necesitamos mirar pasajes como este. Y entonces, la pregunta es: ¿estamos realmente listos para escuchar palabras como estas?
No sé cuál fue la oración que tú hiciste cuando aceptaste a Jesucristo, pero si tu vida no ha cambiado, el abismo todavía está presente.
Fue así como Jesús se presentó a sí mismo ante las personas. Este no fue Jesús hablando a una multitud madura que necesitaba profundizar en el conocimiento de Dios. Este fue Jesús hablando a personas que inicialmente estaban interesadas en seguirlo. Y esta fue su invitación inicial para ellos: “Deja a tu padre y a tu madre, toma una cruz y renuncia a todo lo que tienes”. Esto es lo que Jesús dijo, a las multitudes y la verdad es que es una acusación punzante a nuestra marca de cristianismo. Porque solemos pensar que predicar algo como esto es sólo para aquellos que son lo suficientemente maduros para escuchar cosas como estas, pues son palabras tan radicales que nos parecen palabras totalmente ajenas para la evangelización, pero déjame decirte algo, así fue como Jesús dijo las verdades elementales y básicas acerca de lo que significa seguirlo.
Hoy en día estamos tan alejados del verdadero Evangelio que todo eso se nos hace tan extraño. A veces solemos tomar a la vida cristiana como un juego con etapas que ganar, y nos catalogamos por niveles, pero lo verdaderamente importante es la pasión y la energía que le pongamos al servir a Cristo.
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