El Señor dio y el Señor se los llevó. Job no dice: “Dios me ha dado estas cosas y Satanás me las ha quitado” Job 2, versículo 10 dice: «¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?». Cada verso, cada faceta de la vida de Job, de sus posesiones y su familia, todo está bajo la soberanía de Dios, absolutamente todo.
Entonces ahí lo tenemos claro. El sufrimiento de Job y la soberanía de Dios. ¿Ahora cómo juntas estas dos cosas? Estoy convencido de que el Evangelio es el lugar en el que estos dos se unen de manera brillante e imponente. Y entonces, lo que quiero que vean es al Evangelio, el sufrimiento y la soberanía de Dios, todos juntos en uno. Y hay tres implicaciones en todo esto.
La implicación número uno es: el diseño soberano de Dios para nuestras vidas en esta tierra incluye el sufrimiento. Ahora, enfatizo la palabra “diseño” porque creo que la imagen en Job 1 y 2 es mucho más profunda que Dios permitiendo el sufrimiento. Mira, es Dios mismo quien ha diseñado el sufrimiento en la vida de Job. Aclaremos esto, ¿quién comenzó el sufrimiento de Job en el capítulo 1? Dios lo hizo, ¿verdad? Leamos el verso 8 del capítulo 1 de Job: «Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”. Un autor expresó esto de la siguiente manera, él dijo: es como si un ladrón de diamantes entrara a la joyería, caminara por la tienda y mirando todo, llega a la parte trasera de la tienda donde le recibe el dueño, y aun sabiendo que es un ladrón, el dueño dice: «¿Qué estás haciendo?» Y el ladrón de diamantes dice: «Estoy mirando alrededor de la tienda para ver todos los diamantes». Y el dueño dice: «¿Has visto mi diamante más preciado en el frente? Es el diamante más valioso y precioso que tenemos”. Entonces, él le muestra dónde está y le habla de eso aun sabiendo que es un ladrón. ¿Sorprendente verdad?
Esa es la misma imagen que tenemos en Job; el Señor dando y el Señor quitando. El Señor trayendo el bien y el Señor trayendo problemas. Dios ha diseñado esta imagen completa. Todo viene directamente de Él. Sí, hay un trabajo de Satanás en marcha, pero en última instancia, este es el trabajo de Dios. Sé que esto es difícil de entender, es por ello que te mostraré algunas imágenes de ello en el Nuevo Testamento. Vamos al capítulo 22 de Lucas, quiero mostrarte algo, pero déjame decirte que esta es una verdad muy pesada sobre como Dios diseña sufrimiento para nuestras vidas en esta tierra. Mira Lucas 22 conmigo. Esto es antes de que Jesús esté a punto de ir a la cruz. Este es un pasaje que puede ser familiar. Jesús está a punto de ir a la cruz y está teniendo una conversación con Simón Pedro. Y quiero que escuches lo que le dice, mientras ves la soberanía de Dios, en todo esto.
Lucas capítulo 22, verso 31, esto dice: “Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”. Esa es la misma imagen que hemos visto en Job 1, él necesita permiso. Pero es más profundo que solo el permiso. Escucha el versículo 32: «pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos». ¿Entendiste eso? No dice: si vuelves”, dice: “cuando vuelvas”. Esta imagen completa es un diseño para fortalecer a tus hermanos cuando hayas regresado. Hay un diseño aquí. Sigue yendo hacia la derecha. Ve a 1 Pedro capítulo 3, verso 17, permíteme darte el contexto completo aquí mientras lo encuentras. 1 Pedro es un libro que fue escrita a una iglesia sufriente. Cristianos en el primer siglo que estaban enfrentando persecución por su fe y como resultado de eso están siendo tentados a alejarse. Y quiero que escuchen todo este contexto en 1 Pedro 3, hablando específicamente de sufrimiento. Quiero que escuchen lo que Pedro dice en 1 Pedro capítulo 3, versículo 17, escuchen esto: “Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal”.
¿Acaso es la voluntad de Dios que suframos? Ve al capítulo 5 de 1 Pedro, capítulo 5 y versículo 8. Él continúa. Mira el diseño de Dios, este es Pedro advirtiendo a sus lectores que Satanás los atacará. Y quiero que escuches lo que dice: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén”. ¿Ves el diseño allí? Definitivamente es la voluntad de Dios que sufras y cuando sufras Él te restaurará, Serás perfeccionado, afirmado y fortalecido. Dios es soberano sobre esta imagen.
Una cosa más, ve al último libro de Apocalipsis en el capítulo 2. Mira esto conmigo, el diseño soberano de Dios para nuestras vidas en realidad incluye el sufrimiento. Mira Apocalipsis 2, Ahí Jesús está hablando a las diferentes iglesias y Él está hablando aquí a la iglesia en Esmirna, en realidad los está alentando en su fe en medio de la prueba y el sufrimiento. Escucha lo que dice. Comenzaremos en el versículo 9 y lo veremos muy claramente en el versículo 10. Apocalipsis 2: 9: “Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás”. Escucha el versículo 10: «No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”.
¿Ves lo que está pasando allí? Dios dice que vas a sufrir; sé fiel en medio de tu sufrimiento. Hay una corona de vida al final de esta imagen. En las Escrituras ves muy claramente que seguir a Dios no significa ausencia de sufrimiento, ves que el diseño de Dios para nuestras vidas en realidad puede incluir más sufrimiento del que deseamos vivir. Señoras y señores, esto es Evangelio.
Ahora, no te pierdas esto ¿Dios simplemente permitió que Jesús fuera a la cruz o Él diseñó todo para que eso sucediera? ¿Acaso Dios estaba sentado pensando: “bien, supongo, está bien, si esta es la forma en que va a funcionar, entonces supongo que dejaré que esto suceda”? Claro que no, desde el principio, fue el designio de Dios tomar el sufrimiento de su único Hijo y lograr la salvación de tu alma y mi alma. Ese fue su diseño para su Hijo; sufrir. Lo que sucedió en la cruz no fue un accidente. Jesús lo deja muy claro en Juan capítulo 10, versículo 18 cuando dice: “Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre”. Este es el diseño de Dios que implica sufrimiento y alabanza a Dios.
Desde el principio su diseño implicó el sufrimiento de su Hijo. Isaías capítulo 53: 7-10 dice que: “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado”.
¿Era la voluntad del Señor quebrantarlo? fue la voluntad de Dios aplastar a su Hijo para que tú y yo nos salváramos de nuestros pecados. Y durante todo el Nuevo Testamento vemos que la historia de la iglesia ha sido sufrimiento y sufrimiento entre el pueblo de Dios que a menudo ha sido el medio por el cual la iglesia y el Evangelio han avanzado a las naciones. Esto se evidencia fielmente en los capítulos 6, 7 y 8, donde vemos el ejemplo perfecto: Esteban es apedreado y el Evangelio se dispersa a Judea, a Samaria y a los confines de la tierra. Y los intentos de Satanás de sofocar el trabajo de la misión realmente permutan la causa de la misión. Esto es una imagen increíble porque Dios ha diseñado nuestras vidas para incluir el sufrimiento.
Ahora, la soberanía de Dios es el único fundamento para la alabanza en medio del dolor.
Vuelve a Job 1:20, dice: “Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró”. Ahora, esta es una frase sorprendente. Job acaba de descubrir que sus 10 hijos han muerto junto con todo lo demás y la Biblia dice que Job “se postró en tierra y adoró,” esto no es una adoración trillada, esta es una adoración en medio de una gran pena y pérdida. Entonces, ¿cómo adoras cuando recibes noticias como esta? Cuando eres golpeado, ¿cómo adoras? Parece casi increíble. ¿Cómo adoras así? Escucha las palabras de Job en el verso 21: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”. Así es como se debe adorar, basándose en la soberanía de Dios.
Ahora me doy cuenta de que es en este punto que mucha gente podría pensar que no lo entiende, y se preguntan cosas como: “¿Cómo es la soberanía de Dios un fundamento para la alabanza en medio del dolor? Es decir, si él es soberano, ¿por qué todavía tengo cáncer?, ¿por qué tantos han muerto? Qué importa que Él sea soberano, si yo todavía estoy sufriendo. Aún estoy dolido, el dolor todavía no se ha ido.” Aquí es donde realmente estamos cincelando profundamente en Job 1 y 2 y no quiero que te pierdas esto. ¿Cómo es la soberanía de Dios la base para la alabanza en medio del dolor?
Quiero que veas lo que fluye de su soberanía que lo convierte en un fundamento de alabanza en medio del dolor:
Primero, su soberanía nos asegura que Dios tiene el control. Cuando estás sufriendo, no obtienes mucha seguridad en el pensamiento de que Satanás tiene el control. No es muy reconfortante pensar que Satanás tiene el control. Pero la realidad es que aquí es donde muchas personas interpretan erróneamente esto. Estas son ideas que básicamente dicen que Dios no puede prevenir el mal y el sufrimiento, dicen que Él no tiene poder o soberanía sobre estas cosas. Al parecer, Dios está haciendo lo mejor que puede bajo las circunstancias que está atravesando. Dios hace lo mejor que puede hacer, pero no puede evitar que algo suceda. Tal vez, has oído o quizás leído libros como: “Cuando las cosas malas le pasan a la gente buena” por Rabbi Harold Kushner. Él escribió este texto mientras atravesaba un tiempo en el que perdió a su hijo y comenzó a cuestionar su fe y básicamente llegó a la conclusión de que obviamente Dios no podría haber hecho nada respecto de la vida o la muerte de su hijo porque, si pudiera, no hubiera permitido la muerte de su hijo.
Kushner escribe: «Puedo adorar más fácilmente a un Dios que odia el sufrimiento, pero no puede eliminarlo. Es más fácil de lo que podría adorar a un Dios que elige hacer que los niños sufran y mueran sin importar cuales fueron sus sublimes motivos». De nuevo, este es uno de esos puntos en los que no intentamos encontrar una respuesta trillada. Esto es muy pesado, pero quiero que nos demos cuenta de que cuando vamos por ese camino, negamos el carácter mismo de Dios. Creo que esto es sorprendentemente similar a lo que dice la esposa de Job en el capítulo 2 de Job: «¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios” (Job 2: 9 y 10).
Job emplea un sinónimo de la palabra que se usa en el Salmo 14: 1 y el Salmos 53: 1 cuando: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios”. Mira, maldecir a Dios es negar a Dios, es negar el carácter de Dios. Y precisamente aquí es a donde van muchas personas y de donde todos estamos de alguna manera tentados a ir cuando vemos sufrimiento.
Mira, en cada momento de nuestro sufrimiento, Dios está con nosotros. Esta es la imagen completa en Job. Él no abandona la fe en Dios porque sabe de la miseria de su alma. Es por eso que él lucha por más de 30 capítulos porque sabe que Dios está allí y sabe que Dios es justo y que Él ve el sufrimiento. Job confía en Dios, aunque todo eso no tenga sentido.
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