¿Estás roto? Él estaba roto. ¿Has sido rechazado? Él fue rechazado. ¿Estás dolido? Él fue lastimado. ¿Lloras? Él gritó de dolor. Si te preguntas de donde saco eso, basta con escucharlo en la cruz cuando dice: «Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has desamparado?».
¿Lo ves? Él está familiarizado con nuestras luchas. Y el recordatorio que quiero darte de este cuadro general en el Libro de Job, mientras él camina a través del sufrimiento es que, sea lo que sea que se vea en tu vida, quiero recordarte que Dios no te ha abandonado. Él nunca te abandona, Él está contigo en medio de tu sufrimiento. Él está contigo, no estás solo.
Job se sentirá solo una y otra vez debido al consejo de sus amigos. Tú lo podrás ver a lo largo de este libro. Pero toda la conclusión a la que Job llega es que él nunca ha estado solo, Job dice: “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven”. Cuando el dolor del sufrimiento persiste, Dios todavía está presente.
Segunda imagen, cuando los dones que disfrutamos en esta vida se han ido, esta es la suficiencia de Dios, Él todavía es bueno. Cuando los regalos que disfrutamos desaparecen, Dios sigue siendo bueno. Ahora, esto nos lleva de vuelta a lo establecido en Job capítulos 1 y 2; Satanás había desafiado a Dios y le había dicho: “Job te adora porque le pagas para que te adore. Mire todos los regalos que tiene. Por supuesto, él te adora. Si le quitas los regalos, él no te adorará”, entonces le son quitados los regalos a Job y aun así Él sigue adorando. Entonces vemos en el capítulo 2 de Job decir a Satanás: “Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia”. Y en Job 2:10 vemos a Job decirle a su mujer: «Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios”.
Y esta es la imagen con Job mostrando a Satanás el mundo, nosotros, incluso cuando los dones que disfrutamos se han ido, hay una lucha allí y hay una lucha prevalente en los capítulos del 3 al 31, pero Dios todavía es bueno. Ahora es aquí donde entran sus amigos con ideas confusas, porque lo que proponen es una teología compleja. Ahora quiero que tengamos cuidado aquí. Te invito a que leas Job 3 al 31 y escucharás a Elifaz, Bildad y Zofar hablar y decir algunas cosas verdaderas y buenas, algunas cosas teológicamente sensatas; pero este es el peligro, lo que están haciendo es que están tomando verdades teológicas y las tuercen, las distorsionan de la forma en que las aplican a la situación de Job y, de repente, estas verdades teológicas, las buenas verdades teológicas, se vuelven consejos horribles para él.
El consejo de sus amigos es tan erróneo y lamentablemente es el mismo que muchos de nosotros hemos escuchado en muchas de nuestras iglesias, su consejo es este: “Job, Dios bendice, Dios prospera a los justos, y Dios aflige a los malvados”. Eso lo lleva a una sola respuesta, como Job está afligido, entonces él debe ser Injusto. Y sus amigos continúan: “por lo tanto, Job, tu problema es que eres injusto has hecho algo para deshonrar a Dios y, por lo tanto, debes sufrir las consecuencias de tu mal accionar, pero hay un camino, la forma de hacerlo bien es ser justo, volver a Dios y todo estará bien.” ¿Puedes ver eso? ¡Qué gran error!
Déjame mostrarte esto. Mira el capítulo 4, veremos primero a Elifaz. Escuche esto, Elifaz dice: Job «Recapacita ahora; ¿qué inocente se ha perdido? Y ¿en dónde han sido destruidos los rectos? Como yo he visto, los que aran iniquidad Y siembran injuria, la siegan. Perecen por el aliento de Dios, Y por el soplo de su ira son consumidos” (Job 4: 7-9). Elifaz dice: “de la forma en que lo veo, aquellos que aran el mal y aquellos que siembran el problema lo cosechan y obviamente, tu Job, lo estás cosechando en este momento”, Elifaz dice: “obviamente has hecho algo mal”. Ahora, ve al capítulo 5, versículo 17. Escucha esto: “He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso. Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; El hiere, y sus manos curan. En seis tribulaciones te librará, Y en la séptima no te tocará el mal. En el hambre te salvará de la muerte, Y del poder de la espada en la guerra”. Ahora esto es un problema.
Lo que Elifaz está diciendo aquí es que Job obviamente ha hecho algo mal, así que, si lo hace bien con Dios, todo estará bien. Es así de simple; Dios cambiará las cosas si cambias, te arrepientes y te apartas de la maldad y de tu pecado. Eso es lo que dice Elifaz. Ahora, ve al capítulo 8 y verás a Bildad y él lo llevará un paso más profundo. Escucha la audacia de Bildad. Mira el versículo 2. Bildad dice esto a Job: «¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, Y las palabras de tu boca serán como viento impetuoso? ¿Acaso torcerá Dios el derecho, O pervertirá el Todopoderoso la justicia?”. Escucha el versículo 4: «Si tus hijos pecaron contra él, El los echó en el lugar de su pecado”. ¿Lo entendieron? Bildad acaba de decir a Job que sus hijos murieron porque eran pecadores en esa casa. Fue por eso que llegó el viento y derribó la casa porque tus hijos pecaron.
Luego le dice a Job: «Si tú de mañana buscares a Dios, Y rogares al Todopoderoso; Si fueres limpio y recto, Ciertamente luego se despertará por ti, Y hará próspera la morada de tu justicia. Y aunque tu principio haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy grande” (Job 8: 5-7). El mismo consejo que Elifaz había dado, simplemente reconoce que eres pecador y todo será próspero.
Luego llegas al capítulo 11 y ves a Zofar entrar en escena. Ahora, a lo largo de todo este libro, Job dice ser inocente. Sabemos que Job no fue perfecto, Job no dice que es perfecto, pero dice exactamente lo que sabemos de Job 1 y 2, no hay nada que Job haya hecho para ocasionar lo que está sucediendo aquí. Zofar lo reprende por eso. Mira el capítulo 11, versículo 4: «Tú dices: Mi doctrina es pura, Y yo soy limpio delante de tus ojos. Mas ¡oh, quién diera que Dios hablara, Y abriera sus labios contigo, Y te declarara los secretos de la sabiduría, Que son de doble valor que las riquezas! Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad merece» (Job 11: 4-6).
Y llegas al versículo 13. Zofar da el mismo consejo que hemos estado viendo: «Si tú dispusieres tu corazón, Y extendieres a él tus manos; Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, Y no consintieres que more en tu casa la injusticia, Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, Y serás fuerte, y nada temerás; Y olvidarás tu miseria, O te acordarás de ella como de aguas que pasaron» (Job 11: 13-16). Será como si el agua desapareciera si te alejas del pecado. Y todo el tiempo Job está diciendo que no; Dios trae aflicción no solo a los injustos, Él también trae aflicción a los justos. De hecho, a veces parece que Dios trae prosperidad entre los injustos y aflicción sobre los justos. Job está luchando con esto mientras sus amigos están presentando esta teología que dice que Dios siempre bendice a los justos y que siempre aflige a los injustos. Y la realidad es que esa es una teología pobre y es la teología que se proclama en gran parte del cristianismo contemporáneo hoy en día.
El llamado cristianismo contemporáneo: Confías en Dios, sigues a Dios y obedeces a Dios, entonces serás prosperado, tendrás una vida exitosa. Pero si desobedeces a Dios, no confías en Él, entonces no prosperarás; las cosas no te irán bien. Lo que quiero que vean aquí es un evangelio falso y un verdadero evangelio. El falso evangelio ve el sufrimiento como evidencia del desagrado de Dios. Ahora quiero tener cuidado aquí. Quiero ser cuidadoso porque definitivamente en las Escrituras vemos los efectos de nuestro pecado, las consecuencias de nuestros pecados traen lucha y sufrimiento, no hay dudas de eso y es justamente aquí donde las verdaderas cosas teológicas, son retorcidas para aplicarlo y justificar todo tipo de sufrimiento y esto se convierten en un muy mal consejo; consejo no bíblico e impío. Eso es justamente lo que está sucediendo aquí: sí, hay consecuencias del pecado, pero Job no ha hecho nada para ocasionar esto. Esto le está sucediendo a él porque así lo permitió Dios, Dios está afligiendo a los justos.
Un evangelio falso ve el sufrimiento como evidencia del desagrado de Dios y es lo que mucha gente cree y dice: “si solo tengo suficiente fe, entonces Dios me va a bendecir”. Veo esto por todas partes, recuerdo cuando estaba sentado en una iglesia o, mejor dicho, en una casa en Asia con creyentes asiáticos que arriesgaban sus vidas en una pequeña aldea para adorar a Cristo y estudiar su palabra en el medio de la noche. Y estábamos sentados allí y ellos estaban haciendo preguntas y una señora que estaba sentada cerca de mí y vivía en la ciudad me dijo: «Maestro, a veces cuando estoy viendo televisión. Recibo estaciones de los Estados Unidos y de vez en cuando veo un servicio de la iglesia». Y ella dijo: «Veo predicadores vestidos con ropa muy bonita y en edificios extremadamente agradables. Muchos de ellos me dicen que, si tengo suficiente fe, puedo tener todas estas cosas también». Ella no estaba acusando de nada, ella estaba preguntando honestamente. Ella dijo: «Vengo a nuestros servicios de adoración que nos estamos juntando a altas horas de la noche en secreto arriesgando nuestras vidas y la mayoría de nosotros somos muy pobres tratando de salir adelante». Y me miró e hizo esta pregunta con toda sinceridad: «Maestro, ¿significa esto que no tenemos suficiente fe aquí?».
Este es el evangelio que estamos explotando para el mundo y no son sólo predicadores de salud y riqueza en el televisor, somos nosotros. Son aquellas personas que están rodeadas de cosas materiales y llegan al final el domingo y dicen que Dios les ha dado todas estas cosas y que confían en Él. Y la realidad es que somos un pueblo en una cultura de iglesia que ha exaltado tanto los dones de Dios sobre Dios mismo, las cosas por encima del dador y eso es idolatría. Es idolatría y es un falso evangelio que nos hace pensar que podemos señalar con el dedo a Dios y decirle: ¿por qué estás permitiendo que esto suceda?, ¿por qué estás ordenando que esto suceda?, ¿por qué me estás quitando estas cosas?, ¿por qué estoy sufriendo? Un falso evangelio ve el sufrimiento como evidencia del desagrado de Dios, pero el verdadero evangelio ve el sufrimiento como un medio para atesorar a Dios más profundamente. Esta es una manera radicalmente diferente de ver el cristianismo y mirar nuestras vidas. El sufrimiento es un medio para atesorar más profundamente a Dios. Esto es lo que Job está aprendiendo y lo que nos está mostrando. Job está mostrando a Satanás, al mundo y a nosotros que cuando se quitan todas estas cosas, Dios todavía es el mejor tesoro que tenemos y Él es bueno.
Ahora, piénsalo prácticamente en tu vida, si tuvieras que reducir el sufrimiento y no quisiera pretender que el sufrimiento no es algo muy complicado, pero si tuvieras que reducirlo, ¿lo harías?
Quizás. es nuestra reputación o nuestra estima entre pares, quizás es nuestro éxito, tal vez es nuestro trabajo. Pierdes tu trabajo y comienzas a sufrir. Tal vez perder la casa o el auto o algunas cosas o tal vez es mucho más profundo que eso, tal vez perdemos amigos por algo que sucede, tal vez perdemos nuestra salud. Tal vez perdamos la vista, el oído o nuestra capacidad para caminar y comenzamos a experimentar el sufrimiento. Tal vez tenemos cáncer o alguna otra enfermedad, perdemos nuestra salud o tal vez perdemos a un ser querido: una madre, un esposo, una esposa o un hijo. Cuando estas cosas en el mundo que disfrutamos nos son quitadas, definitivamente sufrimos.
Ahora esta es la imagen, si Dios es nuestra imagen superior y sobre todos sus dones, entonces, cuando uno de estos dones nos sea quitado de alguna manera ¿a dónde nos lleva eso? Nos lleva más profundo al tesoro que es Dios porque tenemos una cosa menos, incluso una menos grande, buena para apoyarse en este mundo y Dios se convierte en un tesoro más profundo en nuestras vidas. No estoy diciendo que no hay dolor en perder esa cosa o que no hay lágrimas en perder a esa persona, no digo que no hay daño o que no hay una profunda sensación de pérdida. Hubo dolor, lágrimas y dolor en el Jardín de Getsemaní por Cristo. Esta no es una imagen fácil, despreocupada, pero es una imagen que dice que incluso cuando las mejores cosas de este mundo me son quitadas, todo lo que eso hará será llevarme más profundo a mi tesoro en Dios.
Esta es la razón por la cual Pablo dice en Filipenses capítulo 1 que, para él, el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. ¿Cómo dices esto genuinamente? ¿Cómo dices que vivir es Cristo y morir es ganancia? La única forma en que puedes decir eso es cuando la vida misma aquí es eliminada de debajo de ti y no te queda nada más. Mira, incluso cuando tú misma vida se haya ido, eso será una gran ganancia, ¿por qué? Porque te conduce a Cristo.
Todo lo que tienes es Dios. Has perdido todo lo que este mundo tiene para ofrecer, todo, y todo lo que tienes es Dios. Es por eso que Pablo dice que para él morir es ganancia porque él sabe que el tesoro que le espera es mejor que todas estas cosas juntas. Mejor que una esposa, hijos, un buen sueldo y todas las grandes cosas que este mundo tiene para ofrecer. Dios es mejor y el sufrimiento nos impulsa a atesorar a Dios.
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