Hola amigo, amiga oyente, que bendición estar contigo una vez más. Estamos involucrados en una nueva serie y estamos hablando sobre como el matrimonio refleja la gloria de Dios. Y en medio de eso vimos que, así como el Padre es la cabeza de Cristo, el hombre es la cabeza del matrimonio. Así que quiero recordarles, si hay alguna angustia en ustedes, hombres o mujeres, que cuando se trata de esta imagen de la cabeza, el hombre es la cabeza, el marido es el jefe de su esposa si hay algo de angustia en eso, quiero recordarte que Cristo estuvo bien al no ser la cabeza en esta relación con Su Padre. Esto es algo bueno. Fue bueno para Cristo y toda su vida en la tierra que su padre fuera la cabeza. Él respondió a lo que el Padre le estaba guiando a hacer en su amoroso liderazgo y quiero pedirte que mantengas estas verdades presentes en tu vida: así como Cristo se relaciona con la Iglesia, el esposo es la cabeza de la esposa. Y segundo, como la Iglesia se relaciona con Cristo, la esposa es la ayuda para su esposo.
La esposa es la ayuda de su esposo. Ahora sé que a muchos no les agrada escuchar esto, así que quiero volver a Génesis. Ven conmigo a Génesis capítulo 2 y quiero que veamos la imagen completa aquí al principio de la creación. Pablo cita esto en Efesios 5, y en 1 Corintios 11, además, otro pasaje sobre el matrimonio también se remonta a esta imagen en Génesis 2 y 3. Y la razón por la que señalo esto es porque el Nuevo Testamento no está hablando sobre algo nuevo. El Nuevo Testamento se remonta a la base del matrimonio que se inició desde el principio. Dios diseñó esta imagen del matrimonio donde el esposo es cabeza y la esposa es ayuda. Dios diseña esto en Génesis 2, ahí Él crea al hombre. Dios podría haber creado al hombre y a la mujer al mismo tiempo, pero no lo hizo. El hombre fue creado primero.
Dios viene al hombre y le dice: “tienes responsabilidades”. Palabra clave, tienes la responsabilidad del cuidado de la creación. Esto es lo que sucede en Génesis 2, el cuidado de la creación y la obediencia de la creación, y al mismo tiempo Dios le da al hombre un mandato; no comas de este árbol. El hombre es responsable del cuidado del jardín y de la obediencia de la creación de Dios. El hombre es líder desde el principio. Y luego llegas a Génesis capítulo 2, versículo 20 y lees: «Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán (Qué palabras románticas). Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.» Aquí está lo que Pablo cita en Efesios 5: «Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.» (Génesis 2:24).
No se encontró un ayudante adecuado para Adán, así que Dios crea a la mujer y aquí tienes esta imagen del hombre como cabeza y la mujer como ayudante y es algo bueno, porque ellos están trabajando en armonía juntos. Este es un hombre y una mujer unidos y demostrando amor el uno por el otro de una manera satisfactoria. Entonces, llegas al final de Génesis 2 y lees: «Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.» Las cosas iban bien, realmente bien. Pero luego llegas a Génesis capítulo 3. En Génesis capítulo 2 Dios diseña esta imagen; el hombre es cabeza, la mujer es ayudante. Sin embargo, Génesis capítulo 3 distorsiona esta imagen. El pecado entra al mundo en Génesis capítulo 3, y ¿a quién va Dios primero? Él va al hombre, responsable de la obediencia de la creación, no digo que la mujer no fue responsable de su pecado, sino que, en última instancia, la responsabilidad recayó en el líder, a quien se le había otorgado y se le había confiado esa responsabilidad.
Y lo que sucede después de que Eva y Adán desobedecieron es que se enfrentan en su pecado y Dios les habla. Entonces, llegas al versículo 16 y lees: «A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos» Y aquí está: «y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti«. Ahora, muchas personas toman este versículo y dicen que todo este liderazgo y sumisión son el resultado de la caída. Todo es resultado del pecado en el mundo y eso no es lo que Génesis capítulo 3, versículo 16 está enseñando. Ya hemos visto liderazgo y sumisión, cabeza y ayuda en Génesis capítulo 2. En cambio, lo que estamos viendo aquí en Génesis capítulo 3 en la relación entre el hombre y la mujer, es el efecto del pecado en su relación con Dios. Y lo que está en el capítulo 3 de Génesis es un abuso del diseño de Dios en el capítulo 2 de Génesis.
Ahora Génesis capítulo 3 es un resultado del pecado, esta imagen de la cabeza y el ayudante que es una buena imagen, en el capítulo 2 de Génesis, ahora está abierta a hombres que orgullosamente dominarán a sus esposas y mujeres que rechazarán y resistirán el liderazgo del esposo en sus vidas. Y el machismo y el feminismo no son cosas nuevas en el siglo XXI, han existido desde el capítulo 3 de Génesis. Son los abusos del diseño de Dios para el matrimonio y no hay duda de que este diseño para el matrimonio que Dios tiene es que el hombre sea la cabeza y la mujer la ayudante.
Lo que quiero que veamos, es que el pecado no creó esta imagen de liderazgo y creación, Dios lo creó y lo diseñó para nuestro bien.
Y aquí es donde quiero que nos sumerjamos en la responsabilidad de esto. Fue hace mucho tiempo que Dios preparó esto y Él lo configuró por una razón y quiero que me sigas porque cuando nos metamos en esto, vamos a ver la belleza de la imagen del matrimonio en el Nuevo Testamento bajo esta imagen de líder y ayudante. Así que, escucha lo que la Palabra nos está mostrando aquí. Vamos a Efesios 5, este verso comienza dirigiendo a las esposas, de hecho, la mayor parte de la discusión gira en torno a lo que se dice a las esposas, pero la realidad es que lo que se dice de los esposos es mucho más largo y mucho más empinado, es mucho más pesado lo veremos más adelante.
Entonces, esposas, ¿qué dice la Escritura en Efesios 5 sobre su responsabilidad? Número uno, su responsabilidad es venerar a Cristo mediante la sumisión a su esposo. Reverencia a Cristo a través de la sumisión a tu esposo. Ahora, esta palabra es obviamente una palabra que puede ser abusada, y espero que cambiemos su concepto cuando veamos lo que significa en la Palabra. Entonces, vamos a ver algunos versos que emplean esta palabra, empecemos, Colosenses capítulo 3, versículo 18, esto dice: “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.” 1 Pedro capítulo 3 versículo 1, “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,” Tito capítulo 2, versículos 4 y 5: “que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.” y Efesios capítulo 5, versículo 22: “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor”.
¿Lo ves? todos dicen que las mujeres se someten a sus maridos. Así que esta no es solo una idea de Pablo. Esto es bastante intencional. El Espíritu Santo nos está dando esta imagen a lo largo del Nuevo Testamento. Es la misma palabra, de hecho, es la palabra que se transfiere al versículo 21 en Efesios 5: «Someteos unos a otros en el temor de Dios.» y la palabra literalmente significa rendirse al liderazgo amoroso de uno. Efesios 5 está diciendo que debes confiar en tu esposo, cede al liderazgo al esposo, sigue a tu esposo, eso es lo que está diciendo. De la misma manera en que Cristo se subordinó a sí mismo, se sometió a la voluntad del Padre.
Todo el tiempo vemos en el Evangelio a Cristo decir: “todo lo que el Padre dice hago. Lo que sea que el Padre me diga que hable, yo hablo.” Esta es una posición en la que Cristo estaba, esto no es una cuestión de inferioridad, desigualdad o tipo de coerción. Esta es una sumisión voluntaria, confianza voluntaria, entrega voluntaria y devoción a otra persona y esto es bueno. Reverencien a Cristo por medio de la sumisión a su esposo.
Y luego, el versículo 33 dice que las esposas deben respetar a su esposo: «Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido» Y desearía que tuviéramos tiempo para descomprimir esto más, pero lo que tienes es que ni siquiera tienes un mandato para las esposas para amar a sus maridos en este pasaje. En cambio, dice que cada hombre debe amar a su esposa como a sí mismo y la esposa debe respetar a su marido. Entonces él dice que los maridos aman a sus esposas Y las esposas respetan a sus maridos. No se pierdan lo que se resalta aquí, Dios ha diseñado hombres, maridos con una necesidad de ser respetados. Y Dios ha diseñado mujeres, esposas con una necesidad de ser amadas.
Y la realidad es que, si somos honestos el uno con el otro, luchamos con eso. Creo que a veces es más fácil para una esposa amar a su marido que respetar a su marido. Generalmente una esposa se sienta con un grupo de amigos y habla irrespetuosamente sobre todas las cosas por las que está frustrada con su marido, pero luego, en casa, cuida a su esposo y hace varias cosas porque lo ama. La pregunta es, ¿ella lo respeta? Esposa, ¿respetas a tu marido? ¿Le dices a tu marido lo que respetas de él?
Entonces, cuando se trata de dificultades matrimoniales, las Escrituras alientan a las esposas y a los esposos. Ellas necesitan ser amadas y su esposo debe ser respetado, por lo tanto, respete a su esposo. Camina a través de esta imagen del matrimonio con él y edifíquenlo, dale vida. Busca cada oportunidad que tengas, para darle vida a tu esposo. Tú eres la ayudante. Reverencia a Cristo a través de la sumisión a tu esposo. Respeta a tu esposo.
Ahora, maridos, ustedes tienen dos responsabilidades. Número uno, refleje a Cristo a través del sacrificio por tu esposa. Efesios capítulo 5, versículo 25 dice: «Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella«. Se entregó a sí mismo. Cuando merecíamos la ira del Dios Todopoderoso, Cristo se puso en nuestro lugar, en tu lugar, en mi lugar, Él bebió la copa de la ira de Dios para que no tuviéramos que hacerlo nosotros. Toda la gloria sea para Cristo. No hay manera de que estemos aquí ahora, si no fuera por el Cristo que se dio a sí mismo por nosotros. Así que esposos, Pablo dice: ama a tu esposa.
El mandato no es una oportunidad para que dominemos a nuestras esposas, es una responsabilidad. La dirección es una responsabilidad para ti y para mí por nuestras esposas. Morir a diario para sacrificarnos. La cultura de hoy nos dice que debes ser macho, debes cuidar de ti mismos, pero la Escritura dice que debes morir a ti mismo y renunciar a ti mismo por tu esposa. Este es el mandato sobre ti; amor sacrificado. Refleja a Cristo a través del sacrificio por tu esposa y amen a sus esposas. Esto se menciona seis veces en ocho versículos diferentes, ama a tu esposa, ama a tu esposa, ama a tu esposa.
Tú, varón, necesitas respeto, ella necesita amor, ella necesita tu amor. Espero que puedas acompañarnos en nuestro siguiente programa y conocer más sobre las verdades eternas de la Palabra de Dios acerca del matrimonio. Que Dios te bendiga.
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