Hola amigo oyente, en el programa anterior vimos que a veces, es mucho más fácil dar respeto que dar amor. El respeto es mucho más fácil. Pero, ¿realmente estas amando? ¿Cómo dice la Escritura que necesito amar a mi esposa? Bueno, primero, Efesios 5 dice que la ames desinteresadamente como Cristo la ama. Este es un amor abnegado. No se basa en lo que obtienes a cambio. Esto es tan grande para las esposas y los esposos. Algunas de las damas, cuando dije que las esposas respetan a sus esposos, en el programa anterior, de inmediato, pensaron y han estado pensando: “bien, mi esposo no merece respeto, no lo respetaré” Y ten cuidado porque es ese punto que está comprando la filosofía de este mundo.
Cuando se trata de cómo manejar el matrimonio, existe una ideología que dice que la forma en que me relaciono con mi esposo se basa en lo que él me da, lo que él hace por mí y ese no es el tipo de respeto y amor bíblico. La Biblia dice que las esposas respetan a sus maridos no en función de su desempeño para ustedes. Las esposas respetan a sus maridos según el desempeño de Cristo en ustedes. El amor debe estar basado en Cristo no en ti. Del mismo modo que los maridos, cuando se trata de amar desinteresadamente, el mundo dice que ames a tu esposa, por todas las características positivas que tiene. El único problema es que cuando una de esas características positivas ya no es tan atractiva para ti como esposo, su amor comienza a desvanecerse. Tu amor por tu esposa, mi amor por mi esposa nunca debe basarse en las características positivas de lo que mi esposa merece. Se basa en el amor de Cristo en mí por ella, y ese amor no se detiene, no depende de lo que ella hace.
¿No estamos contentos, de que Dios no nos ama basado en lo que hacemos? Si pretendemos que Él nos ame según lo que hemos ganado, nos hemos perdido todo el sentido del cristianismo. La realidad es que, si Dios nos ama basado en su gracia en nosotros, entonces es mejor que amemos a nuestras esposas de la misma manera. Ámala desinteresadamente. Y cuando esas características positivas que alguna vez te atrajeron comienzan a desvanecerse, es allí donde el amor se vuelve aún más real en el matrimonio. Ámala desinteresadamente.
Segundo, ámala con eficacia. Eficazmente. Pablo habla acerca del para qué Cristo ama en su Iglesia, el versículo 26 dice: La ama «para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha». Esto es lo que hace Cristo en su amor por su novia, la iglesia. Él la presenta adorable, hermosa. Es el trabajo de Cristo en ella. Ahora, obviamente, aquí hay una diferencia entre lo que hacemos como esposos y lo que Cristo hace. No morimos por los pecados de nuestras esposas y no tenemos el poder santificador que tiene el Espíritu Santo. Y a pesar de ello, lo que las Escrituras nos muestran es que el amor de Cristo por su novia tiene un gran efecto y que su amor, maridos, por sus esposas debería tener un gran efecto.
Los esposos aman a sus esposas de una manera que aumenta su belleza, que aumenta su crecimiento en Cristo y la hermosura de Cristo. Ámala con gran afecto. El efecto de tu relación con tu esposa debe ser evidente en la forma en que persigues a Cristo. Es lo que las Escrituras enseñan aquí. Aquí es donde uno de esos momentos estudiando este texto fue donde me encontré cara a cara en mi propia vida y en mi propio matrimonio con deficiencias y luchas. Pero esta imagen que vemos en Génesis 2 y ahora aquí en Efesios 5 de cabeza y responsabilidad, enseñan con mucha claridad que los esposos tienen la responsabilidad de la santidad y la belleza de su esposa. Esposos, tienen, tenemos la responsabilidad de la belleza y la santidad de nuestras esposas.
Responsabilidad ante Dios, de tal manera que cuando hay problemas en nuestros matrimonios, finalmente vuelven a nosotros sin importar cuáles sean los problemas. Ahora sé que es una declaración audaz. Y no estoy diciendo que, si una esposa comete adulterio o cae en algún otro pecado, no es culpable ante Dios de su pecado. Es obvio que sí, pero al mismo tiempo, el esposo es la cabeza de su esposa, él es la cabeza de su familia y, como tal, tiene la responsabilidad de la belleza y la santidad de su esposa ante Dios.
Entonces, hombre, tú le debes cuentas a Dios por la forma en que guiaste a tu esposa a ser amable y a ser santa. Déjame darte una Ilustración práctica, imagina que un barco de la Armada, es guiado por un joven marinero pues el capitán del barco se ha quedado dormido, entonces este joven marinero hace naufragar al barco, ¿ese joven marinero es culpable de eso? Absolutamente él es culpable, pero entonces te pregunto ¿Es este capitán responsable? Y sin dudas, él es responsable por descuidar este barco. Esa es la imagen que las Escrituras nos están dando aquí en lo que respecta a la jefatura.
Caballeros, ustedes son responsables y esto significa que, si hay problemas en nuestros matrimonios, tenemos que dar un paso al frente y asumir la responsabilidad de ellos. Y eso no se hace dominándolas, se lo hace sacrificando tu vida por ellas. Esta es la manera en que Cristo hace que su Iglesia sea santa, bella y hermosa, sacrificando su vida por ellos. Y esposos, esto es lo que estamos llamados a hacer y si no estás experimentando problemas en tu matrimonio ahora, te pido que por favor no te quedes dormido en tu supervisión. No te duermas bajo el cuidado que Dios te ha confiado para que seas responsable de tu hogar y lo más importante, de tu esposa.
Ya es hora de que los hombres asuman la responsabilidad de lo que Dios les ha confiado en lugar de hacer bromas sobre su autoridad. Esta imagen completa de la jefatura debería hacer temblar a cada hombre ante Dios y su esposa. Entonces yo pregunto, ¿qué esposa no quiere seguir el liderazgo de un marido que hace estas cosas? ¿Qué esposa no querría confiar en alguien que está entregando su vida todos los días por ella? Entonces, ámala de manera efectiva.
Tercero, ámala con cuidado. Los versículos 28 y 29 de Efesios 5 dicen: «Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.» Es casi como si apelarás a la naturaleza egoísta del hombre. Ama a tu esposa como te amas a ti mismo y las cosas estarán bien. Ama a tu esposa, aliméntala y cuídala. Dos cosas que debes hacer: primero, aliméntala, y segundo, apreciarla. Cuida de ella, consuélala, sé cálido con ella. Los maridos no son duros con sus esposas. Las Escrituras dicen que nunca, nunca jamás, seas duro con tu esposa. Sé cálido con ella, confórtala. Atesora a tu esposa.
Dios sabe que los esposos tenemos una propensión a tener una dominación orgullosa cuando se trata de esta imagen de la cabeza, y la Biblia nos dice que cuides, confortes, y ames a tu esposa. No la conduzcas de una manera que la degrade, condúcela de una manera que la atesores, condúcela de una manera que no se siente humillada. Llévala de una manera que se sienta servida por ti, acaríciala, aliméntala. Y luego, por último, ámala por completo. Esta es la imagen de Génesis 2:24, una sola carne en el matrimonio. El matrimonio no es una unión de dos mundos. El matrimonio es un abandono de dos mundos para que se forme un nuevo mundo. Esta es tu vida, ella es tu vida. Ella es como tu propio cuerpo unido a ella como una sola carne.
Las Escrituras dicen que la ames completamente, este es el segundo mandamiento en el Nuevo Testamento; amarás a tu prójimo como a ti mismo y ella está más cerca de ser tu prójimo que cualquier otra persona. Así que ámala como a ti mismo. Ámala completamente. Esta es la imagen que tenemos en Efesios 5. Entonces, ¿cómo lo ponemos en práctica? Solo quiero poner tres ideas en frente de ti, una para los esposos, una para las esposas y una para los dos, y tal vez sea un paso práctico que puedas tomar a partir de este punto.
Esposos, conclusión práctica para ti, sirvan a su esposa. Decide hoy, por la gracia de Cristo, servir a tu esposa. Este es el mandamiento de Dios para ti. Es el gran llamado de Dios en tu vida y no se trata de lo que es mejor para ti. Se trata de lo que es mejor para ambos. Cuando estudié esto, fui con Heather, mi esposa, y le dije: «Heather, ¿cómo puedo servirte mejor?». Y no voy a decirte lo que ella dijo, pero diré que no fue lo que pensé que iba a decir. Tenía muchas buenas ideas de cómo podía servirla mejor, pero ella tenía algo más, así que ahora estoy atrapada haciendo lo que las Escrituras me dicen que haga, eso es algo grandioso. Entonces, esposos, los desafío a que vayan con su esposa y les digan: “¿cómo puedo atenderte mejor?” y te pido que integres esta oración en tu vida diaria: “Dios, ayúdame a servir a mi esposa hoy.” Esta es la voluntad de Dios para tu vida y tu matrimonio.
Bien, Esposas, observen el liderazgo de su esposo. Ahora esto es lo que quiero decir con eso. Sé que muchas de ustedes no lo entienden porque tal vez no han visto a su esposo guiando como debería. Y es en este punto que quiero darte un recordatorio y una advertencia. El recordatorio se basa en lo que hablamos antes, recuerda tu respeto por tu esposo, tu amor por tu esposo, tu ministerio con tu esposo, tu ayuda a tu esposo no se basa en lo que él haga, se basa en Cristo en ti. Y ahora, quiero advertirles, señoras, que no usen Efesios 5 para sentarte con tu esposo y ponerle en jaque con lo que hemos aprendido en esta serie. No debes, por ningún motivo obligarlo a hacer eso. Quiero advertirles que no deben ser exigentes cuando se trata del liderazgo. Y la razón por la que quiero advertirles esto es porque tan pronto como se vuelven exigentes, se están saliendo del rol que Dios ha pensado para ti. Y quiero advertirte esto porque es muy probable que tus demandas para que él lidere aplaquen cualquier deseo en él de liderar. Y entonces quiero alentarte a que corras hacia Cristo y ores, ores fervientemente porque la realidad es que tu esposo no puede guiar a menos que Cristo este trabajando en él.
Tu esposo no puede hacerlo a menos que Cristo haga un trabajo dentro de él y eso significa que debes ser completamente dependiente de Cristo para que Él haga eso en tu esposo. Entonces ruega por él, ora por oportunidades para hablar con él sobre ciertas cosas, pero ten cuidado de mantener el enfoque de esas conversaciones en la esperanza y el fundamento de Cristo y busca áreas pequeñas para que el dirija y aliéntalo en eso, construye en él, edifícalo, ayúdalo a liderar de esa manera.
Esposas y maridos, dejen que Cristo les sirva. La belleza de esta imagen es que Cristo promete darnos su gracia. La intención de Efesios 5 es llevarnos a Cristo. No estoy diciendo que estos últimos minutos que hemos tenido juntos sea el fin de todo, lo que estoy diciendo es que estos fundamentos, son esenciales, así que oremos a través de estos y dejemos que estas verdades nos lleven a Cristo. Todos necesitamos estos fundamentos, estas verdades. Dios diseñó el matrimonio. Él sabe cómo debe verse y lo diseñó para su gloria a través de su Evangelio, Él desea que eso sea una realidad en cada una de nuestras vidas. Espero que te des cuenta de que Cristo quiere servirte y ayudarte en medio de esto y espero que puedas acompañarnos en nuestro próximo tiempo juntos y poder conocer más sobre los propósitos de Dios para nuestros matrimonios. Que Dios te bendiga.
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