Tienes que ser capaz de enseñar. Hay tres cosas que hace un maestro. Primero, un maestro tiene que adquirir el contenido. Entonces tienes que creer el contenido, y luego tienes que comunicar el contenido.
No puedes dejar un legado de fe y prácticas piadosas a menos que realmente las poseas. Así es como se hace, tanto la propiedad como la partida son el enfoque de Ron Moore en este tiempo.
En el Antiguo Testamento hay esta historia sobre un rey llamado Ezequías. Ezequías era un rey que tenía un curriculum vitae envidiable. Quiero decir, cuando miras lo que hizo, te das cuenta de que es increíble. Ezequías llegó muy joven al reinado y fue por todo Israel destruyendo altares construidos para el culto pagano, y luego, en un evento sorprendente, tomó la serpiente de bronce que Moisés había hecho. ¿Recuerdas la historia? La vemos en Números 21, cuando Israel pecó contra Dios y Dios envió serpientes como consecuencia de su pecado y estas serpientes estaban matando a algunas personas, por lo que Moisés hizo esta serpiente de bronce y cuando miraban a la serpiente de bronce, ellos serían sanados de las mordeduras de serpiente.
Bueno, esa serpiente se transmitió a través de los siglos y, en tiempos de Ezequías, la gente adoraba a la serpiente de bronce, entonces Ezequías tuvo las agallas para tomar la serpiente de bronce, que Moisés había hecho, y la rompió en pedazos para que la gente no la adorara más. Este tipo era un líder fuerte, apasionado por Dios, siguiendo a Dios todos los días de su vida, hasta que llegó a los 40 años y se enfermó, fue una enfermedad terminal.
En ese momento Isaías era un profeta, entonces él entró y dijo: «Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.» Y las Escrituras dicen que Ezequías estaba en su cama, enfermo y volvió la cara hacia la pared y lloró amargamente mientras le pidió a Dios que le diera algo más de tiempo. Y así, en un giro interesante de los acontecimientos, Dios le dio más tiempo. “Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. Y añadiré a tus días quince años,” (2 Reyes 20:4-6)
Obviamente, Ezequías estaba muy contento. Uno pensaría que, con 15 más años dados por la gracia de Dios, seguramente tomarías esos años y los usarías para Cristo, pero 2 Crónicas nos dice todo lo contrario. Nos dice que el corazón de Ezequías se enorgulleció y no respondió a la bondad que Dios le había mostrado. De hecho, en esos 15 años de gracia, Ezequías pecó grandemente en contra de Dios y esto es lo que Dios le dijo a Isaías. 2 Reyes capítulo 20 versículo 16 dice: «Entonces Isaías dijo a Ezequías: Oye palabra de Jehová: He aquí vienen días en que todo lo que está en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy, será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo Jehová. Y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia. «(2 Reyes 20: 16-18)
¿Te imaginas escuchar eso? Aquí, has vivido tu vida, has obtenido estos 15 años de gracia, y Dios dice: “todo lo que has trabajado será destruido”. De hecho, tu propia carne y sangre van a ser llevados y van a ser esclavos. ¿Como responderías a eso? Sería devastador, ¿verdad? Pero esto es lo que dijo Ezequías, lo podemos ver en el capítulo 20 versículo 19 de 2 Reyes: “Entonces Ezequías dijo a Isaías: La palabra de Jehová que has hablado, es buena. Después dijo: Habrá al menos paz y seguridad en mis días.» Es decir, dijo algo como esto: “es una pena para ellos, pero no me va a afectar en absoluto; sí, lamento que tengan que limpiar mí desastre, pero al menos, mientras yo viva, estaré bien.”
Estamos involucrados en esta serie de sermones que hablan sobre nuestro legado. ¿Qué vamos a dejar atrás? ¿Vamos a dejar un lío atrás y dejar que otros lo limpien? o ¿vamos a dejar algo que realmente valga la pena, algo significativo, algo que realmente demuestra a nuestros hijos, amigos y nuestra familia que hablamos en serio acerca de vivir una vida para Jesucristo? Pues bien, toma tu Biblia y vamos al Nuevo Testamento. Estamos utilizando estos tres libros: 1 y 2 de Timoteo y Tito como nuestra principal fuente de este estudio para poseer nuestra influencia, y hemos analizado las características que Pablo da para los ancianos en una iglesia, características que se aplican para todos.
Hasta este punto, hemos visto que debes tener el deseo de ser dueño de tu influencia. Tienes que establecer tu corazón para vivir una vida que complace a Dios, tiene que haber algo de pasión allí, no puedes vivir una vida cristiana de línea recta y esperar que alguien se entusiasme con la vida que viviste o lo que dejaste atrás, tú tienes que estar por encima del reproche, no podemos ser perfectos pues nunca lo haremos; pero debes vivir una vida sin reproches, además debes vivir una vida de integridad familiar; fiel a tu esposa e hijos, emocionalmente equilibrado, templado y autocontrolado, respetable, lleno de obediencia, la cual surge únicamente de la identificación de quiénes somos en Jesucristo porque es solamente ahí donde sabemos quiénes somos. Mira, nuestra identidad no debe estar en un hogar, en un automóvil, en una segunda casa, en un tercer automóvil, en un trabajo o en cualquier otra cosa, nuestra identidad debe estar en Jesucristo. Además, debemos ser hospitalarios, debemos invitar a la gente a entrar a nuestro corazón imperfecto.
Bueno, y hoy veremos que un obispo debe ser “capaz de enseñar” Ahora, sólo quiero dejar en claro algo, esto no está hablando de un don espiritual de la enseñanza, esto no se trata solamente de alguien que vaya a pararse frente a un salón de clase, un escenario o lo que sea y que tenga la capacidad de poder enseñar, sí eso tiene que suceder, pero esta característica significa algo más, esta característica nos dice que debemos poder comunicar claramente la verdad de Jesucristo, la verdad de la Biblia a la audiencia que Dios te da. A veces tendrás una audiencia de uno; un amigo, un familiar o un niño. Pero a veces, tu audiencia será un grupo más grande, y sin importar eso tú debes recordar que nadie está exento de poder enseñar.
Mira, es Dios quien ofrece todo tipo de oportunidades, pero realmente ¿podremos aprovecharlas? Pues bien, hay tres cosas que un maestro debe hacer. Llamamos a esto el ABC de la enseñanza. Primero, un maestro tiene que adquirir el contenido, luego debes creer en ese contenido y, por último, debes comunicar el contenido.
Adquisición es el proceso de adquirir conocimiento. Creencia es el proceso de propiedad personal. Todos ustedes han escuchado a los maestros enseñar, pero ¿realmente creen lo que ellos están enseñando? Creer lo que aprendes y lo que enseñas significa demostrarlo con tu vida, comunicarlo y explicarlo claramente. Así que, esto es lo que debes hacer: adquirir el contenido, creer en el contenido y comunicar el contenido.
Entonces la pregunta es, ¿hay algo que vale la pena adquirir, creer y comunicar? Si tu respuesta es “la Biblia”, entonces has respondido correctamente. Ahora, la siguiente pregunta es ¿has hecho eso antes? ¿pasaste tiempo en la Palabra? ¿Existe realmente algo por lo que estés dispuesto a dar tu vida para adquirirlo, para saber lo que dice? ¿Creerlo hasta el punto de obedecerlo y comunicarlo a otros?
Bien, vamos a 2 Timoteo capítulo 3 versículo 16 y 17 Pablo dice: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.» Toda la Escritura, cada parte de las Escrituras, cada palabra de la Escritura es inspirada por Dios, viene de Él, es su carta de amor para nosotros. El Creador del universo nos ama tanto que envió a su Hijo a morir por nosotros en una cruz; y luego nos dio Su Palabra para que podamos saber cómo vivir una vida que complazca al Cristo que decimos que amamos.
Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñar, nos muestra el camino correcto. Es útil para reprender, nos enseña cuándo nos salimos del camino. Es útil para corregir y nos devuelve al camino correcto. ¿Cómo vamos a saber si estamos en el camino correcto si no leemos Su Palabra? ¿Cómo podremos saber cómo mantenernos en el camino correcto si no nos tomamos un tiempo para leer la Palabra de Dios?
Pablo dice: «Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” Haz lo mejor que puedas para presentarte a Dios, eso es lo realmente importante en la vida.
Leave a comment