Hola amigo oyente, que gusto estar junto a ti un día más de vida. En estos días hemos estado hablando sobre la verdadera esencia del Evangelio y hemos visto la necesidad de fundamentar nuestra vida cristiana en la roca. Mateo capítulo 7, versículo 24 es muy claro en ello y dice: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace”. Esto es lo que marca la diferencia entre el hombre que construyó sobre la roca y aquel que construyó sobre la arena, pero no lo olvides ambos escucharon la Palabra.
Sin embargo, el hombre que construyó sobre la arena no puso en práctica las palabras de Jesús, es decir, no las obedeció. Jesús dice que vivas tu vida y edifiques tu casa sobre su Palabra y Justicia, en obediencia absoluta, y cuando venga la tormenta del juicio de Dios, estarás de pie por el poder de Cristo, El será tu roca, tu fundamento de vida. En contraste, si construyes tu casa sobre palabras de hombres, incluso palabras de la cultura cristiana en la que vives, sin escuchar ni poner en práctica las palabras de Jesús, entonces habrás construido tu casa sobre la arena. Y cuando llegue la tormenta del juicio de Dios, caerás. Tu vida caerá eternamente en un gran choque. ¡Esto es sorprendente! Este es el evangelio y la vida desde la boca de Jesús mismo y es una buena noticia para todos los que están sobre la roca, sin embargo, es una noticia condenatoria para todos los que han construido sus vidas en la arena. Permíteme hacerte la siguiente pregunta: ¿has asumido una salvación sin fundamento bíblico?
Mira, mi objetivo en este programa no es confundirte, ni asustarte, sino invitarte a considerar seriamente las implicaciones bíblicas del Evangelio. Mi deseo es llevarte un paso adelante en el camino hacia la autenticidad espiritual, no pretendo lograr una resolución total, ni pedirte que inclines tu cabeza, cierres tus ojos, repitas una oración y pienses que es todo. Esta es la solución rápida del camino amplio que conduce a la destrucción. Mi objetivo es establecer el escenario para saber por qué es importante conocer el Evangelio y comenzar a transitar por un camino que conduce a la autenticidad espiritual.
Ahora, quiero que consideres tres conceptos esenciales al hablar del camino a la autenticidad espiritual. Número uno, escucha a tu Salvador a través de las Escrituras. Te invito, te ruego, te insto a hacerlo; quiero desafiarte a hacerlo desde el comienzo de esta serie. En los próximos programas quiero que pongas a prueba tus tradiciones, pensamientos e ideas relativas a palabras de Cristo. No estoy diciendo de ninguna manera que estás completamente equivocado o que tienes que tirar toda tu fe por la ventana. ¡No estoy diciendo eso! pero debemos ser muy, muy cuidadosos de no hacer lo que Jesús advirtió en Mateo capítulo 15, versículo 6 cuando Él dijo que podemos anular la Palabra de Dios por causa de nuestras tradiciones. Mateo 15: 6 dice: “Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición”.
Debemos tener cuidado aquí. Este es precisamente el peligro del engaño espiritual, en otras palabras, podemos abrazar nuestras tradiciones y pensar que estamos haciendo lo correcto cuando en realidad lo que estamos haciendo es cubrir la realidad que está debajo. Así que quiero invitarte a escuchar y estudiar las palabras de Cristo por tu cuenta. Algunos de ustedes estarán pensando “no sé de qué está hablando acerca de la obediencia en la salvación”. Bueno, la solución es simple, ve a estudiar y descubre lo que dice la Biblia sobre la obediencia en la salvación, mientras tanto vamos a introducirnos en las palabras de Cristo y a escuchar lo que Él dice. Por favor, presta atención a tu Salvador y permite que Cristo, por su Espíritu, abra tus ojos a la verdad.
Segundo, examínate a ti mismo, sé que algunos de ustedes podrán pensar que ha sido suficiente de estos cuestionamientos. Es riesgoso cuestionar dónde estás en tu fe, sin embargo, presta atención a las palabras en 2 a Corintios capítulo 13, versículo 5, donde dice: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”. La Biblia dice que es necesario ponernos a prueba para ver si estamos en la fe. ¡Examínense! Solamente te darás cuenta que Cristo Jesús no está en ti a menos que hayas fallado la prueba. ¿No es éste un gran verso? Nos recuerda porqué este es un buen camino a seguir, porque si realmente conocemos a Cristo nos daremos cuenta de su infinita belleza en nosotros, podremos apreciar la hermosura del Evangelio que nos ha salvado de nuestros pecados. El Evangelio que es la base de cada una de las facetas de nuestras vidas. Oro al Señor para que sea este Evangelio el que cobre vida en nosotros.
Por otro lado, para aquellos que no conocen realmente a Cristo y están engañados espiritualmente pensando que están en el camino de la vida, cuando en realidad están en otro camino, esta serie de mensajes serán muy buenos; tendrá un peso eterno. Así que examínate. Todos y cada uno de nosotros incluida mi persona necesitamos evaluarnos. Entonces, en primer lugar, escucha a tu Salvador, luego, examínate a ti mismo; y tercero, ora por tu alma. La Biblia es muy clara en ello, 1 Juan capítulo 1, verso 8 dice: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros”. ¿Lo ves? Muchas veces como cristianos, solemos engañarnos a nosotros mismos. Ahora para poder tener claro lo que este texto nos quiere decir, te invito a que tomes nuevamente tu Biblia y leamos 1 Juan capítulo 1 desde el verso 5 hasta el 10. La Biblia dice: “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros”. Debemos presentarnos ante Dios sin mentiras, ni barreras, debemos pedirle a Él que escudriñe nuestra mente y corazón y nos libre de toda nuestra maldad. Me encantan las palabras de David en el Salmo 19, versos del 12 al 14. David dice: “¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos”. David era consiente que muchas veces hay cosas ocultas en nuestro corazón que sólo Dios puede sacar. David continua y dice: “Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío”.
¿Recuerdan, cuando hablaba de la oración supersticiosa?, es decir, realizar una oración y pensar que eres salvo viviendo como te plazca, cabe señalar que, no estoy en contra de la oración. No creo que sea malo orar, ni siquiera creo que la oración esté necesariamente desconectada de la salvación. Creo que la oración es parte de la salvación.
Creo que la Escrituras definitivamente enseñan que la salvación es un clamor para que Dios te salve de tu pecado. No hay duda de que hay una oración involucrada en ello. Así que permíteme ser claro, no estoy diciendo que si realizaste una oración te equivocaste. No obstante, hemos minimizado la oración a una muletilla rutinaria para llevarnos a donde necesitamos ir espiritualmente, pero hemos pasamos por alto todo lo relativo a nuestra salvación y relación con Cristo. Por eso quiero instarte a que ores por tu alma, por las almas de quienes te rodean, por los demás y ora por cada una de nuestras vidas, clama a Dios por favor. Esta es la belleza cuando miras en la historia de la iglesia y ves momentos en que Dios y su Espíritu se movieron en formas poderosas e insondables, no porque la iglesia descubrió alguna verdad nueva que nunca antes escuchó, sino porque volvió a los fundamentos.
Ahora, toma tu Biblia y acompáñame a 1 de Pedro capítulo 2 versos del 1 al 5. La palabra de Dios es muy clara acerca de lo que nosotros como cristianos debemos hacer para ser verdaderos seguidores de Cristo. 1 de Pedro dice: “Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones”. Debemos desechar todo aquello que va en contra de Dios, todo aquello que nos impide ver la grandeza de Dios en su totalidad. Continuemos, el verso 2 dice: “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor. Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”.
Mira, Dios ha derramado su Espíritu en formas inusuales e insondables cuando la iglesia ha redescubierto la verdad que siempre ha estado allí. No obstante, nos hemos vuelto indiferentes hacia la realidad, nos hemos acostumbrado tanto a preocuparnos de tradiciones culturales que perdimos de vista la belleza del Evangelio y la gloria de Cristo. Ruego a Dios que abra nuestros ojos y corazones hacia las verdades que hemos dejado de lado, sin embargo, permíteme preguntarte ¿en verdad, deseas esto?, ¿en realidad deseas que Dios y su Espíritu despierten tu alma para ver la belleza de lo que significa estar en Cristo y tener una vida plena en Él? Si quieres que así sea, ora a Dios, suplícale que te muestre quién eres en Cristo, para mostrarte si estás o no en Él.
Clamemos a Dios para que haga de esta manera. Y permíteme decirte que incluso cuando puedas pensar que realmente no tienes el deseo de hacerlo, debes hacerlo. En los próximos programas voy a clamar a Dios por tu alma y las de quienes me rodean; sin embargo, permíteme advertirte que puedes estar exhibiendo una imagen de engaño espiritual. Si no hay deseo en ti de conocer a Cristo de manera plena y profunda, ni tienes la motivación de que las personas a tu alrededor conozcan a Cristo, considerando realmente si Dios ha cambiado su corazón o no, podrías estar engañado. Así que te invito a orar por tu alma y oremos para que Dios nos proteja del engaño espiritual.
Además, quiero que tomemos un momento en este programa para mirar al Evangelio como la esencia de nuestra fe. Quiero que oremos y roguemos a Dios para que haga un trabajo en nosotros que despierte nuestros corazones, almas y ojos espirituales para su gloria en el Evangelio. De manera que nuestras vidas cambien radicalmente y puedan concluir un día delante de Dios con expectativas esperanzadoras sólo para descubrir que nuestra condición espiritual es verdaderamente revelada y arrojada de su presencia. Así que, te invito a que cada día oremos al Señor pidiéndole su guía y protección, pidiéndole que abra nuestro entendimiento a las verdades eternas de su luz admirable y nos permita ser hacedores de su palabra.
Esperamos que puedas acompañarnos en nuestro próximo programa donde estaremos hablando más sobre la importancia de volver a la esencia del evangelio. Que Dios te bendiga.
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