Bienvenida, bienvenido, amiga, amigo oyente, a un nuevo estudio bíblico dentro de la serie Proverbios, sabiduría celestial para la vida terrenal. En esta ocasión, David Logacho nos hablará acerca de una invitación que hace la sabiduría a todo ser humano sin distinción de ninguna clase.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en el capítulo ocho de Proverbios.
En un sentido muy real, el capítulo ocho de Proverbios marca el contraste con el capítulo siete de Proverbios.
En los dos capítulos encontramos a una dama. En el capítulo siete, esta dama es la mujer extraña, en el capítulo ocho, esta dama es la sabiduría.
En el capítulo siete, la dama invita a los jóvenes simples a una relación inmoral con ella. En el capítulo ocho, la dama invita a todos en general, no a algo inmoral, sino a algo santo.
En el capítulo siete, la dama termina matando a los que aceptan su invitación. En el capítulo ocho, la dama termina dando vida abundante a los que aceptan la invitación.
¿Ve el contraste? Veamos pues más de cerca a esta dama tan especial en el capítulo ocho de Proverbios.
En primer lugar, tenemos la presentación de la dama. Proverbios 8:1 dice: «¿No clama la sabiduría, y da su voz la inteligencia?»
La dama es la sabiduría o la inteligencia. La sabiduría o inteligencia es más que conocimiento. La sabiduría o inteligencia es el conocimiento utilizado con un buen propósito. Más aún, la sabiduría o inteligencia es la habilidad de vivir en obediencia a lo que Dios a dicho en su palabra.
Note lo que dice Deuteronomio 4:5-6 «Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. Guardaos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta.»
Ahora que sabemos quien es la dama, en segundo lugar veamos lo que hace esta dama. Proverbios 8:2-3 dice: «En las alturas junto al camino, a las encrucijadas de las veredas se para; en el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad, a la entrada de las puertas da voces»
La sabiduría o inteligencia está clamando, es decir hablando en alta voz, o gritando, como decimos normalmente. Escoge los lugares más propicios para ser oída. Las alturas junto al camino, donde los caminos se cruzan y en las puertas de la ciudad, por donde la gente entra y sale continuamente. Esto nos debe hacer pensar que absolutamente todo ser humano, al menos alguna vez en su vida, oirá el clamor de la sabiduría o inteligencia.
Después, en tercer lugar, encontramos las personas a quienes clama esta dama. Proverbios 8:4-5 dice: «Oh hombres, a vosotros clamo; dirijo mi voz a los hijos de los hombres. Entended, oh simples, discreción; y vosotros necios, entrad en cordura.»
El clamor va dirigido a todo tipo de personas, sin distinción de su sexo, ni de su condición social, ni de su capacidad económica, ni de su capacidad intelectual. Absolutamente todo ser humano sobre la faz de la tierra necesita desesperadamente oír lo que la sabiduría está por decir. Los simples o los inexpertos adquirirán experiencia y los necios adquirirán discernimiento, por medio de oír a la sabiduría.
En cuarto lugar tenemos lo que la dama está clamando. Proverbios 8:6-9 dice: «Oíd, porque hablaré cosas excelentes, y abriré mis labios para cosas rectas. Porque mi boca hablará verdad, y la impiedad abominan mis labios. Justas son todas las razones de mi boca; no hay en ellas cosa perversa ni torcida. Todas ellas son rectas al que entiende, y razonables a los que han hallado sabiduría.»
Aquí se describe el carácter de lo que proclama la sabiduría o inteligencia. Son cosas excelentes, son cosas rectas, son cosas verdaderas, son cosas puras, son cosas justas, son cosas loables. Cualquiera que tenga algo de discernimiento e inteligencia podrá reconocer estas virtudes de la sabiduría.
En quinto lugar tenemos la importancia de lo que esta dama está clamando. Note lo que dice Proverbios 8:10-11 «Recibid mi enseñanza, y no plata; y ciencia antes que el oro escogido. Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es comparable con ella.»
Lo que enseña la sabiduría es tan importante, tan precioso, que su valor está por encima de la plata, del oro refinado, de las piedras preciosas y de cualquier otra cosa que el hombre considere de valor. ¿Sabía que Usted tiene a su disposición un tesoro tan incomparable? Pues así es. No olvide que el clamor de la sabiduría ha quedado registrado para la eternidad en la palabra de Dios. Con absoluta propiedad podemos afirmar por tanto que la palabra de Dios es más preciosa que la plata, que el oro refinado, que las piedras preciosas y que cualquier cosa que el hombre considere como valiosa.
En sexto lugar, tenemos los beneficios que puede recibir el hombre cuando oye el clamor de esta dama. Proverbios 8:12-21 dice: «Yo, la sabiduría, habito con la cordura, y hallo la ciencia de los consejos. El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco. Conmigo está el consejo y el buen juicio; y soy la inteligencia; mío es el poder. Por mí reinan los reyes, y los príncipes determinan justicia. Por mí dominan los príncipes, y todos los gobernadores juzgan la tierra. Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan. Las riquezas y la honra están conmigo; riquezas duraderas, y justicia. Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado; y mi rédito mejor que la plata escogida. Por vereda de justicia guiaré, por medio de sendas de juicio, para hacer que los que me aman tengan su heredad, y que yo llene sus tesoros.»
Esta es una hermosa descripción de todo lo que puede producir la sabiduría. La lista es larga. Permítame hacer un breve recuento.
Cordura, se refiere a la capacidad de discernir no solo entre lo bueno y lo malo, sino la capacidad de distinguir lo que es mejor de entre lo que es lo bueno.
Ciencia de los consejos. Esto se refiere a una capacidad para discernir los elementos que están en conflicto en determinado problema y sugerir una solución bíblica efectiva.
La sabiduría es en esencia el temor de Jehová. Una persona sabia odiará lo que Dios odia y amará lo que Dios ama. Ejemplo, odiará el mal, odiará el orgullo, odiará la arrogancia, odiará el mal camino, odiará el lenguaje obsceno.
La sabiduría también provee buen consejo, algo tan necesario cuando uno se encuentra atravesando por diversos problemas. Provee buen juicio. Esto está íntimamente relacionado con la capacidad de tomar decisiones ajustadas a las normas establecidas por la palabra de Dios.
Inteligencia, es semejante a la sabiduría, es decir el conocimiento aplicado a un buen propósito.
Poder, se refiere a fortaleza para ejercer autoridad en la familia y en las naciones.
La sabiduría capacita a una persona para gobernar en diversas esferas. Una persona sabia será un buen rey, o un príncipe que administra justicia o un gobernador que emite juicios rectos. La sabiduría es como una persona. Responde amando cuando es amada. El amor a la sabiduría se manifiesta en una afanosa búsqueda de ella.
La sabiduría es hallada por los que temprano la buscan. Esto de temprano se puede entender en el sentido de buscar la sabiduría en las etapas tempranas de la vida, o también se puede entender en el sentido de dar prioridad a la búsqueda de la sabiduría sobre cualquier otra cosa.
La sabiduría está íntimamente ligada con las riquezas y la honra. Donde ponen la mano hombres o mujeres que atesoran la sabiduría, habrá riqueza y honra. Un claro ejemplo de esto es el mismo Salomón, autor de estos Proverbios. Dios se le presentó a Salomón en sueños y le dijo: Pide lo que quieras que yo te dé. En una decisión que lo ennoblece, Salomón dijo a Dios: Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? Salomón está pidiendo a Dios sabiduría, la misma sabiduría de la cual estamos hablando.
La Biblia dice que agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto, y note como respondió Dios. 1 Reyes 3:11-13 dice: «Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días.»
¿Lo identificó? Salomón pidió a Dios sabiduría. Recibió esa sabiduría, pero además, juntamente con la sabiduría vino toda la riqueza y la honra que se pueda imaginar.
Por eso, volviendo a Proverbios, la Biblia dice que la sabiduría mora con la riqueza y la honra. Esta riqueza es duradera y justa. Se puede decir entonces que el fruto de la sabiduría es mejor que el oro refinado y que los beneficios de la sabiduría son mejores que la plata escogida.
En resumen, la sabiduría está en capacidad de guiar en sendas de justicia y juicio y todos los que se someten a ella tendrán siempre sus tesoros llenos. Pues todo esto es lo que este capítulo dice de esta dama tan especial conocida como sabiduría o inteligencia. Hoy en día la sabiduría sigue clamando en las alturas junto al camino, en las encrucijadas de las veredas y en las puertas de las ciudades, pero la triste realidad es que muy pocos están oyendo su clamor.
¿No le gustaría ser uno de los que pone atención al clamor de la sabiduría? Entonces vaya lo antes posible a la Biblia, atesórela como algo precioso, porque en ella encontrará el mensaje que la sabiduría ha estado proclamando desde siempre.
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