Reciba cordiales saludos amable oyente. La Biblia Dice… se complace en darle la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el libro de Colosenses en la serie titulada: La supremacía de Cristo. Una de las doctrinas bíblicas más atacadas por las sectas falsas es la deidad de Jesucristo. Para algunas de las sectas falsas, Jesucristo no es Dios sino la primera creación de Dios. Para otras sectas falsas Jesucristo no es Dios sino el arcángel Miguel. Para otras sectas falsas, Jesucristo no es Dios sino el hijo ilegítimo que tuvo una mujer judía llamada María con un soldado romano llamado Pantera. Así por el estilo la gente ha tejido todo tipo de conjeturas acerca de la gloriosa persona de Jesucristo. Pensar de la forma que piensan las sectas falsas no es algo nuevo. A finales del primer siglo, el apóstol Juan pronunció las siguientes palabras: Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dos; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. Juan está diciendo que aun en su tiempo, es decir en el primer siglo ya había falsos profetas proclamando un mensaje que negaba la deidad de Jesucristo. Un profeta habla controlado por el Espíritu Santo o controlado por el espíritu del anticristo. La responsabilidad nuestra, como creyentes, es probar para saber por cual espíritu habla determinado profeta. La manera de probar es haciendo la pregunta: ¿Piensa usted que Jesucristo ha venido en carne? Si la respuesta es sí, entonces eso significa que Jesucristo es Dios en carne y tal profeta habla controlado por el Espíritu de Dios. Si la respuesta es no, entonces eso significa que Jesucristo no es Dios en carne y tal profeta habla controlado por el espíritu del anticristo. En el estudio bíblico de hoy veremos que siendo Dios, Jesucristo existe por sí mismo por la eternidad.
Le invito a abrir su Biblia en el libro de Colosenses, capítulo 1, versículo 15. Recordemos que uno de los propósitos del apóstol Pablo al escribir esta carta a los Colosenses era confrontar una herejía llamada gnosticismo. Los gnósticos, o los seguidores de esta herejía, enseñaban que todo lo material es esencialmente malo, incluyendo por supuesto el cuerpo de las personas, y que todo lo espiritual es esencialmente bueno. Para ellos, las personas eran espíritus buenos atrapados en cuerpos malos. Como resultado de esta falsa doctrina, algunos gnósticos se dedicaron a un marcado ascetismo. Es decir, maltrataban duramente sus cuerpos, a veces con crueldad, para subyugarlos al espíritu. Otros gnósticos en cambio, se dedicaban a la inmoralidad desenfrenada. Después de todo, si el cuerpo es malo, no queda otra cosa sino esclavizarlo o disfrutar de él. Esta manera de pensar les llevó a la conclusión errónea de que Jesucristo no pudo haber tenido un cuerpo humano real porque esto le hubiera puesto en contacto con la maldad. Pablo por tanto va a proclamar que no sólo Jesucristo tiene un cuerpo humano real sino que además él existía antes de la creación. Colosenses 1:15 dice: El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
Hay varias cosas para resaltar aquí. Pablo utiliza la frase imagen del Dios invisible. Esto significa que Jesucristo es la exacta representación y revelación de Dios. El escritor del libro de Hebreos afirmó lo mismo cuando en Hebreos 1:3 dice de Jesucristo que él es la imagen misma de su sustancia. El mismo Señor Jesucristo dijo en Juan 14:9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
En su esencia, Dios es invisible, pero Jesucristo lo reveló a nosotros. Juan 1:18 dice: A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
La naturaleza revela la existencia, poder y sabiduría de Dios, pero la naturaleza no puede revelarnos la perfecta esencia de Dios. Fue por medio de Jesucristo que el Dios invisible se nos reveló a la perfección, y puesto que ninguna cosa creada puede revelar a Dios a la perfección, la conclusión obvia es que Jesucristo tiene que ser Dios. Luego tenemos la frase: El primogénito de toda creación. Esta frase ha traído gran confusión a los falsos maestros. Para muchos de ellos, esto significa que el Señor Jesucristo es un ser creado. Dicen que es la primera creación de Dios. Pero esto contradice abundante evidencia bíblica que afirma que Jesucristo es Dios, no un ser creado por Dios. El autor de Hebreos en Hebreos 1:8 hablando de Jesucristo dice lo siguiente: Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;
Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
¿Qué significa entonces que Jesucristo es el primogénito de toda creación? La palabra primogénito tiene al menos tres significados distintos en las Escrituras. En Lucas 2:7 se utiliza esta palabra en un sentido literal para hablar de que María dio a luz a su primer hijo. Dice así: Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
En Éxodo 4:22 en cambio, la palabra primogénito se utiliza en un sentido figurado. Dice así: Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.
En este versículo no se está hablando de dar a luz, sino del privilegio que tiene el pueblo de Israel en los planes y propósitos de Dios. Finalmente, en Salmo 89:27 la palabra primogénito se utiliza también en un sentido figurado pero para indicar una posición de supremacía o superioridad. Dice así este versículo: Yo también le pondré por primogénito,
El más excelso de los reyes de la tierra.
Aquí, Dios está diciendo que pondrá a David como el primogénito o el más elevado de entre los reyes de la tierra. David fue en realidad el último de los hijos de Isaí, pero Dios decidió darle un lugar único en supremacía. Este es justamente el significado del Colosenses 1:15 cuando dice que el Señor Jesucristo es el primogénito de toda creación. Jesucristo es único en supremacía delante de Dios. Todos los creyentes somos hijos de Dios, pero Jesucristo es único en importancia, Él es preeminente. Él existe por siempre. La expresión primogénito de toda creación, entonces, no tiene nada que ver con nacimiento o con ser creado, sino con jerarquía. Jesucristo es el Soberano, el preeminente, el Dios Altísimo. Notemos también la conjugación del verbo ser. Está en tiempo presente. Él es la imagen del Dios invisible, él es el primogénito de toda creación. Cuando un verbo griego se conjuga en tiempo presente tiene el sentido de una acción continua. La idea detrás de esto es que por la eternidad, Jesucristo continuamente es la imagen del Dios invisible. Por la eternidad, Jesucristo continuamente es exaltado a una posición de honor, dominio y grandeza. El texto no dice que Jesucristo llegó a ser el primogénito de toda creación como afirman los maestros del error. No. Por la eternidad, Él continuamente es Dios. Que consuelo saber que nuestro Señor Jesucristo tienen existencia eterna. Los gnósticos se conformaban con pensar que Jesucristo es una emanación de Dios, incorpóreo y limitado como cualquier otro ser creado, pero en la realidad Jesucristo es la representación misma de Dios, el preeminente sobre la creación. Los creyentes podemos descansar tranquilos sabiendo que nuestro destino eterno está seguro en él. ¿Conoce usted a este Dios soberano amable oyente? Si no lo conoce, quiero decirle que además de ser totalmente Dios, Él es totalmente hombre y un día en el pasado fue a una vergonzosa cruz para morir en lugar de usted. Hoy vive para siempre porque resucitó y está sentado a la diestra de Dios ofreciendo perdón de pecados a todo pecador que cree en Él y le recibe como su Salvador. ¿No le gustaría recibir el perdón que Dios ofrece en Cristo? Si es así, hoy mismo reciba a Jesucristo como su Salvador y como dice la palabra de Dios, tendrá la potestad de ser hecho hijo de Dios. Que Dios le guíe a invitar a Cristo a ser su Salvador.
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