Qué gozo es estar nuevamente con Ud. amigo oyente para juntos continuar con el estudio de los eventos futuros. Dentro del plan de Dios para el futuro se contempla un reino que dura mil años, cuyo rey es Jesucristo, cuyos súbditos, al inicio del reino serán judíos y gentiles redimidos por la sangre de Cristo y cuya capital será Jerusalén. Todo esto hemos cubierto ya en nuestros estudios bíblicos anteriores. En esta ocasión, David Logacho nos hablará acerca de la adoración en el milenio. Adelante David.
Cuando se inicie el reino milenial de Cristo, los súbditos del reino y sus gobernantes se entregarán a una ferviente adoración a Cristo Jesús, quien estará en persona reinando sobre ellos. Isaías 12 lo pone en palabras hermosas cuando dice: “En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado. He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí. Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación. Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido. Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magnificas; sea sabido esto por toda la tierra. Regocíjate y canta, oh moradora de Sión; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel”
Esta adoración se llevará a cabo en el Templo de Jerusalén. Isaías 66:23 dice al respecto: “Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová”
Muy bien, esto presupone, como en efecto va a ocurrir, que en Jerusalén se debe edificar un templo, sobre el mismo sitio donde fue edificado el templo en el pasado. Dios en su gracia nos ha dejado con lo que podríamos llamar los planos de lo que será este templo en Jerusalén. Fue entregado a uno de sus profetas, llamado Ezequiel. Una gran parte de la profecía de Ezequiel, en los capítulos 40 a 46 está dedicada al futuro templo de Jerusalén; su estructura, su sacerdocio, sus ritos y su ministerio.
Para nuestro provecho veamos un breve resumen de los detalles del templo tomado del libro Eventos del Porvenir de Dwight Pentecost. Tendrá puertas y atrios y toda el área estará cercada por un elevado muro. Tendrá un atrio exterior en el cual se congregarán los que vengan a adorar. A este atrio se entrará por tres puertas, una de las cuales, construida como todas las demás será la puerta oriental, por la cual entrará al templo la gloria de Jehová o la shekina, luego de lo cual se cerrará para que nadie pueda entrar por aquella puerta. Las otras dos puertas quedarán al norte y al sur, a cada una de las cuales se entrará por siete peldaños. Una vez que se atraviesa las puertas se encontrará seis pequeñas cámaras, tres a cada lado. Al rededor del atrio exterior habrá treinta cámaras, cinco a cada lado de cada una de las puertas, arregladas alrededor de los muros del norte, del oriente y del sur. Delante de estas cámaras estará un enlosado. El profeta describe luego el atrio interior, donde han de ministrar los sacerdotes. Habrá tres puertas, cada una directamente opuesta a las puertas del muro exterior por las cuales habrá acceso al atrio interior. Esta área del atrio interior tendrá acceso mediante ocho peldaños de manera que esté elevada por encima del atrio exterior. Adyacentes a la puerta del norte en esta área habrá ocho mesas para preparar los sacrificios. Y dentro del atrio exterior, pero fuera del atrio interior, habrá cámaras para los sacerdotes ministradores. El centro de esta área estará ocupado por un altar donde se ofrecerán sacrificios. Ezequiel describe luego el templo mismo. Describe primero el pórtico que tendrá dos grandes columnas y tendrá acceso por medio de gradas de manera que esta área esté por encima de las demás. Este pórtico conducirá al templo que será el lugar santo en el cual habrá una mesa de madera. Mas allá estará la parte interior del templo, o el lugar santísimo. Alrededor del muro de la casa habrá cámaras, en tres pisos, treinta en cada piso. El templo está rodeado de un área, llamada espacio abierto que rodeara el templo por todos los lados excepto el lado oriental, donde estará situado el pórtico. Se describe el interior del templo. Estará cubierto de madera y labrado con palmeras y querubines. Habrá dos puertas hacia el santuario. Es digno de mencionarse el hecho de que en ninguna de las descripciones se hace mención del arca, ni del propiciatorio, ni del velo, ni de querubines sobre el propiciatorio, ni de mesas de piedra. El único mueble que se describe es la mesa o altar de madera que corresponde a la mesa de los panes de la propiciación, lo cual simboliza la comunión con Dios. Dentro del área del templo habrá también un edificio separado, situado al lado occidental del recinto, además áreas donde se prepararan sacrificios y áreas en las cuatro esquinas donde habrá atrios destinados a la preparación de sacrificios para el pueblo. Se da en la profecía una extensa descripción del trono que se considera como el asiento mismo de la autoridad. Se detalla la forma del altar y se muestra las ofrendas que se sacrificarán. Se reseña el ministerio de los sacerdotes y se describe todo el culto ritual. Finalmente la visión muestra un río que fluye del santuario. Este río fluye desde el sur del templo a través de la ciudad de Jerusalén, y luego se divide para desembocar en él mar Muerto y el mar Mediterráneo, produciendo vida a lo largo de sus riberas.
Hasta aquí la descripción de lo que será el templo de Jerusalén en el milenio. Quizá la pregunta que Ud. se esté haciendo es: Para qué un templo así, si Cristo Jesús estará en persona en la tierra.
Bueno, recuerde amigo oyente que quien está en el trono es Dios y por tanto merece toda la adoración que como tal debe recibir en un templo. Otro cuestionamiento importante que alguien podría lanzar es este: ¿Cómo es que en el templo milenial se va a volver a ofrecer sacrificios de animales, cuando el ofrecimiento de sacrificios de animales fue solo figura del sacrificio de Cristo que ya ocurrió en el pasado?
El Dr.Dwight Pentecost sale al paso cuando afirma lo siguiente al respecto: Estos sacrificios no son expiatorios, por cuanto ningún sacrificio jamás alcanzó la completa remoción del pecado, sino que son conmemorativos del perfecto sacrificio de Aquel que estaba simbolizado en todos los sacrificios, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Esta es una conclusión acertada y refleja el propósito de los sacrificios de animales en el templo milenial. Así que, amigo oyente, en el reino milenial, Cristo recibirá la adoración que como Dios merece. Esta adoración será dada por todos los súbditos de su reino, quienes subirán de todas las partes de la tierra a Jerusalén al templo milenial a rendir honra al Rey de Reyes y Señor de señores y a ofrecer sacrificios de animales en conmemoración del perfecto sacrificio que él hizo para quitar el pecado de todo el mundo.
Como Ud. puede ver, mi amigo, está por venir el día cuando todos, absolutamente todos tributarán adoración a Jesucristo, porque él lo merece, porque él es Dios y a pesar de ello, un día cubrió su gloria con carne humana y se hizo hombre para morir en el lugar que al hombre le corresponde.
Si Ud. es de él, porque algún día en el pasado le recibió como su Salvador, Ud. puede estar adorándole desde ahora, pero si Ud. no es de él, porque jamás le ha recibido como su Salvador personal, Ud. no estará delante de él para adorarle, sino para escuchar su veredicto de castigo eterno. Qué prefiere, pasar la eternidad en castigo o adorar por la eternidad a Aquel que con su sacrificio le puede dar vida eterna. La decisión es suya mi amigo.
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