Damos gracias a Dios por la oportunidad de estar juntos, amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy con David Logacho. Estamos estudiando la primera epístola de Pablo a los Corintios en la serie que lleva por título: Un mensaje oportuno para una iglesia en crisis. En esta ocasión apreciaremos la estrategia que diseñó Pablo para contrarrestar el problema de las divisiones internas en la iglesia en Corinto.
Algo muy notable en el ministerio de Pablo es el cuidado que tenía por las iglesias que había fundado. Una de esas iglesias fue la iglesia en Corinto. Aun cuando Pablo no estaba personalmente presente en Corinto, sin embargo estaba vivamente interesado por el estado espiritual de los creyentes allí. Esto lo sabemos por las oraciones que hacía por ellos y por las cartas que les escribía.
Estando en Efeso les escribió lo que nosotros conocemos como la primera epístola a los Corintios. Habiendo sabido de los graves problemas por las divisiones internas en la iglesia en Corinto, Pablo ha diseñado una estrategia para remediar la situación.
Abramos pues nuestras Biblias en 1 Corintios 4:17-21. La estrategia de Pablo tenía dos etapas importantes. Primero, una preparación y segundo, una presencia.
Vayamos a lo primero. La preparación. 1 Corintios 4:17 dice: «Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las iglesias.»
La estrategia de Pablo para arreglar el problema de las divisiones internas en Corinto, contemplaba que primeramente Timoteo haga una obra de preparación del terreno, por decirlo así. Pablo dice por tanto: Por esto mismo os he enviado a Timoteo. Timoteo estaba muy involucrado en el ministerio en Efeso, juntamente con Pablo, pero la situación en Corinto ameritaba que alguien con las características de él vaya a Corinto a nombre del apóstol Pablo.
Pensando en las características de Timoteo, Pablo dice de él que es su hijo amado y además que es fiel en el Señor. Esto de hijo amado se refiere a que Timoteo fue ganado para Cristo por Pablo y además Timoteo fue discipulado por Pablo.
Hermoso lo que Pablo dice de Timoteo: Es fiel en el Señor. Fidelidad en el Señor es una de las cualidades más raras en los discípulos de Cristo. Fidelidad en el Señor tiene que ver con lealtad y obediencia al Señor. Timoteo tenía esta característica en su vida y eso le valió para ir a Corinto a nombre del apóstol Pablo para preparar el terreno para una visita futura de Pablo.
La principal función de Timoteo en Corinto era recordar a los corintios el proceder de Pablo en Cristo. No es que los corintios no lo sabían, pero estaban actuando como si lo hubieran olvidado, por eso Timoteo solamente tenía que recordarles algo que ellos ya lo sabían.
Mientras estaba en Corinto, Pablo no sólo dijo lindas cosas sino que vivió lo que enseñaba. Pablo era ese tipo de especie en extinción entre los predicadores del evangelio que primeramente vivía lo que después predicaba desde el púlpito.
Timoteo tenía la misión de recordar a los corintios la manera de comportarse de Pablo mientras estaba en Corinto. De esta manera, los corintios habrán hecho memoria de que jamás vieron a Pablo jactándose de ser un apóstol y minimizando a otros. Jamás vieron a Pablo haciendo cosas para que la gente le admire y haga de él su maestro bíblico favorito, jamás vieron a Pablo incentivando divisiones dentro de la iglesia en Corinto.
Timoteo también tenía que comunicar que Pablo era consistente en lo que enseñaba en cualquier lugar que estaba. Pablo no enseñaba una cosa en Corinto y otra cosa diferente en Efeso o en cualquier otro lugar donde estaba. Pablo no cambiaba el mensaje según el auditorio. Pablo decía lo que tenía que decir sin importar donde estaba enseñando. Gran lección para los que tenemos el privilegio de enseñar o predicar la palabra de Dios. El mensaje jamás debe cambiar, aunque la forma de predicar ese mensaje puede ser que cambie conforme al auditorio. El contenido no cambia, las formas de entrega pueden cambiar.
Muy bien. Timoteo entonces tenía la tarea de preparar el terreno para la futura visita del apóstol. Consideremos por tanto la presencia personal de Pablo. 1 Corintios 4:18-21 dice: «Mas algunos están envanecidos, como si yo nunca hubiese de ir a vosotros. Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré no las palabras, sino el poder de los que andan envanecidos. Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder. ¿Qué queréis? ¿Iré a vosotras con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre?»
A pesar de esa obra de preparación del terreno que debía realizar Timoteo, era muy probable que habría algunos creyentes corintios que seguirían envanecidos. Cuando Pablo habla de que había algunos que estaban envanecidos, se está refiriendo a creyentes que se sentían muy cómodos en esa vida de auto exaltación y jactancia y que ni se inmutaban ante la inminente llegada del apóstol Pablo.
Es a este tipo de creyentes a quienes Pablo se dirige en esta ocasión. Siempre habrá creyentes que resisten la obra que el Espíritu Santo desea hacer en ellos por medio de los pastores o de los predicadores. Estos creyentes tienen la idea de que nadie está a su nivel y por tanto nadie es capaz de detectar algún error en ellos.
Así son de orgullosos, o como dice Pablo: Vanidosos. Pero la realidad es que Pablo tenía planes para ir personalmente a Corinto. Esto lo llevaría a cabo siempre y cuando el Señor lo permita.
Me llama mucho la atención la dependencia en el Señor por parte de Pablo. Por supuesto que tenía deseos y tal vez deseos urgentes de ir a Corinto a ocuparse personalmente de los problemas que había, pero no estaba dispuesto a hacerlo en su tiempo y a su manera. Estaba acostumbrado a hacer las cosas en el tiempo del Señor y a la manera del Señor. Cuántas veces no habremos echado a perder algo bueno que pensábamos hacer simplemente por adelantarnos al tiempo de Dios y por hacerlo a nuestra manera y no a la manera de Dios.
Aprendamos de lo que dijo Pablo: Si el Señor quiere. Si el Señor quiere, ¿qué? Pues Pablo iría a Corinto a enfrentar a los envanecidos creyentes corintios para conocer no las palabras sino el poder de ellos. ¿De qué está hablando Pablo? Permítame explicarlo así: En su orgullo y jactancia, algunos creyentes corintios estaban hablando hasta por los codos, como decimos vulgarmente, pero sus vidas no manifestaban ningún poder para refrenar las pasiones de la carne o para vivir conforme a lo que Dios instruye en su palabra o para imitar el ejemplo de Pablo y los demás apóstoles.
Es fácil hablar y hablar…. pero nada sacamos sólo hablando cuando no tenemos el poder para poner en práctica lo que estamos diciendo. Ese era el problema de algunos creyentes en Corinto y Pablo quería confrontarlos personalmente.
Aclarando su punto, Pablo dice que el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder. ¿Qué es lo que está tratando de comunicar Pablo con estas palabras? Pues lo siguiente. En el reino de Dios no cuentan solamente las palabras, o lo que decimos con la boca. Para que las palabras tengan valor, deben estar respaldadas por una conducta o un estilo de vida acorde con lo que dice Dios en su palabra. Existen muchos que de labios para afuera dicen que son del Señor, oran, cantan, leen la Biblia, van a las reuniones dominicales, pero a la par de todo esto viven en la mentira, en el engaño, en el robo, en la infidelidad y tantas otras cosas más.
El reino de los cielos se caracteriza por la manifestación del poder del Espíritu Santo en una vida de los creyentes, capacitándolos para obedecer lo que Dios ha dicho en su palabra. Algunos creyentes en Corinto estaban hablando lindas cosas, pero eran palabras huecas, porque no tenían el respaldo del poder del Espíritu Santo en sus vidas.
Pablo quería confrontar esta situación. Pensando en el ministerio de preparación que iba a realizar Timoteo, Pablo deseaba realmente que los creyentes de Corinto recapaciten y cambien su conducta.
Por eso termina este pasaje bíblico con una advertencia: ¿Qué queréis? Era cuestión de los creyentes corintios. Ellos decidían si aceptaban la amonestación hecha por Timoteo y cambiaban su conducta, o persistían en su error hasta la venida del apóstol Pablo. Si los creyentes arreglaban sus vidas delante de Dios, Pablo iría a ellos con amor y espíritu de mansedumbre. Pero si ellos no arreglaban sus vidas delante de Dios, a Pablo no le quedaba otra alternativa sino ir a ellos con vara.
Esto significa confrontar los problemas severamente, inclusive llegando a medidas de disciplina muy extremas como lo que viene a continuación cuando un creyente fue expulsado de la iglesia local debido a su vida en inmoralidad.
En Pablo vemos un perfecto equilibrio entre la ternura y la firmeza. Los pastores o ancianos necesitan ambas cosas para que su ministerio en la iglesia local sea eficaz. A veces es necesario usar de ternura en el trato con los creyentes, pero a veces es necesario ser firme y enérgico para confrontar lo que está mal.
Así que, amable oyente, ¿Qué prefiere? Que los pastores o ancianos le traten con amor y espíritu de mansedumbre o con vara. Usted tiene la palabra.s
Antes de concluir nuestra edición de hoy, le invito a visitar nuestra página Web y conocer la respuesta a la PREGUNTA DEL DÍA En Mateo 7:21 dice que no todo el que dice Señor, Señor entrará en el reino de los cielos, mientras que en Hechos 2:21 y Romanos 10:13 dice que el que invocare el nombre del Señor será salvo. ¿Cómo es esto? Nuestra dirección es: labibliadice.org Además puede hacernos llegar sus consultas y sugerencias y por supuesto escuchar nuevamente el programa de hoy. Le recuerdo nuestra dirección: labibliadice.org Hasta la próxima y que Dios le bendiga grandemente.
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