Damos gracias al Señor por la oportunidad de compartir su palabra con Usted, mi amiga, mi amigo. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el libro de Proverbios en la serie que lleva por título: Proverbios, sabiduría celestial para la vida terrenal. En esta ocasión, David Logacho nos hablará acerca de la invitación que hacen dos mujeres. Una de ellas es la sabiduría, la otra es la mujer insensata.
Algo muy hermoso que uno siempre encuentra en la Biblia, es la manera tan llamativa de presentar verdades trascendentales.
En el capítulo 9 de Proverbios, por ejemplo, se nos habla de dos mujeres, dos banquetes, dos invitaciones, dos respuestas a esas invitaciones y dos destinos de los que aceptan esas invitaciones.
Analicemos este capítulo de Proverbios bajo esta perspectiva.
La primera mujer es la sabiduría. Proverbios 9:1 dice: «La sabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas.»
La sabiduría es presentada como si fuera una persona. Como tal, ha edificado su morada y ha labrado sus siete columnas. Las siete columnas labradas por la sabiduría aparecen en Santiago 3:17 donde dice: «Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.»
Pero además de tener una hermosa morada, la sabiduría ha preparado un delicioso banquete. Proverbios 9:2 dice: «Mató sus víctimas, mezcló su vino, y puso su mesa.»
El banquete consistirá de carne y vino mezclado con agua, a la usanza de la época. La mesa está lista para recibir a los invitados.
Consideremos pues la invitación de la sabiduría. Proverbios 9:3-6 dice: «Envió sus criadas; sobre lo más alto de la ciudad clamó. Dice a cualquier simple: Ven acá. A los faltos de cordura dice: Venid, comed mi pan, y bebed del vino que yo he mezclado. Dejad las simplezas, y vivid, y andad por el camino de la inteligencia.»
Con la diligencia digna del caso, la sabiduría envía a sus criadas a lo más alto de la ciudad. Nadie debe ignorar esta oportunidad única. La invitación está dirigida a los simples o a los faltos de cordura. Una persona simple o falta de cordura, es aquella persona voluble, fácilmente impresionable, que sin mayor problema es arrastrada en cualquier dirección. Una persona así, desesperadamente necesita ayuda y dirección.
Los sabios no han sido invitados por cuanto los sabios ya están sentados a la mesa en la casa de la sabiduría. Los simples y faltos de cordura deben dejar las simplezas y aceptar la invitación que hace la sabiduría. Como consecuencia encontrarán la vida y andarán por el camino de la inteligencia.
En cambio, los simples y faltos de cordura que rechacen la invitación jamás hallarán la vida y andarán por siempre en los caminos de la necedad. Realmente es beneficioso aceptar la invitación que hace la sabiduría. Pero a pesar de los magníficos beneficios que se pueden obtener al aceptar la invitación gratuita de la sabiduría, hay muchos que incomprensiblemente rechazan la invitación que hace la sabiduría.
Esto merece una explicación detallada. De eso se encarga el pasaje bíblico que se encuentra en Proverbios 9:7-12 donde dice: «El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta; el que reprende al impío, se atrae mancha. No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará. Da al sabio y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber. El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia. Porque por mí se aumentarán tus días, y años de vida se te añadirán. Si fueres sabio, para ti lo serás; y si fueres escarnecedor, pagarás tú solo.»
La razón para que una persona rechace la invitación de la sabiduría para ser sabio, es porque esa persona es escarnecedora. Este calificativo, nada digno, escarnecedor, se refiere a uno que escarnece. Escarnecer es la acción de hacer mofa y burla de otro. Cuando se corrige a un escarnecedor, lo único que se obtendrá a cambio es un insulto, a esto se refiere la Biblia cuando habla de afrenta.
Un término equivalente para el escarnecedor es: impío. Cuando se reprende al impío, lo único que se gana es el desprecio de este. A esto se refiere la Biblia cuando habla de atraer mancha. Por contraste, cuando se corrige a un sabio, acepta la corrección para ser más sabio. El justo recibirá la enseñanza para incrementar su saber.
De aquí podemos aprender que la forma como el hombre recibe la corrección indica la calidad de su carácter. Un escarnecedor responderá insultando, mientras que un sabio responderá agradeciendo.
¿Cómo reacciona cuando es reprendido por un padre, un esposo, un jefe, un pastor, o cualquiera que identifica en Usted una falta y se decide a reprenderle? Responde justificando su falta y con la típica actitud de ¿Quién te crees que eres para corregirme?
Cuidado amable oyente, no olvide que la manera como respondemos cuando somos corregidos revela la calidad de nuestro carácter. Ahora bien, en el fondo, la sabiduría tan necesaria para la vida, está estrechamente relacionada con el temor de Jehová. Por eso la Biblia dice: El temor de Jehová es el principio de la sabiduría.
Al hablar de temor de Jehová, no necesariamente se está hablando de tener miedo de él, sino más bien de reverenciarlo o de honrarlo. Una persona que teme a Jehová honrará a Jehová y lo demostrará por medio de cumplir su voluntad. Al obedecer a Dios estamos dando muestras que honramos a Dios.
De igual manera, al desobedecer a Dios estamos dando muestras que no honramos a Dios aunque nos llenemos la boca diciendo que le honramos. El mundo está lleno de personas que se consideran inteligentes, pero que no tienen ningún conocimiento del Santísimo. A los ojos de Dios, una persona que no tiene conocimiento de él no es inteligente sino necio.
Cuando hablamos de conocimiento estamos hablando de una relación personal con él. El mundo acepta e inclusive admira a los que niegan la existencia de Dios. Pero Dios dice que este tipo de personas son necias. Salmo 14:1 dice: «Dijo el necio en su corazón: No hay Dios»
La sabiduría que resulta del temor de Jehová y del conocimiento del Santísimo, permite que los días del hombre se aumenten y se añadan los años de vida. Esto no significa, por supuesto, que todo creyente que es temeroso de Dios tiene garantizada la vida por más de cien años. Lo que significa es que una vida rodeada de sabiduría, saturada de temor de Dios, no estará expuesta a los peligros resultantes de una vida entregada al pecado.
A manera de ejemplo, un hombre que sabiamente se somete a la voluntad de Dios en cuanto a no emborracharse, tendrá pocas probabilidades de morir prematuramente a causa de una cirrosis hepática.
Inmediatamente después el autor de Proverbios, nos habla de que vivir en sabiduría rinde un beneficio personal. A esto se refiere la frase: Si fueres sabio para ti lo serás. Del mismo modo, el escarnecedor recibirá su terrible retribución personal a causa de su extravío. A esto se refiere la frase: Si fueres escarnecedor, pagarás tú solo.
A partir de este momento, dejemos atrás a esa dama maravillosa que arregla su mansión y sirve la mesa con los más deliciosos manjares e invita a los simples y faltos de entendimiento, para que adquieran sabiduría y vida plena y abundante.
Ahora pongamos nuestra atención en otra mujer. Es la mujer insensata. De esta mujer nos habla Proverbios 9:13 donde dice: «La mujer insensata es alborotadora; es simple e ignorante.»
Cuatro características describen a esta mujer.
Es insensata, esto significa que sus facultades mentales están distorsionadas.
Es alborotadora, esto significa que su personalidad entera está orientada a llamar la atención.
Su vestimenta es estrafalaria y nada recatada. Sus gestos son sensuales. Su hablar es ruidoso y atropellado. Está en el negocio de hacerse notar a cualquier precio.
Es simple, esto significa que no tiene discernimiento para distinguir entre lo bueno y lo malo.
Es ignorante, esto significa que no tiene conocimiento para hacer lo que es bueno.
Acorde con su carácter, esta mujer prepara su casa para recibir a sus invitados. Proverbios 9:14 dice: «Se sienta en una silla a la puerta de su casa, en los lugares altos de la ciudad»
Desde esa posición, cómodamente sentada, esta mujer hace una invitación. Proverbios 9:15-17 dice: «Para llamar a los que pasan por el camino, que van por sus caminos derechos. Dice a cualquier simple: Ven acá. A los faltos de cordura dijo: Las aguas hurtadas son dulces, y el pan comido en oculto es sabroso»
Desde su casa, esta mujer se fija en las personas que pasan frente a ella, estas personas van camino a sus casas. No saben que están por enfrentar un terrible obstáculo. Cuando esta mujer detecta a un hombre simple se pone en acción.
Este hombre simple también es falto de cordura. Una vez que este hombre está cerca de la mujer, ella comienza a llamarle: Ven acá. El hombre simple tal vez duda, si debe o no debe ir, pero ella insiste con un dicho: ¿Acaso no sabes que las aguas hurtadas son dulces? Es una manera de decir: Lo prohibido será siempre excitante. Ante la duda del hombre simple, la mujer insiste diciendo: El pan comido en oculto es sabroso. Es una manera de decir: Aquí nadie nos verá y disfrutaremos al máximo.
Muchos hombres simples y faltos de entendimiento han aceptado la invitación. Por instantes de placer furtivo, han tenido que pagar con su vida. Note lo que dice Proverbios 9:18 «Y no saben que allí están los muertos; que sus convidados están en lo profundo del Seol.»
Este es el triste destino de los que aceptan la invitación de la mujer insensata. Esta es una fuerte advertencia contra la inmoralidad sexual, amigo oyente. El hombre casado que busca una experiencia sexual con una mujer que no es su esposa, no es que sea macho, ni inteligente. Es un necio, es un simple, es falto de entendimiento porque no sabe que antes de la caída, las aguas hurtadas parecen dulces, pero después de la caída, las aguas hurtadas son más amargas que la hiel. No sabe que antes de la caída el pan comido en oculto parece sabroso, pero después de la caída, el pan comido en oculto se transforma en un efectivo y rápido veneno.
La sabiduría ha hecho su invitación. La mujer insensata ha hecho su invitación. ¿Cuál invitación va a aceptar?
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