¿Realmente se ha ido lo viejo? ¿Realmente ha venido lo nuevo? Eso es lo que sucede cuando una persona tiene un encuentro con Jesucristo. Porque cuando la luz del mundo toca tu vida, las cosas cambian.
¿Ha brillado el conocimiento de Cristo en tu corazón? y casi tan importante como esa pregunta es esta: ¿puede alguien más verlo? Hoy Ron Moore señalará que conocer a Cristo cambia las cosas y a nosotros también. Hoy Ron compartirá lo que otros buscarán cuando busquen a Jesús en ti.
Hace más de 2,000 años Jesucristo nació y fue un ángel quien anuncio su nacimiento a los pastores, ellos estaban aterrorizados al ver como la gloria del Señor, la luz de Dios los rodeaba y además veían como una estrella brillante dirigía a los magos del este al lugar donde Cristo estaba. Y en ese día en medio de la luz, Juan dice, en el capítulo 1 versículo 14: » Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.» Setecientos años antes, el profeta Isaías predijo lo mismo cuando dijo en Isaías 9:2: «El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.» Y cuando Jesús comenzó su ministerio terrenal, les dijo a los que estaban allí en Juan capítulo 8:12: “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.»
Ahora bien, esa verdad doctrinal no es algo que debe permanecer en nuestras cabezas, sino que se debe mover a nuestros corazones y actuar en nuestra vida porque Jesús también dijo que no sólo es Él la luz del mundo, Él dijo que nosotros también somos la luz del mundo. Mateo 5: 14-16 dice: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Así que nuestro desafío durante todos los días de nuestras vidas es asegurarnos de que estamos viviendo como la luz. Somos la luz, Jesús dijo que tú eres la luz, así que vive como la luz.
Toma tu Biblia y vamos al Evangelio de Juan, hoy veremos lo que Jesús quiere decir cuando dice que Él es la luz. Juan capítulo 9, pero antes déjame establecer el contexto para este pasaje.
En el capítulo 8 de Juan encontramos que Jesús está en el templo durante la Fiesta del Tabernáculo. La Fiesta del Tabernáculo fue un tiempo cuando Israel recordó que cuando estaban vagando por el desierto en su historia, Dios había ido delante de ellos con una columna de nube durante el día y por la noche era una columna de fuego. Y así la Fiesta de los Tabernáculos, es la época en que los israelitas recuerdan que Dios fue su guía, Él los protegió y se aseguró de que supieran a dónde iban. Así entrarían al templo durante la Fiesta de los Tabernáculos y tomarían vestimentas desgastadas por los sacerdotes y harían mechas, y estas enormes lámparas se encenderían alrededor del tabernáculo iluminando el tabernáculo y la gente se reunía en esa luz y cantaban alabanzas a Dios y bailaban. Este era un gran momento para recordar quién era Dios, qué había hecho en su vida y qué estaba haciendo en su vida.
Recuerda que esas luces eran para recordarles que Dios era la luz que los había guiado en sus andanzas. Bueno, Jesús estaba justo en el medio de eso, justo en el tabernáculo cuando se dirigió a la multitud. Y mientras se paraba en medio de esas enormes lámparas, fue en Juan 8:12 que dijo: «Yo soy la luz del mundo«. Piensen en el significado de eso. Aquí están estas personas que vieron todas estas lámparas y pensaban que Dios las guiaba en el pasado y ahora Jesús dice: «Esperen un momento. Yo soy no sólo la luz que te condujo en el pasado, Soy la luz del mundo y el que me sigue nunca caminará en la oscuridad. Cuando sales del templo y me sigues nunca vivirás en la oscuridad.” ¡Qué momento tan significativo para Jesús decir eso! Bueno pues los líderes religiosos no apreciaron eso y así el resto del capítulo 8 es una discusión y el final del capítulo 8 en el versículo 59 vemos que estos líderes religiosos, «Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.”
Ese es el contexto. Entonces, en el capítulo 8, Jesús afirma: «Yo soy la luz del mundo». Ahora, en el capítulo 9, Él demuestra que Él es la luz del mundo. Ahora no sabemos cuántos días, semanas o meses los que se encuentran entre el capítulo 8 y el capítulo 9. Pero sí sabemos que no es el día siguiente. Así que vamos al capítulo 9 versículo 1 «Al pasar Jesús,» Él todavía está en Jerusalén, y probablemente está en el templo. “vio a un hombre ciego de nacimiento«, y probablemente estaba sentado en la entrada del templo, porque si usted era un inválido en esa época, la única forma de ganarse la vida era mendigando y la puerta del Templo era muy buen lugar para ello, pues las personas pasarían y orarían, entonces tú esperarías que mientras las personas dejaban la adoración se sintieran generosas y arrojaran una moneda en tu bolsa.
Entonces este hombre estaba en la puerta del templo y Jesús lo ve y los discípulos hacen una pregunta teológica, «Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.» (Juan 9: 2- 3) Dios permitió que esto sucediera. Ahora no entiendo por qué ocurren ciertas cosas en las vidas de las personas, no tengo las respuestas para eso y ninguno de nosotros la tiene. pero aquí vemos que Dios nunca perderá nuestro tiempo y cuando lo sigan, Él hará todo por su bien y este hombre dijo que esto estaba ordenado para que ocurra en este mismo día porque en este día su ceguera será una plataforma para demostrar la gloria de Dios. El verso 4 dice: “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.”
Jesús dice que durante los tres años que estaría en la tierra Él iba a hacer su trabajo. Me voy a ir, dice Jesús, y ahí vemos un tremendo punto; la urgencia de Jesús en su vida. Pero «mientras estoy en el mundo», mira el versículo 5, «luz soy del mundo” Ahora Jesús ya hizo esa declaración en el capítulo 8 ¿lo recuerdas? pero ahora lo va a demostrar. Mira el versículo 6 « Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.»
Jesús usa una variedad de formas de sanar, a veces simplemente usa su palabra, a veces toca, y aquí Él hace un bálsamo de barro con tierra y Su saliva y Él lo pone en los ojos del hombre, creo que lo más importante que ver en esta parte de la historia es ver lo que el hombre hace; él no cuestiona la orden de Jesús ¿verdad? él va y se lava, tal y cómo Jesús le había dicho, y entonces él pudo ver. Este hombre nunca ha conocido más que oscuridad y ahora puede ver. ¿Puedes imaginar eso? Él va directamente a casa para decirle a la gente, para mostrarle a la gente lo que este Jesús, ha hecho. Él ni siquiera sabe quién es Jesús, el sólo sabe que alguien le puso un poco de lodo en los ojos y le dijo que se vaya y lo hizo y ahora puede ver.
Ahora mira lo que pasó mientras este hombre se va a casa. Versos 8 y 9 «Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Unos decían: Él es; y otros: A él se parece. Él decía: Yo soy.»
Sus vecinos y amigos estaban interesados en lo que había sucedido, por lo que iniciaron una investigación exhaustiva de quién era Jesús y llevaron a este hombre a los líderes religiosos para descubrir qué estaba pasando. Algunos piensan que fueron directamente al Sanedrín, la máxima autoridad. Ahora, leamos el verso 16 “Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos. Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta.”
Ahora piensa en esto. Sólo hemos visto a este hombre sentado, ciego y mendigando pero ahora él puede ver, él no parece más un mendigo, él no está actuando como un mendigo. Jesús lo cambió ¿Es eso lo que pasó cuando te encontraste con Jesús? ¿Te ha cambiado la vida tu encuentro con Él? ¿Alguien lo ha notado? ¿Realmente se ha ido lo viejo? ¿Realmente ha venido lo nuevo? Porque eso es lo que sucede cuando una persona tiene un encuentro con Jesucristo. Y, seamos honestos, si no hay cambios, uno debe preguntarse si alguna vez hubo realmente un encuentro con Jesús, porque cuando la luz del mundo toca tu vida, las cosas cambian. Al final del versículo 9 vemos que el hombre insistía diciendo “Yo soy” Yo soy el hombre, yo soy el mendigo. Y le dijeron: en el verso 10, ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista. Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? Él dijo: No sé.” (Juan 9: 10-12)
Note que están pasando de investigar sobre el milagro, a investigar ahora a la persona de Jesús. ¿Qué tienes que decir sobre él? Y él dijo: «Él es un profeta». Bien, este hombre, antes un mendigo y ciego, ahora entiende quién es Jesús.
Bueno, los líderes religiosos llamaron a los padres de este hombre y tuvieron tres preguntas para los padres: ¿Es este su hijo? ¿Nació ciego? ¿Y cómo es que él puede ver? Esperamos que nos acompañes en nuestro próximo programa dónde estaremos estudiando estas preguntas y así recorrer juntos el camino de la Luz. Que Dios te bendiga.
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