Tu vida no puede ser gobernada por el Rey Jesús y por ti también, alguien tiene que bajar del trono y hay muchas personas que simplemente no están dispuestas a hacerlo.
Michael Horton dice esto: «Buscamos a un dios que podamos manejar en lugar de a Dios que está realmente allí». Y eso es cierto, ¿verdad? Nos gusta Dios en nuestros términos porque creemos saber lo que es mejor para nosotros
Tomen sus Biblias y regresen conmigo al capítulo 2 de Mateo. Nuestra serie ha sido llamada «Que haya Luz” y hoy vamos a seguir una luz brillante que lleva directamente al Cristo-niño.
Hemos estado viendo a Herodes y los sabios que llegaron “diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”. (…) y después de varios acontecimientos «cuando Herodes se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.» Como no sabía quién era, él dijo: «Mataremos a todos los niños de dos años o menos» y debemos admitir que si bien nosotros no vamos por ahí matando a nuestros hijos, todos tenemos un poco de Herodes en nuestro interior, ¿verdad? Siempre queremos ser nosotros quienes tengamos el control incluso si es Dios mismo quien nos dice qué hacer, este tipo de personas deciden sacar a Cristo del primer lugar porque no están dispuestos a compartir el trono con nadie más, y es precisamente eso lo que evita que muchos cristianos crezcan como deberían pues su lucha en la vida no es por lograr un crecimiento cristiano sino buscar quién va a estar sentado en el trono de su vida.
Ahora, si tienes tu Biblia a la mano que te parece si vamos a Mateo 2 los versículos 5 y 6. Herodes no conocía el Antiguo Testamento por lo que “reuniendo a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, indagó de ellos dónde había de nacer el Cristo. Y ellos le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta: Y TU, BELEN, TIERRA DE JUDA, DE NINGUN MODO ERES LA MAS PEQUEÑA ENTRE LOS PRINCIPES DE JUDA; PORQUE DE TI SALDRA UN GOBERNANTE QUE PASTOREARA A MI PUEBLO ISRAEL.» Ellos citaron Miqueas 5: 2. Nacerá en Belén, en Judea, en un pequeño pueblo de unas 300 personas. Por cierto, el Rey David también nació allí.
Ahora quiero que notes algo más, estos principales sacerdotes y escribas conocían muy bien su teología, conocían las Escrituras hacia atrás y hacia adelante, sabían que en Belén había de nacer el Cristo, el Rey de los judíos, su Rey y, sin embargo, ellos no tenían ningún interés en viajar seis millas desde Jerusalén hasta Belén ni si quiera para ver a Jesucristo, su Rey. Ahora dime, ¿a veces no nos pasa algo muy parecido a nosotros también?
Es decir, podemos estar tan llenos de conocimiento, pero tenemos tan poco afecto por Jesús que no somos capaces de hacer algún tipo de sacrificio por conocer a nuestro Rey y Salvador. Conozco a varias personas que se dicen ser verdaderos creyentes, que aman la Biblia, aman la teología y la doctrina de teología más que a Jesús. Y estas personas siempre están hablando de profundizar en su teología y entonces van a sus iglesias y dicen cosas como: “vamos a discutir algún tema bíblico, vamos al Antiguo Testamento y discutamos acerca de dónde estaba el altar en relación con los sacrificios” Les encanta profundizar en su conocimiento bíblico, pero siguen viviendo su vida como a ellos les parece. Mira, muchas personas pueden tener un montón de conocimiento en la cabeza y sin embargo ese conocimiento nunca afecta la forma en que viven, son como los viejos teólogos de la iglesia primitiva, discutiendo cuántos ángeles pueden bailar sobre la punta de una aguja y viviendo en la más terrible obscuridad, es decir, poder responder a sus dudas teológicas no significa que caminen por la senda de vida eterna
Es algo así como si Lori, mi esposa, me enviara mensajes de texto, que por cierto me encanta cuando ella lo hace, pero es como si después de un largo viaje yo llegara a mi casa y me quedara sentado en el porche de nuestra casa leyendo sus mensajes y analizando su gramática, puntuación y sintaxis, pero nunca entro a tener una relación plena con ella porque amo esos mensajes de texto, es algo ridículo ¿verdad? Mira cuando tu amas a alguien entras lo más rápido que puedes a su hogar para estar a su lado, para mantener una relación plena con esa persona a quien amas y de igual manera debería ser nuestra relación con Jesucristo. Lamentablemente hay muchas personas que aman leer la Palabra más de lo que aman estar con Cristo.
Entonces hoy te pregunto ¿Qué hay de tí? ¿Estás más enamorado del conocimiento? o ¿estás más enamorado del Rey? Algunas personas creen que otro estudio de la Biblia significa crecimiento espiritual, pero no es así, el crecimiento espiritual viene de lo que haces con ese conocimiento. Tenemos que ser aquellos que no sólo sean oidores de la Palabra, sino también hacedores.
Ahora, pensemos en los líderes religiosos de Roma, ellos conocían el Antiguo Testamento, sabían de este Rey que iba a nacer, ellos vieron la estrella, pero decidieron quedarse ahí, en su comodidad del Templo, apáticos ante el nacimiento del Rey de Reyes, y la verdad es que hoy en día hay muchos cristianos que padecen de la misma apatía, aun cuando están viendo las obras sobrenaturales de Dios en su vida, prefieren quedarse en su lugar de confort antes que buscar a Jesucristo.
Una cosa más, mira el capítulo 2, verso 9 de Mateo «Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.» Entonces vuelven a ver la estrella y la estrella los sigue y se detiene en esta pequeña aldea de Belén donde estaba el niño, nota que Jesús ya no es un bebé, Él es un niño, un niño pequeño, y ya no está en el pesebre; María y José se mudaron a un hogar. «Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.» (Mateo 2:10) Ahora detengámonos por un segundo. Esta frase expresa la enorme emoción de estos magos, “se regocijaron con muy grande gozo”. La NASB tiene una mejor traducción con respecto a esto y dice: «Se regocijaron enormemente con gran alegría». Estos hombres habían estado viajando una larga distancia, ellos habían estado buscándolo por mucho tiempo, tenían esta expectativa y ahora la estrella está allí, y ellos no pueden contener su emoción al ver a Jesús, entonces, ¿Por qué nosotros hacemos tan buen trabajo conteniendo nuestra emoción? ¿Cuándo sucedió que nos volvimos tan buenos para contener nuestra emoción? Estos hombres no lo hicieron. Todo lo que ellos sabían era que este pequeño bebé iba a ser un rey, ellos no conocían el Antiguo Testamento, ni siquiera sabían que iba a ir a la cruz, sólo sabían que había nacido un rey y fueron a adorarlo sin poder contener su emoción.
Cuando vieron que la estrella los había llevado a ese lugar, no avanzaron más, se detuvieron y se llenaron de alegría. Debemos ser más como esos líderes religiosos. Nos emocionamos cuando juega nuestro equipo favorito, de hecho, podemos sacar nuestras manos de nuestros bolsillos y aplaudir a nuestro equipo, pero cuando llegamos a la iglesia no somos capaces de demostrar nuestras emociones. No digo que tengas que aplaudir, pero el gozo lo debes tener en tu corazón y es ahí donde está la verdadera alegría de adorar.
Mira el versículo 11 «Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.» Ellos ponen su rostro en el suelo. De nuevo, todo lo que saben es que un niño ha nacido, ellos ni siquiera son judíos. «y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros,” Literalmente una caja del tesoro. Abren esta caja y sacan oro, que es el metal más frecuentemente mencionado y valorado en la Biblia, sacan incienso costoso, sacan mirra costosa. Todo lo que sé es esto, estos hombres dieron lo mejor de sí mismos, viajaron una larga distancia, cabalgaron probablemente en camellos, en un viaje sucio y polvoriento, un viaje peligroso; pero estaban dispuestos a hacer eso para ir a ver al Rey. Y estaban dispuestos a darle cosas costosas a Él. Y entonces yo pregunto ¿Qué hay de nosotros? ¿Estamos dispuestos a sacrificarnos por Cristo? ¿Estamos dispuestos a darle todo?
Mira, los sabios no sólo le dieron tiempo, sino que arriesgaron su vida mientras viajaban, ellos le dieron sus cosas, no les importó perder todo con tal de ver al Rey de Reyes y mientras estos hombres hacían esto, Herodes trataba de controlar todo y los líderes judíos, aun conociendo el Antiguo Testamento, no tenían ningún interés en ir a ver a Jesús, ellos simplemente tenían conocimiento en su cabeza, pero estos magos participaron en una adoración: honesta, pura, alegre y costosa.
Entonces ¿qué hay de ti? ¿Tú relación con Jesús te costó algo? ¿O ves a Jesús solamente como un buen seguro para la eternidad? ¿Cuánto te cuesta servir a Jesús?
Pablo dice: «Porque somos hechura suya». Hemos sido creados en Cristo Jesús por una razón, para hacer buenas obras que Dios preparó de antemano para que nosotros hagamos. Quiero que veamos cuán específicamente Dios está obrando en nuestra vida, que no hay accidentes, que no hay pensamientos posteriores, que Dios nunca desperdicia nuestro tiempo. Tú eres la obra maestra de Dios. Él no comete errores. Él nunca tiene que borrar una pincelada. Él nunca tiene que romper un lienzo y comenzar de nuevo. Él está poniendo cada color, cada parte, cada pieza juntos. Buenas obras preparadas de antemano para
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