Grato es estar junto a Usted nuevamente, amiga, amigo oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos en la serie que lleva por título: Proverbios, sabiduría celestial para la vida terrenal. En esta ocasión, David Logacho nos guiará en el estudio de la primera parte del capítulo 15 de Proverbios.
El Señor en su gracia nos concede el privilegio de nutrirnos de la sabiduría de su palabra en el libro de Proverbios. Nos corresponde estudiar la primera parte del capítulo 15.
Dispongamos nuestro corazón para atesorar las verdades preciosas de la palabra de Dios. El versículo 1 dice: «La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor»
Este proverbio encierra tanta sabiduría que debería ponerse en un marco para colgarse en alguna pared en casas, oficinas, y hasta templos. Es inevitable que alguna vez alguien se dirija a nosotros en tono despectivo o actitud desafiante. A veces quien hace esto son personas muy cercanas a nosotros. Un esposo a su esposa, una esposa a su esposo, los padres a los hijos, los hijos a los padres, entre hermanos de familia, entre hermanos en la fe, etc.
Esto es algo que está fuera de nuestro control. Pero lo que sí está bajo nuestro control es la manera como reaccionamos ante el lenguaje provocador de otras personas. El proverbio leído nos instruye sobre la manera correcta de reaccionar cuando somos agredidos. La blanda respuesta quita la ira. Una blanda respuesta es aquella que propicia la reconciliación. Aquella que busca resolver los problemas. Una respuesta así tiene la virtud de quitar la ira y crear el ambiente apropiado para una relación armónica.
Pero por contraste, si la respuesta es con palabra áspera, como dice el proverbio, lo único que se logrará es echar más leña al fuego para avivar la hoguera de la discordia. Cuánto bien puede hacer una blanda respuesta.
Charles Spurgeon cuenta una anécdota personal para ilustrar este asunto. En alguna ocasión vivía en una casa cuyo jardín estaba dividido del jardín de la casa contigua, por una frágil cerca. Sucede que el vecino tenía un perro que tenía la manía de hacer agujeros no sólo en su jardín sino también en el de los vecinos. Por supuesto, esta conducta del perro estaba echando a perder el patio de la casa de Spurgeon. Sucede que una noche, el perro estaba febrilmente cavando un agujero en el patio de Spurgeon. Molesto por lo que veía, Spurgeon se acercó a prudente distancia del perro, le lanzó un palo y le gritó que se vaya a su casa. En lugar de irse a su casa, el perro tomó el palo en su hocico, y se dirigió hacia Spurgeon meneando la cola. Una vez cerca de él, depositó el palo a sus pies, se sentó y le dirigió la más tierna mirada que un perro puede dar. Spurgeon se sintió tan mal. Un perro le estaba dando una lección sobre la blanda respuesta que quita la ira. Lo único que atinó hacer fue acariciar al perro y prometer no pronunciar palabra áspera nunca más.
Proverbios 15:2 dice: «La lengua de los sabios adornará la sabiduría; mas la boca de los necios hablará sandeces.»
Cuando un sabio habla, lo que dice exalta la sabiduría. Pero cuando necio habla, lo que dice exalta la necedad. El necio habla sandeces.
Proverbios 15:3 dice: «Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos.»
Este proverbio afirma la omnisciencia de Dios. Nada está oculto de él. Los malos pueden estar seguros que Dios es testigo de todas las maldades que hacen. De igual manera, los buenos también pueden estar seguros que Dios es testigo de todo lo bueno que hacen. Esto debe ser un fuerte freno para no pecar y un fuerte incentivo para hacer lo bueno.
Proverbios 15:4 dice: «La lengua apacible es árbol de vida; mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.»
La lengua apacible se refiere al hablar sano, al hablar para edificación. Este tipo de hablar trae sanidad, es árbol de vida. En cambio la perversidad de la lengua se refiere al hablar malicioso, para mentir, para denigrar, para insultar, para ofender a Dios y a los demás. Este tipo de hablar trae quebrantamiento de espíritu. Esto significa que produce dolor y aflicción no sólo en el impío sino en personas inocentes que lo rodean.
Proverbios 15:5 dice: «El necio menosprecia el consejo de su padre; mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente»
Buen consejo para los hijos, no importa la edad que tengan. Es muy común que los hijos lleguen a pensar que el consejo de los padres es anticuado y armados de este razonamiento desprecian cualquier consejo que sus padres puedan dar. Quien hace esto es un necio según la Biblia. Un necio no es un retrasado mental, bíblicamente hablando. Un necio es aquel que voluntariamente rechaza el consejo de la palabra de Dios.
Pero cuando los hijos reciben y ponen en práctica el consejo de sus padres, llegan a ser prudentes o inteligentes. Si Usted es un niño, o un adolescente, o un joven, ¿cómo prefiere ser catalogado? ¿Cómo un necio o como un sabio? Mucho depende de su actitud hacia el consejo de sus padres. Si desprecia el consejo de sus padres, es un necio. Si aprecia el consejo de sus padres es un sabio.
Proverbios 15:6 dice: «En la casa del justo hay gran provisión; pero turbación en las ganancias del impío.»
Aquí se establece una relación entre la prosperidad y el estilo de vida de una persona. El justo, por la obra de Cristo a su favor, maneja su vida con sabiduría y eso resulta en gran provisión. En cambio el impío, en su pecado, maneja su vida con la finalidad de satisfacer sus bajos instintos, y de esta manera cosecha turbación o dolor o aflicción.
Proverbios 15:7 dice: «La boca de los sabios esparce sabiduría; no así el corazón de los necios.»
De la abundancia del corazón habla la boca, señaló el Señor Jesucristo. Si el corazón de una persona está lleno de sabiduría, la boca de esa persona hablará sabiduría. Si el corazón de una persona está lleno de necedad, la boca de esa persona hablará necedad.
Proverbios 15:8 dice: «El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová; mas la oración de los rectos es su gozo»
De nada sirve presentar sacrificios a Dios cuando el corazón está sucio por el pecado. Dios lo aborrece. Pero por contraste, Dios se llena de gozo con los sacrificios o la oración de los rectos. Esto confirma el hecho que Dios rechaza la adoración de labios para afuera. Para adorar apropiadamente a Dios se necesita primeramente confesar y apartarse del pecado.
Proverbios 15:9 dice: «Abominación es a Jehová el camino del impío; mas él ama al que sigue justicia.»
A Dios no le agrada en absoluto la vida pecaminosa del impío. Dios en cambio ama a aquel que procura vivir en santidad.
Proverbios 15:10 dice: «La reconvención es molesta al que deja el camino; y el que aborrece la corrección morirá.»
Cuando un hijo de Dios anda en pecado, rehuye ser corregido o reconvenido. Por eso es que una de las primeras cosas que hacen los hijos de Dios cuando andan en pecado es dejar de congregarse. Es su mecanismo de defensa para no ser corregidos. Pero para desgracia del pecador, ese rechazo a recibir corrección precipita su propia ruina. El que aborrece la corrección morirá, dice el proverbio.
Avanzamos. Proverbios 15:11 dice: «El Seol y el Abadón están delante de Jehová; ¡Cuánto más los corazones de los hombres!»
Seol en este caso significa el lugar de los muertos. Abadón significa destrucción, se refiere al castigo eterno de los impíos. Ambos términos describen el mundo invisible más allá de la muerte. Si este mundo es absolutamente conocido para Dios, cuánto más el pensamiento de los mortales hombres. No tiene sentido el pretender ocultar algo de la escrutadora mirada de Dios, ya sea en pensamiento, o en palabra o en obra. Dios es omnisciente.
Proverbios 15:12 dice: «El escarnecedor no ama al que le reprende, ni se junta con los sabios»
Un escarnecedor o un insolente no aprecia o no ama a quien le corrige. Por este motivo, evitará asociarse con personas sabias.
Proverbios 15:13 dice: «El corazón alegre hermosea el rostro; mas por el dolor del corazón el espíritu se abate.»
El corazón alegre se manifiesta en un rostro radiante que hace elevar el espíritu de los demás. Pero el corazón triste, adolorido, normalmente se manifiesta en un rostro compungido que deprime el espíritu de los demás.
Proverbios 15:14 dice: «El corazón entendido busca la sabiduría; mas la boca de los necios se alimenta de necedades»
Este proverbio tiene que ver con el alimento espiritual e intelectual del sabio y del necio. El entendido o el sabio buscará todo aquello que redunde en más sabiduría. En cambio el necio buscará todo aquello que está acorde con su necedad. Al mirar este proverbio no puedo evitar pensar en las barbaridades que presentan la mayoría de los canales de televisión. Lo irónico es que son millones los que se alimentan diariamente de esta necedad. Se cumple el proverbio cuando dice que la boca de los necios se alimenta de necedades.
Proverbios 15:15 dice: «Todos los días del afligido son difíciles; mas el de corazón contento tiene un banquete continuo.»
Este proverbio muestra que las actitudes tienen profundo efecto en como resultan las cosas. Si la actitud es de pesimismo, de negatividad, de aflicción, lo que se hace saldrá mal. Por el contrario, si la actitud es de optimismo, de positivismo, de gozo, lo que se hace saldrá bien. Una persona así tendrá un banquete continuo. De modo que, amable oyente, le desafío a enfrentar la vida con optimismo. Muy pronto comprobará que aún las situaciones difíciles se hacen más llevaderas.
Proverbios 15:16 dice: «Mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación»
Es preferible vivir modestamente con tranquilidad, mediante lo que se gana con el arduo trabajo, que vivir rodeado de lujos pero en constante zozobra por la manera como se adquirió esa riqueza. En nuestro próximo estudio bíblico terminaremos el estudio de este capítulo de Proverbios.
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