Los falsos maestros

Reciba afectuosos saludos amiga, amigo oyente. El Ministerio Internacional La Biblia Dice… le extiende una cordial bienvenida al estudio bíblico de hoy. Estamos aproximándonos rápidamente al final de la serie que lleva por título: Romanos, la salvación por gracia por medio de la fe en Cristo Jesús. En instantes más estará con nosotros David Logacho para guiarnos en el estudio del pasaje bíblico que nos corresponde el día de hoy. Allí veremos que desde etapas muy tempranas en la existencia de la iglesia de Cristo, ya estaban presentes los falsos maestros. Aprenderemos como reconocerlos y como tratarlos.

Es un privilegio para mí poder compartir este tiempo junto a usted amable oyente. Aprecio mucho su compañía. En nuestro último estudio bíblico, vimos una lista algo extensa de las personas que estaban involucradas de alguna manera en la iglesia en Roma. Como es típico en Pablo, mostró el aprecio que sentía a estas personas, mencionando, en la mayoría de los casos, su nombre y alguna característica sobresaliente. De esto aprendimos algunas lecciones hermosas para nuestra vida espiritual. Pero no se vaya a confundir amigo oyente, pensando que la iglesia en Roma era una iglesia perfecta donde no había ni rastro de maldad, ni sombra de impiedad. No existe lo que podríamos llamar la iglesia perfecta. Ni siquiera la suya, aunque usted se jacte de ello. Mientras estemos a este lado del cielo, no podemos hallar la perfección en ningún lugar. Alguna vez un creyente estaba conversando con un pastor y le dijo: ¿Sabe una cosa? He visitado casi todas las iglesias de la ciudad buscando la iglesia perfecta para congregarme allí junto con mi familia, pero estoy tan desanimado porque hasta ahora no la he encontrado. El pastor le miró fijamente a los ojos y le dijo: Permíteme darte un consejo. Cuando encuentres la iglesia perfecta, no se te ocurra congregarte allí, porque la vas a contaminar. Este pastor tenía toda la razón. La iglesia no es el club de los perfectos. La iglesia es solamente el conjunto de pecadores que han sido redimidos por la sangre de Cristo y que se están esforzando por vivir un estilo de vida que agrade al Señor. La mayoría de las veces obtienen victoria sobre la tentación, pero a veces fracasan y caen, pero a pesar de eso son amados por el Señor que murió por ellos. La iglesia en Roma no era una excepción. Uno de los problemas era la presencia de falsos maestros. Dicho esto, si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Romanos 16:17-20 donde dice: “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos. Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal. Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.” Parecería como que Pablo estaba ya por poner el punto final a su carta, luego de ese extenso pasaje de saludos a los colaboradores en la iglesia en Roma, pero en eso, el Espíritu Santo le impulsó a hacer una advertencia por demás necesaria. En el tiempo que Pablo escribió la epístola a los Romanos, la iglesia en Roma era muy tierna, pero aun así, ya estaban presentes los falsos maestros. Estos falsos maestros se introducían en las iglesias de una manera encubierta. Pablo advirtió de la presencia de falsos maestros en su mensaje a los ancianos de la iglesia de Efeso. Les dijo: Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Pues, sucede que esta situación era ya una realidad en la iglesia en Roma. Pablo por tanto ruega a los creyentes de Roma que tomen plena conciencia de esta situación. La gran pregunta sería: ¿Cómo detectar a estos falsos maestros?, porque recuerde que ningún falso maestro lleva colgado del cuello un letrero que lo identifica como tal. Pablo por tanto dice: Fíjense en dos características típicas de todo falso maestro. Número uno, causan divisiones. El diablo es partidario del principio de: Divide y vencerás. Por eso utiliza a los falsos maestros infiltrados en las iglesias como instrumentos para causar división. Ojo con aquellos que llamándose hermanos sin embargo hacen todo lo posible para aglutinar hermanos alrededor de ellos, poniéndolos en contra del resto de hermanos. Esto es el principio de lo que más tarde puede terminar en una dolorosa división de la iglesia. No olvide que cuando una iglesia se divide, el mundo ríe y quien ríe más alto es Satanás. La otra característica que es típica de los falsos maestros es lo que Pablo ha llamado tropiezos en contra de la doctrina que los creyentes de Roma habían aprendido. Esto puede significar por un lado enseñanza contraria a lo que Dios ha revelado en su palabra la Biblia. Los creyentes no deben digerir todo lo que entra por sus oídos. Antes de digerir deben cerciorarse de que eso que han oído realmente está en la palabra de Dios. Si por ejemplo, alguien comienza ha hablar de que Cristo no es Dios, o que la Biblia contiene errores, o que la salvación es por fe más obras, o cualquier otra enseñanza descabellada, absolutamente contraria a lo que dice la Biblia, ya se sabe que se trata de un falso maestro. Pero por otro lado, puede significar también una conducta contraria a lo que enseña la Biblia. Si alguien, llamándose hermano, sin embargo anda en borrachera, hurto, adulterio, mentira, y cosas por el estilo, es muy probable que se trate de un falso maestro. No olvide amable oyente que al árbol se le conoce por el fruto. Mal puede un buen árbol dar mal fruto o un mal árbol dar buen fruto. Por sus frutos los conoceréis dijo el Señor Jesucristo. Los falsos maestros predican piedad pero viven en la impiedad. ¿Qué hacer cuando se ha identificado a los falsos maestros? Pablo dice: Apartaos de ellos. Esto implica una separación absoluta entre la iglesia y lo falsos maestros. En esencia se trata de ponerlos fuera de la iglesia. Esto podría sonar demasiado drástico, pero no olvide amable oyente que está en juego la integridad de la iglesia. Los falsos maestros no son creyentes sino instrumentos de Satanás para destruir la iglesia. Pablo dice que los falsos maestros no sirven a nuestro Señor Jesucristo sino que sirven a sus propios vientres. Esta es una opinión muy severa sobre los falsos maestros. Habla de las intenciones más profundas de ellos. Lo único que buscan es satisfacer sus propios deseos pecaminosos. Su táctica está de acuerdo con la maldad de su carácter. Dice Pablo que con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos. Note amable oyente que los ingenuos son las presas preferidas de los falsos maestros. Los ingenuos son aquellos creyentes que por su propia negligencia no han crecido espiritualmente lo suficiente como para estar firmes ante las suaves palabras y las lisonjas de los falsos maestros. Cuán importante es crecer en la fe, amable oyente. De otra manera uno se pone en una situación de riesgo frente a las acechanzas de los falsos maestros. Pablo sabía que los creyentes de Roma eran reconocidos por su obediencia a la palabra de Dios, y esto era fuente de profundo gozo para él, pero a pesar de esto, Pablo quiso advertir a los creyentes de Roma sobre la presencia de los falsos maestros. Les exhorta a ser sabios para el bien, e ingenuos para el mal. ¡Qué consejo tan interesante! Usted y yo como creyentes debemos ser expertos en hacer lo que es bueno, pero realmente incompetentes para hacer lo que es malo. Esto hará desistir al creyente maduro a hacer el mal, porque simplemente no sabe como. Parece que a medida que avanza el tiempo Satanás va siendo más efectivo en propagar la maldad, pero esto no debería desanimar a los creyentes, porque la promesa de Dios es que él, como el Dios de paz, aplastará en breve a Satanás bajo nuestros pies. Satanás tiene sus días contados y por eso está desesperado por hacer la mayor maldad posible. Pablo cierra esta sección deseando que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos nosotros. Que por esta gracia de Dios, seamos sabios para detectar y separarnos de los falsos maestros en la iglesia.

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