Cordiales saludos amable oyente. Es un gozo para mí compartir este tiempo junto a usted. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy en el evangelio según Lucas. En esta oportunidad daremos un vistazo a la vida del Señor Jesús, desde cuando fue presentado en el templo, hasta los treinta años de edad.
Si tiene una Biblia, ábrala en Lucas 2 a partir del versículo 39. El relato que nos presenta Lucas, cubre casi doce años de vida del Señor Jesús. El relato comienza cuando José, su esposa María, y el niño Jesús, retornaron a Nazaret. Lucas 2:39 dice: Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.(F)
Como devotos judíos, José y María cumplieron todo lo que la ley del Señor demandaba de ellos cuando nacía el primogénito. Estaban listos para volver a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Lucas no hace referencia a eventos como la visita de los magos de Oriente y la huida a Egipto, que aparecen en el relato de Mateo. A partir de este momento, Nazaret fue el lugar de residencia del Señor Jesús hasta el inicio de su ministerio público. Esta es la razón por la cual llamaban a Jesús como Jesús de Nazaret y a sus seguidores como Nazarenos. No olvide que Nazaret era una ciudad nada importante. Cuando la gente se referían a Jesús como Jesús de Nazaret, lo hacía en tono despectivo. Inclusive Pilato hizo esto cuando escribió así el nombre de él en la cruz del calvario. Lo que hizo el Señor Jesús una vez que llegó a Nazaret, Lucas lo resume en sólo un versículo. Lucas 2:40 dice: Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.
Esto echa por tierra todas las fábulas y tradiciones en cuanto a la vida del niño Jesús entre su nacimiento y los doce años. Todo eso de que hacía muchos milagros para entretener a la gente no es sino puro invento del hombre. La Biblia simplemente dice que se desarrollaba físicamente, mentalmente, socialmente y espiritualmente. ¿Cómo es posible que Dios en forma humana, se desarrolle hacia la madurez? No es sencillo asimilar. Todo se reduce a reconocer que durante su encarnación, el Hijo de Dios, cedió voluntariamente el uso independiente de sus atributos divinos y los sometió absolutamente a la voluntad de su Padre. En todo caso, Lucas nos presenta el relato de un hecho lleno de significado que ocurrió cuando el niño Jesús tenía doce años. Note lo que dice Lucas 2:41-51. Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua;(G)
Luk 2:42 y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta.
Luk 2:43 Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre.
Luk 2:44 Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos;
Luk 2:45 pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole.
Luk 2:46 Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles.
Luk 2:47 Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.
Luk 2:48 Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia.
Luk 2:49 Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
Luk 2:50 Mas ellos no entendieron las palabras que les habló.
Luk 2:51 Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
José y María eran devotos judíos y por tanto subían en peregrinación a Jerusalén durante la fiesta de la Pascua cada año, conforme al mandato en la ley Mosaica. Toda la familia participaba en la peregrinación. La gente viajaba en caravana. Las mujeres y los niños iban adelante, marcando el paso, y los hombres, adultos y jóvenes les seguían a prudente distancia. Como tenía doce años, el niño Jesús tenía la libertad de unirse al grupo de los niños o al grupo de los hombres y jóvenes y podía cambiar de grupo cuando quisiera. Esta costumbre explica lo que sucedió una vez que se terminó la fiesta de la Pascua. Lo que sucedió seguramente es que la gente se alistó para la caminata de regreso, y María no se preocupó que el niño Jesús no estaba en el grupo de las mujeres y los niños, porque asumió que debe estar con José en el grupo de hombres y jóvenes. Igualmente, José no se preocupó que el niño Jesús no estaba en el grupo de hombres y jóvenes, porque asumió que debe estar con María en el grupo de mujeres y niños. ¿Ve la situación? No es que el niño Jesús desobedeció a sus padres. No podía hacerlo, porque aunque era todavía un niño, no podía pecar y la desobediencia es pecado. Al saber que ni José ni María venían a buscarlo, el niño Jesús debe haber buscado el lugar más seguro para esperarlos. Ese lugar era el templo de Jerusalén. El hecho es que a distancia de un día de camino, de alguna manera, José y María se dieron cuenta que el niño Jesús no estaba en ninguno de los grupos. Ya me imagino la preocupación de los dos. ¿Alguna vez ha pasado por la experiencia de haber perdido un hijo? Yo sí. Fue durante el tiempo que con mi familia estábamos estudiando en el Instituto de Palabra de Vida, en Monte, Argentina. En las vacaciones fuimos a disfrutar de unos días de descanso en la playa de Mar de Ajó. Como era temporada alta, había ríos de gente en la playa. En un instante se nos heló la sangre a mi esposa y a mí. Nuestra hija, Esthercita, de apenas cinco años había desaparecido. Cuando recuperamos el aliento, nos organizamos en grupos entre los que nos conocíamos y salimos a buscarla en diferentes direcciones, gritando su nombre y preguntando a no sé cuanta gente si la habían visto. Pasaron un par de horas de indescriptible angustia, hasta que finalmente, apareció de lo más tranquila tomada de la mano de una señora desconocida que al verla perdida le estaba llevando a un puesto de policía para dejarla allí. Cuando le vimos, reímos y lloramos de puro gozo. Guardando las distancias, me imagino que así deberían haberse sentido José y María, me refiero a la angustia de saber que un hijo estaba perdido. Les tomó un día retornar a Jerusalén. Ya habían pasado dos días. Les tomó otro día buscarlo en Jerusalén. Imagine como se habrán estado sintiendo. Ya habían pasado tres días. Felizmente, de alguna manera que Lucas no registra, se dirigieron al templo de Jerusalén, y helo allí, tranquilamente sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. El hecho que estaba sentado en medio, denota que a pesar de sus doce años, era el foco de atención de los ancianos expertos en la ley Mosaica. El hecho que estaba oyéndolos, denota que estaba aprendiendo. No se asuste, a pesar que era Dios en forma humana, cuando niño tenía que aprender cosas como todo niño. El hecho que esta preguntándoles, denota que también estaba enseñándoles. Sus preguntas eran para hacer reflexionar a los ancianos expertos en la ley Mosaica. Tanto es así que los doctores de la ley, al oírlo, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. Qué espectáculo tan maravilloso debió haber sido ese. Cuando José y María lo vieron en esas condiciones, se sorprendieron. Acto seguido, María actuó como toda mamá actuaría cuando encuentra a un hijo que se había perdido. En tono de reproche, dijo al niño Jesús: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? María pensaba que el niño Jesús había hecho algo indebido. Pero como señalé anteriormente, el niño Jesús no hizo absolutamente nada indebido. María prosiguió diciendo al niño Jesús: Tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Esto era realmente así, pero no fue la culpa de Jesús. Algunos han intentado encontrar en estas palabras de María, la evidencia para afirmar que José engendró al niño Jesús en María, porque dijo: Tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Pero no hay tal. Cuando María dijo a Jesús: Tu padre, no estaba afirmando que José era el padre biológico de Jesús, sino el padre legal de Jesús. Esto se confirma con la respuesta que dio el niño Jesús a su madre María. Sin alterarse y con el respeto que un hijo debe a su madre, dijo a María: ¿Por qué me buscabais? En otras palabras: Cuando notaron que yo no estaba en la caravana que regresaba a Nazaret, tenían que venir directamente al templo de Jerusalén porque no hay otro lugar donde yo podría estar. El niño Jesús confirmó esta idea cuando dijo: ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? En la conmoción del momento, parece que María olvidó todo lo que le fue dicho por el ángel cuando le anunció el nacimiento de Jesús. Esto se deduce de lo que comenta Lucas en cuanto a lo que el niño Jesús dijo a José y María. Dice que José y María no entendieron las palabras que les habló. No entendieron que por ser el Hijo de Dios en la persona de Jesús le era necesario o indispensable ocuparse como lo más importante en las cosas o en los negocios que tienen que ver con su Padre celestial. Esto era lo más importante para Él. Finalizado el incidente, Lucas dice que Jesús descendió con José y María a su ciudad de residencia, Nazaret, y como es de esperarse, estaba sujeto a ellos. Por su parte, aunque tal vez no entendía todo lo que pasaba con Jesús, María guardaba todas estas cosas en su corazón. Por último, Lucas muestra la vida de Jesús entre los doce años y los treinta años cuando comenzó su ministerio. Lucas 2:52 dice: Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.
Como Dios en forma humana, en su humanidad Jesús tuvo que crecer en lo intelectual, en lo físico, en lo social y en lo espiritual. Cualquier cosa que la gente diga que hizo Jesús en esta etapa de su vida, aparte de lo que dice Lucas, es pura fantasía. Jesús estaba preparándose para cumplir con el propósito de su Padre al enviarle a este mundo.
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