Bienvenidos a este su programa “La Biblia Dice Presenta” Soy Nelson Cabrera y hoy quiero empezar con una pregunta, para ti, ¿Qué significa ser un seguidor de este Jesús? ¿Qué crees que espera Jesús de nosotros? Preguntas complicadas ¿cierto? Pues bueno para responder a estas dudas, hemos empezado una nueva serie titulada “Volviendo a las raíces de la Fe” y para eso “La Biblia Dice Presenta” tiene la enorme bendición de tener como maestro bíblico a David Platt, quien nos acompañará durante este apasionante viaje hacia un crecimiento espiritual efectivo. Bienvenido David, ¡Que gusto tenerte con nosotros!
PABLO// Gracias, que bendición poder estar junto a ustedes intentando responder juntos estas preguntas tan complejas. Pero antes, quiero confesarles que realmente me siento muy emocionado al verme parte de este hermoso ministerio como lo es “La Biblia Dice”.
Este ministerio y yo tenemos algo en común, bueno la verdad es que tenemos mucho en común, pero por sobre todo compartimos el mismo deseo de ver que la Palabra de Dios se extienda a tantas personas como sea posible.
NELSON// Efectivamente David, y déjame decirte que a nivel de habla hispana “Radical” ha sido un referente de gran impacto para quienes hemos decidido ser siervos de Dios, y no me refiero sólo a aquellos que son pastores en sus iglesias, me refiero a cada niño, joven, empresario, trabajador, ama de casa que ha sido cautivado por el amor de Dios y haya decidido ser un testimonio vivo de lo que significa ser un seguidor de Cristo.
PABLO// Así es Nelson, y es por eso que estoy seguro que esta asociación abrirá nuevas vías para que las personas de todo el mundo escuchen las verdades de las Escrituras. Tanto “Radical” como “La Biblia Dice” quieren servir y equipar a la iglesia para llevar a cabo su misión, claro, dependiendo plenamente del Señor.
Mira, desde hace un tiempo atrás Dios me ha estado hablando sobre la importancia de aprovechar nuestras bendiciones para satisfacer las necesidades físicas y espirituales de todos los grupos de personas del planeta, para que puedan conocerlo y disfrutar de la presencia de Dios tal y como cada uno de nosotros lo hace. Es por eso que decidí emprender un apasionante viaje por toda la Palabra de Dios lo cual generó un cambio radical en mi propia vida y es justamente de eso de lo que hablaremos estos tiempos juntos.
NELSON// David, has sido un gran instrumento de Dios para llevar el evangelio a miles de personas y esto lo has hecho retomando las raíces del evangelio y proponiendo cambios radicales en nuestras vidas, y es un placer enorme saber que compartirás con nosotros todo lo que La Biblia enseña, pero también es una responsabilidad muy grande para todos los que te escuchamos, es por eso que estoy plenamente seguro que estos cambios se darán únicamente bajo la guía de Dios, por lo que, quiero pedirle a todos nuestros amigos y amigas que nos escuchan, que veamos a David como ese instrumento del Señor para formar nuestra vida, que veamos a David como ese pastor que ha colocado el Señor para guiarnos en nuestro camino espiritual.
Entonces sin nada más que decir, damos la bienvenida nuevamente a David.
PABLO// Gracias Nelson. Que placer estar este tiempo junto a ustedes. Bueno, no perdamos más tiempo, así que si tienen una Biblia y espero que la tengan, permítame invitarte a que la abran en el capítulo 14 de Lucas. Esta mañana voy a hacer algo un poco diferente, voy a salir de nuestro estudio habitual e intensivo, pero será solamente para afirmar nuestro punto de partida. Hoy, como su pastor, quiero compartir algunas cosas con usted que han estado sucediendo en mi relación con Cristo. Así que, antes de empezar te pido que me permitas orar.
Padre, te agradezco por el privilegio de dirigir esta familia de fe. Al mismo tiempo, debo confesarte que tiemblo ante la idea de dirigir a esta familia de fe porque soy muy inadecuado para la tarea. Ni siquiera soy capaz de guiar a mi propia familia, mucho menos a esta familia de creyentes, y desde el principio, Dios te expreso la profundidad de mi necesidad de ti. No puedo hacer nada sin ti. No soy nada sin tu presencia, y pido para que me des la gracia de comunicar lo que me has enseñado. Oro para que no diga nada más que Tú verdad. Y pido para que la gracia se comunique de una manera que te honre y que Tú gracia recaiga sobre mí para que este cuerpo de creyentes escuche este mensaje de una manera que te honre. Danos la gracia para escuchar tu Palabra y la gracia de obedecerla. En el nombre de Jesús. Amén.
Quiero compartir con ustedes algunas áreas de desobediencia que han sido evidentes en mi relación con Cristo. Son áreas que le he confesado a mi esposa, a mi familia y debo confesárselas a ustedes esta mañana. Hay verdades en las Escrituras que he estado evitando y desobedeciendo durante los últimos meses, incluso diría que las he estado desobedeciendo durante los últimos años, pero con mucha más desobediencia intencional en los últimos meses, y quiero ser sincero contigo. Estoy en un punto en el que las volvería a cometer, podría llamar a esta etapa como “una crisis de fe”. Si tuviera que resumirlo, lo haría a través de una pregunta: ¿realmente creo en la Biblia? En serio; yo predico este libro y me encanta hacerlo. Yo enseño este libro, lo estudio e intento bajarlo a mi corazón, pero ¿realmente creo en él? Porque si lo creo, si este libro es verdadero, entonces eso tiene implicaciones radicales para mi vida. Y esa es realmente la pregunta que hoy quiero presentarles, ¿creemos en este libro? Cuando este libro dice algunas de las cosas que debemos hacer, ¿realmente lo creemos?
El capítulo 14 de Lucas nos da una imagen que, si realmente creemos en este libro, entonces habrá implicaciones radicales para nuestras vidas y consecuencias radicales para esta iglesia. Quiero que escuches lo que Jesús dice en Lucas 14:33. Tal vez puedes subrayarlo. “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo«. ¡Eso es radical! Ahora, vuelve al versículo 26. Jesús dice: «Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo«. Eso es todo. Él dice que no puedes llamarte seguidor suyo si no renuncias a todas estas cosas. ¡Eso es radical! De eso trata este pasaje, y de eso hablaremos en los siguientes programas.
Entonces, ¿realmente creo en este libro? Justamente de eso quiero hablarles esta mañana, quiero hacerte las mismas preguntas que Dios me ha estado haciendo y de las cuales me ha convencido.
Primera pregunta: ¿creemos lo que dice este libro sobre la iglesia? Para responder esto quiero que regresen unos capítulos atrás. Este es un asombroso pasaje de las Escrituras y lo vamos a usar para continuar con este tema rápidamente.
Escucha esto; hay grandes multitudes en este punto que siguen a Jesús y esto es lo que sucede. Lucas capítulo 9, versículo 57 y 58 dice: «Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza» Ahora, esa es una respuesta interesante. «Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios» (Lucas 9: 59-62). Jesús parece estar hablando con estos tres tipos para que no lo sigan ¿No es eso sorprendente?
Tengo que decirte esto, sólo como una nota al margen: recuerdo que cuando me mudé de Nueva Orleans, fui a estudiar con un profesor en particular que se convirtió en mi mentor, Jim Shaddocks. El Dr. Shaddocks me invitó poco después de haber llegado allí para asistir a un evento en el que estaba predicando. Fue un evento juvenil. Él comenzó el sermón y dijo: «Mi objetivo esta noche es convencerte de no seguir a Jesús». Entonces, él predicó este texto y luego, al final, invitó a las personas a responder a Jesús, y todos estos estudiantes decidieron seguir a Jesús.
Cuando escuche eso me quede realmente sorprendido. Así que estuve predicando en un evento juvenil la semana siguiente y pensé intentarlo. Así que el próximo fin de semana me levanté y dije: «Mi objetivo esta noche es convencerte de no seguir a Jesús». Y luego, prediqué este texto y llegué al final y aparentemente iba a lograr un mejor resultado que mi profesor. Pero parece que era el mismo Jesús quien estaba tratando de convencer a estos muchachos para que no lo sigan. ¡Eso es algo radical!
Lo que quiero decir es que si volvemos al evangelio vemos que Jesús jamás disfrazo la verdad y eso es algo que va en contra de nuestro pensamiento actual. Creemos que nuestra visión general hoy en la iglesia es hacer lo que sea necesario para que entren, pero Jesús está diciendo que si quieres seguir a Jesús debes dejar que los muertos entierren a sus muertos, y no puedes ni siquiera regresar para despedirte de tu familia.
Cuando los discípulos lo escucharon, sus mandíbulas estaban en el suelo. Cada vez que la multitud crecía, Jesús decía cosas como: «come mi carne y bebe mi sangre» y de repente la multitud se iba y los discípulos le decían: «¿Qué estás diciendo?» Entonces, como Jesús, nosotros nunca vamos a estar en la lista de movimientos de mayor crecimiento si no dejamos de decirle a la multitud que nos coma, es decir, si queremos tener multitudes en las iglesias llevar el mensaje de Jesús no funciona porque Él siempre fue claro y directo al decir lo que realmente significa seguirlo.
Ahora, quiero hacerte una pregunta en las que creo que debemos pensar cuando se trata de ser un seguidor de Cristo.
Pregunta número uno, ¿elegiremos la comodidad o una cruz?
Lo seguirás a donde sea que Él vaya. Jesús dice: «Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza«. En Mateo capítulo 8, versos del 12:38 al 40 vemos a Jesús advirtiéndonos sobre los tipos religiosos; en aquella época, la gente solía unirse a diferentes maestros religiosos con el único fin de subir de estatus. Y si bien no somos una cultura judía que tratamos de unirnos a Jesús para convertirnos en mejores maestros o subir de nivel, hoy quiero preguntarte: ¿con qué frecuencia, hemos usado el evangelio para llenar nuestras iglesias?
Cuantas veces hemos dicho, “Jesús es un medio para entrar al cielo. Ven a Jesús para que puedas obtener el perdón, para que puedas obtener una mejor forma de vida”. Y ¿sabes qué? ninguna de esas cosas es verdad. Tú vienes a Jesús para obtener a Dios, no vienes a Jesús para conseguir cosas. Lamentablemente, nosotros hemos entendido todo mal. Venimos a Jesús para que podamos tener un lugar cómodo para adorar, para que podamos realizar actividades con nuestros hijos. Y acudimos a Jesús para que podamos tener una buena vida en una gran ciudad. No venimos a Jesús por lo que Él es, nos cuesta demasiado dejar todo por seguirlo a Él.
Él no es un medio para ir a ninguna parte. Él es todo; no queremos un lugar cómodo para adorar, no queremos actividades para niños, no queremos promocionarnos a nosotros mismos, queremos a Cristo.
Entonces Cristo es todo lo que tienes, ¿realmente quieres ese tipo de Jesús? ¿Queremos comodidad, o queremos una cruz?
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