Qué gozo es para nosotros contar con su sintonía, amiga, amigo oyente. Reciba una cordial bienvenida al estudio bíblico de hoy. En esta ocasión, David Logacho nos hablará acerca de la importancia del uso de los dones espirituales, lo cual es otra de las características de la vida auténticamente cristiana.
¿Ha pasado alguna vez por la frustrante experiencia de tener que hacer algo, saber cómo hacerlo, pero no poder hacerlo porque le falta la herramienta apropiada para hacer el trabajo?
Eso me sucede a menudo cuando trato de hacer reparaciones menores en mi auto. Sé lo que está mal, sé como reparar el daño, pero no puedo hacerlo por la única razón que no tengo la herramienta necesaria. ¡Qué frustración! Por algo tan insignificante tengo que llevar el auto a un taller de reparación.
Bueno, en la iglesia podría pasar algo parecido. Si no existieran dones espirituales, todos viviríamos frustrados por no poder hacer la obra de Dios. Los dones espirituales son las herramientas que Dios ha dado a la iglesia para que pueda realizar su trabajo.
Otra de las características de la vida auténticamente cristiana es el uso de los dones espirituales.
Pero vayamos por partes.
Primero permítame hacer una definición de lo que es un don espiritual. Para ello, quisiera fundamentarme en 1ª Corintios 12:7 donde dice. “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho”
Este versículo está hablando de los dones espirituales, lo sabemos porque en el versículo 1 del mismo capítulo dice: “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales”
La palabra don significa un regalo, una gracia, una dádiva. Es algo que uno recibe sin merecerlo. Quien da estos regalos, o estas gracias, o estas dádivas es el Espíritu Santo, por eso se los conoce como dones espirituales.
Además note que estos dones espirituales son dados por el Espíritu Santo a cada uno de los creyentes. Ningún creyente puede decir en honor a la verdad que no ha recibido ningún don espiritual. Por otro lado observe que los dones espirituales son dados por el Espíritu Santo a los creyentes, para provecho.
La pregunta sería ¿Para provecho de quien? Un examen minucioso de toda esta sección mostrará que los dones espirituales han sido dados por el Espíritu Santo a los creyentes, para provecho de la iglesia, no para provecho del que recibe los dones espirituales.
Por eso dijimos, hace un momento, que los dones espirituales son las herramientas para que la iglesia pueda hacer la obra que le ha encomendado el Señor de la iglesia, Jesucristo.
Es necesario señalar que por cuanto los dones espirituales son dados por el Espíritu Santo a los creyentes, esto acontece el momento que una persona llega a ser creyente por haber recibido a Cristo como Salvador.
Ese momento, entre otras cosas, el Espíritu Santo comienza a morar en el creyente y entre los muchos beneficios que trae está este, los dones espirituales. Los incrédulos no tienen dones espirituales.
También vale la pena hacer la distinción entre dones espirituales y talentos naturales.
Los dones espirituales son habilidades dadas por el Espíritu Santo a los creyentes el momento que nacen espiritualmente.
Los talentos naturales son habilidades con las cuales nacen las personas.
Hablamos por tanto del talento para la música, o el talento para los deportes, o el talento para la pintura, o el talento para las ciencias exactas.
Ahora que tenemos una definición de lo que son los dones espirituales prosigamos examinando cómo se distribuyen los dones espirituales. Dejemos nuevamente que sea la Biblia quien nos dé una respuesta sobre esto.
Se encuentra en 1ª Corintios 12: 11 donde dice: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.”
Varias cosas dignas de mencionarse tenemos en este versículo. Algunas de ellas ya han sido enunciadas, como el hecho que los dones espirituales son dados por el Espíritu Santo y como el hecho que cada creyente ha recibido dones espirituales. No existe creyente sin dones espirituales.
Pero lo nuevo que surge de este versículo es que el Espíritu Santo reparte los dones espirituales como él quiere. ¿Qué significa esto? Pues que el Espíritu Santo es soberano a la hora de repartir los dones espirituales. La Biblia menciona la existencia de al menos dieciocho dones espirituales. No todos los creyentes tienen estos dieciocho dones espirituales.
¿Quién decide qué dones espirituales, de estos dieciocho, va a tener cada creyente?
Pues el Espíritu Santo. Esto es muy bueno, puesto que por ser Dios, el Espíritu Santo sabe cuáles son las necesidades de la iglesia local en particular y de la iglesia universal en general y reparte a cada creyente los dones necesarios para que pueda funcionar dentro del cuerpo de Cristo. Es decir, que no es correcto esto de caer de rodillas delante del Señor para pedirle los dones que nos parezcan más atractivos o tal vez más espectaculares. En cada uno de nosotros existe un cierto interés por los dones más visibles, por los dones que despierten más admiración.
Esto es parte de nuestra naturaleza carnal. Qué bueno que los dones espirituales no son dados conforme a las preferencias de los receptores de los dones espirituales sino conforme a la soberana voluntad del Espíritu Santo.
Ahora que hemos tratado acerca de la definición de los dones espirituales y de la distribución de los dones espirituales, nos corresponde tratar el asunto de la descripción de los dones espirituales. El Nuevo Testamento nos presenta una lista de los dones espirituales.
Por lo limitado del tiempo, no es posible hacer una descripción detallada de lo que está implicado en cada uno de los dones espirituales, pero permítame al menos hacer una lista de los dieciocho dones que aparecen en el Nuevo Testamento: Don de apóstol, don de profeta, don de evangelista, don de pastor maestro, don de palabra de sabiduría, don de palabra de ciencia, don de fe, don de sanidad, don de milagros, don de discernimiento de espíritus, don de lenguas, don de interpretación de lenguas, don de servicio, don de enseñanza, don de exhortación, don de dar, don de presidir y don de misericordia.
Algunos de estos dones tuvieron un carácter fundacional, esto es, fueron vitales en la fundación de la iglesia cristiana. Dones como apóstol, profeta, palabra de sabiduría, palabra de ciencia, sanidad, milagros, lenguas e interpretación de lenguas.
Los otros dones tienen un carácter más general en cuanto a su aplicación en la iglesia cristiana.
Ya hemos hablado sobre la definición de los dones, la distribución de los dones y la descripción de los dones. Ahora nos toca tratar un asunto medular.
El descubrimiento de los dones espirituales. ¿Sabe Usted cuáles son los dones espirituales que el Espíritu Santo le ha otorgado?
El Espíritu Santo da los dones, pero es tarea del creyente el descubrir cuáles son esos dones.
Para ello, permítame hacerle las siguientes sugerencias:
Primero, ore al Señor sinceramente, pidiendo sabiduría para discernir los dones espirituales que le ha dado el Espíritu Santo.
Segundo, estudie por Usted mismo los pasajes bíblicos que tratan el tema de los dones espirituales.
Básicamente se trata de Romanos capítulo 12, 1 Corintios capítulos 12 a 14, Efesios capítulo 4 y 1 Pedro capítulo 4. Procure tener un concepto lo más claro posible de estos pasajes bíblicos. Si es necesario, complemente sus conclusiones con lo que otros han encontrado, lo cual es materia de comentarios bíblicos o libros alusivos al tema de los dones espirituales. No dé por sentado todo lo que los comentaristas bíblicos dicen sobre el tema de los dones espirituales. Usted debe ser como los creyentes de Berea, quienes al oír la palabra, la comparaban con las Escrituras para ver si estas cosas eran así.
Tercero, en oración delante de Dios manifieste su disposición a ser usado por el Señor en lo qué él tenga a bien. Ninguna labor es secundaria cuando se la realiza para el Señor. A los ojos de los hombres parece más importante el que predica o enseña la palabra de Dios, que el que sirve en la iglesia, pero a los ojos de Dios no hay la más mínima diferencia. Ambos tienen exactamente la misma importancia. Esta actitud limpiará de su corazón esa noción errada de desear solamente los dones más llamativos a los ojos de los hombres.
Cuarto, hable con los líderes de su iglesia, con un doble propósito, por un lado para que le den oportunidades de servir en la iglesia en lo que haya y por otro lado para que evalúen su servicio y le orienten en su búsqueda de sus dones espirituales.
El consejo es muy importante cuando se está en proceso de identificar los dones que hemos recibido del Espíritu Santo. Es imprescindible que se ponga a trabajar en la iglesia. Los creyentes que jamás hacen algo en la iglesia jamás lograrán identificar sus dones espirituales.
Si Usted es ese tipo de creyente que piensa que ya es mucho con asistir cada domingo a los cultos de la iglesia, y jamás se atreve a hacer algo más que eso, no piense que logrará identificar sus dones espirituales. Saldrá de este mundo sin haber usado jamás las herramientas que Dios le ha dado para trabajar.
Cuando llegue a la patria celestial será muy embarazoso encontrarse con Aquel que dio la vida por Usted, mientras que Usted no hizo nada por él mientras estuvo en este mundo a pesar de tener las herramientas para hacerlo. Mi oración es que lo antes posible identifique sus dones espirituales y comience a usarlos, es otra de las características de la vida auténticamente cristiana.
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