Hola amigo, amiga oyente, hacer y ser un discípulo de Cristo no es algo fácil, pero si es lo mejor que podemos hacer, no solo por nuestro bien sino también por el bien de los demás. Pero quiero recordarte algo, este es un proceso enfocada a llegar en los demás y toma tiempo. Eso es algo que no sucede, de la noche a la mañana y lo que tenemos que decidir es si vamos a vivir para el aplauso momentáneo, o si vamos a vivir, para la reproducción de nuestras vidas. Es ahí es donde comienza la multiplicación y la formación de discípulos. Así que debemos dejar de centrarnos en nosotros para centrarnos en los demás.
Recuerdo que, cuando me mudé a Nueva Orleans, fui allí para estudiar con un tipo llamado Dr. Jim Shaddocks. Él era un profesor en la predicación. Y tomaba todas las clases que podía con el Dr. Shaddocks y me sentaba allí y tomaba nota todo el tiempo y eso era bueno. Pero lo que aprendí muy rápido fue, que era bueno estar en el aula, pero lo que podía aprender de este tipo fuera del aula era aún más valioso. Y comenzó a invitarnos a mí y mi esposa a comer a su casa, y lo vi interactuar con su familia, lo vi mientras viajaba y predicaba en el camino. Él es uno de esos tipos que disfruta correr, así que un día llegué a casa después de las clases y estuve en nuestro pequeño departamento del seminario, y mientras me ponía los pantalones cortos y una camiseta, mi esposa me dice: «¿Qué estás haciendo?», Dije: «Voy a correr». Ella dijo: «Así que cualquier cosa que haga el Dr. Shaddocks, David lo hace” Y entonces sucedió. Comencé a correr. Eso solo duró unas tres semanas, pero el punto es que este tipo comenzó a verter su vida en la mía, comenzó a invertir en mí.
Estuve predicando en una conferencia y en la iglesia hay un chico en el grupo de jóvenes que vino a mí. Lo había visto una vez antes y apenas lo conocía. Él me dijo: «Estudiaste con Jim Shaddocks, ¿verdad?» y dije: «Sí, incluso corrí con él». Él dijo: «Pude escuchar a Jim Shaddocks en toda tu predicación». Y cuando pensé que mi vida es un producto de alguien más invirtiendo su vida en mí, pensé, ¿qué sucede cuando toda una familia de fe se da cuenta de esto y comenzamos a hacer eso en la vida de los demás, ves cómo el Evangelio comienza a multiplicarse? Tal vez Jesús sabía de lo que estaba hablando.
Así que fija tu enfoque en ellos y no solo establezcas tu enfoque en ti mismo. Luego, en segundo lugar, mira el mundo a través de ellos. Jesús mira a sus discípulos y ora por ellos. Jesús dice: “no estoy orando por el mundo, oro por ellos”
Ahora ¿cómo concilias Juan 3:16? Este verso dice: «Porque de tal manera» ¿qué? «amó Dios al mundo.» Jesús, Dios en la carne, dice, no estoy orando por el mundo. ¿Bueno, por qué no? Amas el mundo ¿Por qué Jesús diría que no está orando por el mundo? ¿Por qué iba a dejar el cielo para decirnos “no estoy orando por el mundo”? Él lo hace no porque no le importe el mundo, o no quiera que el mundo conozca el amor de su Padre; lo que Él está haciendo, es que está orando por estos muchachos, porque ellos serán el medio por el cual alcanzará el mundo. Él está viendo el mundo a través de ellos. Él sabe que está a punto de ir al Padre y que sus vidas tendrán un impacto en el mundo a partir de ahora, por lo que ora por ellos. Todo depende de que estos discípulos tomen ese Evangelio, tomen la Palabra, la muestren y la compartan, es por eso por lo que Él ora por ellos, esto es muy bueno y alentador, es reconfortante para nosotros.
Hace algunos años, empecé a ir a un lugar lleno de jóvenes con un entorno tan diferente que incluso pensé que necesitaba algunos tatuajes. Y en uno de esos momentos, mi esposa simplemente me devuelve a la tierra y me dice: «Oremos por esto, David». Entonces pienso, ¿cómo podría llegar a todos estos chicos sin hogar con el Evangelio? Y comienzo a darme cuenta de que no se trata de que me haga tatuajes. Se trata de hacer conocer el Evangelio entre estos cientos de jóvenes. Se trata de entregarle mi vida a un par de chicos sin hogar y verlos comenzar a tomar el Evangelio y hacerlo realmente significativo en su contexto. Cuando sucede eso, empiezo a ver a la comunidad sin hogar a través de los ojos de estos muchachos, un par de ellos en los que estoy volcando mi vida.
Cuando hacemos este tipo de cosas comenzamos a ver el Evangelio multiplicado. Eso es lo que hace Jesús con sus discípulos y nosotros, ahora, tenemos la oportunidad de impactar al mundo por la gloria de Cristo cada día. Hombre, este es un buen plan. Establece tu enfoque en ellos, ve el mundo a través de ellos y en tercer lugar pon tu vida en ellos. Aquí es donde se pone muy, muy bueno. Pon tu vida en ellos. Jesús dijo que la gloria vino a Él a través de ellos. Él dijo: “ellos son mi gloria. He vivido para ellos.” Jesús ha puesto todo en ellos. Algunos no dirían que fue una decisión sabia, pero lo hizo. Él puso todo en ellos. Entonces, ¿qué aspecto tiene esto en nuestras vidas?
Bueno, hagamos un receso aquí de Jesús y vayamos con Pablo. Ven conmigo a 1 Corintios capítulo 10. Tienes que ver esto. Estos son algunos versículos que supongo que algunos de ustedes conocen muy bien, pero te voy a pedir que los recuerdes y si no los conoces no los pierdas de tu mente. 1 Corintios capítulo 10 versículo 31, Pablo es el hombre que escribe esto y dice: «Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la.» ¿qué? «gloria de Dios«. Entonces hacemos todo para su gloria, incluso bebemos jugo de naranja para la gloria de Dios. Ahora, ¿cómo se ve eso? Bueno, eso es lo que dice el próximo versículo. «No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios» Este es el corazón de un hacedor de discípulos, escucha lo que dice: «no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos» Está viviendo por el bien de la gloria de Cristo en los demás. Ahora escucha lo que dice en 1 Corintios 11: 1 «Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.» Qué afirmación tan audaz. Para que Pablo venga a la escena y diga que ustedes me siguen seguirán a Cristo. Algunas traducciones dicen: «imítenme y estarán imitando a Cristo«. ¿Es eso una declaración audaz o qué? Sse supone que debemos decir a las personas en tu esfera de influencia: “sígueme y estarás siguiendo a Cristo”? ¿No es un poco atrevido? Déjame decirte que no. Eso es exactamente lo que se supone que debemos decir. Esa es la esencia de lo que se trata todo esto y eso no es solo un momento en el que Pablo se sentía bastante confiado. Ve a Filipenses, capítulo 3 versículo 17. Esta era una imagen de lo que significa verter tu vida por mostrar a los demás a Cristo.
Filipenses 3:17 dice: «Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.» Sigue mi ejemplo. Vamos al final de este capítulo, dice en el versículo 20: «esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo«. Ahora escucha esto «el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.» (Filipenses 3: 20-4:1). Pablo miró a los creyentes que estaban frente a él en esta carta y dijo: “Te amo, te anhelo, eres mi corona, eres mi alegría, eres mi vida.”
Luego, llegas al versículo 9 en Filipenses 4 y dice: «Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros» Él dice: “sígueme, sígueme y estarás siguiendo a Cristo.” Esa es una declaración audaz. Algunos de ustedes pueden pensar: “bien, no puedo decir eso, eso es muy arrogante.” Y déjame decirte que no, eso no es nada arrogante, pero sí es arrogante sentarse a un lado y eludir nuestra responsabilidad de mostrar el camino hacia Cristo y dejar que el mundo por sí solo lo haga. Eso es arrogancia, eso es egocentrismo. Es una profunda humildad decir: “voy a dar mi vida para que veas a Cristo en mí, para que puedas imitarme y seguirme” ese es un nivel completamente nuevo de cristianismo al que Dios nos llama.
Leamos un versículo más, 1 Tesalonicenses. Escucha 1 Tesalonicenses capítulo 2, versículo 19 y 20, Pablo hablando de nuevo. Él dice: “Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? Vosotros sois nuestra gloria y gozo.» ¿Lo entendiste? Pablo dice que cuando el Señor Jesús regrese y me haga responsable de lo que hice con el Evangelio que me ha confiado y de la misión que me ha encomendado, mi alegría serás tú; tu vida viviendo para la gloria de Cristo.
Más adelante dice que esta es la suma de todo el asunto. Capítulo 3, versículo 8 dice: «porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor.», el énfasis está en «ti». ¿Lo entendiste? Vivo, dijo Pablo, porque estaban firmes en el Señor. Mi vida está puesta en que permanezcas firme en el Señor. Si no te mantienes firme en el Señor, entonces me pierdo y vivimos por el bien de los demás para ver y mostrar la gloria de Cristo. Nos centramos en las personas. Vemos el mundo a través de ellos y ponemos nuestra vida en ellos. Sé que aquellos de ustedes que son padres, saben cómo es vivir para sus hijos. Sé en mi propia vida, mi mamá, mi papá. La sonrisa más grande en la cara de mi padre fue cuando estaba haciendo lo que Cristo me había llamado a hacer.
Entonces, ¿qué pasa cuando amamos así a este mundo? ¿Qué pasa cuando vivimos el uno para el otro? Ahora estamos llegando al corazón del cristianismo del Nuevo Testamento y no es una rutina que atravesamos el domingo para llegar a un lugar. Es gente para la que estamos viviendo, vive para su gloria a través de ellos. Les mostramos su carácter. Vivimos para su gloria a través de ellos.
Algo más, nutrimos su santidad en ellos. Regresa a Juan 17 versículo 11 y ve a Jesús ofrecer una petición individual, una oración por estos muchachos. Y Él comienza en el versículo 11. Él dijo: «Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti.». Y entonces Él dice «Padre Santo«. Es la única vez en el Evangelio donde vemos a Jesús referirse al Padre con ese término no es que Él no siempre haya sido santo, sino que enfatiza Su santidad. Él continúa orando «guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé». Ora para protegerlos y mantenerlos. A menudo esta idea de mantener y proteger no tiene la intención de hablar de protección física, sino que está ligada a todo lo que hemos visto aquí. Protégelos en tu nombre es lo que Él está diciendo. Mantenlos mostrando tu carácter. Él dice continuamente les he mostrado tu carácter. He mantenido a tu persona constantemente frente a ellos.
Amigo, amiga, antes de irme quiero pedirte algo, así como Él ora por ellos, tú ora para que estos muchachos muestren continuamente su carácter. Jesús vivio para nutrir su santidad en ellos y ahora es tu turno. Ora para que Dios te mantenga sólido y a través de ti a muchos más. Lo que estamos viendo es un contraste entre los discípulos y el mundo. Y oro para que en próximas ocasiones Dios transforme nuestros puntos de vista sobre la santidad y lo que significa esa palabra. Espero que puedas acompañarnos en nuestro próximo tiempo juntos y conocer más sobre la necesidad de la santidad dentro del discipulado. Que Dios te bendiga.
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