Un cordial y fraterno saludo amigo oyente. Bienvenido al estudio bíblico de hoy. Nuestro tema de estudio es el Espíritu Santo. Hemos visto ya que el Espíritu Santo juega un papel muy importante en la formación de la Biblia. Fue el Espíritu Santo quien reveló los pensamientos de Dios al hombre y fue el Espíritu Santo quien inspiró a los autores de los libros de la Biblia de tal forma que lo que ellos escribieron fue exactamente lo que Dios quiso pero sin violar la personalidad de cada uno de los autores. Los escritores bíblicos no fueron como una máquina de escribir o un robot que inconscientemente plasmaron en los papiros o los papeles lo que Dios quiso que escribieran. Todo lo contrario, porque de una forma incomprensible, Dios respetó la personal característica de cada escritor pero a la vez sus escritos son exactamente lo que Dios quiso. El autor de cada palabra de los escritos originales es Dios. Esto es lo que se conoce corno la inspiración verbal de las Escrituras. En el estudio bíblico de hoy, David Logacho nos va a hablar de otra obra del Espíritu Santo que tiene que ver con la Biblia.
Antes de ir a otra obra del Espíritu Santo que tiene que ver con la Biblia, permítanos amigo oyente, enfatizar un hecho que los teólogos llaman la inspiración verbal y plenaria de las Escrituras. Cuando nos hablan de inspiración verbal de la Biblia, están dando a entender que cada palabra de los escritos originales de las Escrituras fue dada por Dios por medio del Espíritu Santo a los escritores. Samuel dice lo siguiente en 2ª Samuel 23:2: “El Espíritu de Jehová ha hablado por mi. Y su palabra ha estado en mi lengua” Note amigo oyente, que el Espíritu Santo no solamente puso la idea en la mente de Samuel para que él la exprese por escrito como él quiera, sino que fue más allá. El Espíritu Santo puso las mismísimas palabras en la lengua de Samuel de modo que cada palabra que Samuel escribió fue la que Dios quiso. Esto es lo que se conoce como inspiración verbal de las Escrituras. Por inspiración plenaria de las Escrituras se da a entender que la Biblia en su totalidad es inspirada por Dios. Algunas personas afirman que solamente ciertas partes de la Biblia son inspiradas por Dios y que el resto no. Pero 2ª Timoteo 3:16 refuta esta idea cuando dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” Toda la Escritura es inspirada amigo oyente, no solamente una parte de ella. Dicho de otra manera: La Biblia es la palabra de Dios en su totalidad. Esto es inspiración plenaria de las Escrituras. Hecha esta puntualización necesaria, prosigamos con nuestro tema. Vamos a estudiar otra obra del Espíritu Santo que tiene que ver con la Biblia. El asunto es este amigo oyente. Con la revelación, los pensamientos de Dios fueron transferidos a la mente de los que escribieron la Biblia. Con la inspiración, esos pensamientos fueron registrados por escrito de una manera precisa para ser conocidos por otras personas. El producto final de este proceso es la Biblia en sus escritos originales. Esa Biblia fue copiada, traducida y diseminada. Así es como llegó a sus manos amigo oyente. Pero eso no ayuda mucho que digamos. Millones de creyentes tienen la Biblia bien guardada en sus bibliotecas. La Biblia está casi nueva, porque jamás la han usado. Una de las razones porque no la usan es porque alguna vez en su vida intentaron leerla y no la entendieron en absoluto. Por tanto les pareció un libro árido, incomprensible y como resultado perdieron todo interés en indagar su contenido y la archivaron en alguna estantería de libros. La Biblia llegó entonces a ser un adorno de biblioteca. ¿Cuál es el problema? En creyentes así falta una obra importantísima del Espíritu Santo llamada iluminación. La iluminación es la obra sobrenatural del Espíritu Santo en los creyentes, por la cual, los pensamientos de Dios registrados en los escritos inspirados son comprendidos y asimilados. En otras palabras, es el Espíritu Santo quien se encarga de que el creyente entienda la Biblia. Esta obra del Espíritu Santo se llama iluminación. Quizá Ud. amigo oyente, estará preguntándose ¿por qué se necesita esta obra de iluminación del Espíritu Santo? Bueno el asunto es que sin la ayuda del Espíritu Santo es imposible entender la Biblia, porque así dice la misma Biblia. 1ª Corintios 2:12 dice: “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido” El Espíritu Santo que hemos recibido de Dios nos ha sido dado entre muchas cosas para que sepamos lo que Dios nos ha comunicado en su palabra. Sin la ayuda del Espíritu Santo es imposible entender el mensaje de Dios al hombre. 1ª Corintios 2:14 dice: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” El hombre natural es el incrédulo, quien no tiene al Espíritu Santo en su vida. Por cuanto no tiene al Espíritu Santo, el incrédulo no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, entre ello, la Biblia, y más aun, la Biblia le parece locura o algo fuera de razón y por tanto no las puede entender. En cambio note lo que pasa con un hombre que por ser creyente tiene al Espíritu Santo en su vida. 1ª Corintios 2:15 dice: “En cambio el espiritual juzga todas las cosas, pero él no es juzgado por nadie” El espiritual es aquel que tiene al Espíritu Santo en su vida y por medio de él puede juzgar o discernir o entender todas las cosas escritas en la Biblia. Queda claro entonces que el Espíritu Santo hace una obra sobrenatural en el creyente, cuyo producto final es la comprensión de las cosas escritas en la Biblia. Esta obra sobrenatural del Espíritu Santo se llama iluminación. Permítanos una ilustración guardando las diferencias del caso. Si Ud. no sabe inglés ¿ha estado alguna vez en un lugar donde todos hablan inglés? Me imagino que se habrá sentido desconcertado, porque sus oídos perciben sonidos, pero no entiende absolutamente nada. Pero algún momento una persona que habla español e inglés tiene compasión de Ud. y le traduce lo que la gente está diciendo en inglés. En eso momento todo empieza a tener sentido para Ud. ¿verdad? Pues así es el Espíritu Santo en su obra de iluminación. Sin la ayuda del Espíritu Santo, el creyente es como esa persona que escucha los sonidos de la gente que habla inglés pero no entiende nada. El Espíritu Santo es como ese traductor que permite que lo escrito en la Biblia tenga sentido. Cuando Jesús resucitó tuvo un encuentro con sus discípulos y ponga atención a lo que pasó. Lucas 24:44-45 dice: “Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aun con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras” Qué interesante, los discípulos oyeron las palabras de Jesús, quizá pensaron que las entendieron, pero no fue así en la realidad, al menos el momento cuando Jesús pronunció esas palabras. Jesús resucitado tuvo que abrirles el entendimiento para que estos discípulos puedan comprender sus palabras. Igualmente hace el Espíritu Santo con los creyentes. Nos abre el entendimiento o nos ilumina para que podamos entender la Biblia. Esta obra del Espíritu Santo es vital para todo creyente. Imagínese que fuera de nosotros si no pudiéramos entender lo que tenemos en la Biblia. Debemos estar siempre agradecidos al Espíritu Santo por esta importante obra y debemos siempre depender del Espíritu Santo para nuestra comprensión de la Biblia. Cuando intentamos entender la Biblia, a veces damos más atención a lo que dicen los comentaristas o los pastores y relegamos al Espíritu Santo a un plano secundario. Gracias a Dios por lo que han escrito los comentaristas bíblicos y por la enseñanza de los pastores, no queremos despreciarlos, pero sobre ellos está el bendito maestro, el Espíritu Santo quien mediante la iluminación nos permite comprender la palabra de Dios.
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