Bienvenidos. Para iniciar este nuevo programa, quiero hacerte una pregunta: ¿recuerdas que estamos viendo 6 verdades básicas, mencionadas en Juan 5?, ¿qué te parece si hacemos un resumen de las primeras tres verdades? Empecemos: la primera verdad es que Jesús sabía que Dios, el padre estaba trabajando. Segundo, Jesús sabía que separado del Padre, no podía hacer nada. Tercero, Jesús miró y escuchó para saber dónde y cómo el Padre estaba trabajando. Bien, hoy voy a continuar con las siguientes tres verdades:
Cuarto, Jesús manifestaba la innegable unidad con Dios. Para ello retomamos el versículo 19 de Juan 5, donde Jesús manifestaba la unidad con Dios. En el capítulo 4, versículo 34 de Juan “Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra”. Para referirse a que el hijo hace la voluntad del padre. De la misma manera en el capítulo doce de Juan, verso 50 y en el capítulo 15 verso 10, Jesús remarca eso. Pero, quizás te sea más claro en Juan capítulo 12:27-28 cuando Jesús se estaba preparando para ir a la cruz: “ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez”.
Todo ello muestra el amor de Jesús con Dios, su padre. Y si piensas en el amor de Dios, recuerda Juan 3:16: “porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. Lo que muestra este versículo es el amor del padre al hijo y la palabra correcta es “Phileo”, un amor de amistad y es evidente a lo largo del evangelio de Juan.
Jesús dijo en Juan capítulo 8, verso 38: “Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre”. En el capítulo 10 de Juan, verso 30: “Yo y el padre uno somos”. En otras palabras, lo que quiere enseñarte Jesús es una nueva relación con Dios, ya no solo como siervo o seguidor, sino como la que existe con un Padre. Esta es una relación misteriosa y hermosa que nos conduce a la sexta verdad, cuando Jesús sabía que la obra del padre en él tenía ramificaciones eternas, al dar vida a los muertos. Y por eso le dio al Señor la potestad de ser juez de todos y el que oye sus palabras tiene vida eterna.
Ahora lo que quiero que entiendas es la correlación entre el trabajo del padre Dios con el del hijo; entre el del hijo y el trabajo del espíritu en el cristiano. Puede sonarte como algo increíble al principio, pero cuando te das cuenta de lo que dice Jesús más tarde en el libro de Juan, te das cuenta que la relación entre el Padre y el Hijo tiene enormes implicaciones para nosotros al entender la obra del espíritu de Dios en nuestras vidas, particularmente cuando se trata de compartir el evangelio con personas que no conocen a Cristo.
Déjame mostrártelo retomando Juan capítulo 5, versículo 20, Jesús dice: “Porque el padre ama al hijo. El padre ama al hijo y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis”. ¿Hay algún lugar más adelante en Juan donde Jesús habla así? Claro que sí, quiero mostrártelo. Vamos a Juan capítulo 14, empezamos con el verso 10 donde Jesús está hablando con sus discípulos antes de ir a la cruz y en los versículos 15 y 16 sobre el Espíritu Santo sobre enviarlo a nuestras vidas: “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre”.
Quiero aclararte que no estoy diciendo que nos relacionemos con Dios de la misma manera como Jesús porque no somos parte de la trinidad. No estoy tratando de añadir un cuarto miembro y hacer la cuadrinidad, que incluso creo que no existe esta palabra. De ninguna manera, lo que quiero es que pienses en lo que acabas de escuchar en Juan cinco sobre cómo Jesús habla acerca de la obra del espíritu en tu vida.
Juan 14:10-11 dice: “¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras”. Es lo mismo que dijo en Juan cinco, pero luego escucha el versículo 12: “De cierto, de cierto, os digo: las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al padre”. De esta manera, lo que nos cuenta Juan en su evangelio es sobre la obra que puede hacer Dios padre en nuestra vida si nosotros tenemos una relación más cercana con Él y así podemos cumplir con el mandato de ir y hacer discípulos a todo el mundo.
Bien, ahora acompáñame a revisar Juan capítulo 15, verso 26 esto dice: “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí”. Además, en el capítulo 16, versículo 5 al 8 dice: “Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿a dónde vas? Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.”
Ahora, vamos conmigo a revisar Juan 16, versículo 13 y 14: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber”. Y escucha el verso 15: “Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber”. En otras palabras, todo lo que le pertenece a Dios también lo es de Jesús, y lo más maravilloso es que el Señor nos ha dado todo a través del Espíritu Santo.
A través de esto quiero que entiendas que existe una correlación entre la obra de Jesús con el Padre y de la misma manera, existe una correlación entre Jesús, el Espíritu Santo y sus hijos, ósea tú y yo. Tal vez pueda parecerte algo ilógico, irreal o simplemente te cuesta creerlo; es por eso que quiero que escuches Juan capítulo 17, versículo 20, esto dice: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado”. Aquí entiendes dos cosas: que Jesús nos tuvo a ti, a mí y a los que creerán dentro de su oración y también se evidencia la relación de Dios como padre con su hijo el Señor Jesús tal y como lo escuchaste en el capítulo cinco de Juan, pero ahora quiere enseñarte a tener una relación con ellos a través del Espíritu Santo.
Sería algo así como el Padre está en Jesús y Jesús en nosotros a través del Espíritu Santo. Todo esto con el propósito de que se propague el evangelio y así muchas personas más puedan creer en Jesús. Si comprendes lo que Jesús hoy te dice y haces lo que Él te pide estarás obrando como Él lo hizo en su tiempo, claro de manera un poco diferente por el contexto en el que nos encontramos.
Con esto en mente, te voy a mencionar seis verdades que espero puedas aplicarlas a tu vida. Entonces pido para que las apliques en tu vida ya que afectarán tu perspectiva cuando te levantes mañana por la mañana en tu día de mañana y durante toda la semana. Pues en los siguientes programas vas a escuchar sobre la evangelización.
Primera verdad: ten en cuenta que Dios ya está trabajando en la vida de las personas que te rodean. Recuerdas lo que decía Jesús en los versos que acabamos de leer. Jesús dice que el Padre está trabajando y Él también, y no solamente se refiere a lo que hizo cuando estuvo en la tierra sino a lo que ahora está haciendo en tu vida, en la mía y en la de muchos más. ¿Puedes creerlo?, ¿creemos que nuestro padre está trabajando en esta comunidad que nos rodea?¡Pues, créelo! Jehová trabaja en nuestras vidas, en tu iglesia, en las comunidades, en el mundo entero. Él sigue buscando pecadores para que tengan salvación. Él está atrayendo gente a sí mismo a nuestro alrededor. Ya sabes, uno de los mayores obstáculos que enfrentamos a la hora de compartir nuestra fe, compartir el Evangelio es pensar: “amigo, tengo que encontrar la forma de crear algo atractivo sobre Jesús, pero recuerda Jesús no inició nada atractivo, Él simplemente se unió a lo que el Padre ya estaba haciendo a su alrededor. Y si Él lo hace, entonces, ¿qué estamos haciendo nosotros?
¿Sabes?, creo que uno de mayores obstáculos que enfrentamos como seguidores de Cristo al compartir nuestra fe es que invertimos gran tiempo pensando la manera en cómo meter a Cristo en nuestras conversaciones con nuestra familia o amigos, pero lamentablemente, sólo nos quedamos en eso, en el pensamiento y no nos animamos a actuar. Jesús es un claro ejemplo de ello, Él conocía todo sobre su Padre, pero no se conformó con eso, Jesús continuaba la obra de Dios, entonces, ¿cómo sería si nos enfocamos en evangelizar y no sólo en tratar de hacerlo?
En este sentido, quiero compartirte algo. En una ciudad de la India había casi la mitad de musulmanes, la otra casi mitad de hindúes y apenas un pequeño porcentaje de cristianos, y así, con unos pocos, empezó el trabajo de la evangelización que se la realizaba por las noches en un parque donde la gente solía reunirse para pasar el rato. Uno de los servidores de Cristo se dirigió al equipo misionero diciendo: “Creo que el padre atrae a la gente de toda la ciudad para sí mismo, nosotros sólo debemos ser sus instrumentos porque Él está haciendo todo el trabajo”. Con esto vemos a un hombre apasionado en que otros reciban el evangelio. Y de la misma manera lo puedes hacer tú, porque Dios da visiones, sueños y pone en las personas ese anhelo de cumplirle. Y eso es lo que quiere sembrar en ti el día de hoy, al escuchar estas palabras.
Lo que hicieron estas personas en la India fue pensar sobre cómo hacerlo y disponer su corazón, tiempo y recursos en la obra del Señor. Lo único que ellos necesitaban era encontrar personas que escuchen lo que ellos debían decir, porque Dios se encargaría del resto.
Ahora, déjame decirte algo, cuando empieces a compartir de Cristo, muchas veces encontraras personas que se cierren a ti e inmediatamente puedes pensar que fue una mala idea y no vas a intentarlo de nuevo. Pero, déjame decirte que el hecho de que esa persona no quiera recibir la palabra en ese momento no significa que Dios no esté haciendo su trabajo. Si te ha pasado, lo que quiero es que cambies tu perspectiva de ver las cosas. Te invito a que no pienses mucho porque toda ocasión es útil para compartir, por ejemplo, al salir a comer en un restaurante y el o la mesera puede estar esperando a una persona que le hable del evangelio.
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