La palabra “deshacerse” significa abandonar una cosa que no sirve o no resulta útil, “deshacerse” significa quitarte una prenda, dejarla y no levantarla otra vez. Y nos da cinco prendas que no deberíamos volver a ponernos pues son prendas viejas
La semana de la moda espiritual ocurre todas las semanas para el creyente y la pista corre a través de su ciudad. En vista de esa exhibición pública, Ron Moore lo ayuda a deshacerse de las imitaciones del mundo y vestir de acuerdo a los diseñadores eternos con nuevas creaciones. Es la ropa que seguramente atraerá buenas críticas del anfitrión del cielo.
Toma tu Biblias y busca el Libro de 1 Pedro. Pedro, muy probablemente está escribiendo esta carta desde Roma, donde Nerón está librando una terrible persecución contra los cristianos. Está escribiendo en estas cinco provincias romanas: Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bethania, que constituye el actual norte de Turquía. Y él está escribiendo a los creyentes. Él dice: «elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.» (1 Pedro 1: 2). Así que aquí hay personas que han sido elegidas por Dios mismo, han sido separados por el Espíritu para obedecer a Jesucristo.
Pedro comienza esta carta brindándose en alabanza él dice: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos» Ese nuevo nacimiento surge cuando confiamos solamente en Jesucristo como la única forma en que podemos tener una relación con el Dios viviente. Y ese nuevo nacimiento se traduce en lo que Pedro llama “una esperanza viva”, una nueva esperanza, una esperanza vibrante, una esperanza eterna, contraria a la que el mundo ofrece; esperanza engañosa, temporal, mentirosa.
Es increíble, ¿no? Cuando depositas tu confianza en las cosas de este mundo, siempre estarás decepcionado, pero la esperanza viva cambia las cosas. La esperanza viviente nos cambia de adentro hacia afuera y es justo de eso de que quiero hablar hoy. En nuestro pasaje de hoy vamos a ver el capítulo 1 versículo 22 hasta el capítulo 2 versículo 3. Pedro comenzará a hablar sobre las relaciones y nos dirá que cuando somos creyentes, cuando tenemos este nuevo nacimiento, eso se traduce en una verdadera esperanza viva que cambia las cosas en nuestra relación, cambia la forma en que interactuamos con las personas.
Miren el capítulo 1 versículo 22. Pedro dice « Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro» Esta frase que Pedro usa «obedeciendo a la verdad» simplemente significa que has escuchado las buenas nuevas de Jesucristo. Sabes que Jesús vino, murió en una cruz por tus pecados. Comprendes que eres un pecador y que no puede tener una relación con Dios fuera de Cristo, por lo que obedeces las buenas nuevas, obedeces la verdad, pones tu fe en Jesucristo y cuando lo hiciste, Pedro dijo que purificaste tu corazón, bueno en realidad fue Dios quien realmente lo hizo. Isaías lo dice de esta manera. Capítulo 1 verso 18: «Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.» Pedro toma la misma idea de limpieza y dice en el versículo 22 «Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad»
A veces Pedro lo llama el nuevo nacimiento, a veces lo llama haber nacido de nuevo, cualquiera que sea el nombre que uses para definir eso, la idea es que Jesús limpió tu corazón y ahora puedes pararte ante el Dios viviente completamente limpio. Mira nuevamente el versículo 22 «Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;» Pedro está diciendo que, a causa de este nuevo nacimiento, porque han sido purificados, debido a la esperanza viviente que hemos recibido, eso ha abierto la puerta para tener y vivir en comunidad, eso ha abierto la puerta para tener amor fraternal. Pedro usa la palabra griega Filadelfia, este es un término general que significa “amor fraternal el uno al otro”.
Bueno, este nuevo nacimiento simplemente abre la puerta, pero eres tu quien tiene que caminar a través de Él. Tu nuevo nacimiento te permite tener amor fraternal pero tienes que cruzar la puerta para entablar relaciones amorosas con otras personas. Mira el final del versículo «amor fraternal no fingido” Ahora él cambia una palabra; ya no es Filadelfia, ahora es la palabra “ágape” “amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro” Ese es un mandato en imperativo. El amor ágape significa tener un profundo afecto por los demás, valorar a los demás, tenerlos en alta estima. Es decir, este es un amor de autosacrificio, un amor que siempre está cuidando las necesidades de los demás. No busca sus propias necesidades, sus propios deseos. El amor ágape está cuidando las necesidades de los demás. No es un amor de labios para afuera, es un amor de hechos, es amor a la acción. Pedro dice que es con este amor ágape que debemos amarnos entrañablemente.
La palabra entrañablemente significa: atentamente, fervientemente. Un comentarista dice que eso significa de una manera total con una tensión intensa. Piénsalo en esto, tal vez te has mudado recientemente y tienes un mueble pesado o piano o lo que sea y entonces pones tus piernas debajo de él y colocas tu espalda en la posición correcta y con gran tensión tratas de agarrar esa cosa, esa es la imagen que Pedro da aquí. Ese es el tipo de esfuerzo y energía con el que debemos amar; de una manera total con una tensión intensa, amarse profundamente. Y, por supuesto, este amor proviene de nuestro corazón, el centro y la fuente de nuestra emoción, nuestro pensamiento y nuestra voluntad.
Nuestra relación con Jesucristo abre la puerta al amor fraternal, pero tenemos que cruzar la puerta. Ese es el imperativo de demostrar verdaderamente el amor mutuo. ¿Pueden imaginarse cómo cambiarían nuestras vidas si comenzáramos a demostrar de un modo cierto el amor verdadero de la verdad? ¿Pueden imaginarse cómo cambiarían nuestras casas si un esposo y una esposa se demostraran el uno al otro un amor abnegado que se preocupara más por las necesidades y los pensamientos de la otra persona que la suya propia? Puedo prometerle que si ese fuera el caso, no habría tantos divorcios dentro de la comunidad cristiana como lo hay actualmente ¿no crees?
¿Te imaginas lo que sucedería en tus vecindarios si le demostrases a la persona de enfrente o de al lado que amas el amor de una manera total con una fuerza intensa? ¿Pueden imaginarse qué pasaría si obedeciéramos este imperativo? El amor agape.
Ahora el mundo no puede ofrecer eso y el mundo no puede participar en eso. Esa clase de amor viene del nuevo nacimiento, viene de Cristo. Vamos a ver eso en otro momento. Pero ahora vamos al versículo 1 del capítulo 2 porque Pedro dice que si vas a vivir este amor ágape, habrá algunas cosas que tenemos que hacer. Por lo tanto, por lo que eres en Cristo debes «Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones» La palabra «desechando» es imprescindible y significa quitarte algo, dejarlo y no levantarlo otra vez. Mira, muchas veces, al levantarte por la mañana, hace muchísimo frio, así que te pones un abrigo y sales a la calle, pero de repente debes entrar a un salón y ahí la temperatura es más alta por lo que debes quitarte el abrigo, pero después, justo en el momento que debes salir nuevamente, recoges tu abrigo y te lo vuelves a colocar, pues bien, ese no es el significado de esta palabra. Pedro dice que tienes que quitártelo, tienes que dejarlo y nunca volver a levantarlo, estas son cosas que no recoges de nuevo y nos da cinco prendas que no deberíamos volver a poner.
Empecemos, no te pongas de nuevo, son prendas viejas y son estas: “Malicia”, el deseo de infligir daño o sufrimiento a otra persona. “Engañar”, distorsionar la verdad para engañar a alguien. “Hipocresía”, pretendiendo ser quien no eres. Esa es una palabra griega que viene de teatro, quiere decir «juego a actuar». “Envidia”, codiciando las ventajas, los éxitos o las posesiones de otra persona. “Detracciones”, atacando la reputación de alguien con tus palabras o escritos y, por cierto, no importa la forma en que lo hagas, puede ser a través de correos electrónicos, mensajes de texto, Facebook, Twitter o un buen bolígrafo y papel, tenemos muchas maneras de atacar a otra persona, ¿no es cierto? Estas son cosas que debemos establecer, son prendas malolientes, sucias y andrajosas del pasado. No se ven bien en los cristianos y cuando los cristianos las usan, el mundo no entiende esa incongruencia entre lo que dice y lo que hacen. Y entonces el mundo piensa: “él dice que es un seguidor de Cristo y usa estas pestilentes ropas, dice que es cristiano y es un hombre lleno de conflictos, odios y envidias” Asi que hoy quiero pedirte que me ayúdame a resolver eso, que vuelvas tu mirada a Cristo y que esa esperanza viva, se convierta en tu única verdad.
Por cierto, la comunidad es difícil y la comunidad significa esto; si estoy en comunidad con alguien, entonces tienes que ayudarme a poner esas prendas y cuando las vuelva a recoger, tienes que recordarme o decirme que ya las tengo puestas y que necesito quitármelas. Así que cuando te encuentras con alguien en tu escuela, otro creyente, o en el trabajo o estás en la cafetería y comienzan a entrar en estas cinco áreas u otras áreas de pecado enumeradas en las Escrituras, es tu responsabilidad como creyente, simplemente diles que los quieres, pero tienes que quitarte esas cosas sucias. Mira, el silencio es aprobación y, como creyente, tienes que amar profundamente tienes que amar desde el corazón, hasta el punto de tomarse el tiempo para decir a su hermano en la fe, hombre, esa prenda que llevas puesta apesta, esa actitud que mantienes no es la correcta.
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