Reciba cordiales saludos amiga, amigo oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy en el libro de Hageo. El desánimo es un enemigo poderoso para la obra del Señor. Cuantas iglesias locales están siendo victimas de él en este preciso instante. Iglesias en las cuales nadie hace nada a pesar de lo mucho que hay que hacer en la obra del Señor. Esto me trae a la mente el texto de un poster que estaba en la pared de la sala de espera de una persona con quien tenía una cita. Decía así: Esta es la historia de cuatro personajes, el primero se llamaba “cada uno”, el segundo se llamaba “alguno”, el tercero se llamaba “cualquiera” y el cuarto se llamaba “ninguno”. Había que hacer un trabajo muy, pero muy importante. Cada uno estaba seguro que alguno lo haría. Cualquiera pudo haberlo hecho, pero no hubo ninguno que lo haga. Alguno se enojó malamente, porque era la tarea de cada uno. Cualquiera pensó que alguno lo haría, pero ninguno se dio cuenta que cada uno no lo haría. Este cuento termina en que cada uno culpó a alguno cuando ninguno hizo lo que cualquiera pudo haberlo hecho. Bueno, algo parecido pasa cuando el desánimo invade una congregación o una familia o un ministerio. Todos esperan que sean otros quienes hagan el trabajo con el trágico resultado que nadie hace nada. ¿Qué hacer con el desánimo? Pues es necesario reconocer su presencia y combatirlo. En la época de Hageo también irrumpió el desánimo cuando Zorobabel, Josué y el pueblo en general reiniciaron la reconstrucción del templo de Jerusalén. En medio del desánimo, Jehová de los Ejéricitos entregó un mensaje a Hageo en el cual se nota que la manera de combatir el desánimo es por medio de tener una perspectiva correcta del presente una perspectiva correcta del futuro. La perspectiva correcta del presente es cuando reconocemos que Jehová de los ejércitos está con nosotros y como consecuencia, podemos esforzarnos en él y trabajar sin temor. No importa que los enemigos de la obra nos critiquen diciendo que no sabemos hacer la obra del Señor o que lo que nosotros estamos haciendo es nada en comparación a lo que otros han hecho para el Señor. Lo que cuenta es la opinión de Dios mas no la opinión de los hombres y Dios ha dicho que él está con nosotros por más insignificante que pueda parecer nuestra obra a los ojos de los hombres. Si Ud. está haciendo algo para el Señor, no se desanime pensando que eso es nada en comparación de los que se consideran grandes antes Dios. Con Ud. está el Señor y debe esforzarse en él y trabajar para él sin temor alguno. Firmes y adelante, huestes de la fe, sin temor alguno que Jesús nos ve, reza el coro de un popular himno de alabanza. Pero además de una perspectiva correcta del presente, se necesita una perspectiva correcta del futuro, lo cual será el tema de nuestro estudio bíblico de hoy.
Le invito a abrir su Biblia en el libro de Hageo, capítulo 2 versículo 6 a 9.
La Biblia dice: “Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos”
Nuestra obra presente puede parecer insignificante a los ojos de los hombres, pero no por esos debemos desanimarnos y dejar de trabajar, porque algún día, en el futuro esa obra aunque por hoy pequeña y sin brillo, en algún momento será algo maravillosa a los ojos del Señor. Esto es lo que nos dice este pasaje.
Lo que estaban construyendo Zorobabel, Josué y el pueblo era como nada en comparación del fabuloso templo de Jerusalén, construido por Salomón, pero no había motivo para desanimarse y dejar de trabajar, ¿por que?
Porque en lo futuro lo que ellos estaban edificando iba a ser transformado en algo grandioso por medio de la intervención directa y poderosa de Dios. La frase de aquí a poco, con al cuál comienza este enfoque futuro, no significa dentro de poco tiempo, simplemente significa en algún momento en el futuro. Esto lo sabemos porque este texto aparece en Hebreos 12:26 y allí se ha traducido con las palabras: Aún una vez, que significa, simplemente en lo futuro.
¿Qué hará Jehová de los ejércitos en lo futuro? Dice que hará temblar los cielos y la tierra, el Mar y la tierra seca. Esto es una descripción real de lo acontecerá en la tierra cuando el Señor Jesucristo venga por segunda vez y ponga su pie en el monte de los Olivos. Zacarías 14:4 dice: “Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el Monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al Oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur”
Dios hará temblar la tierra y el mar, pero además de ello, hará temblar a las naciones. Las naciones estarán asombradas ante la segunda venida de Cristo en poder. El asombro será en parte por las señales sobrenaturales en el firmamento y por el gran poder de parte del Señor al aniquilar a millones de millones en la gran batalla de Armagedón.
Inmediatamente después que el Señor venga por segunda vez y derrame su ira sobre los que lo han rechazado, se iniciará el reino milenial, Jerusalén será el centro del mundo, porque allí estará reinado el Señor Jesucristo. ¿Qué pasará con el templo? Bueno sufrirá una profunda trasformación.
El primer templo fue construido por Salomón, era una joya arquitectónica, pero fue literalmente arrasado por Nabucodonosor y su ejército. El segundo templo es el que Zorobabel está construyendo. Cuando concluyó fue menos esplendoroso que el de Salomón y estuvo de pie por algunos siglos. El tercer templo fue edificado por Herodes el grande. Era algo mejor que el anterior, pero no se igualaba al que fue edificado por Salomón. Este templo fue destruido por los Romanos bajo el mando de Tito en el año 70 DC.
A partir de ese momento, no se ha vuelto reedificar hasta ahora. Es más, el lugar donde debe estar el templo de Jerusalén está ocupado en la actualidad por una Mezquita musulmana, la Mezquita de Omar. Pero algún día, todavía futuro, el templo de Jerusalén será edificado nuevamente por un poco de tiempo durante la tribulación. Este templo va a ser destruido en la tribulación y para cuando el reino milenial se inicie, se edificará un nuevo templo en Jerusalén, un templo rodeado de Gloria.
Dice Hageo que a este templo vendrá el Deseado de todas las naciones. Muchos interpretan esto en el sentido que en su segunda venida, Cristo entrará al templo milenial, sin el ánimo de contradecir, a muchos otros nos parece mejor interpretarlo en el sentido que durante el milenio, las naciones traerá su riqueza para adornar el templo de Jerusalén, porque como dice el mismo pasaje, toda la plata del mundo es de Jehová, todo el oro del mundo es de Jehová.
Cuando ello ocurra, Jehová de los ejércitos llenará el templo de su gloria y la gloria postrera de aquel templo será mayor que la gloria del templo de Salomón y sobre todo de ello. Jehová dará paz en ese lugar.
Interesante es mirar la trayectoria de la gloria de Dios en su relación con el templo, o lo que los Targumenes o paráfrasis de los judíos llaman la shekina. Primero apareció en el Tabernáculo, sobre el arca del testimonio en el lugar santísimo. Luego se poso en el templo construido por Salomón, según 1ª Reyes 8.
En Ezequiel 9, el profeta Ezequiel lo ve en visión saliendo del templo, muchos piensan que ocurrió durante el reinado del malvado Manasés, y finalmente el mismo profeta Ezequiel, en visión lo ve retornando al templo milenial.
Qué triste que el pecado hizo que la shekina se aparte del templo, pero un día en el futuro, la shekina volverá a su lugar, cuando Cristo Jesús este sobre esta tierra en el milenio. Todo este futuro esplendoroso es lo que espera al templo de Jerusalén. Si, por el momento Zorobabel, y su gente estaban edificando algo que era como nada en comparación al templo de Salomón, pero a eso sin brillo le esperaba un futuro glorioso. Esto servía para que el pueblo se esfuerce y trabaje.
Ud. también, puede ser lo que ahora esté haciendo para el Señor sea despreciado por otros cuando lo comparan con algo que ellos están haciendo. No se desanime, esfuércese en el Señor y continúe trabajando porque llegará un día cuando aquello que hoy parece despreciable se revestirá de gloria para el Señor.
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