Saludos cordiales amigo oyente al inicio de un nuevo estudia bíblico en la epístola del apóstol Pablo a los Filipenses. Es realmente grato compartir este tiempo con Ud. ¿Es posible experimentar gozo en medio de la tribulación? Todo depende de cómo miremos a la tribulación. Si la tribulación es considerada como una mala jugada del destino o la mala suerte o el castigo de Dios, entonces jamás podremos experimentar gozo en medio de la tribulación, pero si consideramos a la tribulación como el medio escogido por Dios para cumplir con sus planes y propósitos, entonces es perfectamente posible experimentar gozo en medio de la tribulación. Es más, invariablemente el sufrimiento está orgánicamente unido al éxito. El escritor Edward Judson afirmó lo siguiente: «Éxito y sufrimiento están vitalmente unidos. Si Ud. tiene éxito sin haber sufrido es porque otro ha sufrido antes que Ud. Si Ud. sufre sin tener éxito, es porque otro tendrá éxito después de Ud.» Interesante pensamiento que refleja la realidad del vínculo inseparable entre el sufrimiento y el éxito. Cuando miramos a la tribulación o el sufrimiento como el pedestal donde se sustenta el éxito, tendremos una gran probabilidad de experimentar gozo en medio de la tribulación. El apóstol Pablo miró así su sufrimiento en la cárcel de Roma y eso le permitió experimentar gozo a pesar de las circunstancias adversas que estaba enfrentando. Esto será nuestro tema para hoy.
Abra por favor su Biblia en la carta del apóstol Pablo a los Filipenses capitulo 1 versículos 12 a 14. Recuerde que Pablo está en una prisión de Roma, mientras escribe estas letras. Era muy probable que los hermanos de Filipos estuvieran sintiendo lástima de él al mirarlo como una víctima de la persecución por la causa del evangelio Pablo por tanto quería corregir este pensamiento errado por medio de mostrar tres beneficios importantes que se han obtenido por medio de lo que estaba pasando con él, y por lo cual él no miraba su tribulación como algo negativo sino como un medio para cumplir con los propósitos de Dios. El versículo 12 comienza diciendo: «Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido» Detengámonos aquí momentáneamente. Pablo está tratando que los hermanos de Filipos sepan ciertas cosas que han sido consecuencia directa de lo que había sucedido con él. No olvide que lo que sucedió con él fue que por la causa del evangelio de Cristo fue apresado en Jerusalén, llevado a Cesarea, de allí fue llevado prisionero a Roma a donde llegó después de un viaje saturado de peripecias. Si quisiéramos describir con una palabra que fue lo que sucedió con él, diríamos: Sufrimiento. Pero como señalábamos antes, el sufrimiento es la antesala del éxito y Pablo lo miraba así, por eso nos va a hablar de tres beneficios que fueron la consecuencia directa de su sufrimiento. En primer lugar, el sufrimiento de Pablo redundó en el progreso del evangelio. La segunda parte de Filipenses 1:12 dice: «han redundado más bien para el progreso del evangelio» Esto es por demás interesante. Los autores, cómplices y encubridores de los sufrimientos de Pablo pensaban que con lo que estaban haciendo estaban logrando frenar el evangelio, pero la realidad era todo lo contrario. Lo que Pablo estaba padeciendo estaba redundando más bien en el progreso del Evangelio. La persecución que sufría Pablo era como un motor que impulsaba el avance del evangelio en el mundo. Algo parecido se ve en la actualidad en aquellas partes del mundo donde los creyentes son perseguidos. Donde ha incursionado la persecución la obra del Señor se ha fortalecido. Hace algún tiempo atrás visité una comunidad indígena en los Andes ecuatorianos, para compartir la palabra del Señor con ellos. Uno de los pastores indígenas, ya algo anciano, me contó cómo fueron los comienzos de la iglesia en esa comunidad. El evangelio fue traído por los misioneros y aceptado por algunos habitantes de la comunidad, pero esto desató una feroz persecución proveniente de la iglesia ancestral que veía amenazada su hegemonía. A algunos de los creyentes se los tomó prisioneros por venderse a los protestantes, a otros creyentes se les apedreó, a otros se les impidió que enterraran sus muertos en el cementerio de la comunidad, pero lejos de debilitar la obra del Señor, esta persecución la fortaleció. Hoy existen no menos de 400 iglesias locales en esa zona. El sufrimiento produjo el avance del evangelio. Parece que en verdad nos hace falta un poco de persecución para ver mayor progreso en la obra del Señor. La ausencia de persecución, ha abierto las puertas para un cristianismo barato, falto de compromiso, cómodo y tibio. El sufrimiento que Pablo experimentó redundó en el progreso del evangelio. Pero no fue solo eso. En segundo lugar, el sufrimiento que Pablo experimentó también resultó en puertas abiertas para predicar el evangelio a un grupo social marginado. Filipenses 1:13 dice: «de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio y a todos los demás» Lo que Pablo está diciendo es que el estar preso por la causa de Cristo ha permitido que Cristo sea anunciado y conocido por personas que de ninguna manera hubieran podido escuchar el evangelio de Cristo de primera mano. Pablo habla del pretorio. El pretorio es el palacio donde habitaban las más altas autoridades de un país o región. Durante el tiempo que Pablo estuvo preso pudo testificar al tribuno Claudio Lisias en Jerusalén, Luego testificó a Félix el gobernador, después pudo testificar a otro gobernador que se llamaba Festo, más tarde testificó al rey Agripa y es muy probable que inclusive pudo testificar al mismísimo Cesar, quien en ese tiempo era Nerón. ¿Cómo pudo Pablo hablar directamente a la flor y nata de la sociedad de aquellos días? Por medio de esa bendita circunstancia de estar preso. El sufrimiento de Pablo resultó en puertas abiertas para predicar el evangelio a un grupo social marginado. Claudio Lisias, Félix, Festo, Agripa, Nerón, nunca hubieran oído el evangelio si Pablo no hubiera estado prisionero bajo la autoridad de ellos. En tercer y último lugar, el sufrimiento de Pablo repercutió en el ánimo de muchos hermanos para anunciar el evangelio con más denuedo. Filipenses 1:14 dice: «Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho mas a hablar la palabra sin temor» Note que no fueron todos los hermanos, pero una gran mayoría, quienes se animaron a predicar el evangelio con más denuedo al ver que Pablo estaba preso por la causa de Cristo. A veces nos dejamos dominar del miedo o la vergüenza, y no abrimos nuestra boca para anunciar las buenas nuevas, pero al ver que uno de nosotros, quizá muy conocido y amado está sufriendo persecución por la causa de Cristo, podemos revestirnos de valor y firmeza para anunciar la palabra con denuedo. Hace algún tiempo atrás un pelotón de la policía secreta rusa irrumpió en una iglesia clandestina mientras se desarrollaba el culto. El oficial al mando dijo: Los que estén dispuestos a morir por lo que creen pasen adelante. Nadie pasó de inmediato. Luego de una larga pausa, pasó una joven de apenas 12 años. Con lágrimas en sus ojos dijo: Aunque no he vivido una larga vida estoy dispuesta a ofrendarla a mi Señor. Fue tal el impacto de lo que esta joven hizo, que de uno en uno, todos los que allí, estaban congregados pasaron al frente, no quedó uno solo sentado. El oficial ruso se vio de pronto ante el problema de ejecutar a no menos de cien personas y eso representaba problemas prácticos, por lo cual cambió su idea original y en lugar de matarlos se los llevó prisioneros. El sufrimiento de uno por la causa de Cristo anima a otros a un compromiso más fuerte con el Señor. Visto el sufrimiento de Pablo a la luz de los beneficios que produjo, no había razón para estar tristes. Pablo por tanto pudo experimentar gozo en medio de la tribulación. Cuando Ud. amigo oyente esté pasando por momentos difíciles, piense que Dios tiene un propósito para ello y que el sufrimiento que Ud. está experimentando, en algún momento le impulsará a la cima del éxito cuando Dios cumpla su propósito en Ud. al someterle ante tan difícil prueba.
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