Saludos cordiales amigo oyente. Bienvenido a un nuevo estudio bíblico sobre el Espíritu Santo. En nuestros últimos estudios bíblicos hemos estado hablando de la obra del Espíritu Santo en el creyente. Hemos visto ya que el Espíritu Santo, regenera, mora, bautiza, y llena al creyente. En el estudio bíblico de hoy, veremos otra obra del Espíritu Santo en nosotros los creyentes.
Hace algún tiempo atrás necesitaba comprar un repuesto para mi auto que se había descompuesto. Fui al almacén de repuestos, solicité el repuesto que requería, pagué lo que correspondía y con repuesto en mano me dirigí a la mecánica donde estaban reparando mi auto. Tan pronto el mecánico recibió el repuesto en sus manos, me miró a la cara y me dijo: Este no es un repuesto original, señor. Sorprendido de como reconoció un repuesto que no era original, le pregunté: ¿Cómo sabe que este repuesto no es original? La respuesta fue: Sencillo, porque no tiene el sello de la fábrica. Así es mi querido amigo, el sello de fábrica hace la diferencia entre un repuesto original y un repuesto imitación del original. En el plano espiritual acontece algo parecido. Un sello hace la diferencia entre un creyente y un no creyente. Ese sello es el Espíritu Santo. ¿Qué es lo que dice la Biblia sobre el sello del Espíritu Santo? En tres lugares, el Nuevo Testamento nos habla del Sello del Espíritu Santo a los creyentes. 2ª Corintios 1:21-22 dice: “Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones” También Efesios 1:13 dice: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación y habiendo creído así él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa” Y además Efesios 4:30 dice: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” En todos estos textos aunque más directamente en los dos últimos se puede ver claramente que el creyente es sellado con el Espíritu Santo. Bien vale hacernos algunas preguntas sobre esto del sello del Espíritu Santo. Primera: ¿Quién sella al creyente con el Espíritu Santo? El texto en 2ª Corintios 1:21-22 muestra que es Dios quien sella a los creyentes. De esta manera los creyentes llegamos a tener por así decirlo el sello de fábrica que garantiza la autenticidad de nuestra estirpe divina como hijos de Dios. Segunda: ¿El sello con el Espíritu Santo es para todos los creyentes? O solo para algunos, para los más espirituales quizá. Bueno, recuerde Ud. que cuando Pablo escribió a la iglesia de Corintos, había en esa iglesia algunos creyentes que de ninguna manera estaban honrando a Cristo con sus vidas. Sin embargo de ello, o a pesar de ello, Pablo dice en 2ª Corintios 1:22: “El cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones” ¿Qué significa esto? Pues que aun esos creyentes desordenados de Corinto fueron sellados con el Espíritu. Además, si algunos creyentes no hubieran sido sellados con el Espíritu Santo se debería encontrar en el Nuevo Testamento mandatos que ordenen a esos creyentes a ser sellados con el Espíritu Santo pero no existen tales mandatos. Examine por Ud. mismo todo el Nuevo Testamento y en ningún lugar encontrará ni siquiera una insinuación en cuanto a que el creyente debe buscar el ser sellado con el Espíritu Santo. ¿Por qué? Porque simple y llanamente todo creyente ya ha sido sellado con el Espíritu Santo es una obra real en todos y cada uno de los creyentes. Tercera: ¿Cuándo fuimos, todos los creyentes, sellados por Dios con el Espíritu Santo? Para saberlo, volvamos a leer Efesios 1:13. Dice así: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.” Note que el ser sellados con el Espíritu Santo de la promesa ocurrió tan pronto como estos creyentes creyeron en la palabra de verdad, el evangelio de la salvación que habían oído previamente. Por eso, amigo oyente, sostenemos que todos los creyentes somos sellados por Dios can el Espíritu Santo el momento que recibirnos a Cristo como nuestro personal Salvador. Cuarta: ¿Se puede sentir o percibir por medio de los sentidos que hemos sido sellados con el Espíritu Santo? No amigo oyente. El sello con el Espíritu Santo es una obra de Dios que no puede ser sentida o percibida por medio de nuestros sentidos. Cuando yo recibí a Cristo como mi Salvador, fui sellado por Dios con el Espíritu Santo, pero no me sentí diferente, tampoco oí voces o vi visiones. No ocurrió nada sobrenatural que pudiera percibir por medio de mis sentidos. ¿El hecho que percibí nada significará acaso que no he sido sellado por Dios con el Espíritu Santo? De ninguna manera. Cómo entonces sé a ciencia cierta que he sido sellado por Dios con el Espíritu Santo. Pues simplemente por fe. La Biblia lo dice estoy seguro que todo lo que dice la Biblia es la verdad y lo doy como un hecho. No necesito pruebas evidencias para confirmar algo que dice la Biblia. Si la Biblia dice que he sido sellado por Dios con el Espíritu Santo el momento que recibí a Cristo como mi salvador, eso es suficiente para mí para tener la certeza de que así es, no importa en realidad si lo haya sentido o no lo haya sentido, Dios lo ha dicho, así es un punto. Esto es fe, amigo oyente andar buscando evidencias para confirmar algo que ha dicho la Biblia categóricamente, no es falta de fe y algo que Dios lo cuestiona severamente. Quinta. Para qué hemos sido sollados por Dios el Espíritu Santo todos los creyentes. Al menos cuatro razones. Número uno, para indicar que somos propiedad de Dios. Cuando la esclavitud era una institución aceptada por la sociedad, los amos marcaban o sellaban a sus esclavos. El sello denotaba que el esclavo era propiedad de su amo. El sello denota con el cual Dios nos ha sellado es nuestra marca de pertenencia a Dios. El es amo, nosotros somos sus esclavos. Es un honor ser esclavos de Dios. Así lo veía Pablo. Número dos, para indicar que Dios tiene autoridad sobre nosotros. Los creyentes no nos pertenecemos a nuestros mismos, tanto no podemos hacer con nuestras vidas lo que queramos. Que nos ha sellado son el Espíritu Santo autoridad sobre nuestras vidas. El puede hacer con nosotros lo que a él bien le parezca, y lo que él haga con nosotros será siempre lo que sea necesario para cumplir con sus propósitos soberanos, aunque nosotros con nuestra visión limitada de las cosas no lo miremos así. Número tres, para indicar que Dios es responsable hacia nosotros y nosotros somos responsables hacia él. El sello que él ha puesto en nosotros, el Espíritu Santo, garantiza que él va a cuidarnos, proveemos, bendecimos, etc. El sello es un compromiso de él hacia nosotros. Y por nuestro lado, también debe ser un compromiso de lealtad, y fidelidad hacia él. Número cuatro, para garantizar que todo lo que Dios nos ha prometido se va a cumplir. Cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador recibimos una cantidad enorme de promesas. Algunas ya las hemos recibido, pero algunas todavía no. Por ejemplo, la salvación nos ha traído el privilegio de morar en el cielo, pero eso todavía no lo tenemos. El sello con el Espíritu Santo por parte de Dios es la garantía plena de que esa promesa se va a cumplir en su totalidad en su debido tiempo. ¿No le parece algo grandioso? Dios nos sella con el Espíritu Santo, eso significa que somos suyos, el sello de garantía, significa que él tiene autoridad sobre nuestras vidas, significa que él es responsable hacia nosotros y significa que tenemos la seguridad total de que todo lo que Dios ha prometido se va a cumplir. Si Ud. amigo oyente ha recibido a Cristo como su Salvador, Ud. ha sido sellado por Dios con el Espíritu Santo y Ud. puede disfrutar de todos los beneficios que ello conlleva, pero si Ud. todavía no ha recibido a Cristo corno su Salvador, Ud. no tiene el sello que garantiza que Ud. pertenece a Dios. No espere más. Hoy mismo reciba a Cristo como su Salvador para que no sea imitación de lo original5 sino original.
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