Cuando las ovejas se quedan solas, la vieja rutina que llevaron durante toda su vida es la misma que harán aun si su pastor, pero eso hará que se queden estancadas y, a nosotros también nos pasa lo mismo. Decidimos abandonar a nuestro Pastor pensando que nosotros solos podemos continuar, entonces seguimos los mismos viejos caminos y podemos quedar atrapados en una rutina.
Como un disco de vinilo con una aguja atascada, a veces nos encontramos en una rutina espiritual repitiendo el mismo, viejo y cansado estribillo. Bueno, hoy desde el Salmo 23, Ron Moore comparte la solución de Dios para sacarte del atascamiento. Su visión te llevará a un nuevo camino de rectitud.
«Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma;» (Salmos 23:1-3) Las ovejas son criaturas de hábitos y, cuando se alejan del pastor, ellas recorrerán el mismo camino hasta que se desgasten, pastarán por el mismo suelo hasta que no quede nada para comer, contaminarán la misma área hasta que se infecte con enfermedades y parásitos. Cuando las ovejas se quedan solas, las costumbres les quedan bien; pero cuando esto sucede, ellas se quedan estancadas y, a nosotros nos sucede lo mismo, decidimos abandonar a nuestro pastor y seguir los mismos caminos de nuestro egoísmo de nuestro pecado y es justamente ahí cuando podemos quedar atrapados en una rutina muy peligrosa.
Algunos de los momentos más difíciles, espiritualmente hablando, es cuando estamos llenos de actividades, nuestros horarios están en mal estado y es difícil seguir estando en la Palabra, es difícil continuar en oración. Los tiempos de gran actividad son difíciles para continuar nuestra actividad con Dios, pero algo interesante sucede con nosotros y es que en época de vacaciones también es difícil seguir a Dios, pues muchos de nosotros solemos pensar: “es mi tiempo de descanso. No quiero ir a la iglesia, no me hagas levantar, vamos a dormir hasta tarde” Pero es ahí cuando debemos levantarnos y decidir buscar a Dios y, te prometo que lo disfrutaras mucho más que si te quedas dormido.
Pero a veces te quedas atrapado en una rutina, la rutina de ignorar las Escrituras. Simplemente no abriste la Palabra del Señor esta semana, no tuviste tiempos significativos de oración. Mira, a veces las personas se quedan atrapadas en los rieles de la ira o en los surcos de la crítica, surcos de orgullo espiritual, pero déjame decirte que la rutina es destructiva porque te puedes quedar atrapado en ella y es por ello por lo que el pastor debe mantener a las ovejas en movimiento. Él traza un plan para rotar a las ovejas de un pasto a otro pasto y, David dice que nuestro pastor hace lo mismo. Él nos guía por caminos de justicia o caminos de obediencia. Y la pregunta es ¿estamos dispuestos a seguirlo? ¿Estamos dispuestos a seguir las instrucciones claras de los pastores que Él nos presenta en su Palabra? ¿Estamos dispuestos a seguir las instrucciones que recibimos personalmente del Espíritu Santo que vive dentro de nosotros y que nos convence, nos aconseja y consuela?
La pregunta que siempre tendrás que vivir es: ¿estamos dispuestos a seguir? ¿Estamos dispuestos a obedecer? Escucha esto: «Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.» (Salmo 23: 3). La Nueva Traducción Viviente dice: «Me guía por sendas correctas, y así da honra a su nombre» Como cristiano, en cualquier etapa de mi vida, realmente tengo dos opciones: puedo vivir en obediencia y puedo honrar su nombre o puedo vivir en desobediencia y deshonrarlo.
Si estás atrapado en una rutina espiritual, eres el único que puede hacer algo al respecto y eso puede significar tomar decisiones realmente difíciles y hacer algunos cambios duros, pero Él siempre estará allí para darte toda la fuerza y la ayuda que necesitas para salir de esa rutina y volver a los caminos de obediencia.
Ahora, hasta este punto en el libro de Salmo hemos visto los versículos del 1 al 3; el pastor ha guardado las ovejas en el rancho, en los pastos del hogar, pero en el versículo 4, el pastor comenzará un viaje con las ovejas y verás algo en estos versículos, verás que en los versículos del 1 al 3 se habla desde la perspectiva de una oveja; las ovejas han estado hablando entre ellas, pero ahora las ovejas están hablando directamente al pastor porque están a solas con él, ellas dicen: “Tú me consuelas, Tú preparas una mesa, Tú untas mi cabeza con aceite” Pero ahora miremos el versículo 4 este dice: «Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.»
Mira, la mejor manera de subir una montaña es a través de los valles; el agua es abundante y el forraje es rico, pero en las montañas hay muchos valles angostos que están llenos de peligros: hay pumas escondidos en las rocas, hay precipicios, malezas venenosas y tormentas que podrían inundar el valle en cualquier momento. Pero entre el rebaño «Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” ¡El pastor está allí! Así que para llegar a la montaña, tienes que atravesar los valles. Muchas veces tendrás la oportunidad de escuchar a la gente hablar de sus experiencias en la cima de una montaña y cuando eso suceda tú debes escuchar con mucha atención porque muy seguramente ellos están acabando de atravesar un valle.
Ahora, sé que muchos de ustedes están caminando por un valle y hoy quiero decirte que son los grandes valles los que conducen a una relación íntima con Cristo, a una relación como nunca antes hemos visto; mira, no puede saber lo que es ser atendido a menos que necesite atención, no puedes saber lo que significa ser realmente consolado a menos que necesites consuelo. Todos nosotros vamos a atravesar valles en esta vida, pero Él está allí con nosotros.
Hay un valle por el que todos atravesaremos y ese es el valle de la muerte. Este pasaje muchas, muchas veces se aplica específicamente a la muerte, pero yo creo que es mucho más amplio que eso. “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”
Un par de cosas que aprendemos sobre los valles:
Uno, no hay un valle que sea un fin en sí mismo, no hay muertos en el valle. El camino es hacia la cima de la montaña y el salmista nos recuerda que aunque camine por el valle no me detengo allí, sino que solamente camino por el valle, incluso la muerte física es sólo un camino a la vida eterna, no vas a detenerte allí.
En segundo lugar, así como las ovejas confían en que el pastor está con ellas y no temen al cruzar por el valle, nosotros tampoco debemos temer pues tenemos la certeza que Él está con nosotros, ¿puedes decir que cualquiera que sea nuestra situación en la vida, Él está contigo incluso en la muerte? No estaremos solos, el Pastor siempre está ahí, Él promete que nunca te dejará, que nunca te abandonará y Él promete que ese mayor temor del hombre, la muerte física, es simplemente una transición a la vida eterna, Él estará allí caminando con nosotros, guiándonos a través de ese valle final.
«No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.» Bien, en aquella época cada pastor tenía una vara y cada pastor tenía un bastón. Esta vara era seleccionada cuidadosamente de las ramas de los árboles. Esta vara servía para tres cosas: era un arma, los pastores debían defender a sus ovejas así que, si veían a un puma, un león o lo que sea que estuviese preparándose para atacar a las ovejas, ellos arrojaban la vara, los pastores eran expertos en este arma con forma de lanza. Esta vara también fue utilizada para la disciplina, cuando las ovejas se alejaban, ellos podían arrojar las varas a las ovejas y hacer que ellas regresaran al redil. Y la última cosa para que servía era porque la lana de oveja era gruesa y podían tomar la vara, mover la lana hacia atrás y mirar su piel para ver si había garrapatas o parásitos en su piel. Entonces la vara servía para: la defensa, la protección, la disciplina y la revisión.
Ahora, para nosotros, hoy en día ¿Cuál es la «vara de pastor»? pues es la Palabra. Su vara es nuestra defensa, ¿recuerdas? La única defensa que figura en la vestimenta de los soldados cristianos es la espada o la Palabra de verdad. Es su Palabra lo que nos disciplina cuando salimos del camino. La Escritura es la que nos examina. La Escritura es nuestra vara. Nuestro Pastor hoy tiene esto como su vara. También el pastor tenía un cayado y el cayado era exclusivo del pastor. Es un palo largo con un gancho en la parte superior. Se usó para atraer a las ovejas cerca de sí o para atraer a las ovejas hacia las otras. De alguna manera se ajusta alrededor de su cuello. O a veces, cuando una oveja estaba en peligro, el pastor podía tomar este bastón largo y sacarlos de un agujero si se metían en agua o lo que fuera que necesitara hacer.
Entonces, ¿cuál es el «bastón del pastor» para nosotros hoy? Es Su Espíritu que vive dentro de nosotros y nos atrae hacia Él. Hoy sólo estamos aquí como cristianos porque el Espíritu nos ha atraído hacia Sí mismo.
Es el Espíritu Santo quien nos atrae el uno al otro en una comunidad de creyentes, quien nos convence cuando nos salimos del camino y quien nos atrae hacia Sí mismo. Y así, incluso cuando camino por el valle de la sombra de la muerte, incluso en los momentos más difíciles de mi vida no temeré porque Tú estás conmigo y porque tu espíritu vive dentro de mí para guiarme, ayudarme y consolarme, para volver a ponerme en el camino. Cuando el pastor llevó a las ovejas a las montañas, cuando llegaron a la cima, había algunas áreas planas llamadas mesetas.
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