Bienvenidos hermanos y amigos. La Biblia Dice les invita a pasar un momento junto en un nuevo estudio bíblico sobre la oración. En nuestros estudios bíblicos pasados sobre este mismo tema, hemos puesto un buen fundamento doctrinal sobre la oración. Hoy llegamos a una parte más bien práctica en la cual se aplican varios de los principios anteriormente expuestos. Una iglesia local que ora unida hará temblar no solo a Satanás sino al mismo infierno. En los inicios de la Iglesia, Satanás hizo todo esfuerzo posible para apagar el fuego encendido del Evangelio. En su desesperado intento de impedir el crecimiento del cristianismo, leemos en el capítulo 12 del Libro de los Hechos que utilizó al rey Herodes para tomar prisionero a Pedro el Apóstol y lo puso en la cárcel custodiado por cuatro grupos de soldados de cuatro soldados cada uno. Solamente esperaba que pase la Pascua para entregarlo a sus verdugos. Ante esta situación la iglesia hacia sin cesar oración a Dios por él. Cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados sujeto con dos cadenas, y los guardias delante de la puerta custodiaban la cárcel. De pronto, se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos. Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. Y saliendo le seguía; pero no sabía que era en verdad lo que hacia el ángel, sino que pensaba que vela una visión. Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se las abrió por sí misma; y salidos pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. Entonces Pedro, volviendo en si, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba. Y habiendo considerado esto, llegó a la casa de María la madre de Juan, el que tenia por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando. Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rodé, la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba en la puerta. Y ellos le dijeron: Estás loca. Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían es su ángel. Mas Pedro persistía en llamar, y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atónitos, Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le habla sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió y se fue a otro lugar. Fascinante historia. ¿No le parece? Todo fue en respuesta a la oración de una iglesia que estaba orando unida en un mismo propósito. Satanás fue una vez mas vencido y el nombre del Señor glorificado. Aquí bien cabe una reflexión. ¿Cómo es que esta iglesia, logró mantenerse en oración por un tiempo que no lo conocemos exactamente pero que ciertamente debió haber sido largo? ¿No es acaso que en nuestras reuniones de oración están limitadas a una o quizá dos o hasta tres horas y casi todos están esperando con ansiedad la finalización? ¿Por qué es que nuestras reuniones de oración son tan aburridas que realmente pocos asisten con sinceridad y la mayoría está presentes por compromiso o para guardar su bien ganada imagen de personas espirituales? Una probable razón es porque en nuestras iglesias no se ha dado la debida atención a la planificación de las reuniones cié oración y el resultado ha sido que en lugar de incrementarse el número de los que oran juntos se ve un decrecimiento gradual que presagia una inminente cancelación de la reunión de oración cuando los únicos que asisten son el pastor y su esposa. Para corregir esta situación es necesaria la planificación. Es un grave error pensar que podemos mantener reuniones de oración sin liderazgo dinámico y preparación creativa. Lo que más se necesita es un buen líder. Una persona que entienda bien el potencial que Dios ha puesto en nuestras manos al permitirnos orar. Una persona madura espiritualmente pero a la vez dinámica y dispuesta a sugerir soluciones creativas. Esta persona tendrá bajo su responsabilidad el vigilar que la reunión de oración marche de acuerdo a un plan preestablecido y aprobado por los líderes de la iglesia local. Esta persona entremezclará la oración con himnos, testimonios de oraciones respondidas, pasajes bíblicos alusivos a la oración, etc. Será un coordinador de las peticiones de oración y podrá presentarlas de una manera ordenada durante la reunión misma. Quizá podrá tener a la congregación orando junta por un tiempo prudencial para luego dividir a la congregación en grupos pequeños y así aprovechar las varias ventajas de orar en un grupo pequeño, tales como que más personas oren en voz alta, que los creyentes se sientan más cómodos en compartir problemas personales, que los jóvenes tengan más libertad para expresarse, etc. El líder debería estar constantemente recogiendo peticiones de oración a través del contacto personal con los creyentes de la congregación, de las cartas de los misioneros, de las revistas cristianas, etc. Además dará la oportunidad para que los creyentes expresen sus peticiones durante la reunión. Hay mucho que sé podría hacer para mejorar el manejo de las peticiones de oración. En muchas reuniones de oración, el tiempo que se pasa orando se reduce drásticamente porque antes de orar se entra a un extenso periodo de recolectar peticiones, y quizá lo que es más censurable es que en este periodo de mencionar peticiones, a pretexto ele que podamos orar con más inteligencia, se da rienda suelta al chisme, al juzgar a los demás a la crítica destructiva, a la difamación, etc. Esto puede evitarse diseñando un método para que las peticiones de oración sean recogidas antes de la reunión. Una forma puede ser elaborando pequeñas tarjetas sobre las cuales los creyentes pueden escribir sus peticiones en la forma más corta posible. Estas peticiones podrían ser entregadas al líder de la reunión de oración quien las podría compilar en una sola hoja de papel para luego fotocopiarla y entregarla a cada persona que asista a la reunión. Este método de seguro eliminará las largas sesiones de información, entre comillas, que precede a la oración. Un corto periodo para escuchar peticiones de último momento o últimas noticias acerca de peticiones impresas podría ser permitido en la reunión. Un beneficio adicional de hacer peticiones escritas es que elimina la improvisación al orar. Con un método así los creyentes ya están preparados para orar y no estarán esperando hasta llegar en la reunión misma para recién allí pensar por qué van a orar. Otra ventaja de tener las peticiones de oración por escrito es que la lista de peticiones puede ser utilizada durante toda la semana para oraciones personales más especificas, animando de ésta manera una vida de oración más efectiva por parte de cada creyente. El líder buscará formas adecuadas para disuadir oraciones largas, las cuales como cadena sin fin van adormeciendo poco a poco a los oyentes. Recordará que aquel que poco ora en privado normalmente querrá orar largo en público. El líder será sensible hacia los asuntos del convivir diario, estará al tanto de noticias que demanden oración como desastres, tragedias, crisis políticas, económicas, etc. El líder debe estar en armonía con el Espíritu Santo y ser sensible a su influencia. Será bueno recordar que el hecho que haya una persona dirigiendo la reunión de oración no significa que el Espíritu Santo está ausente. El Espíritu Santo está llenando al líder y dirigiendo a través de él, tanto como dirige al mensajero en una reunión de predicación. El líder debe estar pronto a cortar con cortesía cualquier exceso. Debe ser creativo y su meta debe ser hacer de la reunión de oración algo tan interesante que los creyentes no quieran perderla por nada del mundo. Terminando ya, la iglesia que ora unida sacudirá el reino del mal, son muchísimos los casos donde esto se ha cumplido. ¿No cree que en su iglesia también se dará? Que así sea.
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