Mira, la mayoría de las falsas enseñanzas se encuentran alrededor de la persona de Jesús; la negación de su nacimiento virginal, la negación de que Él sea completamente Dios o completamente hombre.
Alguien ha dicho que, si no conoces algo lo suficientemente bien, te enamorarás de cualquier cosa. Pero para el creyente es más que sólo conocer algo, es la decisión de mantenernos firmes en lo que sabemos que es verdad.
Todas las clases de herejías históricas surgieron con la discusión de la naturaleza de Cristo: su naturaleza humana, su naturaleza divina y cómo trabajan juntos. Y esas dudas se encuentran más vivas que nunca. La gente tiene problemas con la persona de Jesús y como creyentes debemos mantenernos firmes en lo que sabemos que es verdad, debemos mantenernos firmes en la Palabra de Dios. Así que, hoy te invito a que tomes tu Biblia y me acompañes a 2 Pedro versos del 19 al 21. Por cierto, cuando miras la autoridad de la Escritura, hay dos textos que te ayudaran a comprobarlo, estos textos son: 2 Timoteo capítulo 3 versículos 16 y 17 y el segundo pasaje es precisamente el que leeremos esta mañana, 2 Pedro capítulo 1 versículos del 19 al 21. Hay tres doctrinas acerca de las Escrituras en este pasaje:
El primero es la doctrina de la iluminación. Mire el versículo 19 «Tenemos también la palabra profética más segura» Tenemos la palabra de los profetas, pero ahora Jesús está aquí, Él es el Hijo de Dios, Él es el cumplimiento de sus profecías. Así que ahora las palabras de los profetas se hacen más ciertas «a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;» Esto es lo que dice Pedro. Harás bien en prestar atención a la Palabra de Dios porque es la luz que te guiará, es una lámpara portátil que puedes llevarla a donde sea que vayas, puedes llevarla en tu corazón y, a medida que caminas por la oscuridad de este mundo, esa luz de la Palabra iluminará tu camino. El Salmos 119: 105 dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.”
Mira, cuando lees la Palabra de Dios, es el mismo Espíritu Santo quien vive en ti como un creyente. 1 Corintios capítulo 1 habla sobre esto y se lo llama la doctrina de la iluminación. Pablo dice en 1 Corintios 2:11: “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? ¿Quién sabe lo que estás pensando, excepto tú? Entonces Pablo dice: “Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”. Y a medida que abres la Palabra de Dios, el Espíritu Santo ilumina lo que Dios está diciendo delante de ti, ahora, no creas que porque eso sucede vas a dejar de estudiar la Palabra del Señor, al contrario, tienes que estudiar, leer, compararla con otros pasajes de la Escritura, mirar comentarios, estudios de palabras y todo eso, pero a medida que lo haces, es el Espíritu Santo quien abre tus ojos para ver cosas que no podrías ver si no conocieras a Jesucristo como tu Señor.
En segundo lugar, está la doctrina de la revelación. Mira el versículo 20. Pedro dice: «entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,» Tú debes entender que los profetas no inventaron esto, sino que fue Dios mismo quien se lo reveló a ellos, y sólo podemos conocemos a Dios a través de su revelación. Nuestra fe descansa en la doctrina de la revelación.
Nadie podría saber la verdad sobre Dios o saber cómo relacionarse con Dios de una manera personal si Él no nos hubiera dejado claro cómo relacionarnos con Él a través de Su Palabra, Su revelación. Ahora hay una revelación general; podemos salir y ver el hermoso cielo o el poder del rayo y podemos decir: “realmente debe haber un Dios allá arriba” pero hay otra revelación, es la revelación específica, y está revelación es la única que responde dudas como: ¿cómo conocemos a Dios?, ¿Cómo tenemos una relación con Cristo?, ¿Quiénes somos en relación con Dios? o ¿Quién es Dios en relación con nosotros? Y esa revelación específica es la Palabra del Señor, es por ello que todos esos cuestionamientos sólo los podemos resolver a través de las Escrituras.
Hay una doctrina más, es la doctrina de la inspiración, mira el versículo 21: «porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.» Pedro dice que Dios llevó a estas personas para que registraran su Palabra inspirada, inspirada por Dios. Ahora, Dios no los puso en trance, Dios no les dictó estas cosas. Fueron cuarenta autores que escribieron por más de 1,500 años, de todo tipo de orígenes, escribiendo en hebreo, arameo y griego, pero todos guiados por Dios, quien sopló en ellos lo que Él quería que dijesen y usó todo de esas personas: sus antecedentes, sus personalidades y sus estilos de escritura para darnos su Palabra inspirada. Entonces ¿creemos que cada Palabra de Dios es inspirada? ¿Creemos en lo que se llama inspiración plenaria verbal, en donde cada palabra es inspirada por Dios? De las Escrituras aprendemos verdades que podemos tomar y aplicar a nuestras vidas Y si creemos que cada una de las palabras están inspiradas por Dios, entonces tenemos que mantenernos firmes en lo que sabemos que es verdad, debemos mantenernos firmes en la Palabra de Dios.
Dos aplicaciones más: número uno, si esta es la Palabra de Dios, ¿qué tenemos que hacer? Pues leerla, como cristianos, no tenemos absolutamente ninguna excusa para ignorar la lectura de la Palabra de Dios todos los días. Hay personas que morirían por una copia escrita del Evangelio, y nosotros tenemos este libro en nuestras manos y no la leemos porque ¿tenemos cosas más importantes que hacer? Mira, tú que tienes la bendición de poder tener una Biblia en tu mano, entonces debes leer y estudiar la Palabra de Dios diariamente.
En segundo lugar, la lectura es sólo una parte de lo que significa ser cristiano, tú debes aplicar lo que aprendes. Demasiadas personas pueden saber mucho acerca de la Palabra de Dios en su cabeza, pero nunca llega a sus corazones, ellos nunca hacen nada con eso. Y es importantísimo hacer ambas cosas: leer y aplicarlo.
He estado leyendo un libro llamado: “Dioses Falsos” por Timothy Keller y quiero leerte esto, Keller dice: «Un ídolo es algo más importante para ti que Dios. Cualquier cosa que absorba tu corazón. Cualquier cosa que busques para recibir lo que sólo Dios puede darte». Ahora, piensa en eso por un momento y dime, ¿Qué absorbe tu imaginación? ¿Cuál es el impulso de tu vida? ¿Qué es en lo primero que piensas al despertar y te vas a la cama pensando? Keller dice que ese, esa cosa en la que piensas al dormir y al despertar, ese es tu Dios. Él dice: «Un ídolo es algo con lo que pensamos que no podemos vivir sin él». Entonces, ¿Qué cosa es la que piensas que no puedes vivir sin ella? Un ídolo es eso que pensamos que tenemos que tenerlo y nos impulsa a romper las reglas, sin importar que dañemos a los demás e incluso a nosotros mismos para obtenerlo.
Mira, te lo vuelvo a decir: una cosa es conocer las Escrituras y otra cosa muy distinta es aplicarlo. Debemos ser quienes se mantengan firmes en lo que sabemos que es verdad y nuestra única verdad es la Palabra de Dios. Debemos ser los que representan a Jesucristo y la verdad de la Palabra de Dios. En la cultura confusa de hoy, necesitamos ser hombres y mujeres cuyas vidas sean fuertes y, precisamente ese es el propósito de este ministerio; ayudarlo a mantenerse firme en la verdad de la Palabra de Dios y hoy quiero agradecerle por acompañarnos diariamente con nuestros mensajes.
Antes de irme quisiera recordarles que, a menudo nuestras palabras traicionan lo que hay dentro de nosotros: nuestros pensamientos, motivos y actitudes son importantes por el impacto que tienen en el oyente, pero a pesar de la importancia de nuestras palabras, lo que hacemos es aún más crítico. Mira, las acciones hablan más que las palabras y, en nuestra sociedad, la gente a menudo dice una cosa pero hace otra. Necesitamos líderes que lideren con acciones, hablar es barato, pero las personas seguirán a los líderes que demuestren amor y compromiso con aquellos a quienes Dios nos da el privilegio de dirigir. Cualquiera puede dirigir un barco cuando el mar está en calma. Pero cuando las tormentas están golpeando, cuando el mar está embravecido, entonces necesitas un capitán experimentado al timón. Por la gracia de Dios, tú puede ser ese líder y, debes comenzar ahora mismo a practicar el liderazgo que Dios ha colocado en ti
Bueno, hoy quiero leer un correo electrónico que recibimos de un joven, él escribió lo siguiente: «Quiero agradecerles por sus podcasts. Estoy viviendo en el extranjero y sus mensajes han sido verdaderamente una bendición. Sólo puedo ir a la iglesia una vez cada dos meses, así que he estado usando sus mensajes como parte de un devocional diario. Gracias y sigan con este gran trabajo». Miren, no puedo describir lo emocionante que es para nosotros recibir un correo electrónico como ese, pero si puedo animarles a que nos ayuden a llevar este mensaje de Jesucristo a todo el mundo. Que Dios te bendiga mientras te mantienes firme en Cristo y la verdad de Su Palabra.
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