Según Hechos 16:6 el Espíritu Santo prohibió a Pablo que predique el Evangelio en Asia, pero según Hechos 19:10 y 22 Pablo predicó el Evangelio en Asia. ¿Será que Pablo desobedeció al Espíritu Santo?
Pablo no desobedeció al Espíritu Santo de ninguna manera. Vamos a explicarlo.
“Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia.”
Este evento ocurrió durante el segundo viaje misionero de Pablo. La idea original o el deseo de Pablo fue ir a la provincia romana de Asia para predicar el Evangelio allí, pero el Espíritu Santo no se lo permitió. Obediente a esta prohibición, Pablo cambió rumbo y fue hacia Misia. Una vez allí, Pablo intentó ir a Bitinia pero nuevamente el Espíritu Santo no se lo permitió. Fue así como Pablo, pasando junto a Misia, descendió a Troas. Fue allí donde Pablo vio en visión a un varón Macedonio, en pie, rogándole y diciendo: pasa a Macedonia y ayúdanos. Pablo obedeció la visión y partió para Macedonia, dando por cierto que Dios le estaba llamando para que anunciase el Evangelio allí. Esto abrió la puerta para el fructífero Aprendiendo con la Biblia de Pablo y sus acompañantes en Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto.
Vemos aquí al Espíritu Santo dirigiendo la labor evangelística de Pablo. La razón del Espíritu Santo para no permitir que Pablo predique el Evangelio en Asia, fue simplemente porque no era el tiempo de Dios. Más tarde, Pablo dio inicio a su tercer viaje Misionero. Ahora ya era el tiempo de Dios para ir a Asia. Partió por orden a la región de Galacia y de Frigia. Visitó las regiones superiores y eventualmente llegó a Efeso, la primera ciudad en Asia. Pablo comenzó a enseñar en la sinagoga de los judíos por espacio de tres meses. Cuando los judíos rechazaron el mensaje de Pablo, se separó de ellos y se quedó en Efeso por espacio de dos años. Note lo que dice Hechos 19:10;
“Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús.”
Allí lo tiene. No es que Pablo desobedeció la prohibición del Espíritu Santo de ir a Asia. Esa prohibición se dio en el segundo viaje misionero de Pablo.
Pero para el tercer viaje misionero de Pablo, la prohibición ya no estaba más en vigencia. Ahora era el tiempo de Dios para que Pablo predique el Evangelio en Asia. Pablo lo hizo y Dios añadió su bendición a raudales.