Jeremias 4:23-26

Jeremías 4:23-26 dice: “Miré a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz. Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos. Miré, y no había hombre, y todas las aves del cielo se habían ido. Miré, y he aquí el campo fértil era un desierto, y todas sus ciudades eran asoladas delante de Jehová, delante del ardor de su ira».

Jeremías está profetizando la inminente destrucción de Judá, a causa de su rebelión contra Dios. El instrumento de castigo será el ejército de Babilonia. El desastre sobre Judá será de tal magnitud que Jeremías lo describe en términos muy crudos.

Al mirar lo que ha dejado atrás la ira de Jehová sobre Judá, Jeremías dice que la tierra estaba asolada y vacía. No había nada de orden, ningún cultivo, ninguna vivienda, ningún animal. Los cielos, obscuros como en la noche, no había en ellos luz. Los montes, temblaban como alguien presa del pánico. Los collados habían desaparecido. Personas no se veían por ningún lado, aun las aves habían huido de la destrucción. El campo que una vez estaba verde y lozano, hoy parecía un árido desierto. Las ciudades asoladas. La ira de Jehová se había abatido sobre Judá.

Todo esto que Jeremías profetizó por el año 627 AC se cumplió al pié de la letra cuando el ejército de Babilonia arrasó con Judá, allá por el año 587 AC. Este es el significado de este pasaje.

¿Existe alguna relación entre este pasaje y Génesis 1:1-2?

Génesis 1:1-2 dice: «En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.»

Este pasaje relata una parte de la creación de todo lo que existe en el universo. En el principio, en algún momento en el pasado, Dios creó de la nada los cielos y la tierra. En ese instante, la tierra estaba desordenada y vacía, porque obviamente no tenía ninguno de los accidentes geográficos que tuvo después, ni plantas, ni animales, ni personas. Solamente había densas tinieblas y el Espíritu Santo revoloteaba sobre esta masa desordenada y vacía que se llamaba tierra.

Pero Dios no creó la tierra para que estuviera desordenada y vacía, y es así como el primer día, Dios dijo: Sea la luz, y fue la luz. Dios entonces separó la luz de las tinieblas. En los cinco días subsiguientes Dios completó su obra creativa. Esto es en esencia lo que significa este pasaje.

La única relación que podría existir entre este pasaje y el de Jeremías 4:23-26 es una frase común pero que tiene diferente significados en cada caso. En Génesis 1:2 dice que el instante que Dios creó de la nada los cielos y la tierra, la tierra estaba desordenada y vacía. Jeremías 4:23 dice que después del ataque del ejército babilónico, la tierra de Judá quedó asolada y vacía.

Según los que saben el idioma hebreo, estas dos frases, desordenada y vacía por un lado y asolada y vacía por otro, son distintas traducciones de una misma frase en hebreo.

Pero note que en Génesis 1:2 por el contexto, sabemos que significa un estado sin orden y sin existencia de nada, porque Dios todavía no había creado nada hasta ese instante, aparte de los cielos y la tierra por supuesto. En cambio en Jeremías 4:23, igualmente por el contexto, sabemos que significa un estado de destrucción, sin existencia de nada, producto del juicio de Dios. Una misma frase pero con diferentes significados, cada uno de ellos determinados por el contexto.

Justo es también mencionar, que esa expresión: desordenada y vacía que aparece en Génesis 1:2 ha dado pie para que muchos creyentes piensen que después de que Dios creó de la nada los cielos y la tierra, transcurrió un período de tiempo de varios millones de años, hasta que por alguna razón no establecida, la tierra se volvió desordenada y vacía. Durante estos millones de años, se supone que existieron sobre la tierra los animales cuyos restos fósiles han sido encontrados en la actualidad. Inclusive llegan a pensar que antes de Adán y Eva había seres humanos sobre la tierra. Algo absurdo pero creíble para algunos.

Esta teoría fue popular a principios del siglo 19 cuando el Dr. Thomas Chalmers de Escocia, popularizó esta interpretación, probablemente con el motivo de armonizar el relato de la creación en Génesis con los vastos periodos de tiempo de historia terrestre exigidos por algunos científicos incrédulos, amantes de la teoría de la evolución.

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