Este pasaje bíblico tiene que ver con el peligro de aferrarse al judaísmo y despreciar a la persona del Señor Jesús a quien apunta el judaísmo. Sería comparable a desechar el regalo y quedarse con la envoltura del regalo. Por lo imperfecto del judaísmo, es necesario salir de él y abrazar con todo lo perfecto, esto es la salvación en Jesucristo. En los versículos 3-6 de Hebreos 6, tenemos la solución para todo judío que entendiendo el mensaje del Evangelio, todavía se resiste a recibir al Señor Jesús como Salvador. El autor de Hebreos hace una severa advertencia para impulsar a sus lectores judíos convencidos pero no convertidos a implementar la solución a su problema.
Dice así el versículo 3 “Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite” Esto se refiere a que con la ayuda soberana de Dios debemos dar el paso de fe y recibir a Jesucristo como nuestro Salvador. ¿Qué pasa si no lo hacemos? Hebreos 6:4-6 dice: “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.” No pase por alto que este pasaje bíblico no se dirige a creyentes en Cristo, sino que está dirigido a judíos convencidos pero no convertidos. Esto es a judíos que habiendo entendido intelectualmente el mensaje del Evangelio, sin embargo, estaban renuentes a abandonar el judaísmo y abrazar al Salvador, el Señor Jesucristo.
Tengamos bien en cuenta esto para evitar graves confusiones. La advertencia es en el sentido de ¡Cuidado! Si ustedes han recibido la plena revelación de la verdad y obstinadamente dan sus espaldas a esa verdad, entonces es imposible ser restaurados a su estado inicial cuando por primera vez escucharon el evangelio y por tanto ya no habrá arrepentimiento para ustedes. Notemos la manera como se reveló la verdad a estas personas.
Primero fueron iluminados, esto significa que intelectualmente percibieron la verdad. Segundo, gustaron el don celestial. Esto significa que probaron a Jesucristo, el don celestial, pero jamás lo recibieron como Salvador. Tercero, fueron hechos partícipes del Espíritu Santo. Esto significa que estuvieron en medio de la acción poderosa del Espíritu Santo, o estaban asociados con el Espíritu Santo, pero jamás moró en ellos el Espíritu Santo. Cuarto, gustaron de la buena palabra de Dios. La probaron, pero jamás la comieron. Quinto, gustaron de los poderes del siglo venidero.
Esto significa que vieron con sus propios ojos el poder de Dios en acción, el mismo poder que se manifestará en el reino milenial. A pesar de todo esto, ¿qué hicieron? ¿Recibieron a Jesucristo? No. ¡Recayeron! O se volvieron atrás, por tanto, es imposible ser renovados para poder arrepentirse. Según ellos, Jesucristo debería ser crucificado otra vez.
Todo judío que rechaza a Jesucristo, habiendo conocido la verdad, está diciendo en el fondo: El Cristo que dicen que vino, no era tal, por tanto, merece ser crucificado como lo fue en el pasado. Qué triste realidad ¿verdad? Es muy peligroso para el alma conocer lo que Cristo es y ha hecho para otorgar la salvación, pero obstinadamente rechazar esa verdad.