La consulta para hoy es acerca del texto bíblico en Mateo 23:23-24. La persona que hace la consulta desea que se le explique a qué se refiere la palabra “aquello” en el versículo 23.

Con mucho gusto. Demos lectura al pasaje bíblico que se encuentra en Mateo 23:23-24. La Biblia dice: ¡Ay de vosotros,  escribas y fariseos,  hipócritas!  porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino,  y dejáis lo más importante de la ley:  la justicia,  la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer,  sin dejar de hacer aquello.  ¡Guías ciegos,  que coláis el mosquito,  y tragáis el camello!

Este es el quinto Ay en contra del ritualismo vacío de realidad que lamentablemente se practicaba dentro del judaísmo en los días que el Señor Jesús estaba en este mundo. Los escribas y fariseos eran tan meticulosos en dar a Jehová el diezmo de todo, al punto que diezmaban hasta la menta, el eneldo y el comino que cultivaban en sus huertas. Un historiador de esa época testifica que los escribas y fariseos se daban el trabajo de contar los diminutos granos de comino, para separar el 10% para darlo a Jehová. Así eran de meticulosos en cuanto al diezmo. El Señor Jesús no les recriminó por la meticulosidad que manifestaban al diezmar hasta la más mínima cosa, pero sí les recriminó acremente por no manifestar la misma meticulosidad en cosas más importantes que diezmar la menta, el eneldo y el comino, cosas como la justicia, la misericordia y la fe. El Señor Jesús está diciendo a los escribas y fariseos de su tiempo que debían ser meticulosos en las cosas importantes como la justicia, la misericordia y la fe, y al mismo tiempo ser meticulosos en las cosas no tan importantes como diezmar la menta, el eneldo y el comino. A esto último se refieren las palabras del Señor Jesús cuando dijo: Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.

La palabra “aquello” entonces se refiere a diezmar hasta lo mínimo como la menta, el eneldo y el comino. El craso error de los escribas y fariseos fue ilustrado de una manera magistral por el Señor Jesús cuando dijo: ¡Guías ciegos! Que coláis el mosquito, y tragáis el camello. Tanto el mosquito como el camello eran animales considerados inmundos por la ley de Moisés y consecuentemente los judíos no los podían comer. Pero ¿qué se pensaría de un judío que cuando cae un pequeño insecto en su copa de vino, se da el trabajo de pasar el vino por un colador para evitar comerse el pequeño insecto, pero a la vez se sienta a comer un buen filete de camello con todo gusto? Algo verdaderamente incongruente. Da atención a lo menos importante y pasa por alto lo más importante. Esto es justamente lo que estaban haciendo algunos escribas y fariseos del tiempo del Señor Jesús. Estaban infinitamente preocupados por las minucias, pero terriblemente ciegos a pecados tan grandes como la hipocresía, la deshonestidad, la crueldad y la codicia. Habían perdido totalmente el sentido de la proporción.