La consulta de hoy es de un joven quien es muy fiel al Señor testificando a sus compañeros en la universidad, lo cual le ha traído como consecuencia el rechazo y el desprecio de algunos de ellos. A pesar del esfuerzo que ha hecho para estudiar la carrera que está siguiendo, sus calificaciones no son del todo buenas y teme que de continuar así no pueda seguir estudiando esta carrera. Piensa que si esto llegara a suceder sería algo muy difícil de soportar para él porque se sentiría un fracasado. Nos pide un consejo.

En primer lugar, me gustaría felicitarle y animarle a seguir siendo fiel al Señor a pesar de las pruebas. Si está siendo probado es porque Dios está moldeando su carácter para que sea lo que Él quiere. Por otro lado, el sufrir por la causa de Cristo es una bendición. Observe lo que dice 1 Pedro 4:14-16 Si sois vituperados por el nombre de Cristo,  sois bienaventurados,  porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros.  Ciertamente,  de parte de ellos,  él es blasfemado,  pero por vosotros es glorificado.  Así que,  ninguno de vosotros padezca como homicida,  o ladrón,  o malhechor,  o por entremeterse en lo ajeno;  pero si alguno padece como cristiano,  no se avergüence,  sino glorifique a Dios por ello.

Cuando dice que por testificar de Cristo en la universidad es rechazado y despreciado, está siendo vituperado por el nombre de Cristo. Siendo este el caso, en lugar de desanimarse, debe sentirse bienaventurado, esto significa dichoso, muy feliz, no porque sea agradable ser rechazado o despreciado, sino porque el rechazo y el desprecio por la causa de Cristo es una evidencia concluyente de que el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre su vida. Ahora vamos a la otra prueba. Me refiero a sus estudios en la universidad en la carrera que está siguiendo. Teme que tenga que abandonar la carrera por no llegar a los mínimos requeridos en cuanto a calificaciones. Permítame compartir algunos consejos al respecto. En primer lugar, ore al Señor sobre esta situación. Abra su corazón delante de Dios. Dígale cómo se siente por lo que está pasando, pero sobre todo dígale que lo que más desea en la vida es hacer lo que Dios quiere. Dígale que si la voluntad de Dios es que no continúe estudiando esa carrera, que Dios le dé la suficiente sabiduría para discernir cual es la voluntad de Dios. Dígale que va a estar gozoso tanto si deja de estudiar esa carrera como si sigue estudiando esa carrera. En segundo lugar, organice su tiempo para disponer de al menos unos 30 minutos diarios para leer, estudiar, meditar y memorizar la Biblia. La voluntad de Dios jamás está separada de la palabra de Dios. En tercer lugar, hasta que no esté seguro de cuál es la voluntad de Dios en cuanto a la carrera que está estudiando haga todo lo humanamente posible para obtener las mejores calificaciones. Ore como si todo dependiera de Dios y estudie como si todo dependiera de Usted. Este es el equilibrio perfecto. Si haciendo esto mejoran sus calificaciones, es muy posible que Dios le esté diciendo que su voluntad es que siga en esta carrera, pero si haciendo esto, sus calificaciones siguen en descenso, entonces es muy posible que Dios le esté diciendo que su voluntad es que cambien de carrera. Si este fuera el caso, no lo tome como algo personal, como un fracaso de su parte. Simplemente tómelo como algo que Dios está queriendo hacer en su vida.

 

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