Los unitarios dicen que si una persona hubiera recibido el Espíritu Santo, no pecaría jamás, ¿es así?

Los unitarios dicen que no han recibido todavía el Espíritu Santo y que si una persona hubiera recibido el Espíritu Santo, no pecaría jamás. Dicen que recibirán el Espíritu Santo faltando 40 días. Además dicen que Jesucristo vendrá por segunda vez a la madrugada, porque resucitó de madrugada.

El Nuevo Testamento declara fuera de toda duda que todo genuino creyente ha recibido el Espíritu Santo. Hablando de lo nefasto de que un creyente caiga en fornicación, note lo que dice el Nuevo Testamento en 1 Corintios 6:19-20 “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.” Hablando de los creyentes en general, Pablo dice que no deben ignorar que el cuerpo de ellos, el de cada uno en particular, es el templo, o la morada del Espíritu Santo. Esto sucedió el instante mismo que estos creyentes dejaron de estar muertos espiritualmente y pasaron a tener vida espiritual por medio de haber recibido a Cristo como su Salvador personal. Todo esto fue el cumplimiento de la promesa hecha por Jesucristo antes de su muerte, resurrección y ascensión. Observe lo que dice Juan 14:16-17 “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros” Esta promesa de Jesús se cumplió el día de Pentecostés cuando el Espíritu Santo vino sobre todos los que estaban en el aposento alto. A partir de ese momento, el Espíritu Santo viene a morar en toda persona que recibe a Cristo como Salvador. Además, el Nuevo Testamento declara que si alguien no tiene el Espíritu, simplemente no es creyente. Ponga atención a lo que dice Romanos 8:9 “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” Lo que Pablo está diciendo de los creyentes es que por cuanto tienen al Espíritu Santo morando en sus vidas, entonces no viven según la carne. Más aún, si alguien no tiene al Espíritu Santo morando en su vida, no es en realidad un creyente. La noción de que si alguien tiene al Espíritu Santo morando en su vida entonces no puede cometer ningún pecado, no es en absoluto bíblica, por cuanto el creyente, a pesar de tener el Espíritu Santo en su vida, sin embargo, también tiene una naturaleza pecaminosa, que si se le deja sin control, produce cualquier tipo de pecado. Por este motivo es que el Nuevo Testamento ordena a los creyentes a no satisfacer los deseos de la carne. Gálatas 5:16 dice: “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” Si la Biblia ordena a los creyentes que tienen el Espíritu Santo morando en sus vidas, a no satisfacer los deseos de la carne, eso significa que existe la posibilidad de que un genuino creyente peque. No debería hacerlo, tiene el poder para no hacerlo, pero la triste realidad es que a pesar de todo, lo hace. El mismo Espíritu Santo será quien haga notar al creyente lo mal que ha hecho o el pecado que ha cometido. Eso de que el Espíritu Santo será recibido 40 días antes del arrebatamiento, no tiene ningún sustento bíblico. Lo mismo se puede decir de eso que el Señor Jesucristo va a venir al amanecer, porque resucitó al amanecer. El Nuevo Testamento dice que nadie sabe el día ni la hora a la cual vendrá por segunda vez el Señor Jesucristo, aparte de Dios el Padre. Mateo 24:36 dice: “Pero el día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.” El Señor Jesucristo podría venir este mismo instante a las nubes a arrebatar a su iglesia, ¿Está Usted listo para ser arrebatado? La única condición para participar en el arrebatamiento es haber recibido a Cristo como Salvador. Si no lo ha recibido antes, recíbalo este mismo momento.